Alexander Stubb

Las elecciones presidenciales finlandesas a doble vuelta del 28 de enero y el 11 de febrero de 2024 fueron ganadas por el ex primer ministro Alexander Stubb. El candidato del Partido de la Coalición Nacional (KOK), la fuerza conservadora que vertebra el Gobierno de coalición del primer ministro Petteri Orpo, se adelantó a sus ocho rivales en la primera ronda con el 27,2% de los votos y en el balotaje se impuso al verde Pekka Haavisto con el 51,6%. El 1 de marzo Stubb sucederá a Sauli Niinistö con un mandato sexenal, al frente de una oficina que comparte con el Gobierno la conducción de la política exterior (exceptuando todo lo relativo a la UE) y posee un rol eminente en las cuestiones militares. Así, el jefe del Estado es el comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa, atribución que cobra más realce después del ingreso acelerado de Finlandia en la OTAN en 2023 como consecuencia directa de la invasión de Ucrania.

Para el mandatario electo, Rusia, origen de numerosos ciberataques y cuya frontera de 1.340 km Helsinki mantiene cerrada para bloquear la llegada de solicitantes de asilo asiáticos y africanos, sigue siendo, "como siempre lo fue y lo será en el futuro también", la "principal amenaza para nuestra seguridad nacional". Por ello, arguye, Finlandia debe enfatizar el "realismo" y la disuasión militar en sus políticas exterior y de seguridad, apostando por una "capacidad de defensa fuerte y creíble", a la vez que persevera en la provisión de armamento a Ucrania. Con una trayectoria profesional muy ligada a los Tratados Europeos y antiguo eurodiputado, Stubb se ha descrito también como un "eurofriki".

El 24 de junio de 2014, recién elegido líder del KOK, Stubb sucedió a Jyrki Katainen como primer ministro de Finlandia. Anteriormente eurodiputado, ministro de Exteriores en los gobiernos de coalición de los primeros ministros centristas Matti Vanhanen y Mari Kiviniemi, y luego responsable de Asuntos Europeos en el Gabinete de su colega partidario Katainen —el cual dimitió para pasar a la Comisión Europea—, Stubb tomó parte en la fijación de las posiciones exigentes del país nórdico durante la larga crisis de la Eurozona. Estas mantuvieron a Finlandia en el llamado "núcleo duro" europeo, cerrando filas con Alemania en la prelación de la austeridad y el ajuste sobre el estímulo del crecimiento como recetas para enfrentar los sucesivos huracanes de las deudas soberanas atosigadas por la prima de riesgo. Firme defensor de la regla de oro y de las sanciones automáticas contempladas por el Pacto Fiscal Europeo, discrepó sin embargo de quienes, en su propio país, sugerían la división de la Eurozona entre un Norte consolidado y un Sur menesteroso.

Cuando en 2014 tomó las riendas del Ejecutivo finés, Stubb, adscrito al ala más liberal de su partido, se propuso mantener los objetivos del equilibrio presupuestario, partiendo de un 2,5% de déficit, y la reducción de la deuda pública, situada en el 57% del PIB, pero abordando al mismo tiempo un pequeño alivio de la austeridad, con una partida de gasto en estímulos. La estrategia tributaria sería de tipo mixto, con subidas de algunos impuestos y posibles bajadas de otros. Este paquete de medidas, un tanto salomónico e impreciso, buscaba revertir el deterioro de la economía, que en el primer trimestre de 2014 había iniciado su tercera recesión desde 2008. Por otro lado, Stubb deseaba abrir un debate nacional sobre la conveniencia de poner fin al tradicional estatus de neutralidad, consagrado tras la Segunda Guerra Mundial, y meter a Finlandia en la OTAN.

Más allá de sus declaraciones de intenciones, el objetivo básico del nuevo gobernante era llegar a las elecciones generales de 2015 con su coalición intacta. El Gabinete Stubb, de mayoría, incorporaba a cinco partidos de diversas tendencias, aglutinados gracias a la alta capacidad de la política nacional para sellar acuerdos transversales: además del centroderechista KOK —devenido primera fuerza parlamentaria en los comicios de 2011 por primera vez en su centenaria historia—, los socialdemócratas (SDP), los populares suecos (SFP), los verdes (VIHR) y los cristianodemócratas (KD). Clasificado por la politología local como un Gabinete de cromatismo arcoiris, se trataba también de un Gobierno de gran coalición que dejaba fuera al Partido de Centro (Keskusta) y al populista y derechista Partido de los Finlandeses (PS), con ideas euroescépticas y antiinmigración.

