El mito del retorno
“Si las políticas de retorno no son útiles para reducir significativamente la inmigración irregular, ¿para qué sirven entonces? Aunque pocas veces se explicita, su función es ante todo simbólica. Sirven para disuadir a los que están por venir o a los que ya están pero sin papeles: que ni unos ni otros piensen que se podrán quedar sin más. Pero, sobre todo, sirven para convencer a la ciudadanía de que todo está bajo control. En la era de la posverdad, lo que importa son las percepciones de los hechos, lo que uno cree que la mayoría de ciudadanos piensa o espera, más que los hechos en sí. Votos posibles más que hechos demostrados definen cada vez más las políticas. Ante el auge del populismo en Europa, hay que mostrarse duro. A nadie le importa que pueda aplicarse o no. Lo importante es seguir aferrados al mito del retorno, aun sabiendo que es pura ilusión”, Blanca Garcés Mascareñas, investigadora senior de CIDOB.