Ahmed Aboutaleb

Rótterdam, uno de los mayores centros económicos y logísticos de Europa, está embarcada en una ambiciosa transformación como ciudad resiliente, innovadora y socialmente cohesionada de la mano de su alcalde desde 2009, Ahmed Aboutaleb. Miembro del Partido Laborista y de origen marroquí, el gobernante de la segunda urbe de los Países Bajos trabajaba en una estrategia puntera de gestión de agua y adaptación climática –imprescindible al situarse el municipio bajo el nivel del mar– cuando, en 2020, a este formidable desafío se le sumó la pandemia del coronavirus, crisis sanitaria que obligó al Ayuntamiento a incorporar nuevos mecanismos de protección del tejido social y productivo. Ahora en 2022, Rótterdam, con 656.000 habitantes, vuelve a dar una respuesta proactiva a una tercera emergencia y de distinta naturaleza: la de los refugiados de guerra ucranianos. Más de 2.000 personas a las que el alcalde desea brindar la debida "sensación de libertad" e infundir esperanza, mostrándoles "cómo Rótterdam resurgió de las cenizas" tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial.

Ahmed Aboutaleb, ganador del premio World Mayor 2021, pertenece al liderazgo ejecutivo de Eurocities, forma parte de la dirección de Resilient Cities y es una figura activa de C40 Cities, entre otras redes intermunicipales.


(Texto actualizado hasta 9/5/2022)

Nacido en 1961 en el Rif, la región montañosa del norte de Marruecos en el área cultural bereber, Ahmed Aboutaleb emigró a los Países Bajos a los 15 años junto con su madre y hermanos. En La Haya se reunieron con el padre, un imán rural establecido previamente en el país europeo. El joven, aficionado a la poesía, se formó como ingeniero eléctrico, pero su singladura profesional empezó en el periodismo de radio y televisión, para luego desempeñar en las administraciones públicas diversas funciones relacionadas con la difusión de prensa. En la década de los noventa trabajó para el Ministerio de Bienestar, Salud Pública y Cultura del Gobierno holandés, y en entidades estatales como el Consejo Económico y Social (SER) y la Oficina Central de Estadísticas (CBS). También, se involucró en el mundo de las ONG dedicadas al la integración de la población de origen foráneo.

En 2002 Aboutaleb, ya en la cuarentena de edad, recaló en el Ayuntamiento de Ámsterdam como director de su sector de Desarrollo Social, Económico y Cultural. Fue allí donde inició su militancia en el Partido Laborista (PvdA) y se estrenó en la política representativa, convirtiéndose en concejal en 2004. Encargado de las áreas municipales de Educación, Juventud, Trabajo, en la capital neerlandesa Aboutaleb se hizo notar por su concepto de la integración local de los inmigrantes con obligaciones y responsabilidades para estos, que debían cooperar en todo lo que se les requiriera desde el Ayuntamiento (como las visitas de técnicos municipales a sus domicilios) a cambio de percibir las ayudas. El concejal se proclamaba firme defensor de los valores, derechos y libertades consagrados en la Constitución holandesa, y no ocultaba su hostilidad a las corrientes del islamismo radical. Particular polémica levantó su intención de negar la asistencia social a las mujeres que se presentaran a las oficinas municipales a hacer la correspondiente solicitud vistiendo el burka.

Tres años después, en febrero de 2007, Aboutaleb aceptó el ofrecimiento de servir en el cuarto Gabinete del primer ministro Jan Peter Balkenende como secretario de Estado de Asuntos Sociales y Empleo. El nombramiento formó parte de la cuota ministerial obtenida por el PvdA, entonces liderado por Wouter Bos, en un Gobierno de gran coalición junto con los democristianos de Balkenende.

Sin embargo, la política municipal no tardó en reclamar su atención. Esta vez se trataba de Rótterdam, la gran ciudad portuaria de Holanda del Sur, que se preparaba para nombrar a un nuevo burgemeester o alcalde. Aboutaleb presentó su candidatura y el 16 de octubre de 2008 el Consejo Municipal le nominó para suceder al titular desde 1999, el liberal Ivo Opstelten. No sin controversia debido a su doble nacionalidad holandesa-marroquí, Aboutaleb fue nombrado oficialmente alcalde por el Gobierno Balkenende el 31 de octubre, conforme al procedimiento, no electoral en los Países Bajos, para colocar a los regidores de las administraciones locales. El 5 de enero de 2009 Aboutaleb tomó posesión al frente del Ejecutivo Municipal, convirtiéndose en el primer alcalde holandés de ascendencia magrebí y también en el primer regidor musulmán de una ciudad grande en el país europeo.


