Heinz Fischer
Presidente federal de la República (2004-2016)
Nacido en Graz pero crecido y educado en Viena, se sacó el bachillerato en el afamado Instituto de Humanidades Fichtnergasse de la capital austríaca y luego cursó la especialidad de Ciencias Jurídicas y Políticas en la Universidad de Viena, por la que obtuvo el doctorado en 1961. Con 23 años empezó a practicar la defensa legal en los juzgados vieneses, pero la actividad política, en las filas del Partido Socialista de Austria (SPÖ, desde 1991 conocido como Partido Socialdemócrata de Austria), le marcó desde muy pronto su trayectoria profesional. En 1962, estando el SPÖ en la oposición al Gobierno del conservador Partido Popular Austríaco (ÖVP) que encabezaba el canciller federal Alfons Gorbach, Fischer entró en la plantilla de asistentes jurídicos de la bancada de diputados socialistas en el Nationalrat o Consejo Nacional, la Cámara baja del Parlamento federal. Al año siguiente adquirió el puesto burocrático de secretario del grupo parlamentario del SPÖ, un trabajo a tiempo completo que le permitió familiarizarse con los procedimientos legislativos y le brindó un trampolín inmejorable para realizar el salto a la política representativa.
De cara a las elecciones generales de julio 1971 el partido le incluyó en su lista de candidatos de la circunscripción de Viena. En estos comicios, el partido convirtió su mayoría relativa de 1970 en mayoría absoluta y Fischer ganó su primer mandato popular, que iba a revalidar consecutivamente en todas las elecciones, nueve, celebradas hasta 2002. Tras la edición de octubre de 1975, que confirmó la mayoría absoluta del SPÖ y permitió al presidente del partido, Bruno Kreisky, renovar al frente de la Cancillería federal por otros cuatro años, Fischer fue promovido a jefe adjunto del grupo parlamentario socialista, y en 1979 se convirtió en uno de los vicepresidentes del partido. Desde 1978 simultaneó la práctica política con la enseñanza teórica, como profesor y, a partir de 1994, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Innsbruck.
En las elecciones de abril de 1983 el SPÖ volvió a ganar, pero ya sin mayoría absoluta, lo que empujó al veterano Kreisky a traspasar el testigo al vicecanciller Fred Sinowatz, quien negoció un gobierno de coalición con el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ). Fischer, distinguido hasta la fecha como uno de los dirigentes del partido más próximo a Kreisky, fue escogido por Sinowatz para portar la cartera de Ciencia e Investigación en el gabinete bipartito que tomó posesión el 24 de mayo. En los cuatro años siguientes, Fischer desempeñó su función ejecutiva sin un pie en el Legislativo, ya que renunció a su acta de diputado.
En la legislatura siguiente, alumbrada por las elecciones de noviembre de 1986, la nueva política de alianzas decidida por Franz Vranitzky, canciller desde junio anterior, supuso el regreso del Gobierno de gran coalición SPÖ-ÖVP, ausente desde 1966. En el reparto de las cuotas de poder, el Ministerio de Ciencia e Investigación correspondió a los populares y Fischer, el 21 de enero de 1987, retornó a su escaño en el Nationalrat, en el que acababa de ser reelegido, en calidad de presidente del grupo parlamentario socialista. Celebradas las siguientes elecciones el 7 de octubre de 1990, el 5 de noviembre del mismo año la renovación del pacto entre socialistas y populares le permitió ser elegido presidente de la Cámara. Cuando en 1992 se constituyó el Partido Socialista Europeo (PSE) para agrupar a los partidos socialistas, socialdemócratas y laboristas mayoritarios de los países miembros y asociados de la Comunidad Económica Europea, Fischer fue elegido uno de sus vicepresidentes.
Fischer se mantuvo como presidente del Nationalrat tras las elecciones del 9 de octubre de 1994, 17 de diciembre de 1995 y 3 de Octubre de 1999. En la edición de 1999, el SPÖ, liderado desde hacía dos años por Viktor Klima, cosechó los peores resultados en el último medio siglo –el 33,1% y 65 escaños- y, aunque logró conservar la primacía, estuvo seguido de cerca por el ÖVP de Wolfgang Schüssel y el FPÖ de Jörg Haider, que empataron en los 52 escaños. Al principio, las negociaciones para prolongar la coalición roji-negra (por los colores emblemáticos de los respectivos partidos) discurrieron positivamente y uno de sus resultados fue la reelección de Fischer cuando se constituyó el Parlamento. Pero en enero Schüssel decidió que prefería aliarse con Haider a pesar de su problemático perfil ultraderechista, así que el SPÖ fue descabalgado del Ejecutivo austríaco por primera vez en 30 años.
