La crisis de Ucrania relega a la UE como actor secundario por su gran debilidad: cada país defiende su propio interés

Carme Colomina, investigadora principal de CIDOB, esgrime que esta crisis puede ser "un baño de realidad" porque son las capitales "las que toman la iniciativa". La analista cree que esto le puede servir a la Unión "como punto de inflexión", pero sin olvidar que Rusia es "un componente muy divisivo entre los Estados miembros". Para Colomina, esto pasa además en un año que iba a ser "el de la defensa europea" con una presidencia francesa del Consejo que está comprometida con esto. "La UE debería dar el salto" a nivel de autonomía estratégica y por eso esta debilidad que se ve, dice, "es tan preocupante".

>> Acceder a la información