Anwar Ibrahim

La reciente evolución política de Malasia, desde un modelo de parlamentarismo autoritario hasta convertirse en una de las democracias más avanzadas de Asia, tiene un correlato personal en las vicisitudes de Anwar Ibrahim, líder del centroizquierdista Partido de la Justicia Popular (Keadilan). El 24 de noviembre de 2022, coronando una tortuosa carrera política a los 75 años de edad, este antiguo viceprimer ministro liberal represaliado con cargos fabricados de sodomía y luego dos veces líder de la oposición alcanzó la jefatura del Gobierno en virtud de un histórico pacto entre dos coaliciones hasta ahora adversarias: la progresista Alianza por la Esperanza (Harapan), ganadora con mayoría simple de las elecciones del 19 de noviembre y comandada por el Keadilan, y el conservador Bloque Nacional. Este último, encabezado por la Organización Nacional de Malayos Unidos (UMNO, de la que Anwar fue número dos hasta su súbita defenestración en 1998), gobernó ininterrumpidamente desde la independencia entre 1957 y 2018, y por segunda vez desde 2020 en coalición con una tercera fuerza en liza, el Bersatu, socio del Keadilan en ese bienio de paréntesis y ahora desplazado a la oposición.

(Texto actualizado hasta 23/12/2022)

Anwar Ibrahim destacó en las décadas de los sesenta y setenta como dirigente estudiantil proislámico de línea contestataria y represaliado por las autoridades antes de unirse en 1982 a la Organización Nacional de Malayos Unidos (UMNO), el partido de sus padres y la fuerza gobernante en el país desde la independencia nacional en 1957. Su ascenso fue rapidísimo y ya en 1983 recibió su primer puesto ministerial, la cartera de Cultura, Juventud y Deportes, en el Gobierno del primer ministro y hombre fuerte de Malasia desde 1981, Mahathir bin Mohamad. Promocionado sucesivamente por Mahathir, en las décadas de los ochenta y noventa Anwar sirvió en el Ejecutivo como ministro de Agricultura, Educación y, a partir de 1991, de Finanzas.


PUPILO Y NÉMESIS DE MAHATHIR BIN MOHAMADSu buen hacer en todos sus desempeños catapultó a Anwar al puesto adicional de viceprimer ministro en 1993, junto con la presidencia adjunta de la UMNO. Su imparable ascenso político coincidió con una etapa de gran prosperidad económica nacional. Brillante, carismático y ambicioso, Anwar era visto como el heredero político de Mahathir, quien, al menos de cara al público, mantenía con su protegido una relación casi paterno-filial. Sin embargo, esta imagen de mutuas bienquerencia y confianza saltó por los aires en septiembre de 1998, en un momento de tormenta financiera regional y aguda recesión: furioso por su rechazo a responder a la crisis con medidas intervencionistas contrarias a las recetas clásicas del FMI, y, hecho no menos decisivo, a raíz de sus críticas al nepotismo y las corruptelas enquistados en el oficialismo —lo que podía verse como una sintonía subversiva con las demandas populares de reformas aperturistas y liberalización democrática— Mahathir destituyó a Anwar de todos su cargos y le expulsó de la UMNO.

De la noche a la mañana, Anwar pasó de teórico delfín de Mahathir a bestia negra del autoritario primer ministro, que dispuso su ingreso en prisión (en su etapa de activista estudiantil Anwar ya había sufrido 20 meses de encarcelación sin juicio entre 1974 y 1975) y le declaró "moralmente incapacitado" para ejercer funciones públicas porque era un homosexual que había cometido el delito de sodomía, penadísimo en Malasia, además de un corrupto. El defenestrado, desde 1980 marido de Wan Azizah Wan Ismail y padre de seis hijos, se revolvió tildando estas imputaciones de invenciones y presentándose como la víctima de una conspiración política orquestada personalmente por el primer ministro con el único objeto de eliminarle de la vida pública. Mahathir nombró nuevo viceprimer ministro a Abdullah Ahmad Badawi, enconado rival de Anwar por el liderazgo de la UMNO en el estado malayo de Penang.

