Bülent Ecevit

Bülent Ecevit (1925-2006), cuatro veces primer ministro, fue uno de los más destacados estadistas de la Turquía contemporánea, para la que siempre defendió un modelo socialdemócrata, secular y prooccidental no exento de planteamientos nacionalistas. En sus tres primeros gobiernos, en los turbulentos años setenta del siglo XX, lideró el kemalista Partido Republicano del Pueblo (CHP) y en 1974 ordenó la invasión de Chipre. Represaliado tras el golpe militar de 1980, en 1999 regresó al Gobierno al frente del Partido de la Izquierda Democrática (DSP), principiando un período de tres años en el que obtuvo éxitos en la lucha contra la insurgencia kurda, acometió reformas legales democráticas y desbloqueó la demanda de adhesión a la UE. Una aguda crisis financiera y monetaria seguida de un cisma en el DSP desembocaron en el descalabro electoral de 2002, tras el cual Ecevit, ya mermado de salud, hubo de ceder el Gobierno al partido islamista moderado de Recep Tayyip Erdogan.

1. Periodista y político adicto al republicanismo kemalista
2. Tres veces jefe del Gobierno turco en la década de los setenta
3. Evicción y rehabilitación tras el golpe militar de 1980
4. Paulatino ascenso electoral y retorno al poder en 1999
5. La distensión en la cuestión kurda como catalizadora de las relaciones con la UE
6. Respaldo en las urnas al nacionalismo político del DSP
7. Tribulaciones económicas y cooperación antiterrorista con Estados Unidos
8. Portazo europeo y cisma en el partido
9. Cataclismo electoral en 2002 como remate a una carrera política


1. Periodista y político adicto al republicanismo kemalista

Hijo de Ahmet Fahri Ecevit, profesor de Medicina forense y luego diputado del gobernante Partido Republicano del Pueblo (CHP), y de la pintora Fatma Nazlı, recibió una educación europea a la occidental, procurada por las élites turcas tras el triunfo de la revolución kemalista en los años veinte, en el Robert College de Estambul, un centro de secundaria fundado por misioneros estadounidenses y que impartía sus clases exclusivamente en inglés. Posteriormente y hasta 1957, estudió Historia, Literatura Inglesa y los idiomas sánscrito y bengalí en las universidades de Ankara, Londres y Harvard, aunque no obtuvo ningún título. En 1944, tras graduarse en el Robert College, se incorporó al Departamento de Prensa y Publicaciones del Gobierno del primer ministro Sükrü Saraçoglu y en 1946, cuando el régimen autorizó la formación de otros partidos y el CHP renunció al monopolio político, fue destinado a la oficina de prensa en Londres. Ese mismo año contrajo matrimonio con Rahsan Aral, una compañera de estudios dos años mayor que él.

En mayo de 1950 el CHP perdió las elecciones ante el conservador Partido Democrático (DP) de Adnan Menderes y se produjo el primer relevo de poder desde la proclamación de la República en 1923. Entonces, Ecevit abandonó el servicio público y se integró en las plantillas de los periódicos de Ankara Halkçi y Ulus, tratándose éste último del órgano de prensa del CHP, el partido creado en 1923 por Kemal Atatürk y custodio declarado de de los principios esenciales de la Revolución turca, a saber, el nacionalismo, el secularismo y el modelo económico estatista. En los 12 años siguientes, que coincidieron con la estadía de los popular-republicanos en la oposición, Ecevit ejerció como redactor jefe de internacional, columnista político y miembro del consejo editorial de Ulus. Colaboró también en las redacciones de los diarios Milliyet de Estambul y Winston-Salem Journal de Carolina del Norte, Estados Unidos, donde estuvo acogido a una beca del Departamento de Estado, así como en la edición de la revista quincenal Forum.

En octubre de 1957, con 32 años, Ecevit desembarcó en la política representativa con su elección como diputado del CHP por Ankara en la Gran Asamblea Nacional, mandato que renovaría sucesivamente en los 23 años siguientes. En 1959 se convirtió en miembro del Comité Central del CHP y jefe del partido en la provincia de Zonguldak. En 1961 participó en los trabajos de la Asamblea Constituyente convocada por los militares, que en mayo de 1960 habían derrocado a Menderes e instaurado una junta transitoria presidida por el general Cemâl Gürsel. Precisamente a través de su palestra periodística, Ecevit fustigó el cariz totalitario de la irrupción castrense en la democracia parlamentaria.

Como ministro de Trabajo entre el 20 de noviembre de 1961 y el 21 de febrero de 1965 en los gobiernos popular-republicanos de Ismet Inönü, anteriormente presidente de la República tras la muerte en 1938 de Kemal Atatürk, Ecevit autorizó una legislación laboral que, por primera vez en la historia del país, reconoció el derecho a la huelga. Dentro del CHP encabezaba por entonces una tendencia renovadora de centroizquierda, denominada Izquierda Democrática, que le enfrentó con la vieja guardia de Inönü y otros antiguos colaboradores de Atatürk. El 18 de octubre de 1966, con la formación kemalista de nuevo en la oposición, Ecevit alcanzó la Secretaría General del CHP, pero el 21 de marzo de 1971 dimitió en protesta por el respaldo de Inönü al memorándum del Ejército dirigido a los partidos políticos y divulgado a la opinión pública, nueva intromisión en la conducción del país que supuso la declaración de la ley marcial y la renuncia del Gobierno conservador del Partido de la Justicia (AP, heredero del DP), dirigido por Süleyman Demirel.

