Hermes Binner

En 2007, luego de dos ejercicios como intendente de Rosario y al segundo intento, el médico socialista Hermes Binner ganó la elección a gobernador de Santa Fe, convirtiéndose en el primero no justicialista en la provincia y el primero de su partido en toda Argentina. Su elogiada gestión en Santa Fe, centrada en un innovador esquema de regionalización provincial, la potenciación de la red sanitaria y el concepto de ciudadanía participativa, le dio notoriedad nacional y surtió de propuestas su programa para las presidenciales de octubre de 2011.

A las mismas, Binner acudió invocando la corrección de los desequilibrios territoriales en el marco de un "nuevo federalismo" descentralizado, la "nacionalización" de la sanidad y la educación públicas, la recuperación del diálogo político e institucional, y una batería de leyes progresistas en materia de costumbres sociales. Su modelo, de tipo socialdemócrata moderado, se presentaba como alternativa al oficialismo kirchnerista bajo la bandera del Frente Amplio Progresista, coalición en la que el PS compartía proyecto con otros partidos orientados a la izquierda, siendo su referente expreso el Frente Amplio del vecino Uruguay. Desde las primarias de agosto, Binner era el único aspirante opositor que había tomado vuelo en los sondeos, hasta consolidarse en un segundo, aunque lejano, segundo lugar tras la clara favorita, la presidenta reeleccionista Cristina Fernández de Kirchner. Con un pobre 16,8% de los votos, Binner fue contundentemente batido por Fernández.

En mayo de 2012 el dirigente santafesino tomó las riendas del PS en sucesión de Rubén Giustiniani y tras las legislativas nacionales de octubre de 2013 estuvo de vuelta en la Cámara de Diputados, donde representó a su provincia y condujo el grupo parlamentario del Frente Amplio Progresista. Dos años después, renunció a una segunda candidatura presidencial y se presentó para senador, pero no consiguió ganar el curul. En junio de 2020, enfermo de Alzheimer, falleció a causa de una neumonía a los 77 años de edad.

1. Un médico socialista
2. Intendente de Rosario y gobernador de Santa Fe
3. Candidato pujante del centro-izquierda para enfrentarse con Cristina Fernández


1. Un médico socialista

Nieto de inmigrantes oriundos del cantón suizo de Valais y criado en una familia santafesina con inclinaciones musicales, cursó la carrera de Medicina en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), por la que en 1970, tras nueve años de estudios, se tituló con la doble especialidad de Anestesiología y Medicina del Trabajo. Su primera residencia fue en el Hospital Italiano de Buenos Aires, donde fungió de anestesista pediátrico. Posteriormente ejerció en la sanidad pública, con consulta en los barrios obreros de Rosario, en paralelo a una actividad gremial en el Colegio de Médicos y en la Asociación Médica de Rosario.

Aún en la escuela, en los años del Gobierno del radical Arturo Frondizi, despuntó su militancia política en el dividido movimiento socialista. Binner dio sus primeros pasos en el Partido Socialista Argentino (PSA), que lideraban entre otros Alfredo Palacio y Alicia Moreau de Justo. El PSA era el ala izquierdista, con inclinaciones revolucionarias, separada en 1958 del sector moderado y abiertamente antiperonista del viejo PS, el cual dio lugar a su vez al Partido Socialista Democrático (PSD). En 1972, el PSA, tras sufrir un reguero de escisiones marxistas, maoístas y trotskistas, se fusionó a otros grupos afines. La formación resultante se llamó Partido Socialista Popular (PSP) y Binner figuró entre sus organizadores.