Para Anwar, en lo sucesivo icono nacional e internacional del movimiento democrático malasio, la Reformasi, fue el comienzo de una dura prueba de resistencia política y física. En noviembre de 1998 el ex viceprimer ministro fue llevado a juicio por las acusaciones de sodomía y conspiración para encubrir actividades homosexuales, si bien el primer pliego de cargos hubo de ser revisado ante lo endeble de las pruebas aportadas por el fiscal, básicamente el testimonio de un hermano de adopción y un asistente del acusado, sobre que habían consentido que Anwar les sodomizara. Se habló de testigos torturados para que incriminaran falsamente al procesado (quien también fue golpeado por sus carceleros, según indicaban las magulladuras con que compareció ante el tribunal), y de hecho los dos testigos de la acusación posteriormente se retractaron y alegaron haber sido coaccionados bajo amenazas de agresiones.

Con todo, la farsa judicial con el guión escrito de antemano siguió adelante y en abril de 1999 Anwar fue hallado culpable de los delitos de corrupción y abuso de poder en relación con unos supuestos intentos de obstruir la investigación policial de su conducta sexual, por lo que recibió la condena de seis años de prisión. En junio siguiente el Tribunal Supremo le incoó otro juicio por nuevos cargos de sodomía (esta vez, el sujeto de la práctica sexual ilícita habría sido supuestamente el chófer de la familia) y en agosto de 2000 le aplicó una segunda condena de nueve años, a cumplir inmediatamente después de terminar el primer castigo. Para las ONG Amnistía Internacional y Human Rights Watch, Anwar, que demandó por difamación a Mahathir, constituía un claro caso de prisionero de conciencia, mientras que Estados Unidos expresó su condena sin ambages en la cumbre que la APEC celebró en Kuala Lumpur en noviembre de 1998.

Así neutralizado con condenas sumadas de 15 años entre rejas, Anwar delegó en su esposa Wan Azizah la tarea de organizar un partido de oposición para abanderar la Reformasi y confrontar la hegemonía de la UMNO y el Frente Nacional (Barisan Nasional), la coalición multinétnica y multiconfesional que aquella comandaba desde hacía un cuarto de siglo. El proyecto se sustanció en abril de 1999 con la presentación del Partido de la Justicia Nacional (Parti Keadilan Nasional, PKN), el cual trabó alianza con otras tres agrupaciones del débil arco opositor, el izquierdista Partido Popular Malasio (PRM), el socialdemócrata Partido de Acción Democrática (DAP o Tindakan, vehículo de la minoría china) y el ultraconservador Partido Islámico Pan-Malayo (PAS).

Este Frente Alternativo (Barisan Alternatif) cuatripartito, colocado bajo el liderazgo de Fadzil Noor, el jefe del PAS, fue capaz de obtener el 40,2% de los votos, aunque solo, en virtud de una ley electoral desfavorable, 42 de los 193 diputados de la Cámara de Representantes, donde el Frente Alternativo retuvo, pese al notable retroceso, una holgada mayoría absoluta de dos tercios. Dentro del Barisan, el PKN del matrimonio Anwar-Wan Azizah, situado en el centro reformista social, aportaba únicamente cinco escaños.

Posteriormente, en agosto de 2003, el PKN y el PRM procedieron a fusionarse, dando lugar al Partido de la Justicia Popular (Parti Keadilan Rakyat, PKR o Keadilan), de nuevo con Wan Azizah de líder nominal. La absorción del PRM de Syed Husin Ali deslizó ligeramente hacia la izquierda al sector de Anwar, que lanzó un manifiesto pro reformas democráticas y de compromiso con la armonía y el justo equilibrio entre etnias y religiones. Ello excluía la polémica política de cuotas, sostenida desde hacía décadas por la UMNO, en favor de la mayoría Bumiputera, esto es, los malayos étnicos; aunque suponía el 62% de la población, la comunidad que ostentaba el predominio político en Malasia estaba a la zaga de la emprendedora minoría china en las posiciones económicas. Dos meses después, el veterano Mahathir, a los 78 años y tras 22 de ejercicio fuertemente ejecutivo, entregó los timones del Gobierno y la UMNO a Abdullah Badawi.