Ecevit, sin embargo, planteó una liza interna y el 14 de mayo de 1972 logró ser elegido presidente del partido en sustitución del anciano Inönü. Ecevit retiró el apoyo del CHP al nuevo Gobierno de coalición de Ferit Melen (del Partido Republicano de la Confianza, CGP, una escisión del CHP producida en 1967), provocando su caída el 15 de abril de 1973. Semanas antes de esta mudanza, se sumó a las fuerzas parlamentarias que bloquearon la reelección en la Presidencia de la República por otros dos años del general Cevdet Sunay, así como la elección del candidato alternativo, el ex jefe del Estado Mayor Faruk Gurler. Entonces, en un ejercicio de imposición democrática del parlamentarismo civil sobre el arbitrio del alto mando castrense, Ecevit y Demirel consensuaron el nombramiento para el puesto del senador y militar retirado Fahri Korütürk.


2. Tres veces jefe del Gobierno turco en la década de los setenta

En las elecciones legislativas del 14 de octubre de 1973 el CHP obtuvo una mayoría simple de 185 escaños con el 33,3% de los votos; como resultado, el 25 de enero de 1974 Ecevit formó un Gobierno de mayoría en coalición con el Partido de Salvación Nacional (MSP), una fuerza de la derecha confesional liderada por el islamista Necmettin Erbakan, que recibió el puesto de viceprimer ministro. Se trataba de una alianza de lo más inopinada, ya que el CHP y el MSP estaban en las antípodas ideológicas.

Como primera medida de alcance, Ecevit amnistió a los presos por delitos políticos y el 20 de julio, para contrarrestar las acusaciones de izquierdismo y tibieza prooccidental vertidas en el entorno militar, e invocando el Tratado de garantías de 1960, ordenó la invasión aeronaval por 40.000 soldados de Chipre, donde el Gobierno grecochipriota neutralista del arzobispo Makarios acababa de ser derrocado en una conjura de oficiales de la Guardia Nacional y políticos ultranacionalistas favorables a la anexión de la isla por Grecia, la Enosis.

No obstante el éxito total de la operación militar, que cortó de raíz cualquier veleidad anexionista en la comunidad grecochipriota y que de paso provocó el colapso del régimen de los coroneles en Atenas (aunque también consagró la división de la isla y condujo a la proclamación de un Estado Federado Turco, luego República Turca de Chipre del Norte, RTCN, sólo reconocida por Ankara), Ecevit presentó la dimisión el 18 de septiembre, en la creencia de que unas elecciones anticipadas, en un momento de enorme popularidad, le permitirían reconstruir el Gabinete a su conveniencia, prescindiendo de su incómodo socio, Erbakan. Así, el 17 de noviembre el independiente Sadi Irmak le sustituyó al frente del Gobierno con carácter interino.

Los comicios, sin embargo, no pudieron celebrarse, y, antes el contrario, fue su máximo oponente de la derecha, Demirel, quien consiguió articular un Gobierno de coalición el 31 de marzo de 1975. En los cinco años siguientes, Ecevit y Demirel protagonizaron una de las más enconadas rivalidades políticas que se recuerdan en las democracias parlamentarias occidentales, turnándose en el poder en paralelo al imparable deterioro, político, económico y social, de la vida nacional.

Ecevit dirigió otras dos veces el Ejecutivo turco. Entre el 21 de junio y el 11 de julio de 1977, tras conseguir el CHP en las legislativas del 5 de junio una mayoría simple reforzada hasta los 213 escaños con el 41,3% de los votos, se sostuvo un efímero gabinete monocolor, hasta que el 3 de julio el oficialismo perdió una moción de confianza en la Asamblea Nacional. Y del 5 de enero de 1978 al 12 de noviembre de 1979 funcionó un Gobierno de coalición con el CGP, el nuevo Partido Democrático (DP) y algunos disidentes del AP, que no tuvo mejor suerte: en septiembre de 1978 el CGP abandonó el Ejecutivo y el DP le siguió justo un año más tarde, dejando a los republicanos en minoría y debilitados. De resultas de su derrota en unas elecciones parciales el 14 de octubre de 1979, Ecevit no tuvo otro remedio que pasar el testigo a los justicialistas de Demirel.

En las postrimerías de la década, Turquía se estaba hundiendo en un caos de crisis económica, paro, inflación y violencia política, protagonizada por organizaciones de ultraizquierda y ultraderecha, pero también alimentada por las militancias jóvenes y radicalizadas del CHP y el AP, que se entregaron al pistolerismo en las universidades. En su Gobierno de 1978-1979, Ecevit, cuyos familiares y asociados, y hasta él mismo, fueron objeto en estos turbulentos años de varias agresiones e intentos de asesinato, adoptó un programa de estabilización económica en parte sostenido por el FMI que fracasó en sus objetivos.

Además de sus trayectorias política y periodística, Ecevit se destacó desde sus años de universitario como un notable escritor en los campos del ensayo, la poesía y la traducción. Bibliófilo empedernido, en 1976 publicó una antología de poemas propios que tuvo difusión en Alemania, la URSS y varios países escandinavos y de la Europa del Este. Cuando su azarosa carrera se lo permitió, acometió la traducción al turco de obras de T. S. Elliot y otros poetas anglosajones, así como algunas piezas de Rabindranath Tagore y partes del Bhagavat Gita, el clásico de la literatura religiosa hindú, en su versión original en sánscrito. También, impartió conferencias en universidades europeas y americanas, y como ensayista político publicó los libros (títulos traducidos al español) Izquierda de centro (1966), El sistema debe cambiar (1968), Atatürk y revolución (1970), Izquierda Democrática (1974) y Trabajadores y campesinos unidos (1976).