En la década de los ochenta, vía concurso de méritos profesionales y académicos, Binner desempeñó los cargos de subdirector y director en diversos hospitales de la red pública de la Provincia de Santa Fe. En diciembre 1989 su carrera médica se orientó a la función administrativa al ser reclutado por la Municipalidad de Rosario para encabezar la Secretaría de Salud Pública. El cargo le fue ofrecido por el nuevo intendente de la ciudad, Héctor José Cavallero, antiguo compañero de estudios en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR y luego colega de militancia en el PSP, el cual, por su parte, abrió una era de colaboración con el PSD en la alianza Unidad Socialista. Como secretario de Salud de Rosario, Binner diseñó un innovador modelo sanitario que mereció el elogio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y puso en marcha el Centro de Estudios Municipales y Provinciales (Cemupro), entidad dedicada al estudio y elaboración de políticas públicas locales de corte progresista.

En 1991 hizo una apuesta política de calado al secundar al fiscal Luciano Molina, del Partido Demócrata Progresista (PDP), en su fórmula para la gobernación de Santa Fe, una provincia mayoritariamente peronista pero que presentaba la clamorosa excepción de Rosario, en adelante firme bastión socialista. La boleta de Honestidad, Trabajo y Eficiencia (HTE), que así se llamó la alianza de socialistas y demoprogresistas, con Binner para vicegobernador quedó en tercer lugar tras la Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Justicialista (PJ), cuyo candidato, el ex piloto de Fórmula 1 Carlos Alberto Reutemann, retuvo para su partido el Gobierno provincial.


2. Intendente de Rosario y gobernador de Santa Fe

En 1993 Binner ganó su primer mandato electoral con la Unidad Socialista, una concejalía en el consistorio rosarino, que brindó la plataforma para aspirar a puestos políticos de mayor relieve. En las elecciones de 1995 contendió con éxito por el cargo de intendente, cuya renovación Cavallero no persiguió al preferir postularse para el Gobierno de Santa Fe, liza en la que sin embargo perdió frente al justicialista Jorge Obeid. El 10 de diciembre de 1995 el facultativo inauguró su primer mandato como alcalde de Rosario, al que encadenó un segundo en 1999. Ese año, la Unidad Socialista acudió a las elecciones generales integrada en la confederación de centro-izquierda Frente País Solidario (Frepaso), a su vez asociado a la UCR en La Alianza. El aliancista radical Fernando de la Rúa se impuso en la elección a presidente, pero en Santa Fe, su compañero de partido Horacio Usandizaga, predecesor de Binner en la intendencia entre 1983 y 1989, fue batido por Reutemann.

Según reza su reseña oficial de vida, los ocho años de gestión de Binner al frente de la tercera ciudad más poblada del país, que en su segunda mitad coincidieron con la destructiva crisis financiera y económica nacional de 1999-2002, se caracterizaron por "la descentralización municipal y la participación ciudadana, la jerarquización del espacio público y la prioridad en planes sociales en defensa de la niñez, la juventud, la educación, la salud y el trabajo". Asimismo, "posicionó estratégicamente a Rosario como centro metropolitano de una vasta región de influencia tanto nacional como internacional", tarea que desarrolló en su condición de miembro fundador y secretario ejecutivo de la red Mercociudades en el seno del Mercosur, presidente del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU) y presidente de la Federación Argentina de Municipios (FAM).

Las políticas municipales de Rosario, que vio potenciada su red sanitaria y experimentó con los presupuestos participativos abiertos a las propuestas y la deliberación de los vecinos, fueron galardonadas en estos años por la UNESCO (mención honorífica en la edición 1998-1999 del premio Ciudades por la Paz), la OPS (Ejemplo a seguir por su gestión en Salud, 2002), y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ( Experiencia Ejemplar de Gobernabilidad Local en la Región, 2003).

Llegado 2003, y como miembro ya del reconstituido PS merced a la fusión en 2002, tras 44 años de ruptura, del PSP y el PSD, Binner lanzó su primera candidatura a gobernador de Santa Fe. Los sondeos indicaron desde el principio que su envite era un fuerte desafío a la hegemonía provincial del PJ. La votación, celebrada el 7 de septiembre, sonrió de entrada al socialista al recibir el mayor número de votos, 581.000, pero la controvertida ley de lemas vigente en la provincia le birló la victoria efectiva: puesto que se sumaban los porcentajes sacados por las tres candidaturas (sublemas) peronistas de Obeid, Cavallero (el ex intendente socialista) y Alberto Hammerly, el mejor situado de la fórmula, Obeid, se proclamó gobernador con el 43,5% de los votos, cinco puntos más que Binner.