UNA ESTRATEGIA DE RESILIENCIA INTEGRAL PARA RÓTTERDAMAl asumir la alcaldía de Rótterdam, Aboutaleb se encontró un panorama social y económico en rápido deterioro a causa de la Gran Recesión. La necesidad de intervenir contra esta calamidad no retrasó los planes del Ayuntamiento para hacer de la ciudad costera un núcleo poblacional "100% a prueba del clima" en el año 2025.

El programa de prevención a Prueba del Clima, aprobado en 2008, y la Estrategia de Adaptación al Cambio Climático, adoptada en 2013 y pionera en los Países Bajos, implicaban fuertes inversiones en tres grandes actuaciones: la capacidad de capturar y almacenar agua pluvial para retrasar los drenajes potencialmente destructivos, creando un efecto esponja en toda la municipalidad; la protección de la sección local del delta del Rin-Mosa-Escalda, al que se quería incorporar un elaborado trazado de corredores azules-verdes; y el parque de bancos fluviales de vegetación y dunas de arena, a modo de diques naturales y nuevos pólderes para contener las marejadas ciclónicas (en tanto que el sistema de diques artificiales y barreras flexibles, una sofisticada megaestructura de ingeniería, corría por cuenta del Estado).

Rótterdam, con más del 80% de su superficie bajo el nivel del mar de Norte (seis metros en la cota de mayor desnivel), tenía una buena memoria histórica de su vulnerabilidad ambiental, manifiesta en inundaciones catastróficas como la de 1953. Ahora, los riesgos de invasión de aguas marinas o de lluvias torrenciales cobraban un significado más perentorio por las perspectivas de una subida apreciable del nivel de los océanos y de más episodios de precipitaciones extremas (o de sequía) en los próximos años y décadas, como efectos del calentamiento global. La planificación urbana debía incorporar con el máximo nivel de exigencia los criterios de adaptación y contingencia, para hacer de Rótterdam una "ciudad preparada para el agua", combinando estructuras, suelos y vegetación, preferiblemente con carácter multifuncional.

Aboutaleb fue reelegido por el Consejo Municipal en 2014 y de nuevo en 2020. Al inaugurar su tercer ejercicio el 5 de enero de 2021, apoyado en un equipo de gobierno plural del que, además del PvdA, formaban parte también los partidos liberales VVD y D66, la Izquierda Verde (GroenLinks) y el partido calvinista SGP, el alcalde se encontraba conjugando la gestión municipal ordinaria, las medidas especiales frente a la COVID-19, que estaba agudizando las situaciones de pobreza y desempleo crónicos en los barrios más desfavorecidos, y la ejecución de la estrategia de resistencia al clima y sostenibilidad ambiental. En las áreas habitadas, la adaptación climática apostaba fuerte por soluciones innovadoras como las llamadas plazas de agua, las estructuras flotantes y las cubiertas y fachadas vegetales en todo tipo de inmuebles. El Ayuntamiento quería generalizar unos elementos del paisaje urbano y suburbano que en otras ciudades solo eran esporádicos.

En el extranjero suscitaba vivo interés el concepto de las "azoteas de color" con valor añadido. Así, las azoteas verdes, abundantes ya en Rótterdam y provechosas para la fijación carbónica, los cultivos caseros y la biodiversidad, así como para refrescar el ambiente en verano o simplemente para mejorar la estética de una casa, se intercalaban con otro tipo de azoteas: las azules, a modo de cisternas temporales de agua de lluvia que podía liberarse a voluntad; las amarillas, destinadas a la producción de energías renovables solar y eólica; y las rojas, acondicionadas como espacios de ocio, áreas de juegos infantiles, gimnasios, restaurantes o simples lugares de encuentro entre vecinos, es decir, ocasiones para la cohesión social.