El Gobierno Stubb tuvo una corta vida y puede decirse que fracasó. La economía siguió sin levantar cabeza, lo que empujó hacia arriba el déficit público, a falta de un plan estricto de recortes y austeridad, así como el desempleo, que llegó al 10%. En septiembre de 2014 los verdes de Ville Niinistö, contrarios a la construcción de una nueva central nuclear, dieron portazo a Stubb y el oficialismo se quedó con la mínima mayoría absoluta de 101 diputados en el Eduskunta. Una de las pocas realizaciones del breve Ejecutivo fue la legalización, en noviembre de 2014 y no sin fuertes divisiones en la coalición gobernante, del matrimonio igualitario. En las elecciones del 19 de abril de 2015 el KOK fue castigado y cayó a la tercera posición en cuanto a escaños. Sin embargo, Stubb conservó el protagonismo desde el puesto de ministro de Finanzas en el Gobierno de coalición que el líder centrista Juha Sipilä, a diferencia de él muy reacio al hipotético ingreso en la OTAN, inauguró el 29 de mayo.

Dentro del nuevo Gabinete, un tripartito escorado a la derecha por la incorporación del sector del PS de Timo Soini, Stubb asumió la tarea de aplicar un contundente programa de recortes y congelación de impuestos para ahuyentar la recesión y recuperar competitividad. Las reformas estructurales pasaron a ser el nuevo mantra del ministro, que volvió a lucir su vertiente de duro a la hora de prescribir la austeridad a los socios necesitados de la UE durante la tormentosa negociación del tercer rescate crediticio de Grecia. Las buenas noticias para la economía y las finanzas domésticas empezaron a llegar antes de que Stubb fuera desafiado y descabalgado de la presidencia del KOK por Petteri Orpo, el ministro del Interior, el 11 de junio de 2016. A estas alturas, Stubb acumulaba abundantes críticas por una serie de afirmaciones erróneas y otros pronunciamientos que denotaban indiferencia hacia los posibles efectos negativos de la poda de gasto público en las coberturas del estado del bienestar y el sistema educativo. El 22 de junio Orpo le relevó asimismo como ministro de Finanzas, lo que supuso su salida del Gobierno Sipilä.

En julio de 2017 Stubb renunció también a su acta de diputado para fungir de vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Su ambición de llegar a presidir la Comisión Europea o el Consejo Europea era expresa desde hacía tiempo, y en noviembre de 2018 perdió ante el alemán Manfred Weber la liza interna del Partido Popular Europeo para la postulación del spitzenkandidat a presidente de la Comisión en las elecciones de 2019 a la Eurocámara. En enero de 2010 Stubb, ácido fustigador de líderes de la derecha nacionalista europea como el húngaro Orbán y el italiano Salvini porque sus plataformas se sustentaban en el "miedo y el odio", y también del estadounidense Trump, concluyó su mandato en el BEI y posteriormente estrenó el trabajo de director y profesor de la School of Transnational Governance en el Instituto Universitario Europeo (IUE) de Florencia.

En agosto de 2023, al poco de formar gobierno Petteri Orpo como resultado de las elecciones parlamentarias de abril, Stubb, a los 55 años, anunció su candidatura a presidente de la República en las elecciones de 2024. De las mismas debía salir el sucesor de Sauli Niinistö, antiguo líder del KOK, quien agotaba su segundo ejercicio no prorrogable de seis años. El dinámico ex primer ministro, con un característica estampa atlética y jovial, pasó a encabezar la mayoría de los sondeos de opinión, aunque sin despegarse nítidamente. Sus principales adversarios eran: el ex ministro de Exteriores Pekka Haavisto, por la VIHR; el ex comisario europeo Olli Rehn, por el Keskusta; Jussi Halla-aho, anterior líder del PS y hoy presidente del Eduskunta, cuyo partido integraba el Gabinete Orpo; Li Anderson, la jefa de la Alianza de Izquierda (VAS); y Jutta Urpilainen, la comisaria europea de Asociaciones Internacionales, anteriormente viceprimera ministra y líder del SDP.