2004 fue el año de la absolución judicial de Anwar, al que envolvía una aureola de mártir de la arbitrariedad del poder. En septiembre, una vez cumplido el tiempo de cárcel dictado por la primera sentencia de corrupción tras un primer intento fallido en 2002, su apelación de la sentencia de sodomía fue validada por el Tribunal Federal, que ordenó su puesta en libertad. Se trató, empero, de una victoria parcial, ya que la corte confirmó la estipulación legal de la inhabilitación por cinco años de los convictos exonerados o con la pena servida.

Esto suponía que hasta abril de 2008 Anwar no podía realizar campañas políticas ni aspirar a cargos de elección popular. En el ínterin, el dirigente ciñó su vida pública al ámbito académico y a los contactos internacionales, si bien se asignó un rol de "asesor" del Keadilan. Tampoco se privó de arremeter contra el primer ministro Badawi, al que acusó de permitir una mayor corrupción que durante Mahathir, ni de exigir públicas disculpas a Mahathir por difamarle y de paso a Rahim Noor, el jefe policial que le había golpeado en el rostro cuando su arresto en 1998. El Keadilan continuó al cargo de Wan Azizah, jefa de un partido sumido en la irrelevancia desde las elecciones de marzo de 2004; así, en aquellos comicios, celebrados mientras Anwar aún seguía preso, los justicialistas se habían quedado con un único diputado, la propia Wan Azizah.


ENTRE LA OPOSICIÓN Y EL OFICIALISMO: NUEVOS PROBLEMAS PENALES Y RECONCILIACIÓN CON MAHATHIRA Anwar, camino de su sexta década de vida, le aguardaban 18 años más de subidas y bajadas antes de llegar a la cumbre a la que parecía destinado cuando contaba con el favor de su mentor, luego devenido verdugo, Mahathir. En las elecciones generales de marzo de 2008, celebradas mientras a Anwar le restaba aún poco más un mes de inhabilitación política, la nueva coalición formada por el Keadilan, el Tindakan y el PAS, de nombre Alianza Popular (Pakatan Rakyat), se apuntó 82 escaños en la Cámara aumentada a los 222 representantes. Entonces, Wan Azizah, aupada al liderazgo de la oposición parlamentaria en sucesión de Lim Kit Siang (del Tindakan), materializó su anuncio previo de la renuncia a su escaño por Permatang Pauh, la circunscripción malaya que su marido había representado entre 1982 y su primera condena judicial. En la subsiguiente elección parcial de agosto de 2008 Anwar, sin sorpresas, se impuso en su distrito y retornó a la Cámara tras nueve años de ausencia.

A partir de aquí y durante siete años, Anwar se desempeñó como líder de la oposición parlamentaria —la dirección orgánica del Keadilan permaneció en manos de Wan Azizah— contra dos primeros ministros de la UMNO, Badawi y desde 2009 Najib Tun Razak. A ambos amenazó con hacerles caer a través de una moción de censura que supuestamente saldría adelante con el respaldo de numerosos diputados disidentes del Barisan Nasional, pero este escenario no se materializó. En enero de 2012 el Tribunal Supremo desestimó como infundada la nueva acusación de sodomía que le había sido formulada al poco de obtener la rehabilitación en 2008 con el evidente propósito de bloquear su vuelta al Parlamento y que había derivado en juicio en febrero de 2009. Se trataba de su segunda absolución de dicho cargo.

Luego, en los comicios de mayo de 2013 el caudillaje de Anwar no se tradujo en un fuerte empujón adicional para el Keadilan y la Pakatan, que solo subieron levemente. En términos porcentuales, el bloque opositor rebasó la barrera psicológica de la mitad de los votos y, por primera vez, superó en tres puntos al Barisan, pero la desventaja en escaños siguió siendo considerable. La denuncia de fraude de Anwar resultó estéril, al igual que su exigencia de reforma de un sistema electoral injusto diseñado a la medida de la UMNO y sus acólitos.

