Euforia entre los propagandistas, cautela en el Kremlin ante un posible segundo mandato de Trump
No hay duda: en las presidenciales de noviembre en EEUU, Donald Trump es el candidato favorito de Rusia, tanto de la dirigencia como de los medios de propaganda rusos. A diferencia de lo sucedido en los comicios de 2016, cuando el establishment político y mediático ruso, por un lado, y el magnate neoyorkino por otro intentaban ocultar su sintonía, en esta campaña electoral las caretas se han caído y al aspirante republicano se multiplican las muestras de apoyo recibidas desde Moscú. Pero más allá de las apariencias, no todo son celebraciones y euforia en el interior de las murallas del Kremlin: la imprevisibilidad y la hipersensibilidad del que podría ser nuevo huésped de la Casa Blanca allá por enero de 2025 podrían generar crisis y problemas inesperados. Carmen Claudín, investigadora sénior asociada del Barcelona Centre for International Affairs, también cree que existen dos tipos de reacción, "una pública", de los propagandistas. Y otra más íntima, la del círculo decisorio en torno al líder del Kremlin. Según asegura Claudín a EL PERIÓDICO, Trump es un personaje "imposible de prever" y no hay nada más que disguste a los rusos que "la imprevisibilidad".