La campaña del presidente electo de Finlandia ha girado en torno a los conceptos de una "Finlandia abierta, segura e internacional", y una Presidencia bien atenida a los "valores". En el escenario de inseguridad y amenazas generado por la "guerra de agresión de Rusia a Ucrania", y, en un sentido más amplio, la "era de disturbios y desórdenes" que conmueve al conjunto de las relaciones internacionales tras la post-Guerra Fría, Stubb habla de una encrucijada histórica en la que Finlandia y Europa se jugarían lo inasumible. En su apremiante análisis, 1918, 1945, 1989 y el período abierto en 2022 son años parteaguas porque el primero supuso "el fin del imperialismo", el segundo "el fin del fascismo", el tercero "el fin del comunismo" y el cuarto podría entrañar "el fin del liberalismo, es decir, la democracia occidental", si no se adopta una firme reacción defensiva frente a la "guerra de Putin". Él, como presidente de esta nueva Finlandia aliada en el seno de la OTAN, promete una "política exterior basada en el realismo", una "defensa fuerte" y un "liderazgo unificador basado en los valores y la cooperación".

(Texto actualizado hasta 14 febrero 2024)

1. Un experto en los procesos de construcción europea
2. Salto a la política profesional con el Partido de la Coalición Nacional
3. Ministro de Asuntos Exteriores y Europeos en los gobiernos Vanhanen, Kiviniemi y Katainen; Helsinki frente a la crisis de la Eurozona
4. Primer ministro de Finlandia en 2014


1. Un experto en los procesos de construcción europea

Alexander Stubb procede de una familia bilingüe, en la que la madre hablaba el finlandés y el padre, Göran Stubb, dirigente de la Asociación Finlandesa de Hockey sobre Hielo, el sueco. Su etapa escolar discurrió en la Mainland High School de Daytona Beach, Florida, y el Gymnasiet Lärkan de Helsinki, por el que se graduó magna cum laude en 1988. En 1989, tras realizar el servicio militar, el joven consiguió una beca deportiva que le permitió emprender estudios universitarios en Estados Unidos, concretamente en la Furman University de Carolina del Sur, donde se decantó por la carrera de Ciencias Políticas. En 1993 se sacó el título de Bachelor of Arts y un año más tarde añadió a su currículum un Diplôme de langue et civilisation françaises cursado en la parisina Universidad de la Sorbona.

Cada vez más interesado en las discusiones de la actualidad social y europea, sobre las que empezó a escribir para diversos periódicos y revistas finlandeses, y de la máxima relevancia en el país nórdico con motivo de la firma, en 1994, del Tratado de Adhesión a la Unión Europea, Stubb enriqueció su bagaje académico en Bélgica, obteniendo el título de Master in Arts en Estudios Políticos y Administrativos Europeos por el Colegio de Europa en 1995 (luego formó parte de la Promoción Ramon Llull de la casa de estudios de Brujas), y el Reino Unido, donde en 1999 la London School of Economics (LSE) le expidió un doctorado en Filosofía y Política Internacional. La tesis defendida llevó por título Flexible Integration and the Amsterdam Treaty.

Entre medio, de 1995 a 1997, Stubb ejerció de investigador para el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país y tuvo la ocasión de integrar la delegación nacional asignada a la Conferencia Intergubernamental (CIG) que preparaba el Tratado de Ámsterdam. Más tarde prestó servicios politológicos para la Academia Finlandesa de Ciencias y Letras (Suomalainen Tiedeakatemia) y en 1999, coincidiendo con la conclusión de sus estudios de doctorado en la LSE, retornó en calidad de investigador científico sénior al Ministerio de Exteriores, el cual lo colocó en la Representación Permanente de Finlandia ante la UE, encabezada por el embajador Antti Satuli.

En el segundo semestre de 1999 Stubb estuvo especialmente atareado con motivo de la primera presidencia finlandesa de turno del Consejo de la UE; la misma culminó en diciembre con el Consejo Europeo de Helsinki, del que salió la luz verde al arranque de las negociaciones de adhesión de seis países solicitantes. En 2000, mientras participaba en los trabajos de la CIG encargada de elaborar el Tratado de Niza, el científico político fue contratado como profesor visitante por el Colegio de Europa, compromiso docente que prolongó hasta 2007. En 2001 Stubb profundizó su implicación en las dinámicas internas de la construcción europea al entrar en la plantilla de asesores de presidente de la Comisión, el italiano Romano Prodi, y formar parte también de la task force nombrada por la Comisión con motivo de la Convención sobre el Futuro de Europa, el cuerpo establecido por el Consejo Europeo con la misión de redactar el borrador del futuro Tratado Constitucional Europeo.