Cuando parecía que el desgaste de la UMNO, perjudicado por la mala prensa del primer ministro Najib, colocaba a Anwar en la antesala de una victoria decisiva en las próximas elecciones generales, las maquinaciones del poder resucitaron el viejo expediente ya dos veces desacreditado para tender una dura zancadilla al líder opositor. En marzo de 2014, en vísperas de la elección parcial en Kajang, circunscripción malaya a la que Anwar optaba con la expectativa de convertirse en el ministro-jefe del estado de Selangor, la Corte de Apelaciones resolvió anular la absolución de 2012 del cargo por sodomía con el argumento de que el Tribunal Supremo había pasado por alto las "evidencias" periciales que sostenían la petición de culpabilidad de la fiscalía.

En consecuencia, Anwar tenía que cumplir una pena carcelaria de cinco años. "Reitero mi inocencia (...) Esto es una total fabricación y una conspiración política para poner fin a mi carrera política", sostuvo el condenado ante los magistrados, mientras el Gobierno de Najib reiteraba su no interferencia en el caso y defendía la independencia de la justicia en Malasia. El nuevamente reo presentó recurso al Tribunal Federal, pero en febrero de 2015 esta instancia confirmó la decisión de la Corte de Apelaciones y ordenó el inmediato ingreso en prisión de Anwar.

La historia se repetía: Anwar quedaba apartado del juego político y su infatigable esposa debía suplirle en el liderazgo opositor al régimen, por lo demás claramente agrietado ya, de la UMNO. Las elecciones generales de 2018 se presentaban decisivas y en septiembre de 2015, al calor de la protesta popular contra el primer ministro Najib, en la vorágine de un gigantesco escándalo de corrupción (presuntos desfalcos al Estado por valor de 700 millones de dólares), el Keadilan prefirió articular una nueva plataforma de oposición, la Alianza por la Esperanza (Pakatan Harapan). Los socios del Keadilan en el bloque heredero del Barisan Alternatif y la Pakatan Rakyat eran el Tindakan de Tan Kok Wai y Lim Kit Siang y el islamista moderado Partido de la Confianza Nacional (PAN o Amanah) de Mohamad Sabu.

En 2016 las cosas empezaron a aparejársele mejor a Anwar, pero por una vía inesperada. Se trató de la sonora ruptura con la UMNO del ya nonagenario Mahathir, airado por la exoneración judicial del acusado Najib, seguida de la puesta en marcha de una organización propia de perfil nacionalista conservador promalayo y a la vez opositor radical, el Partido Indígena Unido Malasio (PPBM o Bersatu). Al antiguo primer ministro le secundaron muchos cuadros descontentos de la UMNO, pero Mahathir, resuelto como estaba a sacar del poder al partido que había ayudado a fundar para luego mandarlo con mano de hierro durante más de dos décadas, dio un paso audaz y hasta hacía bien poco impensable: trabar alianza con el hombre al que había intentado destruir con la mayor saña por considerarle una amenaza para su autoridad. A través de su esposa, Anwar, dejando atrás cualquier posible rencor, aceptó unir fuerzas con Mahathir para tumbar al enemigo común, Najib.

El dramático giro de los acontecimientos, que encerraba una potente carga de reconciliación personal y política entre los dos hombres más influyentes de la Malasia contemporánea, se sustanció en diciembre de 2016 con la firma de un memorándum de entendimiento y un pacto electoral entre la Harapan y el Bersatu; luego, en marzo de 2017, el partido de Mahathir se incorporó formalmente a la Pakatan como cuarto socio.

El matrimonio Anwar-Wan Azizah y Mahathir conformaron una especie de triunvirato ejecutivo en la Harapan. El entendimiento entre ellos fue insospechadamente fecundo. En enero de 2018 los dirigentes acordaron que Mahathir, en excelente estado físico y con su agudeza mental intacta no obstante tener 92 años ya, fuera el aspirante a primer ministro para batirse con Najib en las elecciones de mayo. Wan Azizah se postularía a viceprimera ministra. Luego, si las elecciones eran ganadas y la Harapan subía al poder, se haría lo posible por conseguir el indulto para Anwar, quien, una vez liberado, quedaría en reserva para recibir de Mahathir las riendas del Gobierno en una fase posterior, hacia la mitad de la legislatura de cinco años. Desde su habitación de un hospital de Kuala Lumpur, donde se recuperaba de una operación en el hombro, Anwar urgió a los electores a votar por Mahathir, ejemplo como era de "tenacidad" y "sacrificio", porque se trataba de forzar "el cambio" en el país del sudeste asiático.