3. Evicción y rehabilitación tras el golpe militar de 1980

Por tercera vez en 20 años, las Fuerzas Armadas, arrogadas guardianas de los principios del kemalismo y el sistema político en su conjunto, decidieron intervenir contra los civiles, pero esta vez usurpando directamente el poder y con la intención de detentarlo el tiempo que fuera necesario, hasta poner en orden el país y establecer un nuevo reglamento constitucional que asentara jurídicamente la democracia vigilada y limitada. A raíz del golpe de Estado del 12 de septiembre de 1980, Ecevit, como los demás líderes políticos de la etapa parlamentaria precedente, fue temporalmente puesto bajo custodia militar en la base de Hamzakoy, cerca de Gelibolu (Gallípoli), en la costa europea del estrecho de Dardanelos. El 11 de octubre recobró la libertad y el día 30, anticipándose en un año a la prohibición de los partidos decretada (16 de octubre de 1981) por el Consejo de Seguridad Nacional o junta militar encabezada por el general Kenan Evren, dimitió como presidente del CHP.

Forzosamente, Ecevit se dedicó de pleno a la actividad periodística, que no había abandonado en la década anterior como editor de la revista Özgür Insan. Así, lanzó el semanario político Arayis, desde el cual, como ya hiciera en 1960 y 1971, demandó el retorno a las vías democráticas, lo que le acarreó tres procesos por un tribunal marcial, seguidos de sendos períodos breves de prisión: de diciembre de 1981 a febrero de 1982, en abril de 1982 y entre agosto y octubre de 1982.

Como Demirel, Erbakan y otras figuras del antiguo régimen, a Ecevit le afectaron directamente las restricciones contenidas en la Constitución dictada por los militares en 1982 y quedó despojado de sus derechos políticos por un período inicial de diez años. La severa interdicción no fue sinónimo, empero, de inoperancia política, ya que su esposa, Rahsan, y un grupo de seguidores organizaron por él el Partido de la Izquierda Democrática (DSP). Registrado el 14 de noviembre de 1985, el DSP se presentó como una fuerza de orientación obrerista y socialdemócrata, estrictamente laica, nacionalista, moderadamente proeuropea y reacia a los mecanismos de la economía de mercado, aunque marcando las distancias con el modelo de economía dirigida y burocratizada que había caracterizado el programa del viejo CHP.

El 23 de septiembre y el 14 de noviembre de 1986 Ecevit salió absuelto en sendos juicios de la acusación de violar la ley de prohibición de las actividades políticas y luego fue uno de los principales beneficiarios del referéndum constitucional del 6 de septiembre de 1987 convocado por el primer ministro Turgut Özal, del conservador Partido de la Madre Patria (ANAP), que aprobó el levantamiento anticipado e inmediato de las restricciones que pesaban sobre el centenar largo de políticos anteriores al golpe de 1980. El 13 de septiembre, con vistas a las elecciones legislativas que debían celebrarse el 29 de noviembre, Ecevit asumió la presidencia del DSP, que nominalmente había venido desempeñando su esposa.


4. Paulatino ascenso electoral y retorno al poder en 1999

En las sucesivas ediciones electorales, el DSP experimentó un crecimiento lento aunque progresivo, que le mantuvo durante años como la cuarta o la quinta fuerza parlamentaria. Del 8,5% de votos obtenido en las elecciones de noviembre de 1987, pasó al 10,7% en los comicios del 20 de octubre de 1991, una superación de la barrera del 10% que se tradujo en siete escaños, uno de los cuales fue para Ecevit, que recobró así el mandato de diputado después de once años fuera del Parlamento. El primer rendimiento electoral nacional del DSP, empero, decepcionó a Ecevit, que anunció su renuncia al liderazgo el 30 de noviembre. El 7 de marzo de 1988 Necdet Karababa le tomó el relevo en la presidencia orgánica, pero en la siguiente convención del partido, el 5 de enero de 1989, Ecevit recuperó el mando.

En las siguientes elecciones, las del 24 de diciembre de 1995, ganadas por el islamista Partido del Bienestar (RP) de Erbakan, el DSP creció hasta el 14,7% de los votos y los 75 escaños, situándose por primera vez como el primer partido de la izquierda por delante del nuevo CHP de Deniz Baykal (fruto de la fusión en febrero del viejo CHP, reactivado en 1992, con el Partido Populista Social Demócrata, SHP, el cual había ostentado hasta entonces la citada primacía en esa parte del espectro ideológico). En junio de 1997 cayó el Gobierno de Erbakan por imposición de la Fuerzas Armadas, alarmadas ante la "islamización" de la sociedad y la política exterior turcas, y entonces Mesut Yilmaz, el jefe del ANAP, formó un ejecutivo de coalición tripartito que incluyó al DSP como segundo socio. Ecevit fue nombrado viceprimer ministro y su partido recibió en total once carteras, entre ellas las de Asuntos Exteriores, para Ismail Cem, y Economía, para Zekeriya Temizel.

El 25 de noviembre de 1998 la oposición presentó una moción de censura contra Yilmaz, sobre algunos de cuyos ministros pesaban graves sospechas de corrupción. Entonces, Ecevit optó por unir sus votos a los del Partido de la Recta Vía (DYP, conservador laico, heredero del AP) de Tansu Çiller y el Partido de la Virtud (FP, creado para sustituir al proscrito RP) de Recai Kutan, movimiento que permitió el triunfo de la moción opositora e hizo caer al Gobierno del que él era miembro. A continuación, el Ejército presionó para que los partidos laicos formaran un gobierno de coalición con exclusión de los islamistas. La fórmula no pudo pergeñarse por las crónicas rivalidades y enfrentamientos entre los cabezas de facción, así que, no sin reservas por su parte, Ecevit aceptó el 2 de diciembre el encargo de encabezar un Gobierno monocolor y minoritario, que prestó juramento el 11 de enero de 1999 y que superó la preceptiva votación de confianza en la Gran Asamblea Nacional, por 306 votos contra 188, el día 17.