En 2003 el treintañero se separó de la Comisión y regresó a la Representación finlandesa. Su nombramiento para la nueva CIG le permitió seguir involucrado en los trabajos constituyentes europeos.


2. Salto a la política profesional con el Partido de la Coalición Nacional

Hasta ahora, Stubb había desarrollado una labor exclusivamente académica y técnica, que le convertía en un experto en los tratados que estaban jalonando la construcción europea. El paso de la politología a la política representativa llegó en 2004 con su inclusión en la lista electoral al Parlamento Europeo del Partido de la Coalición Nacional (Kansallinen Kokoomus, o KOK), veterana fuerza conservadora, fundada en 1918, que en estos momentos se hallaba en la oposición parlamentaria al Gobierno de coalición encabezado por el primer ministro centrista Matti Vanhanen.

El 13 de junio de 2004, con el respaldo de 115.000 votos, Stubb ganó el mandato de eurodiputado en unas elecciones que en Finlandia estuvieron caracterizadas por la cerrada competición entre el KOK, liderado desde hacía tan sólo unos días por Jyrki Katainen (en sucesión de Ville Itälä, dimitido en marzo anterior tras un año de cuestionamientos por los malos resultados del partido en las legislativas de 2013), y los dos socios mayoritarios del Gobierno de coalición, el Partido de Centro (Keskusta) de Vanhanen y el Partido Socialdemócrata (SDP) del ex primer ministro Paavo Lipponen; por unos pocos miles de votos, el KOK se alzó como la fuerza más votada.

En el hemiciclo de Estrasburgo, donde el 20 de julio tomó posesión de su escaño encuadrado en el Grupo del Partido Popular Europeo-Demócratas Europeos (PPE-DE), Stubb fue miembro de los comités de Control Presupuestario y Asuntos Constitucionales, así como vicepresidente del Comité de Mercado Interior y Protección del Consumidor. Integró además el Comité Interparlamentario UE-Bulgaria hasta 2006, año en que redactó un informe, adoptado por la Eurocámara, donde exponía le necesidad de moderar los costes de traducción idiomática en las principales instituciones de la UE. Los 511 millones de euros gastados en 2005 por la Comisión, el Consejo y el Parlamento en la traducción de textos y alocuciones debían de parecerle excesivos al políglota Stubb, quien además del finlandés y el sueco, sus lenguas vernáculas, hablaba perfectamente inglés, francés y alemán. De todas maneras, el diputado invocó el respeto al multilingüismo, un "rasgo clave" de la UE que subrayaba, en su opinión, "la diversidad lingüística y cultural", y que aseguraba "el trato equitativo de los ciudadanos de la UE".

En las elecciones al Eduskunta, el Parlamento finlandés, del 18 de marzo de 2007 el KOK, con el 22,3% de los votos y 50 escaños, obtuvo los segundos mejores resultados de su historia, después de los de 1987, en tiempos de Harri Holkeri, su último primer ministro hasta la fecha. Los conservadores pisaron los talones a los centristas y desplazaron del segundo lugar a los socialdemócratas, que perdieron en favor de aquellos la capacidad de articular un nuevo gabinete de mayoría liderado por la lista más votada. En consecuencia, el 19 de abril tomó posesión el segundo Gobierno Vanhanen, integrado por el Keskusta, el KOK, el Partido Popular Sueco (RKP/SFP) y la Liga Verde (VIHR), y con Katainen, quien a sus 35 años era tres más joven que Stubb, como viceprimer ministro y ministro de Finanzas.


3. Ministro de Asuntos Exteriores y Europeos en los gobiernos Vanhanen, Kiviniemi y Katainen; Helsinki frente a la crisis de la Eurozona

La hora de entrar en el Gobierno nacional, y por la puerta grande, llegó para Stubb el 4 de abril de 2008, días después de cumplir los 40 años. Entonces, Katainen y Vanhanen acordaron su nombramiento para el puesto de ministro de Exteriores en sustitución del colega del partido Ilkka Kanerva, obligado a dimitir de resultas del escándalo suscitado al saberse que había enviado desde su teléfono móvil unos 200 mensajes de texto de carácter sexual a una bailarina de strip-tease.