El escenario no fue más que una repetición de lo sucedido en 1991, 1995 y 1999, beneficiando siempre a los justicialistas, cuyos principales caudillos provinciales, Reutemann y Obeid, venían turnándose en el despacho de la Casa Gris. Por lo que se refiere a las elecciones presidenciales del 27 de abril, que condujeron a la Casa Rosada al peronista Néstor Kirchner, la fórmula del PS formada por Alfredo Bravo y Rubén Giustiniani quedó en octavo lugar puesto con el 1,1% de los votos. El resultado testimonió la escasa raigambre de los socialistas a nivel nacional.

El 10 de diciembre de 2003 Binner se despidió de la intendencia rosarina, que pasó a manos de su lugarteniente en el ayuntamiento, Roberto Miguel Lifschitz, elegido para el cargo por un estrechísimo margen. A continuación, se dedicó a preparar su candidatura a diputado nacional por Santa Fe, la cual formalizó, como cabeza de la misma, en la lista del Frente Progresista, Cívico y Social (FPCS), coalición forjada en la provincia por el PS y la UCR. El 23 de octubre de 2005, con el 42,8% de los votos (el 3,7% en el cómputo nacional), el Frente radical-socialista se impuso con claridad a la kirchnerista Alianza Frente para la Victoria (FPV) y llevó a Buenos Aires cinco de los nueve diputados en juego.

El mandato en la Cámara de Diputados de la Nación era por cuatro años, pero sus excelentes resultados en Santa Fe convencieron a Binner de que tenía todas las de ganar en los próximos comicios a gobernador, más porque no iban a regirse por la perjudicial ley de lemas, derogada por la Cámara provincial en agosto de 2004. Las posibilidades de convertirse en el primer gobernador santafesino no justicialista desde la restauración democrática en 1983 (y en el primer gobernador socialista de la República) cobraron más fuerza al adherirse al FPCS otras formaciones del centro y la izquierda: el PDP, la Afirmación para una República Igualitaria (ARI), el Encuentro Popular, el Frente Grande, el Partido Intransigente y el Partido Comunista. Muchas de las propuestas de campaña fueron formuladas por el Cemupro, de cuya comisión directiva Binner era presidente.

Con la abogada criminalista Griselda Tessio como compañera de fórmula, Binner venció el 2 de septiembre de 2007 con el 48,7% de los sufragios; sus inmediatos perseguidores, Rafael Antonio Bielsa por el FPV y Alicia Ester Tate por un sector disidente de la UCR, se quedaron con el 38,8% y el 2,1%, respectivamente. El 28 de octubre siguiente tocaron las elecciones presidenciales, en las que Binner y el PS apostaron por la ex radical Elisa María Carrió, líder de la ARI y cabeza de la Coalición Cívica (CC). Llevando a Rubén Giustiniani, el presidente del PS, como candidato a vicegobernador, Carrió no pudo doblegar a la aspirante del oficialismo, la senadora y primera dama de la nación Cristina Fernández de Kirchner.

Al tomar posesión del Gobierno de Santa Fe el 11 de diciembre de 2007, Binner se propuso aplicar a la provincia las políticas públicas de bienestar social, participación ciudadana, descentralización administrativa e inserción regional desarrolladas en Rosario con resultados tangibles. Apoyado en la mayoría del FPCS en la Cámara baja, donde el oficialismo disponía de 28 de los 50 diputados, el nuevo gobernador acometió la reforma del sistema provincial de salud a fin de reafirmar su carácter público y gratuito, y diseñó un innovador esquema de organización territorial.