En esta curiosa tipología cromática entraban también los techos naranjas (utilizados para la movilidad, es decir, como pasarelas entre edificaciones, y en un futuro quizá también como puntos de entrega de paquetería por drones); los techos púrpuras (sobreedificados con microviviendas) y los techos grises (para el alojamiento de funciones técnicas). El proyecto Roofscape del Ayuntamiento cifraba en 18,5 kilómetros cuadrados, nada menos, la superficie sumada de techos planos potencialmente aprovechables en el casco urbano, herencia de la reconstrucción que se hizo de la ciudad tras la Segunda Guerra Mundial. Algunas de estas cubiertas, dadas sus dimensiones o su situación, podían ser multicolor, o doradas, para usos polivalentes; es decir, daban soluciones a diferentes problemas de una sola vez. En conjunto, las azoteas reaprovechadas brindaban superficie útil extra en zonas densamente edificadas, en una ciudad por lo demás de rápido crecimiento demográfico. El equipo del alcalde Aboutaleb se proponía llegar a 2030 con al menos 1 kilómetro cuadrado de tejados y azoteas adaptados a las utilidades verde, azul, amarilla y roja.

Por otro lado, daban sus primeros pasos la introducción gradual de los camiones de recogida de basuras con motor eléctrico y el programa para instalar un nuevo sistema de calefacción de edificios energéticamente eficiente, casi libre de emisiones. En febrero de 2022 el oficial jefe de Resiliencia de la ciudad, Arnoud Molenaar, mano derecha a Aboutaleb y cerebro de todo este vasto diseño conceptual y operativo, presentó la nueva Estrategia Rótterdam Resiliente 2022-2027, que ponía al día el anterior documento, fechado en 2016, y que señalaba seis grandes desafíos a enfrentar por la ciudad. Estos eran la crisis climática, la COVID-19, el declive de la biodiversidad, la polución y el agotamiento de las materias primas, el crecimiento de las desigualdades sociales y el aumento de las ciberamenazas.

Rótterdam quedó subcampeona, tras la francesa Nantes y empatada con la belga Amberes, la británica Bristol y la finesa Espoo, en el certamen Capital Europea de la Innovación (iCapital) de 2019, organizado por la Comisión Europea. Aquel mismo año, en julio, la ciudad holandesa fue anfitriona de una cumbre de la iniciativa 100 Resilient Cities (100RC) de la Rockefeller Foundation. En enero de 2021, en la Cumbre Internacional de Adaptación Climática (CAS 2021), organizada por el Gobierno neerlandés de Mark Rutte y en formato virtual, Aboutaleb fue el encargado de presentar a un grupo de líderes mundiales –entre los que se encontraban Angela Merkel, Emmanuel Macron, Narendra Modi y António Guterres– el Programa Global 1000 Cities Adapt Now, que hablaba de intensificar esfuerzos y acelerar las acciones desde las áreas urbanas para el cumplimiento de los objetivos de mitigación de riesgos climáticos trazados por las Naciones Unidas.

Los esfuerzos de Rótterdam y su alcalde por alcanzar los más altos estándares de resiliencia urbana multidimensional, sobre todo en tiempos de pandemia, fueron reconocidos también por la City Mayors Foundation, que en septiembre de 2021 declaró a Aboutaleb ganador del prestigioso premio bienal World Mayor, ex aequo con el alcalde de Grigny (Francia), Philippe Rio. Según la City Mayors Foundation, Aboutaleb y Rio venían mostrando un "liderazgo sobresaliente" a lo largo de la COVID-19 y ambos creían que las ciudades debían "hacerse más resilientes económica, social y ambientalmente". En el caso del edil neerlandés, se destacaba además su "compromiso para tratar a todos los ciudadanos como Rotterdammers, independientemente de sus orígenes y antecedentes". Aboutaleb expresó su satisfacción porque se reconociera la querencia de Rótterdam por un modelo de sociedad cohesionada y sin discriminaciones.