La llegada al Ministerio de Exteriores de Stubb, que por lógica hubo de dejar su escaño europeo, se produjo en la víspera del estallido de la crisis financiera en Estados Unidos y Europa, antesala a su vez de la Gran Recesión, que en Finlandia, un país eminentemente industrial y exportador, fue más aguda, aunque más breve, que en la mayoría de los socios de la UE. El paquete de estímulo fiscal aplicado por el Gobierno Vanhanen, consistente en su mayor parte en desgravaciones tributarias, dio resultados en la pronta recuperación del crecimiento y además no produjo, a pesar de su volumen, un desequilibrio preocupante en las cuentas públicas, gracias a que antes de la crisis estas gozaban de un confortable superávit.

En sus tres años al frente de la diplomacia finesa, Stubb jugó un papel europeo relevante como presidente en ejercicio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) entre el 4 de abril y el 31 de diciembre de 2008. En mitad de este período, en agosto, aconteció la guerra ruso-georgiana a causa del conflicto en Osetia del Sur; tras el cese de las hostilidades, la OSCE acordó con las partes el envío de una misión de observadores militares a la zona. En estos años, el público se enteró también de las opiniones firmemente proatlantistas del ministro de Exteriores, quien resultó ser partidario de poner fin a la tradicional neutralidad nacional, vista por él como un anacronismo, y de que Finlandia satisficiera sus necesidades de seguridad y de defensa en el seno de la OTAN.

Tanto Stubb como su jefe de filas, Katainen, y los otros seis ministros del KOK mantuvieron intactos sus cometidos gubernamentales a raíz del reemplazo de Vanhanen, el 22 de junio de 2012, en la jefatura del Gobierno por la nueva líder del Keskusta, Mari Kiviniemi, hasta entonces ministra de Administraciones Públicas. Stubb se hizo con su primer mandato parlamentario, representando a la circunscripción de Uusimaa, en las elecciones legislativas del 17 de abril de 2011. Los comicios, celebrados al cabo de una campaña dominada por el debate sobre el esfuerzo de la contribución nacional a los sucesivos paquetes de salvamento financiero de los estados de la Eurozona golpeados por la crisis de sus deudas soberanas, convirtieron al KOK, por primera vez en su historia, en la fuerza más votada del país escandinavo con el 20,4% de los sufragios y 44 escaños.

Paradójicamente, este hito electoral de los conservadores era un fiasco por méritos propios, pues los votos recibidos fueron menos que los obtenidos en cinco de las ocho votaciones celebradas en los últimos 32 años, incluida la más reciente, la de 2007, y obedecía únicamente a los malos resultados cosechados por los centristas de Kiviniemi, que se desplomaron a la cuarta posición, y los socialdemócratas de Jutta Urpilainen. Los únicos triunfadores de la jornada fueron los Verdaderos Finlandeses (PS), el partido nacional-populista, antiinmigración y euroescéptico de Timo Soini, que a punto estuvieron de arrebatar el segundo lugar al SDP y que de hecho se quedaron a sólo 39.000 votos del KOK.

Katainen emprendió negociaciones para la formación de un nuevo Gobierno de coalición mayoritario que resultó ser de gran amplitud, pues incorporó a todos los partidos con representación parlamentaria (conservadores, socialdemócratas, socialistas, populares suecos, verdes y cristianodemócratas) salvo el Keskusta y los PS. Stubb no podía faltar en el nuevo Gabinete arco iris que vio la luz el 22 de junio de 2011, aunque los compromisos adoptados por Katainen para el reparto de las carteras le sacaron del Ministerio de Exteriores, ido al socialdemócrata Erkki Tuomioja, y le sentaron en el flamante Ministerio de Asuntos Europeos y Comercio Exterior, que subsumía dos competencias hasta ahora separadas.

Como titular de Asuntos Europeos, Stubb estuvo en la primera línea de la polémica política desplegada por el Gobierno de Finlandia, el cual, junto con los de Holanda y Austria, países sin ahogos financieros tampoco, continuó formando parte del llamado "núcleo duro europeo" en torno a Alemania y sus directrices de austeridad a rajatabla para salir de la crisis de la deuda del euro. Helsinki no sólo abrazaba sin reservas las tesis de Berlín de rígida disciplina fiscal, haciéndola prioritaria sobre el gasto en crecimiento y creación de empleo, y de rechazo a la emisión de eurobonos. Además, ponía exigencias adicionales y trabas a la ampliación de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF), a la capacidad del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE, el futuro fondo permanente de rescate para la estabilidad del euro) de comprar bonos de los países en apuros y a la aprobación por el Eduskunta del segundo rescate financiero a Grecia, país del que Finlandia arrancó, mediante una negociación particular que irritó a Alemania, una garantía específica de devolución de lo prestado.