Luego de las elecciones del 24 de noviembre de 2002, ganadas con autoridad por el ÖVP, que se benefició del hundimiento del FPÖ, víctima de las luchas cainitas y las contradicciones de su populismo derechista, y que neutralizó la sensible recuperación experimentada por el SPÖ, Fischer tuvo que dejar la presidencia del Legislativo austríaco al popular Andreas Khol, si bien, desde el 20 de diciembre, continuó formando parte del Presidium del hemiciclo como presidente segundo.
En mayo de 2003 Fischer estuvo presente en el Comité Fundacional de la Convención Austríaca, un panel de altas autoridades del Estado y responsables políticos encargado de activar los trabajos para la formulación de propuestas sobre una reforma en profundidad del Estado y la Constitución nacionales. Tal iba a ser la misión de la Convención, inaugurada en Viena el 30 de junio siguiente y contando a Fischer entre sus 70 miembros (consistentes en cargos electos en los distintos niveles de representación popular —federal, estatal y local—, así como juristas y exponentes de la sociedad civil), divididos en diez grupos de trabajo.
En enero de 2004 el SPÖ presentó a Fischer, que continuaba siendo vicepresidente del partido y miembro de su Presidium, como su candidato a presidente federal en las elecciones del 25 de abril, de las que debía salir el sucesor de Thomas Klestil, aupado al puesto en 1992 por cuenta del ÖVP y al que la Constitución tenía vedada la segunda reelección consecutiva. A Fischer le opuso el partido del canciller Schüssel una contrincante de peso, la ministra de Asuntos Exteriores desde 2000, Benita Ferrero-Waldner, quien hizo hincapié en su experiencia internacional y su poliglotismo, y en el mensaje de que había llegado la hora para Austria, país miembro de una Unión Europea (UE) en trance de construir una defensa común y de asumir un rol más activo en las situaciones de crisis de seguridad fuera de sus fronteras, de reconsiderar su estatuto de neutralidad. Ferrero-Waldner cortejó también el voto del FPÖ, el socio gubernamental de su partido, que no presentó candidato propio.
Aparte, los que no simpatizaban con Fischer destacaron su imagen ligeramente descolorida, de regusto burocrático, con tono peyorativo, su condición de "político profesional" (berufspolitiker), presuntamente ajeno a las preocupaciones del ciudadano de a pie, y su tendencia a zafarse de cualquier asomo de conflicto o controversia, observada a lo largo de su carrera política. Fischer explicó que, de llegar a la Presidencia, en tanto que comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, no pondría obstáculos a una decisión del Gobierno de tomar parte con tropas en una hipotética misión europea de pacificación o de carácter humanitario, escenario asumido por todos los socios de la UE, inclusive Austria, que están embarcados en la Política Europea de Seguridad y de Defensa (PESD).
Fischer, además, se declaró partidario de no revocar el estatus de neutralidad, ya relativizado por los compromisos asumidos con la PESD, y de preservar el carácter específico de la doctrina de seguridad y de defensa de Austria, que no admite compromisos de defensa colectiva con otros países. Sin embargo, era de la opinión que el Estado podía suscribir una suerte de "pacto de solidaridad" con los socios comunitarios miembros de la OTAN que deseran ir más allá de los objetivos comúnmente trazados por la PESD y estrechar la cooperación en aras de una defensa común estrictamente europea. Asimismo, Fischer ironizó con el bagaje diplomático de su rival, asegurando que él destinaría más tiempo a escuchar las quejas de la gente de casa. Finalmente, reconoció que detestaba las situaciones de antagonismo y que rehuía la pugnacidad, pero ésto, antes que un defecto, le pareció una virtud en cualquier pretendiente a un puesto de la prestancia de la Presidencia de la República, cuyo titular, de ser necesario, ha de mostrar aptitudes para el consenso y el arbitrio de las instituciones principales del sistema político austríaco, el Parlamento y el Gobierno.