Quien propuso a Ecevit encabezar el nuevo Gobierno no fue sino su viejo adversario en democracia, Demirel, quien, superada años atrás su propia travesía en el desierto, ostentaba la Presidencia de la República desde 1993, conformándose una situación impensable en su momento —y no exenta de cierto regusto a vindicta democrática— por la que los dos cabezas del poder ejecutivo del momento eran los antiguos máximos líderes partidistas, ya septuagenarios ambos, del régimen parlamentario vigente entre 1971 y 1980. Por lo demás, la elección de Ecevit fue del agrado de las Fuerzas Armadas y los conglomerados económicos, los dos poderes fácticos que tradicionalmente han marcado la pauta en el curso político. La institución armada, en particular, se reservaba una capacidad de control y orientación decisivos a través del Consejo de Seguridad Nacional (homónimo, para mayor significación, de la junta militar de los años ochenta), órgano constitucional con función "asesora" del Gobierno e integrado por el jefe del Estado Mayor, los comandantes en jefe de los tres ejércitos y la Gendarmería, el presidente de la República, el primer ministro, los eventuales viceprimeros ministros, y los ministros de Defensa, Interior, Asuntos Exteriores y Justicia.


5. La distensión en la cuestión kurda como catalizadora de las relaciones con la UE

Ecevit se hizo cargo de una situación interior revuelta por la continuación de la violencia en el frente insurgente del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, marxista), que desde 1984 libraba una guerra de guerrillas contra el Ejército turco con un balance de más de 30.000 muertos, y de unas relaciones exteriores deterioradas por el enconamiento de la disputa multisecular con Grecia.

En el primer terreno, el flamante primer ministro se decantó por las soluciones de fuerza y el 18 de febrero ordenó una doble ofensiva militar y policial, respectivamente contra el PKK y contra su presunto aliado político, el Partido de la Democracia del Pueblo (HADEP), una fuerza extraparlamentaria, aunque legal y electoral, de izquierda fundada en 1994 y que venía defendiendo las tesis del autonomismo kurdo. Las operaciones contra el PKK, que como en ocasiones anteriores no se detuvieron en la frontera con Irak y que meses más tarde incluyeron también bombardeos de posiciones de la guerrilla en territorio iraní, comenzaron un día después de ser capturado en Kenya el líder histórico de la organización kurda, Abdullah Ocalan, quien fue inmediatamente trasladado a Turquía y encarcelado para comparecer ante la justicia.

La detención de Ocalan levantó una violenta ola de protestas de inmigrantes kurdos en toda Europa, pero también la euforia nacionalista en Turquía, justo cuando celebraba el 75º aniversario de la República, ya que para el Gobierno y la opinión pública el cabecilla kurdo era un terrorista responsable de muchos atentados y asesinatos, y el máximo enemigo del Estado turco. Ecevit exhibió gozoso los sucesivos golpes contra el PKK, que a principios de agosto, acatando la orden dirigida por Ocalan desde la prisión y confrontado a su derrota sin paliativos después de quince años de lucha, anunció un desarme unilateral y la retirada de sus posiciones en el sudeste de Turquía, en torno al lago Van, proceso que efectivamente comenzó el día 25 de ese mes.

La suerte que pudiera correr Ocalan, condenado el 29 de junio por el Tribunal de Seguridad del Estado de Ankara a la pena de muerte por los delitos de terrorismo y separatismo violento, fue puesta como condición por la Unión Europea (UE) para una eventual aceptación de la solicitud de adhesión de Turquía, sobre la mesa desde 1987, además de suponer un problema político de primer orden en varios países de Europa Occidental con comunidades de inmigrantes kurdos por sus graves repercusiones en el orden público. Las autoridades comunitarias, que habían expresado durante años sus reservas sobre la situación de las libertades civiles y los Derechos Humanos en Turquía, advirtieron que el país no iba a inaugurar su período de preingreso con la ejecución de Ocalan.

Ahora bien, Ecevit, precisamente, supo convertir el caso Ocalan en un elemento definitivo para el desbloqueo de esta situación en las relaciones con la UE. Por un lado, consiguió implicar al Gobierno socialista griego, cuyo primer ministro, Kostas Simitis, deseaba recomponer las muy deterioradas relaciones bilaterales, en la captura del dirigente kurdo, abriéndose un escenario de confianza que hizo posible el levantamiento en septiembre por el Gobierno de Atenas de su veto al ingreso de Turquía en la UE, que se había mantenido implacable desde el mismo día en que Bruselas recibió la demanda de adhesión. Paralelamente, Ankara rebajó el tono de sus advertencias al plan de los gobiernos de Nicosia y Atenas de instalar misiles tierra-aire de fabricación rusa en la isla de Creta.

En el Consejo Europeo de Helsinki, el 10 y 11 de diciembre de 1999, los Quince comunicaron personalmente a Ecevit la aceptación del ingreso de Turquía, si bien las negociaciones formales no empezarían hasta que el país satisficiera una serie de condiciones sobre la observancia de los Derechos Humanos, aboliese la pena de muerte y resolviera sus disputas territoriales con Grecia en el mar Egeo. El 12 de enero de 2000, en un gesto positivo hacia la UE y asumiendo un mandato del Tribunal Europeo de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Ecevit anunció que la ejecución de Ocalan —de la que él, a título particular, no era partidario— quedaba aplazada "por un período no indefinido". Ligado a esta decisión, el 9 de febrero el PKK comunicó el final de la lucha armada y su transformación en un partido político.