En materia de consolidación fiscal y estabilidad presupuestaria, Stubb abogaba abiertamente por introducir "reglas más duras" y "mecanismos automáticos" de sanción a los países que incumplieran sus deberes de déficit y deuda. En este sentido, su exigente visión tuvo una ajustada acogida en el Pacto Fiscal Europeo impuesto por el eje franco-alemán a los restantes socios europeos, el cual alumbraba una "arquitectura reforzada" para la Unión Económica y Monetaria con la armonización de las políticas fiscales, la supervisión de los presupuestos nacionales por el Tribunal de Justicia de Luxemburgo, la fijación por obligación constitucional de un tope de déficit estructural del 0,5% y la aplicación de sanciones casi automáticas a los países que superasen el umbral del 3%.

Con todo, Stubb, en lo que se alineaba con el primer ministro Katainen, guardó las distancias de la postura más intransigente exhibida por los colegas socialdemócratas del Gabinete, la viceprimera ministra y ministra de Finanzas Urpilainen y el ministro de Exteriores Tuomioja, quienes evocaron la posibilidad, aun indeseada por ellos, de que la cumplidora Finlandia tuviera que abandonar la Eurozona si se la obligaba a contribuir a socorrer a los socios más endeudados sin las debidas garantías de recuperación de los préstamos. En agosto de 2012, el líder opositor Timo Soini intensificó la controversia al abogar por partir la Eurozona en dos. Entonces, el ministro de Asuntos Europeos alzó la voz para dejar clara su defensa de la integridad de la zona euro, que de ninguna manera podía levantar "un nuevo muro de Berlín", esta vez dividiendo con criterios económicos el Norte y el Sur.


4. Primer ministro de Finlandia en 2014

El 5 de abril de 2014 Katainen comunicó a la nación que tenía decidido dimitir en junio, cuando no se presentaría a un nuevo mandato al frente de los conservadores tras una década de liderazgo partidista, ya que tenía fijado su interés en algún alto puesto en la UE, preferentemente en la Comisión Europea. El anuncio de Katainen abrió en el KOK un proceso sucesorio para el que Stubb se apresuró a lanzar el guante. Los medios nacionales especularon con las posibles candidaturas rivales de Jan Vapaavuori, el ministro de Economía, Henna Virkkunen, la nueva titular de Transportes, Paula Risikko, su colega del Ministerio de Asuntos Sociales y Sanidad, y Petteri Orpo, el jefe del grupo parlamentario del partido. Al final, sólo se materializaron las postulaciones de Vapaavuori y Risikko. Quien ganara esta votación interna se convertiría automáticamente en el nuevo primer ministro de Finlandia.

Hasta la elección del 14 de junio en las filas conservadoras, el Gobierno experimentó el sobresalto de la renuncia de su número dos, Jutta Urpilainen, quien el 9 de mayo fue defenestrada de liderazgo del SDP por Antti Rinne, dirigente sindicalista y portavoz del ala izquierda del partido. Esta venía fustigando a Urpilainen por su celosa insistencia en las políticas de austeridad, con recortes del gasto público y subidas de los impuestos, dirigidas a frenar el paulatino incremento de la deuda pública (2013 había cerrado con un monto de deuda equivalente al 57% del PIB) y a no desviarse del objetivo de equilibrar los presupuestos, cuando el déficit público superaba levemente el 2% del PIB.

Desde 2011, la obsesión de Katainen y Urpilainen, cabe decir que compartida por Stubb, había sido preservar la envidiada AAA de la deuda soberana finlandesa en las calificaciones de solvencia, pero esta lustrosa marca, que permitía a Finlandia despreocuparse de la prima de riesgo (el diferencial entre los intereses que pagaban la deuda nacional y la de referencia en la Eurozona, la alemana), tan fatídica para otras economías del euro, debía evaluarse conjuntamente con el mal curso de la economía. En efecto, el PIB finlandés, estancado desde 2011, experimentó un segundo retroceso consecutivo del -0,4% en el primer trimestre de 2014, comportamiento que técnicamente metía al país en recesión, la tercera desde las registradas en 2008-2009 (la más grave) y en 2012-2013. Consecuentemente, la generación de empleo se estaba resintiendo y en abril el Servicio de Estadísticas del Estado elevó al 9,5%, medio punto más que un año atrás, la tasa de paro en el país.

