Hristijan Mickoski

En Macedonia del Norte, el partido conservador nacionalista VMRO-DPMNE, ya al frente del Gobierno en los períodos 1998-2002 y 2006-2017, recobró el puesto de primer ministro el 23 de junio de 2024 en la persona de su líder, Hristijan Mickoski. Los comicios del 8 de mayo dieron la victoria con una mayoría simple 58 escaños, a tres de la mayoría absoluta, a la lista tripartita Tu Macedonia mandada por el VMRO-DPMNE, que ahora ha forjado un amplio Gabinete de coalición con la alianza albanesa VLEN (partidos ASh, LD, AAA y Besa) y la agrupación nacionalista de izquierda Por Nuestra Macedonia (ZNAM). Nueve formaciones en total tienen representación en el Ejecutivo, donde además de un sector conservador de la minoría albanomacedonia adquieren voz también las minorías serbia y gitana. 

La investidura de Mickoski corona el triunfo institucional de su partido, cuya candidata, Gordana Siljanovska-Davkova, se impuso al titular aspirante a la reelección, el socialdemócrata Stevo Pendarovski, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada a la vez que las legislativas. El 6 de junio Siljanovska-Davkova designó a Mickoski y el 23 de junio la Sobranie o Asamblea aprobó su equipo de ministros por 76 votos contra 22. El Gabinete centroderechista de Mickoski ha reemplazado al Gobierno puente de gran coalición presidido por Talat Xhaferi, del partido albanés DUI/BDI, y constituido en enero de 2024 con la única misión de preparar las elecciones.

El nuevo primer ministro macedonio aboga por un desarrollo exitoso de las negociaciones de adhesión del país a la UE, arrancadas en 2022 y con un largo recorrido por delante. Ahora bien, Bruselas vincula el proceso a una polémica enmienda constitucional que dé profundidad al Tratado de Amistad búlgaro-macedonio y permita zanjar los desacuerdos históricos y lingüísticos arrastrados con el país vecino. 

Precisamente, desde que fue elegido líder del VMRO-DPMNE en 2017, Mickoski se opuso de manera destemplada al Tratado con Bulgaria, suscrito aquel mismo año, y de paso al Acuerdo de Prespa con Grecia, firmado también por el entonces primer ministro socialdemócrata, Zoran Zaev, en 2018, y que conllevó una primera modificación de la Carta Magna. Este acuerdo resolvió otro acendrado contencioso bilateral, levantó el veto griego a la candidatura a la UE (más tarde seguido por el bloqueo búlgaro de 2020-2022) y despejó el camino para el ingreso en la OTAN en 2020, pero al precio de cambiar el nombre oficial del Estado.

Como líder de la oposición, en una república de los Balcanes Occidentales caracterizada por la alta polarización y la dureza de la dialéctica política, Mickoski se negó a reconocer la "vergonzosa" nueva denominación constitucional del país y habló reiteradamente de Macedonia, sin coletillas, para referirse al mismoSe trata de una fórmula consecuente con el nacionalismo de ecos etnicistas (la identidad eslavomacedonia, susceptible de ser reivindicada para las minorías lingüísticas macedonias de Grecia, Bulgaria y Albania) arraigado en el VMRO-DPMNE pero que viola la propia ley nacional, amén de indignar a Atenas y de poner en guardia a Bruselas.

Al igual que la presidenta Siljanovska-Davkova, Mickoski rechaza cambiar la Constitución para reconocer la existencia de una minoría étnica búlgara, tal como demanda Sofía; sí podría abordarse esa mudanza, matiza, pero solo cuando Macedonia del Norte sea un Estado miembro de la UE. El anterior (2022-2024) Gobierno del socialdemócrata Dimitar Kovacevski se comprometió a dar dicho paso, pero la falta de apoyos parlamentarios se lo impidió. Mickoski aprovechó la aprobación de las negociaciones de adhesión de Ucrania, Moldova y Georgia, que aplaude —al igual que la determinación europea a "luchar contra la agresión rusa hasta el fin"— , para reclamar a la UE una valoración más justa de los "esfuerzos" ya hechos por Macedonia y su "compromiso con los valores europeos". En cambio, Grecia y Bulgaria advierten que si las nuevas autoridades de Skopje no cambian de actitud, la adhesión de Macedonia del Norte a la UE podría peligrar.