Las encuestas concedían a Fischer una ligera ventaja sobre Ferrero-Waldner y el 25 de abril, siendo la participación del 70,8%, el aspirante socialista confirmó los pronósticos llevándose la Presidencia con el 52,4% de los sufragios frente al 47,6% de la popular. Por incompatibilidad constitucional (que no afecta a la pertenencia a un partido político), el presidente electo renunció a su asiento en la Convención Austríaca el 10 de mayo y a su acta de diputado del Nationalrat el 16 de junio.
La ceremonia de la toma de posesión, a celebrar en solemne sesión conjunta del Nationalrat y el Bundesrat o Consejo Federal (Cámara alta), que en estas situaciones dan lugar a la Bundesversammlung o Asamblea Federal, estaba fijada para el 8 de julio, cuando expiraba el mandato del presidente saliente. Sin embargo, se produjo la fatalidad de que Klestil, castigado por la salud en los últimos años, sufrió el 5 un ataque al corazón del que falleció al día siguiente. La fecha de la asunción de Fischer no fue adelantada, sino que se ejecutó la previsión constitucional en caso de vacancia en la Presidencia, así que durante 48 horas las funciones propias del jefe del Estado corrieron a cargo del Presidium tripartito del Nationalrat. El 8 de julio Fischer prestó juramento con mandato hasta 2010 en un acto marcado por el luto nacional.
Titular de un puesto que sobre el papel no es meramente protocolario y representativo del Estado (así, la Constitución austríaca otorga al presidente la facultad de rechazar los nombramientos ministeriales y de disolver el Parlamento en circunstancias muy precisas; precisamente, Klestil hizo uso de la primera atribución cuando se formó el Gobierno de coalición entre el ÖVP y el FPÖ, vetando como ministros a dos dirigentes del partido de Haider por su perfil ultraderechista, mientras que la segunda prerrogativa nunca ha sido ejercida desde la proclamación de la II República austríaca en 1945), aunque en la práctica sí se ajusta a ese cometido, Fischer es el octavo jefe del Estado desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el primero socialdemócrata desde Rudolf Kirchschläger (1974-1986) y el primero desde el también socialista Franz Jonas (1965-1974) que no tiene un historial de funcionario en el servicio diplomático.
En el haber intelectual del nuevo presidente austríaco, que se define como una persona agnóstica, figuran varios ensayos sobre ciencias jurídicas, politología y análisis de la socialdemocracia nacional y europea, entre los que se citan: Das politische System Österreich (1974); Positionen und Perspektiven (1977); Forschungspolitik für die 90er Jahre (1985); Die Kreisky-Jahre, 1967-1983 (1993); Die Zukunft der Europäischen Sozialdemokratie (1997); y, Wende Zeiten: ein Österreichischer Zwischenbefund (2004). Asimismo, en 1998 publicó una autobiografía, Reflexionen. Hasta el momento de su elección, Fischer formaba parte de los equipos editoriales de las publicaciones austríacas Journal für Rechtspolitik (Revista de Política Jurídica), Österreichische Zeitschrift für Politikwissenschaft (Revista Austríaca de Ciencia Política) y Europäische Rundschau, amén del órgano doctrinal del SPÖ Die Zukunft.
Hombre polifacético que ha reflejado sus intereses e inquietudes en campos diversos, Fischer, fue también presidente del Fondo Nacional de la República de Austria para las Víctimas del Nacionalsocialismo, la asociación de montañismo Die Naturfreunde Österreichs, la Federación de Institutos de Cultura para Adultos de Austria, la Asociación de Historia del Movimiento Obrero (VGA) y el Foro Europeo para la Democracia y la Solidaridad (EFDS), este último en calidad de fundador, en 1993. Su esposa Margit, apellidada Binder de soltera, es una experta en diseño textil y artes aplicadas que desde 1995 preside el Consejo de Mujeres Austríacas. El matrimonio tiene dos hijos.
(Nota de actualización: esta biografía fue publicada el 22/9/2004. Heinz Fischer, presidente de Austria desde el 8/7/2004, fue reelegido para un segundo ejercicio de seis años en las elecciones presidenciales del 25/4/2010; concurriendo como independiente aunque nominado por el SPÖ, Fischer se impuso con el 79,3% de los votos a Barbara Rosenkranz, del FPÖ, y a Rudolf Gehring, del CPÖ. El segundo mandato presidenial de Fischer transcurrió entre el 8/7/2010 y el 8/7/2016. Su sucesor fue, desde el 26/1/2017, Alexander Van der Bellen).