El descontento por la negativa de los partidos mayoritarios a lanzar un paquete de medidas anticíclicas provocó la marcha de los socialistas de la Alianza de Izquierda (VAS), cuyos ministros anunciaron el abandono del Gobierno el 25 de marzo e hicieron efectiva la mudanza el 4 de abril, el día anterior al comunicado de Katainen. Este portazo a la coalición desde su flanco más a la izquierda y la subsiguiente caída de Urpilainen animaron a los centristas en la oposición, desde 2012 mandados por Juha Sipilä, a presentar el 16 de mayo contra el Gobierno una moción de censura que no prosperó. Días después, el 25 de mayo, tocaron las elecciones al Parlamento Europeo, que fueron ganadas por el KOK con el 22,6% de los sufragios, lo que le dio derecho a enviar tres de los 13 eurodiputados asignados a Finlandia.

Esta fue la secuencia de acontecimientos que precedió el congreso conservador del 14 de junio. Sin sorpresas, Stubb, por 500 votos contra 349, derrotó a su principal contrincante, Paula Risikko. En el curso de la asamblea, el ministro de Asuntos Europeos recordó a los delegados del partido su deseo de abrir un debate nacional sobre las ventajas que reportaría a Finlandia ingresar en la OTAN. La cuestión ya había sido valorada por el Gobierno de Moscú, y en términos francamente negativos. En parte para aquietar las aprensiones rusas, Stubb deslizó la opinión de que no convenía excederse en las sanciones europeas a Rusia para castigar su anexión manu militari de Crimea y su injerencia en la crisis separatista de las regiones rusófilas de Ucrania del este. El argumento de Stubb, expuesto en clave de interés puramente nacional, era que un retroceso de tres puntos, por la razón que fuera, en la economía de la potencia vecina se traduciría en una merma del 0,5% del PIB finlandés, tal era el grado de los intercambios comerciales entre los dos países.

El primer ministro en ciernes se pronunció también a favor de aliviar la presión fiscal a las rentas para empujar la demanda interna y de reducir la participación del Estado en las compañías industriales de propiedad mixta, todo ello dejando intactas las metas financieras del programa de ajuste estructural en curso. Asimismo, seguían adelante los planes, aprobados por el Gobierno en marzo, de inyectar a la desfalleciente economía un paquete de estímulos por valor de 600 millones de euros. El 23 de junio de 2014 el Eduskunta, con 96 votos a favor, 76 en contra y 25 abstenciones, eligió primer ministro a Stubb, al que al día siguiente leyó el nombramiento el presidente de la República, Sauli Niinistö.

El mismo 24 de junio echó a andar el nuevo Gabinete, que seguía teniendo composición pentapartita (KOK, SDP, RKP/SFP, VIHR y KD) y registró pocos cambios ministeriales. Los titulares de las carteras clave, sin faltar el socialdemócrata Rinne, flamante viceprimer ministro y ministro de Finanzas, continuaron en sus puestos. En el Ministerio de Asuntos Europeos y Comercio Exterior Stubb fue suplido por su correligionaria Lenita Toivakka. Además del primer ministro, el KOK poseía cinco de los 16 puestos ministeriales. Los dos adversarios de Stubb en la pasada elección interna siguieron en el Ejecutivo: Risikko pasó a hacerse cargo del Ministerio de Transportes y Municipios, mientras que Vapaavuori fue confirmado en Economía.

Alexander Stubb está casado con la abogada británica de nacimiento Suzanne Innes-Stubb, quien le ha dado sus dos hijos, una chica, Emilie, nacida en 2001, y un chico, Oliver, nacido en 2004. En su biografía, el político finés, llamativo por su físico esbelto y su semblante casi siempre sonriente, se describe a sí mismo como un lector ávido y como un completo deportista que ha practicado y practica gran número de especialidades, como son el fútbol, el hockey sobre hielo, el balonmano, el ciclismo, el maratón y el triatlón. También el telemark, una variedad de esquí popular en los países nórdicos, y el golf, del que fue jugador en la selección nacional de Finlandia.

(Cobertura informativa hasta 15/07/2014)