El programa de gobierno de Mickoski incluye las promesas de relanzar la economía —una de las más rezagadas de Europa, motivo de un éxodo migratorio— y el empleo para los jóvenes con fuertes inversiones públicas y foráneas, desterrar las prácticas corruptas y de abuso de poder en las altas esferas —uno de cuyos símbolos fue el predecesor de Mickoski en las jefaturas del partido y el Gobierno, Nikola Gruevski, hoy prófugo de la justicia—, bajar los impuestos y subir las pensiones.

(Texto actualizado hasta 3 julio 2024)


Hristijan Mickoski, casado y con dos hijos, es un ingeniero mecánico formado en la Universidad Santos Cirilo y Metodio de su Skopje natal. Por la época en que acabó la carrera, en 2001, Macedonia ya llevaba una década funcionando como Estado independiente, aunque reconocida internacionalmente bajo la denominación provisional de Ex República Yugoslava de Macedonia (FYROM, por su sigla en inglés), debido a la oposición de Grecia a su admisión en la ONU con el nombre de República de Macedonia por suspicacias de índole histórica y cultural centradas en la figura de Alejandro Magno.

Aunque existen discrepancias sobre este punto biográfico (algunos testimonios señalan un compromiso partidario muy posterior), desde los 20 años Mickoski era militante de la Organización Revolucionaria Interna de Macedonia-Partido Democrático para la Unidad Nacional Macedonia (VMRO-DPMNE). Esta formación de derecha nacionalista identificada con el elemento étnico y lingüístico mayoritario del país, el eslavomacedonio, se oponía a transigir con las exigencias griegas de abandono de determinados símbolos, mitos y narrativas nacionales (la macedonidad de Alejandro Magno, el Sol de Vergina), y era muy hostil también a las pretensiones soberanistas de los elementos radicales de la minoría albanomacedonia, motivo de una insurgencia armada y una cuasi guerra civil en 2001.

Mickoski elaboró las posturas sobre política energética del VMRO-DPMNE y ejerció de oficial electoral. Especialista en mecanismos de palanca y robótica, desde 2009 con el título de doctor, durante década y media Mickoski trabajó de ingeniero contratista municipal, asistente de docencia y profesor asociado en su Facultad de Ingeniería Mecánica, más sendos profesorados visitantes en las universidades técnicas de Viena y Sofía.

En 2015 el ingeniero accedió al entorno gubernamental como asesor sobre energía del primer ministro y líder del VMRO-DPMNE, Nikola Gruevski, quien en enero 2016 se plegó a dimitir en el marco de un acuerdo político de emergencia, mediado por la UE, con la Unión Social Demócrata de Macedonia (SDSM) para destensar la política nacional tras la enésima y peligrosa ola de pendencias entre los dos principales partidos del país, una crisis trufada de violencia en las calles y de mutuas acusaciones de golpismo. En 2003 Gruevski había sucedido en el mando del partido a Ljubco Georgievski, primer ministro en 1998-2002, y en 2006 había formado el primero de sus cuatro Gabinetes consecutivos. Mickoski mantuvo su labor asesora con el nuevo primer ministro del VMRO-DPMNE, Emil Dimitriev, fustigado también por los socialdemócratas entre acusaciones de corrupción y abuso de poder. Durante unos meses Mickoski dirigió además la empresa estatal de generación eléctrica ELEM.

Las elecciones legislativas de diciembre de 2016 fueron ganadas otra vez, como las cuatro votaciones anteriores, por el VMRO-DPMNE y sus socios de la alianza Por una Macedonia Mejor, pero ya solo con una raspada mayoría simple de 51 escaños. A Gruevski no le daban los números para formar gobierno con su aliado habitual, el partido albanés moderado Unión Democrática para la Integración (DUI/BDI), y en mayo de 2017 se resignó a dejar paso a la SDMS de su archirrival Zoran Zaev, cuyo nombramiento se resistió a tramitar el presidente de la República miembro del VMRO-DPMNE, Gjorge Ivanov.