De acuerdo con el Plan Estratégico Provincial (PEP), puesto en marcha en 2008, Santa Fe quedaba organizada en cinco regiones con sus respectivos nodos o cabeceras urbanas. Bajando de norte a sur, estas nuevas divisiones subprovinciales eran: Región 1, con Nodo en Reconquista; Región 2, con Nodo en Rafaela; Región 3, con Nodo en Santa Fe; Región 4, con Nodo en Rosario; y Región 5, con Nodo en Venado Tuerto. En cada Nodo se estableció un Centro Cívico que brindaba el espacio para unas Asambleas Ciudadanas de carácter anual en las que alrededor de 20.000 santafesinos se hicieron copartícipes de la ejecución del PEP. El equipo de Gobierno de Santa Fe presumió de altos niveles de eficacia y transparencia en su gestión, una apreciación que en buena medida fue compartida por observadores y comentaristas. Sin embargo, llamaba poderosamente la atención el abultado número de familiares directos y otros parientes del gobernador que ostentaban cargos funcionariales en Rosario, situación que se remontaba a la época como intendente.

Así, tal como la prensa local se encargó de revelar, tres de sus cinco hijos (el fruto de dos matrimonios), Carolina, María Laura y Varinia, se desempeñaban en el aparato sanitario de la administración municipal, la primera como responsable en la Dirección Primaria de la Salud y las otras dos como jefas de sección en sendos hospitales públicos. Dos yernos, continuaban los informes periodísticos, ejercían en el área de Vivienda y en el Banco Municipal de Rosario. Por otro lado, su propia esposa, Silvana Neris Codina, arquitecta de profesión, tenía relación profesional con un estudio contratado habitualmente por el Gobierno provincial en licitaciones para levantar equipamientos médicos y educativos. Codina, además, asesoraba al Gobierno en cuestiones arquitectónicas, si bien se trataba de un servicio no retribuido. Distintos sectores de la oposición, en particular el peronismo, criticaron a Binner por dar rienda suelta al "nepotismo" en Santa Fe.

Las contratas de obras públicas, en ocasiones adjudicadas directamente, sin licitación, también estaban en su punto de mira. En junio de 2010 se generó un escándalo a raíz del impago por un contratista del grueso de una multa que le había sido impuesta por no entregar en el plazo de obra la construcción del casino de Rosario. Según los denunciantes, Binner le "perdonó" al constructor unos 20 millones de pesos.


3. Candidato pujante del centro-izquierda para enfrentarse con Cristina Fernández

De cara a las elecciones legislativas nacionales del 28 de junio de 2009, el PS se involucró en la más ambiciosa confluencia nacional del centro-izquierda no peronista desde el fallido experimento de la Alianza UCR-Frepaso una década atrás. Con los objetivos de concentrar el voto progresista crítico con el kirchnerismo y restarle cuotas de poder al FPV, los de Binner trabaron coalición con la UCR, donde empezaba a llevar la voz cantante Ricardo Alfonsín, hijo del ex presidente Raúl Alfonsín, la Coalición Cívica y formaciones menores de ámbito provincial; la CC la integraban a su vez la ARI de Carrió, Política Abierta para la Integridad Social (PAIS) y Generación para un Encuentro Nacional (GEN).

El llamado Acuerdo Cívico y Social (ACyS) disputó con éxito al FPV las legislativas parciales al conseguir reducirle a la condición de simple primera mayoría del Congreso, aunque en su seno el PS fue la excepción y sufrió un retroceso, pasando de diez a seis diputados. En Santa Fe siguió funcionando el FPCS, con la adición de la CC; las elecciones nacionales en el distrito depararon una desagradable sorpresa a los socialistas y sus aliados, ya que, con 661.000 votos, consiguió empatarles la lista del Frente Santa Fe Federal, que conformaban la facción peronista de Reutemann, el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), el Partido Demócrata Cristiano y el Partido Conservador Popular. De los nueve diputados sujetos a renovación, cuatro fueron para el FPCS, cuatro para el Frente Santa Fe Federal y uno para la Alianza del FPV.

