Karl Nehammer

El rocambolesco epílogo del Österreich-Affäre, uno de los más sonados escándalos políticos en la historia de Austria, catapultó el 6 de diciembre de 2021 a la Cancillería Federal a Karl Nehammer, tercer jefe de Gobierno tenido por el país centroeuropeo en menos de dos meses, y en medio de una delicada situación pandémica.

Hasta ahora ministro del Interior en el Gabinete de coalición entre su partido conservador, el Popular Austríaco (ÖVP), y Los Verdes, Nehammer, de 49 años, ha llegado a las jefaturas del ÖVP y el Gobierno como resultado de una cadena de renuncias. La secuencia dimisionaria la inició el 9 de octubre Sebastian Kurz, canciller entre 2017 y 2019 y nuevamente desde enero de 2020, luego de las elecciones de septiembre de 2019, en asunción de sus responsabilidades políticas por la denuncia de la compra al tabloide Österreich de unas encuestas de opinión favorables a su partido y su persona. La trama, orquestada por su círculo de colaboradores del Ministerio de Finanzas y denunciada por la Fiscalía Económica y Anticorrupción (WKStA), presentaba unos sólidos indicios de soborno y malversación. Conminado por Los Verdes a marcharse so pena de enfrentar y perder una moción de censura de la oposición, Kurz se resignó a ceder el puesto de canciller a su ministro de Exteriores, Alexander Schallenberg, quien tomó posesión dos días después, el 11 de octubre. Sin embargo, Kurz permanecía como una especie de canciller en la sombra desde los puestos de presidente del ÖVP y de su grupo parlamentario.

Incapaz de zafarse de las repercusiones negativas del Österreich-Affäre (a diferencia del Ibiza-Affäre de 2019, que sepultó políticamente al ultraderechista Heinz-Christian Strache, su socio de coalición entonces) y consciente del hundimiento del ÖVP en los sondeos, donde el Partido Socialdemócrata (SPD) ya ha tomado la delantera, Kurz, el 2 de diciembre, comunicó que renunciaba también a la presidencia de los populares, cedía el mando de la bancada del Nationalrat y de paso se retiraba de la política, con tan solo 35 años. Al punto, Schallenberg informó que, puesto que no aspiraba a presidir el ÖVP, a fin de no separar las dos posiciones de liderazgo, él dimitía en la Cancillería como paso previo a la cesión del puesto a la persona que el partido escogiera. El 3 de diciembre, a toda prisa, el ÖVP eligió como su nuevo conductor y designó candidato a canciller a Nehammer. Tres días después, Nehammer prestó juramento ante el presidente de la República, Alexander Van der Bellen, y asumió las riendas del Gobierno.


(Texto actualizado hasta 9/12/2021)


El vienés Karl Nehammer añadió cuatro años como voluntario de uniforme a su servicio militar obligatorio en las Fuerzas Armadas de Austria, el Bundesheer, donde recibió la capacitación de oficial del arma de Infantería y el servicio de información. En 1997 retornó a la vida civil con el grado de teniente en la reserva y desde 1999 se instaló profesionalmente como docente de comunicación estratégica, materia que impartió a futuros instructores en el Ministerio Federal de Defensa (BMLV), el Instituto de Promoción Vocacional (Berufsförderungsinstitut, BFI), la Akademie 2.1 y otras instituciones públicas y privadas. Una de ellas fue, desde 2008, PolAk, la Academia Política del ÖVP, por aquel entonces socio del SPD en el Gobierno Federal de gran coalición. Posteriormente, entre 2012 y 2014, el ex militar realizó un curso de Comunicación Política en la Danube University Krems.

A la formación de cuadros y el análisis estratégico Nehammer sumó las actividades directivas en el Sindicato de Trabajadores Austríacos (ÖAAB), unión laboral inserta en el aparato del ÖVP, del que fue secretario general entre 2016 y 2018. Al frente del distrito vienés del partido desde abril de 2017, Nehammer ganó el escaño de diputado por la capital en las elecciones legislativas de octubre y el 8 de noviembre siguiente fue elegido vicepresidente de su formación; esta, bajo el precoz liderazgo de Sebastian Kurz, recobró la Cancillería Federal semanas más tarde, el 18 de diciembre de 2017, cerrando una década de gobiernos de gran coalición mandados por los socialdemócratas y en los que los populares, entonces con menos escaños, se resignaron a ir de segundones. El experto en técnicas comunicativas no recibió por el momento un puesto en el Gabinete, inicialmente de coalición derechista con el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), pero su posición en el ÖVP ganó prestancia como número dos del grupo parlamentario, vocero ante los medios, portavoz específico sobre cuestiones de inmigración e integración, y, a partir de enero de 2018, secretario general del partido.

Nehammer fue reelegido en los comicios del 29 de septiembre de 2019, que certificaron la total recuperación de Kurz y el ÖVP, premiados incluso con una ganancia sustancial de votos y escaños, tras el fiasco de la alianza con el FPÖ de Heinz-Christian Strache, fulminado por el escándalo Ibiza-Affäre, y la subsiguiente caída del joven canciller en una moción de censura parlamentaria el 27 de mayo del mismo año. El 7 de enero de 2020 Kurz constituyó su segundo Gabinete, ahora de novedosa coalición con Los Verdes, y Nehammer, que dejó su escaño en el Nationalrat y la Secretaría Genera del ÖVP a tal efecto, recibió el Ministerio del Interior.

