Elly Schlein

Por primera vez en la historia de la República Italiana, la principal fuerza política de todo el sector del centro-izquierda está liderada por una mujer, Elly Schlein. Con una trayectoria de corto recorrido en las instituciones políticas, Schlein fue elegida en febrero de 2023 para suceder en la Secretaría del Partido Democrático (PD), segundo del Parlamento, al ex primer ministro Enrico Letta, quien renunció por los malos resultados cosechados en las elecciones generales de septiembre de 2022. El 12 de marzo la Asamblea Nacional del PD proclamó secretaria de Schlein, que a sus 38 años pasa a liderar la oposición al Gobierno de coalición derechista de la primera ministra Giorgia Meloni.

Su propósito es vigorizar una agrupación, lejana y muy transformada nieta tanto del Partido Comunista como de la Democracia Cristiana, que dejó de mandar el Ejecutivo en 2018 y que desde su fundación en 2007 ya ha tenido una decena de secretarios nacionales. Los acentos eco-sociales, feministas y pro-LGBT de Schlein (un "solo proyecto de lenguaje fresco, métodos innovadores y nuevos contenidos y rostros", una "pequeña gran revolución", una "nueva primavera", sostiene) podrían traducirse en un sensible desplazamiento hacia la izquierda del PD, partido ideológicamente moderado, pródigo en fiascos y al que restó muchos votos el Movimiento Cinco Estrellas, con el que Schlein es proclive a aliarse.

Por de pronto, la irrupción de Schlein, cuyo enfoque de la inmigración es antitético del de Meloni, ha conseguido detener y revertir el declive en los sondeos del PD italiano, vehículo común pero poco coherente de diversas sensibilidades socialdemócratas, social cristianas y liberales. Un dédalo de corrientes y facciones fruto de la singular genealogía de los demócratas pero asociado a las inercias burocráticas, con el que la nueva líder dice querer acabar. La reforma del empleo para reducir los contratos temporales y a tiempo parcial, la fijación del salario mínimo legal, el permiso paritario de maternidad y paternidad retribuido, la semana laboral de cuatro días, el aumento de los impuestos a las rentas altas, el rechazo a profundizar la autonomía de las regiones y la confirmación del apoyo militar a Ucrania son algunos de sus planteamientos.


(Texto actualizado hasta 11 mayo 2023)

Elly Schlein nació en 1985 en Lugano, la capital de Tesino (Ticino), el cantón suizo de habla italiana, lugar de residencia de la familia formada por sus padres, la italiana Maria Paola Viviani, profesora universitaria de Derecho, y el estadounidense de origen judío Melvin Schlein, reputado politólogo y académico, en aquel momento profesor de la Universidad Franklin de Lugano. La joven cursó la secundaria en un liceo de su ciudad natal y luego estudió Jurisprudencia en la Universidad de Bolonia, donde fue representante estudiantil y obtuvo la licenciatura en 2011. Su tesina de final de carrera versó sobre los derechos constitucionales de los inmigrantes y su "sobrerrepresentación" en las prisiones italianas, muestra según ella de la "criminalización" que sufría el colectivo. Por esta época puso en marcha una pequeña asociación, Progrè, enfocada en la situación de los reclusos extranjeros.

Hasta abrirse camino en la política profesional no ejerció en el mundo del derecho sino en el medio televisivo, como responsable del casting de una teleserie suiza y asistente de producción de un documental del Istituto Luce Cinecittà titulado Anija-La Nave, sobre el éxodo de emigrantes albaneses a Italia a través del estrecho de Otranto. No constan más trabajos remunerados en esta época, además de algunas colaboraciones periodísticas (críticas de películas) para La Cooperazione. Es lo que apunta ella en su hoja de vida.


MILITANTE PIDDINA DE IDA Y VUELTA En su semblanza autobiográfica, Schlein incide en su faceta de activista, forjada en la Universidad y luego desarrollada al calor de los debates de la política italiana en los primeros años de la segunda década del siglo. Un perfil contestatario y con cierto elemento anti-casta que puso en el punto de mira más que nada el aparato del propio PD. De verbo desenvuelto, se unió inicialmente al PD a principios de 2013, seis años después de fundarse a partir de la fusión de los Demócratas de Izquierda (DS, antes llamados Partido Democrático de la Izquierda, PDS, a su vez principal retoño aggiornato del PCI) y La Margarita (heredera del Partido Popular Italiano, PPI, a su vez nacido de las cenizas de la Democracia Cristiana).