El impulso de victoria histórica del nuevo frente opositor era irresistible y en las elecciones del 9 de mayo de 2018 la Pakatan Harapan doblegó al Barisan con una ajustada mayoría absoluta de 113 escaños, de los que el Keadilan aportaba el grueso, 47 (el Bersatu solo sacó 13 asientos). Al día siguiente, Mahathir y Wan Azizah tomaron posesión del Gobierno con un plantel de medidas inmediatas, a la cabeza de las cuales estaban la investigación a fondo de la corrupción masiva de Najib y la UMNO, y la tramitación del indulto y liberación de Anwar. Dicho y hecho, el 11 de mayo, el rey (Yang di-Pertuan Agong) Mohamad V, sultán de Kelantan y jefe de Estado de la monarquía parlamentaria federal que era Malasia, comunicó que, dentro de sus prerrogativas, concedía el perdón real al reo. El 16 de mayo Anwar volvió a ser libre en olor de multitudes que proferían la consigna de ¡Reformasi!. Ante los periodistas, el dirigente aseguró que Malasia vivía un "nuevo amanecer" y que él ya había "perdonado" a Mahathir por la persecución infligida.

En octubre de 2018 Anwar volvió triunfalmente al Parlamento en representación de Port Dickson, distrito del estado malayo de Negeri Sembilan, si bien descartó ocupar por el momento algún puesto en el Gobierno. Se suponía que Mahathir le pasaría el testigo de primer ministro en algún momento de 2020, acaso en noviembre, en el ecuador de la legislatura. A continuación, el 17 de noviembre, Anwar asumió la presidencia del Keadilan, que su esposa había mantenido durante cerca de 20 años.


CAMBIO DE ALIANZAS PARA ALCANZAR LA JEFATURA DEL GOBIERNO MALASIOAnwar, después de tantos reveses, se disponía a realizar su mayor ambición política, pero al finalizar 2019 Mahathir empezó a emitir señales de que no estaba por la labor de acatar el pacto, solo verbal por lo que al público respectaba, del año anterior. Los movimientos en el Bersatu contrarios al traspaso de poderes fueron en aumento y el 24 de febrero de 2020 Mahathir anunció inesperadamente la dimisión. El veteranísimo estadista, que por el momento permanecía como primer ministro interino, no explicó sus intenciones inmediatas, alimentando las especulaciones sobre un plan de renovación en el cargo apoyado en una mayoría parlamentaria que ya no incluiría al sector de Anwar.

El 29 de febrero, sin embargo, el rey Abdullah, sultán de Pahang, nombró primer ministro al número dos del Bersatu y hasta ahora ministro del Interior, Muhyiddin Yassin, antiguo viceprimer ministro con Najib que había secundado a Mahathir cuando su defección de la UMNO en 2016. Para pasmo general, Muhyiddin desveló un polémico acuerdo con la UMNO, ahora liderada por Ahmad Zahid Hamidi, por el que esta sustituía al Keadilan como socio del Bersatu en el Gobierno. La furtiva maniobra dejó atónito a Anwar y encolerizó a Mahathir, quien aseguró su repudio a cualquier componenda con la UMNO y tachó de "traidor" al hasta la víspera su mano derecha, autoproclamado de paso único líder del Bersatu, en adelante cabeza de la nueva Alianza Nacional (Perikatan Nasional).

