¿Quién teme la agenda verde?

Después de una legislatura en la UE caracterizada por un cierto consenso en materia de protección del medio ambiente, uno de los debates que se plantean en esta campaña es el sacrificio de la agenda verde en aras de salvar la rentabilidad del campo. Hay malestar en el sector agrícola, aunque desde hace años es uno de los más beneficiados por las ayudas de la Unión Europea. “Por un lado hay una concentración de riqueza, bienestar y oportunidades en entornos urbanos, en particular en las grandes ciudades, mientras que los espacios rurales cada vez están más despoblados, más abandonados y en algunas zonas, como la Europa del Este, en franco declive”, describe Agustí Fernández de Losada, director del programa Ciutats Globals de Cidob (Barcelona Centre for International Affairs). Esta distancia entre las grandes ciudades, y las medianas y pequeñas y los territorios rurales es muy evidente en países como Alemania, Italia, España, Países Bajos, Polonia, detalla, donde se detecta una concentración mayor de voto a partidos euroescépticos en las zonas más desfavorecidas. “Esa distancia debería ser una prioridad en la agenda de la Comisión Europea, pero no es así. La política de cohesión, que supone otro tercio del presupuesto comunitario, debería sumarse al esfuerzo que se hace con la PAC”, subraya Fernández de Losada. 

 

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