El 12 de febrero Ecevit asistió en Bucarest a la III cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la estructura intergubernamental regional conocida como el Proceso de Cooperación de Europa del Sudeste (PCES) y, junto con Simitis, el presidente Emil Constantinescu de Rumanía, el primer ministro Ivan Kostov de Bulgaria, el primer ministro Ilir Meta de Albania y el primer ministro Ljubco Georgievski de Macedonia, estampó su firma a una Carta de Relaciones de Buena Vecindad, Estabilidad, Seguridad y Cooperación. El 25 de octubre del mismo año participó en una cumbre informal del PCES en Skopje, donde volvió a coincidir con Simitis, y el 7 diciembre siguiente asistió a la Conferencia Europea que acogió en Niza a los mandatarios de los estados miembros de la UE y de los solicitantes de adhesión. El histórico encuentro se produjo después de que el Gobierno de Ankara anunciara medidas sin precedentes para erradicar las prácticas de la tortura y los malos tratos en las cárceles y los centros de detención turcos, y removió el mal sabor dejado por la I Conferencia, en marzo de 1998, cuando el primer ministro Yilmaz rehusó asistir como protesta por las exigencias de Bruselas y luego de tachar a la UE de "club de cristianos".


6. Respaldo en las urnas al nacionalismo político del DSP

Ecevit sacó grandes réditos de la espectacular captura de Ocalan y de los atentados realizados por el PKK en los días inmediatamente posteriores. En las elecciones generales del 18 de abril de 1999, que dieron un vuelco al equilibrio de fuerzas, el DSP, por primera vez en su historia, ganó la mayoría simple con el 22,3% de los sufragios y 136 escaños, seguido por el Partido del Movimiento Nacionalista (MHP), exponente de la derecha ultranacionalista, y el FP, que en el Parlamento saliente poseía el grupo de diputados más numeroso al heredar la bancada del extinto RP. El ANAP y el DYP, las dos fuerzas de la derecha moderada, prooccidental y europeísta que habían dominado el panorama político desde el retorno de la democracia en 1987, se desplomaron tras una década dando pábulo a los escándalos de corrupción y librando luchas casi fratricidas por la titularidad del mismo espacio ideológico. A mayor abundamiento, el CHP (ex SHP) culminó su largo declive y, por primera vez desde que el partido original fuera fundado por Atatürk, quedó excluido de la Asamblea Nacional.

El 28 de mayo de 1999 Ecevit dio entrada en el Gobierno a ministros del MHP y el ANAP, conformando un Gabinete tan heterogéneo ideológicamente que generó dudas sobre su perdurabilidad: así, el partido de Devlet Bahçeli, heredero de los lobos grises, paramilitares de extrema derecha que en los años setenta habían protagonizado sangrientos choques callejeros con las juventudes izquierdistas del CHP, propugnaba el levantamiento de algunas restricciones al islamismo cultural y exhibía una retórica fieramente antioccidental y antikurda, rayana en la xenofobia. Bahçeli y Yilmaz recibieron sendos puestos de viceprimeros ministros.

Los observadores señalaron que Ecevit y Bahçeli compartían un puntilloso nacionalismo turco que podía caer fácilmente en el chovinismo con motivo de la caída de Ocalan o los fastos del 75º aniversario. No obstante, no se esperaban revisiones en las políticas de cooperación militar con Israel y de alianza cerrada con Estados Unidos. En vísperas de la ofensiva militar de febrero contra el PKK, Ecevit rechazó en Ankara la petición del viceprimer ministro irakí, Tarek Aziz, de desautorizar el uso de la base de Incirlik para las misiones anglo-estadounidenses de vigilancia de la zona de exclusión aérea del norte de Irak —que llevaban implícitos bombardeos ocasionales—, aunque luego el primer ministro turco suscitó la irritación de Estados Unidos al declarar su rechazo a ese tipo de operaciones.

Aprobado por la Asamblea Nacional el 9 de junio con 354 votos a favor y 182 en contra, el nuevo Gobierno de Ecevit presentó las primeras fisuras con motivo del catastrófico terremoto del 17 de agosto en Izmit y áreas aledañas en la costa del mar de Mármara, en el corazón industrial del país (los balances oficiales establecieron 17.000 muertos, 44.000 heridos, 20.000 desaparecidos y 600.000 personas sin hogar), cuando Bahçeli, en un alarde de obcecación nacionalista, rechazó la ayuda internacional a las víctimas y las donaciones de sangre por Grecia; a la vez, Ecevit se convirtió en diana de todas las críticas por la lentitud y la ineficacia de los equipos de socorro. Aun y todo, la aprobación por los diputados de medidas de gracia para los guerrilleros del PKK que abjurasen de la violencia (26 de agosto de 1999) y el ya citado anuncio de la suspensión de la ejecución de Ocalan demostraron la capacidad del DSP y el MHP para consensuar medidas difíciles y salvaguardar la estabilidad gubernamental, muy ansiada en un país que había conocido once ejecutivos en la última década.

La política económica brindó otro espacio para la coincidencia entre estos dos partidos tan alejados entre sí según la lectura tradicional de izquierdas y derechas. Ecevit precisó que se mantendrían las fórmulas liberales de mercado, las privatizaciones y la austeridad presupuestaria, fijándose como objetivos prioritarios la lucha contra el desempleo y la inflación, que, con una tasa del 60% anual, seguía estando muy lejos de los parámetros europeos occidentales. La adopción en diciembre de 1999 de un programa deflacionista de tres años de acuerdo con el FMI a cambio de un crédito de 4.000 millones de dólares, aseguró a Ecevit un buen margen de maniobra para desarrollar sus ambiciosas reformas, que llenaron de optimismo a los operadores bursátiles. Pero el año terminó con una recesión del 4,3% del PIB, siete puntos de caída con respecto al registro de 1998, pésimo balance que el Gobierno achacó a las devastaciones producidas por los temblores sísmicos de agosto, que sumaron daños valorados en 10.000 millones de dólares, y, sobre todo, a la crisis financiera de Rusia.