En los meses que siguieron, Nehammer se distinguió, formando una piña operativa e ideológica con el canciller Kurz y el ministro de Exteriores Schallenberg, por sus tesis duras sobre el control de la inmigración irregular y la admisión de refugiados. En particular, ordenó la deportación de menores de edad arraigados a cuyas familias se les había denegado el asilo (polémica orden de expulsión a Georgia y Armenia de tres niñas en enero de 2021), rechazó de plano la acogida de refugiados afganos huidos de los talibanes tras haber trabajado para los gobiernos occidentales y se mostró partidario de devolver en caliente a los migrantes rescatados en el Mediterráneo procedentes de Libia. También, fue el encargado de hacer cumplir los cierres, cuarentenas y restricciones por la COVID-19. Por otro lado, el 2 de noviembre de 2020 el ministro encajó el mortal tiroteo perpetrado en Viena por un joven austríaco de padres albanomacedonios y simpatizante del Estado Islámico, quien antes de ser abatido por la Policía asesinó a cuatro personas e hirió a otras 23 disparándoles con el fusil de asalto y la pistola que portaba.

Entonces, Nehammer fue acusado desde medios políticos y periodísticos de no haber impedido el atentado, pues resultó que la Oficina Federal para la Protección de la Constitución y el Contraterrorismo (BVT), agencia de inteligencia doméstica subordinada al Ministerio del Interior, había sido informada por los servicios secretos eslovacos de un intento de compra por el atacante de munición para arma automática, pero luego no había hecho nada. La negligencia de la BVT resultaba especialmente grave porque el terrorista, clasificado como lobo solitario, era un islamista radical bien conocido por las autoridades austríacas: en 2019 la justicia ya le había condenado a 22 meses de prisión por intentar pasar clandestinamente de Turquía a Siria para unirse al Estado Islámico, sentencia que el reo solo había cumplido en parte. Nehammer admitió el "intolerable error" de los servicios de seguridad bajo su jurisdicción, pero se eximió de cualquier responsabilidad por su parte. En relación con este hecho, el ministro recibió amenazas de muerte, y tanto él como su familia, su esposa Katharina y sus dos hijos, hubieron de recibir protección policial especial.

El Gabinete Nehammer mantiene intacta la coalición con Los Verdes y su cuota ministerial. Así, el líder portavoz de la formación ecologista, Werner Kogler, sigue siendo el vicecanciller federal y el ministro de Artes, Cultura, Servicio Civil y Deportes, y sus correligionarios conservan las carteras de Acción Climática, Asuntos Sociales y Justicia, más una secretaría de Estado. Los únicos cambios de ministros con respecto al Gabinete Schallenberg, cuatro, conciernen al ÖVP: el retorno del mismo Schallenberg a Exteriores, donde recoge el testigo a su sustituto en octubre, el independiente Michael Linhart; la suplencia de Nehammer en Interior por Gerhard Karner; el recambio en Finanzas de Gernot Blümel, oficial estrechamente ligado a Kurz, también investigado por la WKStA y que presentó su propia renuncia, por Magnus Brunner; y en Educación y Ciencia e Investigación, la sustitución de Heinz Fassmann por Martin Polaschek.

La primera decisión del nuevo canciller, anunciada en la jornada siguiente a su toma de posesión y acordada con los gobiernos de los Bundesländer, ha sido levantar el confinamiento domiciliario general que Schallenberg, presionado por la alarmante agresividad de la cuarta ola del coronavirus, impuso el 22 de noviembre para todos los austríacos sin distinciones, en paralelo al cierre de fronteras al turismo y la clausura de los establecimientos no esenciales. Esta drástica medida deja de tener vigor el 13 de diciembre tal como indicó Schallenberg, pero solo para la mayoría, los que están plenamente vacunados contra el SARS-CoV-2; los no vacunados o quienes no han recibido la pauta completa, siguen con los movimientos fuera de sus viviendas reducidos a lo imprescindible (compras básicas, atención médica, trabajo o clases presenciales, visita de enfermos o familiares y ejercicio físico), limitación que ya rige para ellos desde el 15 de noviembre. La hostelería reabre, pero con toque de queda nocturno a partir de las 23 horas, y también la actividad cultural, aunque con aforos reducidos. El certificado de inmunización es requerido para acceder a muchos locales y la mascarilla sigue siendo obligatoria en interiores.

La otra medida anunciada por Schallenberg el 19 de noviembre, la inoculación obligatoria por ley a partir del 1 de febrero de 2022, se mantiene, en un Estado de la UE con un porcentaje de población vacunada por debajo de la media de los 27: el 29% de los austríacos no ha recibido ningún pinchazo inmunizador. Esta disposición relajadora de Nehammer toma nota del inicio de la disminución de los positivos diarios (en torno a los 5.000, cuando en el pico de la ola, en la tercera y la cuarta semanas de noviembre, los contagios reportados llegaron a superar los 15.000, volumen desorbitado para un país con menos de 9 millones de habitantes), si bien todavía es pronto para que el descenso de la incidencia y la positividad se note en las cifras de fallecidos y la sobrecarga de las UCIs en los hospitales.

Pero ante todo, Nehammer busca calmar el fuerte malestar social que el cuarto confinamiento pandémico ha provocado en Austria, un descontento que el baile de cancilleres a raíz del Österreich-Affäre no ha contribuido precisamente a mitigar. "Para muchos, se ha sobrepasado el límite de lo soportable", dice el gobernante con tono apaciguador. Y es que en noviembre de 2021 la república centroeuropea ha vivido algunos de los momentos de mayor tensión política y social desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Estos se han expresado en las manifestaciones, con aires de revuelta civil, contra el confinamiento y la vacunación obligatoria, y en una furibunda movilización de las organizaciones de extrema derecha, empezando por el FPÖ que lidera Herbert Kickl, notorio negacionista antivacunas.

(Cobertura informativa hasta 9/12/2021)