La juramentación de Muhyiddin el 1 de marzo arropado, además de por el Bersatu, el PAS y los demás miembros de la flamante Perikatan, por el UMNO/Barisan y los partidos regionales de Sarawak y Sabah —los estados insulares de la isla de Borneo— mandó al Keadilan y sus leales aliados de la menguada Harapan, los chinos del Tindakan y los islamistas reformistas del Amanah, directamente de vuelta a la oposición. Para Anwar, el fiasco resultó más doloroso porque de su grupo parlamentario desertaron varios diputados, a la cabeza de los cuales figuraba Azmin Ali, el ministro de Asuntos Económicos, premiado por Yassin con una cartera similar en su Gabinete.

El sorpresivo vuelco político de febrero de 2020 descolocó temporalmente a Anwar, quien para empezar tenía que aclarar sus relaciones con el muy anciano Mahathir. Esta vez, Anwar no iba a perdonar a Mahathir haber renegado del pacto personal de 2018. Sin un partido propio, Mahathir forcejeó en situación de debilidad con Anwar, que le arrebató el mando efectivo de la Harapan y frustró su deseo de ser el cabeza de lista del bloque opositor. Sin embargo, las afirmaciones por Anwar de que estaba forjando en el Parlamento una "formidable" mayoría alternativa capaz de desbancar a Muhyiddin resultaron infundadas. Dispuesto a seguir dando la batalla por su cuenta, Mahathir organizó a sus seguidores bajo la bandera del Partido del Luchador de la Patria (Pejuang).

La complicada gestión de la COVID-19 desestabilizó las relaciones entre el Bersatu y la UMNO. En julio de 2021 esta última, que poseía la mayor cuota ministerial en el heteróclito Gobierno donde se sentaban una docena de partidos, exigió la dimisión de Muhyiddin como condición para mantener la coalición; en agosto siguiente, el viceprimer ministro de la UMNO, Ismail Sabri Yaakob, sucedió a un resignado Muhyiddin al frente del Ejecutivo, pero la mudanza no zanjó las desconfianzas mutuas. En adelante, la dinámica política malasia sería una competición triangular entre la Harapan de Anwar, la Perikatan de Muhyiddin y la Barisan de Ismail Sabri Yaakob y Ahmad Zahid Hamidi, los cuales venían a representar respectivamente el centro-izquierda, el centro-derecha y la derecha. Además, se afanaban en mantener sus espacios un buen número de partidos menores susceptibles de servir como comodines para formar gobierno bajo diversas fórmulas.

Las elecciones generales del 19 de noviembre de 2022 depararon la victoria con mayoría simple de la Harapan con el 37,5% de los votos y 82 escaños (40 el Tindakan, 31 el Keadilan, ocho el Amanah y tres para dos partidos más pequeños, la UPKO y la MUDA), seguida por la Perikatan del Bersatu, el PAS y el Gerakan (el 30,3% y 74), y el Barisan de la UMNO y sus adláteres (el 22,4% y 30).

El enésimo viraje de la política malasia volvió a tener como protagonista a Anwar, que suscribió un inédito pacto entre la Harapan y el Barisan. Así, el 24 de noviembre de 2022 Anwar, con 75 años, prestó juramento como décimo primer ministro de Malasia previo nombramiento para el puesto por el rey Abdullah. En su flamante Gobierno, constituido el 3 de diciembre, obtuvieron puestos una decena de formaciones adscritas a tres bloques, la Harapan, el Barisan y la Alianza de Partidos de Sarawak (GPS o Gabungan), más los partidos Alianza Popular de Sabah (GRS) y Patrimonio (Warisan), luego 12 agrupaciones en total.

La Harapan se reservó el grueso de los ministros (15) y viceministros (13), y dentro de ella el Keadilan tenía la primacía (13 puestos). Pasaban a ser viceprimeros ministros Ahmad Zahid Hamidi (quien tenía abiertos unos procesos por corrupción) por la UMNO y Fadillah bin Haji Yusof por el Partido Unido de la Herencia Bumiputera (PBB), principal miembro de la Gabungan; Anwar tomó para sí la cartera de Finanzas. El nuevo oficialismo descansaba en una confortable mayoría parlamentaria de 148 diputados, los cuales emitieron el preceptivo voto de confianza al Gobierno debutante el 19 de diciembre.

(Cobertura informativa hasta 23/12/2022)