Sobre las expectativas de recuperación económica gravitaban los proyectos de construcción del oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan (BTC), que, atravesando Georgia y con terminal de embarque en el golfo mediterráneo de Iskenderun, había de trasladar el petróleo de Azerbaidzhán y, en menor medida, Kazajstán a Europa, y del paralelo gasoducto Bakú-Tbilisi-Erzurum, para incorporar al corredor exportador el gas de Uzbekistán y Turkmenistán. Este negocio prometía pingües beneficios a todos los países participantes, y en el caso de Turquía se presentaba más prometedor luego del anuncio del abandono de las armas por el PKK, ya que el ramal turco del oleoducto tenía que pasar por el norte de Anatolia oriental, territorio de población mayoritariamente kurda. Sin embargo, en 2000, la perspectiva de ingresar una voluminosa renta petrolera por los derechos de tránsito de los hidrocarburos del Transcáucaso y Asia Central se antojaba irrealizable a medio plazo, toda vez que el arranque de las obras iba retrasado por diversas complicaciones financieras y políticas; de hecho, las excavaciones para el tubo en la parte azerí no iban a comenzar hasta septiembre de 2002, siendo la duración estimada de las obras de tres años.


7. Tribulaciones económicas y cooperación antiterrorista con Estados Unidos

El año 2000 registró un crecimiento del PIB del 7,4% y una inflación del 54,9%, diez puntos menos que en 1999, lo que invitaba al Gobierno y a la opinión pública a otear con ilusión el futuro inmediato. Pero en diciembre estalló una violenta turbulencia monetaria y Ecevit hubo de recurrir de nuevo al FMI, que aprobó un crédito de contingencia de 7.300 millones de dólares condicionado al lanzamiento de un vigoroso programa de ajuste y saneamiento estructural, especialmente en el sector bancario, principal foco de los males financieros, más la privatización de los bancos ya intervenidos, el gigante estatal de las telecomunicaciones, Turk Telekom, y los monopolios del alcohol, el tabaco y el azúcar.

El equipo de Ecevit aceleró las reformas estructurales preceptuadas, y aunque la inflación seguía creciendo y los cierres y quiebras de empresas estaban echando a la calle a miles de trabajadores, lo que espoleaba las protestas sindicales, la calma regresó a los mercados financieros. Sin embargo, la crispación política era alta. El falso sosiego proyectado por el Ejecutivo saltó por los aires el 19 de febrero de 2001, cuando Ecevit y el presidente de la República, Ahmet Necdet Sezer (sucesor de Demirel en mayo de 2000 con el apoyo expreso de la coalición gobernante), se cruzaron graves reproches en presencia de los generales durante la reunión mensual del Consejo de Seguridad Nacional.

Ecevit manifestó su indignación después de que Sezer le acusara veladamente a través de un medio de comunicación de encubrir la corrupción en la administración y de conducir con ineptitud la lucha contra la inflación. Tras abandonar la reunión, el primer ministro demandó la retractación pública de unas "acusaciones muy graves", que conculcaban "todas las reglas de la educación", lo que constituía una actitud "sin precedentes en las tradiciones del Estado". Aunque en los días siguientes las dos partes se afanaron en quitar hierro a la insólita crisis, el aireamiento de trifulcas en la cúpula del poder político tuvo muy graves repercusiones económicas: automáticamente, la bolsa de Estambul se desplomó y se registraron expatriaciones masivas de capital privado. El 22 de febrero el Gobierno, viendo que se agotaban las reservas de dólares en la defensa de la lira, hubo de renunciar a controlar el tipo de cambio para tener atada la inflación; puesta en flotación, la divisa turca se depreció rápidamente un 46% con respecto al dólar.

Esta segunda y extremadamente brusca tormenta monetaria hizo tabla rasa de todo lo que se había obtenido del FMI meses atrás, y además coincidió con una tarascada diplomática con Francia, donde dirigentes políticos arremetieron contra Turquía por permitir el éxodo de refugiados kurdos y cuya Asamblea Nacional había aprobado (18 de enero) una declaración reconociendo el genocidio cometido por los turcos contra los armenios en 1915, provocando la cólera de Ankara.

Si bien en mayo el FMI avaló el nuevo plan de estabilización financiera y reformas estructurales elaborado por el ministro de Economía, Kemal Dervis, y concedió otro paquete de créditos stand-by por valor de 8.000 millones de dólares, y en julio siguiente el Gobierno se plegó a las presiones del organismo e intervino a cinco bancos privados en bancarrota, la desconfianza de los mercados en las capacidades del Gobierno y la crisis general de iliquidez del sistema financiero persistieron, con las consiguientes repercusiones negativas en la cotización de la lira, el índice de precios, los tipos de interés, el volumen de negocios de la bolsa de Estambul y la actividad económica en su conjunto. Así que 2001 acabó con un crecimiento brutalmente negativo del 9,5% del PIB y una inflación del 54,4%, los peores datos, a mucha distancia de los siguientes registros menos benignos, de las tablas de los países de la OCDE.

La diligencia del FMI en el socorro de la economía turca, que amenazaba con colapsar, indicó a las claras la importancia estratégica que el país euroasiático tenía para el mundo occidental en general y para Estados Unidos en particular. En relación con lo anterior, el Gobierno de Ecevit se alineó prontamente con Estados Unidos en su declaración de guerra global al terrorismo como respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001, poniendo a su disposición el espacio aéreo nacional y las bases de la OTAN, así como el intercambio de información sobre la organización islamista Al Qaeda por los respectivos servicios de inteligencia.