Binner, que venía practicando una oposición no sistemáticamente impugnadora (algunos de los proyectos del Ejecutivo merecían su aprobación, como la polémica Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, por la que el PS votó a favor en el Congreso), tenía ambiciones presidenciales y a lo largo de 2010 escuchó los insistentes llamamientos de Alfonsín a reeditar el ACyS para presentar un candidato unitario del centro-izquierda en las elecciones de octubre de 2011. Naturalmente, el líder radical se veía a sí mismo para ese cometido, pero ofreció a Binner, a estas alturas uno de los políticos más sólidos y, pese a su provecta edad -67 años-, prometedores del país, secundarle en su fórmula con el fin de no convertir las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias –a celebrar por todos los partidos electorales meses antes de los comicios generales- en un duelo fratricida.

El dirigente socialista no quiso comprometerse a nada, aunque desde la Coalición Cívica-ARI, Carrió ya indicó a las claras que ella acudiría a las presidenciales por su cuenta. Finalmente, las discusiones sobre la formación de un "frente progresista" de componente radical-socialista no llegaron a buen puerto, obligando a Alfonsín a buscar apoyos en el centro-derecha. Desde un principio, con quien mejor se entendió Binner fue con la líder de la GEN, Margarita Rosa Stolbizer, flamante diputada nacional por Buenos Aires, ex miembro disidente de la UCR, retirada ya de la coalición de Carrió y bien conocida por su postura antikirchnerista. Radical de tendencias socialista, los planteamientos de Stolbizer casaban bastante bien con la ideología de Binner, parangonable, salvando algunas distancias, a la socialdemocracia europea. La convergencia del PS y la GEN fue el pilar del Frente Amplio Progresista (FAP), coalición que se inspiraba en el Frente Amplio uruguayo; su líder histórico, el ex presidente del país vecino (y, como él, médico y socialista) Tabaré Vázquez, dicho sea de paso, durísimamente enfrentado con el Gobierno Kirchner por el conflicto de las papeleras del río Uruguay, era un ejemplo a seguir para Binner, quien se reunió con él y le elogió en público.

El 11 de junio de 2011 el V Congreso Extraordinario del PS, reunido en Buenos Aires bajo la consigna de Solidaridad, Participación y Transparencia, proclamó la fórmula presidencial que formaban Binner y la senadora Norma Elena Morandini, del Partido Nuevo de Córdoba (PNC). Asimismo, se anunció que Stolbizer sería la candidata a la gobernación de Buenos Aires. Según el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PS, Giustiniani, la selección de estas personalidades obedecía a "la necesidad de ofrecer una alternativa progresista y de centroizquierda”. Tres días después, al filo del plazo legal para inscribir las agrupaciones, el espacio electoral liderado por Binner dio a conocer su nombre. Además del PS, la GEN y el PNC, daban vida al FAP Solidaridad e Igualdad, el Movimiento Libres del Sur, Buenos Aires para Todos y la Unidad Popular. Un octavo socio, el Movimiento Proyecto Sur, se separó posteriormente. En conjunto, el FAP disponía de 21 escaños en la Cámara de Diputados de la Nación.

El 24 de julio tuvieron lugar las elecciones provinciales en Santa Fe. El candidato oficialista a suceder a Binner a partir del 10 de diciembre, Antonio Bonfatti, actualmente ministro de Gobierno y Reforma del Estado, se aseguró la gobernación con el 38,7% de los votos. Se trataba de un resultado bastante sobrio, sólo en tres puntos y medio superior al obtenido por Miguel Torres del Sel, de la Unión Pro Federal, lista liderada por el partido liberal conservador Propuesta Republicana (PRO) de Mauricio Macri, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El postulante de kirchnerismo, Agustín Rossi, sacó el 22,2%. El 14 de agosto fue Binner quien se sometió a las urnas con motivo de la elección nacional primaria. Con el 10,2% de los sufragios, quedó en cuarto lugar tras Cristina Fernández (viuda de Kirchner desde octubre del año anterior), gran favorita para ganar la reelección el 23 de octubre a la luz del 50,2% cosechado ahora, Alfonsín por la Unión para el Desarrollo Social (el 12,2%) y el ex presidente peronista Eduardo Duhalde por el Frente Popular (el 12,1%). Por detrás de él quedaron el también justicialista Alberto Rodríguez Saá, por Compromiso Federal, y Carrió, por la CC.

