Árpád Göncz

Militante de la resistencia antinazi, en 1944 se licenció en Derecho por la Universidad Pázmány Péter de Budapest y hasta el final de la guerra encontró empleo como abogado en el Instituto de Crédito Agrícola. Entre 1947 y 1948 fue editor del semanario Nemzedék y tras su despido debió ganarse la vida como fontanero, soldador y, a partir de 1951, como perito agrícola. Estos trabajos le permitieron pagarse unos estudios en la Universidad Gödöllô de Ciencias Agrarias desde 1952 hasta que su activismo político contra el régimen comunista le acarreó la expulsión de las aulas en 1956.

Hacia 1951 se unió al Partido de los Pequeños Propietarios Independientes (FKgP), obligado a funcionar como un club conservacionista por el régimen prosoviético. Fue asistente del secretario general del partido y presidente de la sección de la Organización Juvenil Independiente en Budapest. Luego del alzamiento de 1956 estuvo a punto de ser condenado a muerte y de seguir la suerte de otros miles de patriotas, y en 1957, bajo la acusación de intentar derrocar al Gobierno, recibió una cadena perpetua de la que sin embargo sólo cumplió siete años gracias a las medidas apaciguadoras del nuevo dirigente comunista János Kádár. Tras su excarcelación en 1963 se ganó la vida como escritor de dramas y traductor al húngaro de obras literarias, fundamentalmente de autores ingleses y norteamericanos.

Durante los años de relativa libertad cultural (si se compara con la situación imperante bajo otros regímenes del bloque comunista) con Kádár, la obra literaria de Göncz, consistente en piezas teatrales y relatos breves, alcanzó relieve y recibió diversos premios. Cuando los sucesores de Kádár en la jefatura del Partido Socialista Obrero Húngaro iniciaron la liberalización que condujo a la democracia, Göncz volvió a la actividad política desde su condición de presidente de la Unión (1988-1989) y luego de la Asociación (1989-1990) de Escritores Húngaros.

Tomó parte en la fundación del Comité de Rehabilitación de Represaliados y la Alianza de los Demócratas Libres (SzDSz), un partido con fuerte presencia de intelectuales liberales y ubicado en el centro-izquierda. En sus filas obtuvo el escaño en las elecciones libres de 25 de marzo y 8 de abril de 1990. Cuando el 2 de mayo de 1990 concluyó el mandato del presidente interino Mátyás Szürös, Göncz fue elegido presidente de la Asamblea Nacional y por tanto presidente de la República con carácter provisional. El 3 de agosto la Asamblea le invistió formalmente, convirtiéndose en el primer presidente no comunista de Hungría desde que Zoltán Tildy (FKgP) fuera obligado a dimitir en 1948. La asunción de la jefatura del Estado llevó implícita el cese de su adscripción partidista.

Estadista internacionalmente bien considerado, muy popular y respetado en su país, Göncz utilizó sus reducidas prerrogativas (fundamentalmente, las capacidades de iniciativa legislativa y de devolución de una ley a la Asamblea si no está de acuerdo con el texto, así como la representación del Estado) en beneficio de los objetivos exteriores de Hungría, que pese al cambio de signo de los gobiernos no han variado en el sentido de la plena integración en las estructuras occidentales y la remoción de tensiones regionales por la cuestión de las minorías magiares en los países limítrofes. Representó al país en numerosas conferencias internacionales y cumbres bilaterales y multilaterales, que junto con los actos institucionales y eventos de todo tipo conformaron su activísima agenda oficial.

El 19 de junio de 1995 Göncz fue reelegido para un mandato cuatrienal por 259 de los 335 miembros de la Asamblea con los votos de los socialistas y sus antiguos camaradas del SzDSz. Finalizado aquel, el 4 de agosto de 2000 fue sustituido por Ferenc Mádl.

Entre los premios de Göncz por su hacer literario y traductor figuran el Attila (1983), el Wheatland (1989) y el Mediterráneo (1991). En la actualidad es miembro de honor del Club de Roma.

(Cobertura informativa hasta 1/1/2001)