En junio de 2017 Mickoski renunció a la dirección general de ELEM y se zambulló en la política partidaria como secretario general del VMRO-DPMNE. Siguió dando clases en la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad Santos Cirilo y Metodio, donde en 2020 obtendría la plaza de profesor titular.

Oposición dura del VMRO-DPMNE a los gobiernos de la SDSM

La definitiva caída en desgracia de Gruevski catapultó al liderazgo a Mickoski, hasta fechas recientes un político de muy bajo perfil que además carecía de mandatos representativos. El cambio de guardia en el VMRO-DPMNE se fraguó en el verano de 2017, cuando la justicia aceleró las diligencias penales contra el ex primer ministro por su presunta implicación en el caso de las escuchas ilegales realizadas por el Estado a unos 20.000 funcionarios, políticos y otros ciudadanos, gran escándalo que desató furiosas protestas antigubernamentales, condujo al Acuerdo de Przino con la SDSM en 2015 y desembocó en la dimisión pactada de Gruevski a comienzos de 2016. Gruevski también estaba procesado por la adquisición irregular de un coche oficial blindado.

El 11 de diciembre de 2017 Gruevski, al que aguardaban dos condenas carcelarias por abuso del cargo y blanqueo de capitales así como una peripecia de prófugo asilado en Hungría, anunció su renuncia al liderazgo del partido de resultas del descalabro sufrido en las elecciones municipales de octubre a manos de la SDSM. 12 días más tarde, en el 16ª Congreso del partido en la localidad de Valandovo, Mickoski fue elegido nuevo líder con el respaldo de 376 de los 438 delegados.

En sus primeras alocuciones como líder de la oposición al Gobierno Zaev, Mickoski habló de erradicar la corrupción, dignificar el sistema político, asegurar la independencia judicial, elevar el nivel de vida de la población y plasmar los objetivos nacionales del doble ingreso en la OTAN y la UE. Esta última membresía estaba solicitada desde 2004, pero sobre ella pesaba el veto implacable de Grecia, que exigía a Skopje un acuerdo satisfactorio para solventar la acerba disputa bilateral.

Mickoski se afanó en abrir distancias de Gruevski en cuanto a las sombras de corrupción y el abuso partidista de los recursos del Estado, pero no difirió sustancialmente en el lenguaje político, con acentos revanchistas, e identitario, una especie de versión local, con fuertes connotaciones históricas e irredentistas, del nacional-populismo en boga en tantos países del entorno. El VMRO-DPMNE era un partido comprometido con las aspiraciones euro-atlánticas de Macedonia, pero también esperaba un trato "digno" de los socios europeos, argüía su nuevo líder.

Las realizaciones de la esforzada actuación exterior de Zaev fueron fustigadas por Mickoski, que valoró los acuerdos firmados con los países vecinos como unos auténticos atentados contra los intereses de la nación. Así le pareció el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación suscrito con el primer ministro de Bulgaria, Boyko Borisov, en agosto de 2017 en Skopje y luego el Acuerdo Final para la Solución de Diferencias con Grecia, suscrito por Zaev y su homólogo heleno, Alexis Tsipras, junto al lago Prespa en junio de 2018.

El líder opositor tachó de "capitulación" y hasta de "genocidio del Estado legal y de la nación entera" el Acuerdo de Prespa, por el que Grecia daba luz verde a las negociaciones de adhesión a la UE y a la entrada en la OTAN de Macedonia (todavía, FYROM en los documentos internacionales) a cambio de añadir esta la etiqueta del Norte a su nombre oficial como país (para dejar claro que no tenía reclamaciones territoriales o culturales sobre la región homónima del norte de Grecia, cuyo emblema era el Sol de Vergina, hasta 1995 empleado por Skopje como bandera nacional sobre fondo rojo), y anunció una ofensiva parlamentaria de rechazo a las enmiendas constitucionales que el trascendental cambio requería.

El agresivo boicot del VMRO-DPMNE, con Mickoski en la oposición parlamentaria y su correligionario Gjorge Ivanov en la Presidencia de la República, al Acuerdo de Prespa y al cambio del nombre del país, en adelante República de Macedonia del Norte, resultó estéril porque la SDSM y sus aliados disponían de mayoría suficiente en la Sobranie: entre julio de 2018 y enero de 2019, con mucho forcejeo y alboroto, todos los cambios pactados con los griegos fueron aprobados y ratificados. 