A este galardón le siguió en enero de 2022 la inclusión de Rótterdam entre las 15 ciudades ganadoras, sobre 631 aspirantes, de la quinta edición del Global Mayors Challenge, convocado por Bloomberg Philanthropies y dotado con un millón de dólares. La ciudad holandesa se imponía en esta multitudinaria competición de planes "innovadores, audaces y viables", dirigidos, en palabras de Michael Bloomberg, a "mejorar la salud, reducir el desempleo, empoderar a las mujeres y mejorar la vida de sus residentes", gracias a Rikx, un sistema de tokens digitales capaz de crear incentivos monetarios para que las empresas locales contrataran a vecinos afectados por el paro, con bajos ingresos y en riesgo de exclusión social, o para que ellos mismos se convirtieran en autónomos emprendedores. Original mecanismo para la acción colectiva con elementos de micromecenazgo, Rikx involucraba a ciudadanos particulares y al sector privado en los esfuerzos de inversión social en Rótterdam, que por parte del Ayuntamiento acarreaba gastos anuales superiores a los 800 millones de euros.


LA RESPUESTA HUMANITARIA A LA GUERRA DE UCRANIA EN UN MES DE CONMEMORACIONES Tras producirse la invasión de Ucrania por Rusia el 24 de febrero de 2022, el Ayuntamiento de Rótterdam acordó acoger a 2.400 refugiados de guerra ucranianos. En total, se decidió habilitar 3.400 plazas de refugio, algunas en hoteles y barcos atracados, en la Región de Seguridad Rótterdam-Rijnmond (VRR), además del alojamiento facilitado por particulares y familias anfitrionas. El 18 de marzo el Ayuntamiento abrió en la calle Pleinweg la Casa Ucraniana, lugar de encuentro atendido por voluntarios donde los expatriados podían socializar, recibir información y subvenir sus necesidades de ropa.

Salvo quienes organizaban su alojamiento por su cuenta, los refugiados acogidos a la infraestructura municipal no tenían que preocuparse de inscribirse en el Registro Básico de Personas (BRP), con el que se adquiría derecho a una serie de prestaciones sociales del Estado neerlandés. Estas incluían un subsidio mensual de manutención y subsistencia vinculado a una tarjeta bancaria especial, la atención médica y educación gratuita para los niños. El subsidio por persona –cerca del millar– alojada con una familia anfitriona era de 475 euros para los adultos y de 315 euros para los menores. Desde el 1 de abril, además, los refugiados podían firmar contratos laborales en los Países Bajos sin necesidad de un permiso de trabajo. El 14 de abril el Ayuntamiento abrió una instalación educativa temporal para jóvenes ucranianos entre los 6 y los 16 años, quienes de esta manera podían retomar las clases truncadas en su país a través de docencia impartida en línea por profesores ucranianos y en idioma ucraniano. Al menos, se trataba de completar los cursos escolares hasta el verano.

Entre el 4 y el 14 mayo de 2022, con la agresión de Rusia a Ucrania como sombrío telón de fondo, tan susceptible de suscitar paralelismos históricos, el alcalde Aboutaleb presidió la secuencia de conmemoraciones locales de episodios de la Segunda Guerra Mundial, tres en particular: el tristemente célebre bombardeo de Rótterdam de 1940, la gran redada nazi de 1944 y la liberación de 1945 por los aliados, de los que se cumplían los aniversarios 82º, 78º y 77º, respectivamente. Cada 30 de junio la ciudad conmemoraba también a las víctimas de la trata transatlántica de esclavos y la esclavitud en las antiguas colonias holandesas.

En el contexto de la guerra de Ucrania y de las sanciones impuestas a Rusia, pero haciendo hincapié precisamente en los imperativos de una resiliencia integral capaz incluso de requerir fuertes sacrificios personales, el alcalde manifestó que "dependemos demasiado de los demás para obtener alimentos, energía y agua", y se preguntó retóricamente: "¿Qué estamos dispuestos a pagar, renunciar o dejar atrás para prevenir o detener esta guerra? (…) ¿Somos capaces de defender nuestra libertad, si es necesario con nuestras propias vidas, como los ucranianos?". "Si podemos aprender una lección de esta guerra", seguía opinando Aboutaleb, "es que tenemos que reposicionarnos en el papel del Gobierno cuando se trata de partes vulnerables de la sociedad, como alimentos, agua y energía, y que nunca debes depender de un tirano", añadía en alusión a Putin.

Ahmed Aboutaleb está casado y tiene tres hijas y un hijo. Una de sus facetas es la de experto en poesía árabe y traductor de obras de este género literario al holandés.

(Cobertura informativa hasta 14/5/2022)