El 11 de octubre de 2001 la Asamblea Nacional autorizó al Gobierno el envío de tropas a Afganistán y a principios de noviembre Ecevit anunció la partida inmediata, en respuesta a una petición de Estados Unidos, de una unidad de élite de un centenar de soldados con la misión de adiestrar a los combatientes antitalibán de la Alianza del Norte y, eventualmente, participar en operaciones "antiterroristas" de rastreo e interceptación. La medida, repudiada por los islamistas y ampliamente impopular, fue enmarcada por Ecevit en el compromiso asumido ante los aliados occidentales de contribuir con medios materiales y humanos en la Operación Libertad Duradera. Después del colapso del régimen talibán, Ankara despachó un contingente inicial de 270 soldados a Kabul para formar parte de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), que empezó a desplegarse en diciembre. Dicha contribución a la ISAF, única de un país musulmán, se expandió en los meses siguientes hasta los 1.300 hombres, conformando el contingente más numeroso y capacitando a los turcos para relevar a los británicos el 20 de junio de 2002 en el mando de esta operación militar de mantenimiento de la paz con mandato de la ONU.


8. Portazo europeo y cisma en el partido

Ecevit impulsó las reformas políticas legales demandadas por la UE antes de dar luz verde al inicio de las negociaciones de adhesión y elevar el estatus de Turquía de precandidato a candidato. La Asamblea Nacional turca aprobó el 3 de octubre de 2001 varias enmiendas constitucionales, destacando las relacionadas con el uso del idioma kurdo, y el 6 de febrero de 2002 las ajustó a la legislación ordinaria. Por otra parte, el 16 de abril siguiente el PKK anunció el final de la lucha armada, la renuncia al independentismo y la apuesta por la acción política partidista con su nuevo nombre de Congreso para la Libertad y la Democracia en Kurdistán (KADEK), con Ocalan al frente. El Gobierno no concedió importancia a estos cambios y señaló que el "terrorismo kurdo" seguiría siendo combatido sin tregua.

Antes, el 13 de noviembre de 2001, la Comisión Europea evaluó que, aunque iba por el buen camino, Turquía era el único de los 13 países aspirantes que seguía sin cumplir ninguna de las condiciones, políticas y económicas, para el ingreso en relación con el nivel de respeto de los valores democráticos, la capacidad para desenvolverse en el mercado único de alta competitividad y, sobre todo, el grado de asimilación de la legislación y el acervo comunitarios. A Ankara se le reclamaban muchos más avances en la libertad de expresión, la mejora de las condiciones en las prisiones, la erradicación de la práctica de la tortura o la desmilitarización de la justicia, entre otros aspectos.

Un paso decisivo fue la aprobación por la Asamblea Nacional el 2 de agosto de 2002 de la abolición de la pena de muerte en tiempos de paz, el reconocimiento de las libertades de enseñanza y expresión (difusiones de radio y televisión) en lengua kurda y la despenalización de las críticas al Ejército. Ecevit, empero, no pudo capitalizar la histórica decisión de los legisladores, muy bien recibida en todas partes excepto en los círculos de la extrema derecha nacionalista, ya que en ese momento su Gobierno se estaba tambaleando.

En efecto, desde que en mayo sufriera dos hospitalizaciones para tratarle una tromboflebitis en una pierna, Ecevit redujo ostensiblemente sus apariciones públicas y compromisos oficiales, suscitándose serias dudas sobre su estado de salud (saltándose el secretismo oficial, la prensa especuló con que padecía la enfermedad de Parkinson y una miastenia grave) y un torrente de demandas de dimisión y elecciones anticipadas, con el argumento de que el primer ministro, con sus achaques y misteriosas dolencias, estaba creando una incertidumbre muy negativa en una etapa crucial para el enderezamiento económico y el éxito en la aspiración europea. En junio de 2002 la mala salud impidió a Ecevit asistir al Consejo Europeo de Sevilla.

Lejos de salir en defensa de la coalición, que se había mostrado como la más duradera de las habidas desde la restauración democrática, el viceprimer ministro Bahçeli aprovechó el eclipse de Ecevit para despotricar contra la UE y anunciar que bajo ningún concepto el MHP iba a votar por la abolición de la pena de muerte y el reconocimiento de derechos culturales a los kurdos. La disidencia afloró en el propio partido de Ecevit y en julio presentaron la dimisión, entre otros miembros del Gabinete, el viceprimer ministro Hüsamettin Özkan, el ministro de Exteriores Cem y el ministro de Economía Dervis, precipitando una aguda crisis política y propinando un golpe fatal a la credibilidad del jefe del Ejecutivo.

Özkan y Cem pasaron a liderar en el DSP un verdadero motín contra Ecevit y arrastraron a varias decenas de diputados del grupo parlamentario a su proyecto de formar un bloque de centroizquierda dotado de un preciso programa de reformas económicas liberales y políticas proeuropeas. Como Bahçeli, los cismáticos del DSP apostaron por adelantar a finales del año en curso las elecciones que tocaban en 2004 y dirimir allí sus irreconciliables diferencias, sin contar para nada con Ecevit y antes de que el nuevo Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) creado por el líder islamista moderado Recep Tayyip Erdogan para reemplazar al FP (que, corriendo la misma suerte que el RP, había sido prohibido por el Tribunal Constitucional el 22 de junio de 2001), usufructuara el enorme descontento popular por la avalancha de inflación, paro y pobreza, y fuera imbatible en las urnas.