Entre medio, en septiembre de 2018, tuvo lugar un referéndum no vinculante en el que el 94,2% de los pocos electores que acudieron a votar, solo el 36,7% del censo, aprobó las mudanzas legales. Sin embargo, al haber superado la abstención el 50%, el referéndum sobre el cambio del nombre nacional fue declarado inválido. Otro caballo de batalla de la oposición derechista fue la cooficialidad del idioma albanés, aprobada en enero de 2018 pese a los vetos suspensivos de Ivanov y el voto contrario de los diputados de Mickoski. En VMRO-DPMNE fracasó en las elecciones presidenciales de abril y mayo de 2019 con su candidata para suceder a Ivanov, la jurista constitucionalista Gordana Siljanovska-Davkova, quien fue derrotada por el socialdemócrata Stevo Pendarovski; cinco años después, ambos iban a correr inversa suerte en las urnas.

En octubre de 2019 Zaev anunció su intención de dimitir para dejar patente su disgusto por la negativa de la UE a fechar el arranque de las negociaciones de adhesión, transcurridos 14 años ya desde la oficialización de la candidatura. Las largas del Consejo Europeo fueron esgrimidas por Mickoski, que echó en cara a su adversario la falta de resultados prácticos del Acuerdo de Prespa. En enero de 2020 Zaev pasó el testigo al vicepresidente de la SDSM y ministro del Interior, Oliver Spasovski, quien convenció a Mickoski para, abriendo un paréntesis en el crudo antagonismo entre conservadores y socialdemócratas, colocar ministros en un Gobierno de gran coalición preelectoral que incorporaba también a los albaneses de la DUI/BDI.

Las contrastadas circunstancias del momento (ingreso en la OTAN, pandemia de la COVID-19, que interrumpió el buen curso económico, aprobación finalmente por el Consejo Europeo del inicio de las negociaciones de adhesión) se tradujeron en un casi empate entre el VMRO-DPMNE y la SDSM en las elecciones legislativas adelantadas del 15 de julio de 2020. Sin embargo, la alianza ¡Podemos! de Zaev superó en un punto de voto y en dos escaños a la alianza Renovación para Macedonia de Mickoski. De hecho, ambos bloques experimentaron un retroceso, perdiendo ocho escaños los socialdemócratas y siete los derechistas. El 30 de agosto de 2020, Zaev regresó al poder en coalición con el DUI/BDI.

El VMRO-DPMNE siguió por tanto en la oposición, al segundo Gobierno de Zaev y, desde enero de 2022, al Gobierno de Dimitar Kovacevski, al que Zaev transfirió el mando luego de la contundente victoria del grupo de Mickoski en las votaciones municipales de octubre de 2021. Para los socialdemócratas, el momento político era malo por el inesperado bloqueo al inicio de las negociaciones de adhesión a la UE que en noviembre de 2020 impuso Bulgaria. Ahora, el Gobierno de Sofía acusaba al de Skopje de no estar implementando determinados aspectos clave del Tratado de Amistad de 2017 y de permitir la difusión de "ideología antibúlgara". 

Esta situación dio munición a la retórica nacionalista de Mickoski, que volvió a emplear la palabra "capitulación" para referirse a las renovadas exhortaciones europeas a acometer más reformas legales y constitucionales, siempre para aplacar a gobiernos vecinos. El líder derechista acusó a su vez a Bulgaria de no reconocer la identidad histórica de la nación macedonia ni al macedonio como un idioma diferenciado del búlgaro.

El 16 de julio de 2022, en un ambiente de tensión y protestas callejeras, el grupo del VMRO-DPMNE en la Sobranie votó en contra de la propuesta francesa para levantar las objeciones búlgaras y que incluía los compromisos por parte de Macedonia del Norte de incorporar en su Constitución el reconocimiento de la existencia de la minoría étnica búlgara en el país, proteger sus derechos lingüísticos y penalizar los discursos de odio. Tres días después, las negociaciones de adhesión fueron lanzadas en Bruselas, con el recordatorio de las modificaciones legales y constitucionales por hacer.

 (Cobertura informativa hasta 1/1/2024).

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