Schlein fue uno de los muchos militantes de base que se rebelaron contra las maniobras del secretario nacional desde 2009, Pier Luigi Bersani, pírrico y estéril ganador de las elecciones generales celebradas en febrero de de 2013, para pactar con Silvio Berlusconi la elección del presidente de la Republica. Schlein espoleó el movimiento de revuelta interno OccupyPD contra la posible elección presidencial de Franco Marini, piddino conservador de la tradición democristiana, y, luego de no prosperar esta opción, contra el rechazo del grueso de los parlamentarios a investir jefe del Estado al antiguo primer ministro y presidente de la Comisión Europea Romano Prodi, visto por ella como un referente político y ético. Ante el bloqueo planteado, el anciano presidente Giorgio Napolitano se resignó a ser reelegido a la conclusión de su mandato de siete años.

Tras meses de activismo a golpe de escraches y consignas por megáfono, y una vez convertido Enrico Letta en primer ministro en quebradiza coalición con Berlusconi, Schlein volvió a la carga con la iniciativa "102 ideas por el cambio" en las estrategias y actitudes del PD. Asimismo, hizo campaña en favor del diputado Giuseppe Pippo Civati de cara a la elección primaria del partido en diciembre ; esta, sin embargo, se saldó con la victoria arrolladora de Matteo Renzi, alcalde de Florencia y autoproclamado "desguazador" del anquilosado sistema político italiano. En febrero de 2014 Renzi descabalgó a Letta de la jefatura del Gobierno y en mayo siguiente Schlein, a los 29 años, debutó en la política representativa como uno de los 31 candidatos del PD que ganaron el mandato en el Parlamento Europeo. Una vez en la Eurocámara, la italiana, adscrita al Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D), se asignó a las comisiones de Desarrollo, Derechos de la Mujer e Igualdad de Género, y Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior. Como miembro de esta última comisión, fue relatora del S&D para la reforma del Reglamento de Dublín en materia de asilo.

No proceder del ala socialdemócrata poscomunista (la de los secretarios Veltroni, Bersani, Martina y Zingaretti) ni de las corrientes liberal social cristianas, legatarias de la otra gran formación desaparecida de la I República, la DC (casos de los secretarios Franceschini, Renzi y Letta), sino representar una generación más joven de afiliados que recaló en el PD a posteriori, viene a subrayar el mensaje renovador de Schlein, no obstante haber suavizado los tonos radicales de su primera época. Más aún si se tiene en cuenta que la nueva dirigente estuvo separada del partido durante más de siete años, no retornando al mismo más que con motivo de su exitosa postulación interna. Por todo ello, a Schlein se la puede calificar, en rigor, de outsider.

Así, en mayo de 2015, Schlein, decepcionada por la "deriva al centroderecha" de Renzi, se despidió del PD y un mes después secundó a Giuseppe Civati en una escisión por la izquierda que tomó el nombre de Posible. La nueva colectividad reclamaba un ideario socialdemócrata modernizado con la defensa de posiciones ecologistas e igualitaristas en materia de derechos sociales, haciendo un particular hincapié en el feminismo, el antisexismo, las reivindicaciones de la comunidad LGBT (de la que Schlein se declaraba miembro), el antirracismo y las puertas abiertas a la inmigración.

Schlein continuó en el Parlamento Europeo, pero en 2018 entró en conflicto con la sucesora de Civati en la Secretaría de Posible, Beatrice Brignone. En 2019, en su segundo portazo partidario en cuatro años, la eurodiputada renunció a presentarse de nuevo y abandonó Posible. Para entonces, Renzi ya había fracasado en su proyecto reformista (en 2016 había dimitido como primer ministro, en 2017 había dejado también la Secretaría del PD y justamente ahora en 2019 se disponía a escindirse, también él, con Italia Viva, un nuevo partido de centro liberal), en tanto que el PD estaba relegado a la oposición al Gobierno de coalición entre el populista Movimiento Cinco Estrellas (M5S) de Beppe Grillo y Luigi Di Maio, y la ultraderechista Liga de Matteo Salvini, si bien en breve iba a retornar al Ejecutivo como socio alternativo del M5S y el primer ministro Giuseppe Conte.