Aunque la cuota de votos ganada por el socialista en las primarias no parecía especialmente llamativa, debía analizarse con un enfoque diacrónico: apenas dos meses antes, cuando el FAP se dio a conocer, él era el farolillo rojo de los seis candidatos citados. Justo después de las primarias, Binner progresó velozmente en los sondeos, de manera que a mediados de septiembre ya disfrutaba de una sólida segunda posición con una expectativa de voto por encima del 15%. Sin embargo, la fortaleza de Fernández, salvo desfondamiento en la recta final de la campaña, hacía muy difícil el escenario de la segunda vuelta, requerida por la ley electoral si el candidato más votado no supera la barrera del 45% o el 40% más una diferencia mínima del 10% respecto al candidato perseguidor, quien sería, de seguir así las cosas, Binner.

El 23 de septiembre, con la satisfacción de conocer su excelente rendimiento en las últimas encuestas, Binner presentó el programa de gobierno del FAP en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires capital. El orador explicó que las propuestas del frente daban respuesta a una serie de "necesidades urgentes", como podían ser "recuperar la credibilidad de la política y su capacidad de construir una sociedad más justa", "crear una nueva forma de convivir y de entendernos a través del diálogo, la participación y el consenso", conseguir que el Estado volviera a "estar cerca de la gente, promoviendo derechos", hacer de ese mismo Estado una estructura "descentralizada, construida de abajo hacia arriba", y "trabajar juntos por una Argentina que recupere protagonismo en el mundo y permita el desarrollo equilibrado de su territorio y sus habitantes".

Más en concreto, el programa incorporaba todas las propuestas e ideas desarrolladas en Rosario y Santa Fe, y otras elaboradas por el Cemupro y consensuadas con los socios del FAP. Destacaban la revisión del modelo de Estado para reducir el centralismo bonaerense en favor de un federalismo más simétrico que permitiera el desarrollo equitativo de todas las regiones y provincias, donde las "enormes diferencias" territoriales se manifestaban de manera sangrante en los servicios públicos de salud y educación.

Así, un Gobierno suyo establecería un Sistema Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo con cobertura integral y un Sistema Nacional de Protección Social, e inauguraría un Congreso Nacional de Salud que se reuniría periódicamente y estaría abierto a la participación ciudadana. En el terreno educativo, se aprobaría una Ley Nacional para el Financiamiento del Sistema Educativo y se reformaría la Ley de Educación Superior, con la meta de ofrecer "una educación pública de calidad, inclusiva y homogénea en todo el país que garantice la calidad del aprendizaje". Otras medidas, presentadas como de corte social y progresista, se implementarían en los ámbitos de la vivienda, el medio ambiente y el desarrollo sostenible, y las costumbre sociales, donde habría una serie de leyes novedosas sobre la identidad de género (pensada para los transexuales), el matrimonio homosexual, el acuerdo prenupcial y la reproducción asistida.

Igualmente, Binner se mostraba partidario de adoptar "soluciones institucionalizadas" de política alimentaria, reconocer los derechos de los pueblos originarios (indígenas) para ir "hacia un Estado pluricultural", despenalizar el consumo de drogas como fórmula para avanzar en el combate al narcotráfico, reformar la justicia y la policía para mejor combatir la inseguridad ciudadana y la violencia de género, y elevar el haber mínimo de las jubilaciones al 82% móvil del salario mínimo del país, tal como se venía haciendo en Santa Fe.

(Cobertura informativa hasta 14/10/2011)