El 16 de julio, tras varios días de empecinada resistencia y perdido el control de la Asamblea por la sangría de defecciones en su grupo, Ecevit se resignó a reconocer el final de la coalición y a convocar elecciones anticipadas para el 3 de noviembre. Como primer ministro saliente, el veterano estadista aún encajó en octubre una amarga decepción: la Comisión Europea no recomendaba al Consejo el inicio con Turquía de las negociaciones de adhesión por considerar que, no obstante los "progresos notables" realizados en el último año, Ankara necesitaba satisfacer una serie de criterios políticos. Ni que decir tiene que la gravísima crisis económica había alejado la convergencia con los parámetros comunitarios en todo lo relacionado con la inflación, los tipos de interés o el déficit de las finanzas públicas, que en 2001 representó nada menos que el 16% del PIB.


9. Cataclismo electoral en 2002 como remate a una carrera política

Las encuestas auguraban un durísimo castigo a los partidos del Gobierno, pero aún se quedaron cortas: el 3 de noviembre de 2002, el DSP, de ser el partido más votado en 1999, pasó a ver esfumarse casi todos sus votos y a hundirse hasta la novena posición con un testimonial 1,2% de los sufragios (en términos absolutos, menos de 400.000 papeletas entre 31 millones de votos válidos), una cuota ligeramente superior a la cosechada por el Partido de la Nueva Turquía (YTP) montado por Cem y Özkan, que vieron así morir una aventura política prácticamente nonata. El AKP de Erdogan arrasó con el 34,3% de los votos y 363 de los 550 escaños de la Asamblea Nacional, seguido por el CHP de Baykal, único partido veterano que se salvó de la quema, con 178 actas. El MHP, el ANAP y el DYP fueron barridos del hemiciclo, mientras que el novísimo Partido de la Juventud (GP) del multimillonario populista Cem Uzan falló en su propósito de irrumpir con un buen puñado de escaños al no alcanzar el listón del 10%.

Estupefacto por la magnitud del desastre electoral, Ecevit declaró: "nos hemos suicidado". Al día siguiente de los comicios, 4 de noviembre, el primer ministro presentó la dimisión formal al presidente Sezer, quien le pidió que continuara en sus funciones hasta que nombrara un sucesor, seleccionado de una lista de candidatos enviada por el AKP, en la que, por mandamiento de la Junta Electoral, no podía figurar Erdogan, así que la postulación recayó en su número dos, Abdullah Gül. Ecevit anunció también que no renovaría la presidencia del DSP en el próximo congreso del partido. El 18 de noviembre entregó a Gül su despacho gubernamental.

En los meses siguientes, Ecevit continuó exponiendo sus valoraciones de la actualidad nacional, con críticas a la política exterior del AKP. En julio de 2003 el país se sorprendió con el anuncio de que una comisión parlamentaria de investigación tenía en el punto de mira al político, habitualmente acusado de obstinado y autoritario pero unánimemente reconocido como un símbolo de probidad y austeridad —seguía viviendo junto con su esposa en su viejo y modesto apartamento de Ankara, y jamás se había metido en negocios empresariales para ganar dinero— en un país infestado de corrupción, por posible comisión de fraude al Estado en relación con las pérdidas que había ocasionado la tolerancia de su Gobierno con el retraso en el pago por los adjudicatarios privados del precio de las privatizaciones efectuadas en el sector público.

Ecevit estampó el punto y final a cerca de medio siglo de vida política el 25 de julio de 2004, en el VI Congreso Extraordinario del DSP, cuando, de acuerdo con lo anunciado, cesó en la presidencia ejecutiva de la formación, que pasó a manos del vicepresidente desde 2001, Zeki Sezer. Continuó como presidente honorífico. El 19 de mayo de 2006, días antes de cumplir los 81 años y cuando acababa de participar en Ankara en una multitudinaria manifestación en contra del integrismo (convocada por sectores seculares tras el asesinato de un magistrado del Consejo de Estado por un abogado islamista radical como represalia por la decisión de la Corte de mantener la prohibición del velo en los lugares públicos), Ecevit sufrió una hemorragia cerebral que lo mandó a la unidad de cuidados intensivos del Hospital de la Academia Médica Militar Gulhane (GATA), cerca de Ankara. Allí le fue practicada una intervención quirúrgica que salvó su vida, pero para evitar nuevos daños cerebrales los médicos le mantuvieron en un coma inducido, del que ya no salió.

El 5 de noviembre de 2006 se produjo el fallecimiento del histórico estadista, que recibió el elogio unánime de la clase política y las máximas autoridades del Estado. Los funerales tuvieron lugar en Ankara el 11 de noviembre, tres días después de la fecha inicialmente prefijada, para facilitar la participación de los mineros de Zonguldak, que querían rendir su particular tributo al gobernante que había hecho contribuciones decisivas al reconocimiento de sus derechos obreros.

A las exequias en la Mezquita de Kocatepe asistieron, además del presidente Sezer y el primer ministro Erdogan, dos viejos adversarios del difunto, en la democracia civil y en la dictadura militar, Demirel y Evren, respectivamente, así como los presidentes pasado y presente de la RTCN, Rauf Denktash y Mehmet Ali Talat. A continuación, el cuerpo de Ecevit fue inhumado con todos los honores estatales, ceremonia en principio reservada a los presidentes de la República pero que la Asamblea Nacional otorgó con carácter excepcional al ex primer ministro. Miles de personas, unas 25.000, según estimaciones oficiales, se congregaron en las inmediaciones de la Mezquita de Kocatepe y se sumaron al cortejo fúnebre hasta el cementerio, convirtiendo todo el evento en un acto de exaltación del laicismo y los principios socialdemócratas.

(Cobertura informativa hasta 1/1/2007)