Por el momento no afiliada a ninguna agrupación, Schlein reanudó la actividad en la política representativa en enero de 2020 al presentarse a las elecciones de Emilia-Romaña, región de siempre gobernada por la izquierda, en la lista Emilia-Romaña Valiente, Ecologista y Progresista; esta era comandada por los demócratas, bajo cuyo paraguas concurrían los pequeños partidos Artículo Uno (Art.1, otra escisión izquierdista del PD), Izquierda Italiana y èViva. La boloñesa de adopción salió elegida por la provincia de Reggio Emilia con un gran número de votos, al cabo de una campaña en la que se hizo famosa por una interpelación en plena calle, viralizada en las redes sociales, al líder de la Liga, Salvini (ex colega del Parlamento Europeo, antes de convertirse en el ministro del Interior del primer Gobierno Conte), al que inquirió sobre la reforma del Reglamento de Dublín. Tras tomar asiento en el Consejo Regional, Schlein entró en el equipo de gobierno del presidente Stefano Bonaccini, del PD, quien la nombró vicepresidenta de Emilia-Romaña.

De cara a las elecciones generales del 25 de septiembre de 2022, convocadas para poner término anticipado a la convulsa XVIII Legislatura (tres gobiernos de distintos colores, el último el Gabinete de unidad nacional presidido por Mario Draghi), Schlein se presentó como candidata independiente por Emilia-Romaña a la Cámara de Diputados en la lista del PD, apellidada Italia Democrática y Progresista y llevando de cabeza a Enrico Letta, desde 2021 secretario nacional de la formación. Schlein se hizo con el escaño, en una jornada amarga para el PD y sus aliados del centro-izquierda por su pobre 26% de los votos (el 19% los demócratas en solitario) y la contundente mayoría absoluta ganada por el bloque del centro-derecha, que permitió a su líder, Giorgia Meloni, de los Hermanos de Italia (FdI), ser investida primera ministra el 22 de octubre.

La coalición del centro-izquierda, integrada por el PD-IDP, el Compromiso Cívico-Centro Democrático de Luigi Di Maio (escindido del M5S), la Alianza Verde e Izquierda de Angelo Bonelli y el minúsculo +Europa de Emma Bonino, sumó 84 diputados de 400, frente a los 237 del colectivo de Meloni. La sensación de debacle en toda regla empujó a Letta a anunciar que renunciaba a presentarse a la reelección como secretario nacional en el próximo congreso del PD, previsto para marzo de 2023.

Entonces, fue convocada una elección primaria, a votar en febrero de 2023 en dos fases, una primera cerrada, solo para los militantes, y una segunda abierta a los electores, a la cual se presentaron Schlein, postulada el 4 de diciembre (hasta el 12 de diciembre no volvió a darse de alta en el partido), y otros tres aspirantes: Stefano Bonaccini, de quien Schlein acababa de dejar de ser vicepresidenta regional en Emilia-Romaña, la ex ministra de Infraestructuras y Transportes Paola De Micheli y Gianni Cuperlo, antiguo presidente del partido. Los veteranos Bonaccini y Cuperlo, en su momento militantes del PCI, podían ser vistos como rostros de la vieja guardia, a diferencia de las más jóvenes De Micheli y Schlein. De los cuatro, la ex eurodiputada treintañera era con diferencia la pretendiente con menos rodaje político aunque mejor conectada con los aires de renovación y apertura que reclamaban las bases juveniles del partido, muy descontentas tras años de liderazgos fallidos, dirigencias grises y expectativas frustradas. Sin embargo, el favorito en las encuestas era Bonaccini, desde 2014 presidente de una de la tres regiones de Italia —Campania y Toscana eran las otras dos— donde gobernaba el PD.

Entre el 3 y el 19 de febrero de 2023 votaron los miembros del partido, que situaron a Bonaccini en cabeza con el 53%, seguida de Schlein, la preferida por la mayoría de los socialdemócratas, con el 35%. Esta fase funcionó como criba para la segunda vuelta del 26 de febrero, la primaria abierta. Entonces, Schlein dio la campanada y se proclamó secretaria electa con el 53,7% de los votos (587.010 en términos absolutos). Este porcentaje le dio derecho a 333 de los 600 delegados de la Asamblea Nacional, el órgano responsable de proclamar formalmente al sucesor de Letta.

El cónclave partidario tuvo lugar el 12 de marzo en Roma y en él quedó definida la nueva squadra demócrata encabezada por Schlein: Bonaccini pasó a ser el presidente orgánico, relevando a Valentina Cuppi, Chiara Gribaudo y Loredana Capone vicepresidentas, y coordinadora Marta Bonafoni. De los 21 miembros de la nueva Secretaría Nacional, 10 eran mujeres, por lo que, sumada Schlein, salía una ejecutiva con paridad de género. Además, otra mujer, Chiara Braga, era la jefa del grupo parlamentario del PD-IDP en la Cámara baja, 69 diputados de los que 62 correspondían al PD, cinco a Art.1, uno a Democracia Solidaria (DemoS) y otro al Centro Democrático (CD).

(Cobertura informativa hasta 11/5/2023)