Vladímir Meciar
Primer ministro (1993-1994, 1994-1998)
Hijo de un miembro del Gobierno pronazi de Jozef Tiso durante la etapa independiente de Eslovaquia bajo la protección del III Reich alemán (1939-1945), en 1959, tras graduarse en la Universidad Komensky de Bratislava, entró a trabajar de oficinista en el Comité del distrito de Ziar nad Hronom. Fue ascendiendo en las administraciones municipal y del Partido Comunista de Eslovaquia (KSS), rama regional del Partido Comunista de Checoslovaquia (KSC) a la que se había afiliado en 1962, y desde 1967, tras completar su formación en 1965 en el colegio del Komsomol (Liga de Juventudes Comunistas) de Moscú, desempeñó diversos puestos directivos en la Unión de la Juventud Checoslovaca (CSM) y en la Comisión Popular de Control y Auditoría del Comité del distrito de Ziar nad Hronom.
Meciar, que en sus años mozos practicó el boxeo no profesional, se vio afectado por la normalización aplicada por el prosoviético Gustáv Husák tras el fracaso de la Primavera de Praga, el movimiento reformista de Alexander Dubcek al que él se había sumado: en 1969 fue cesado como presidente de la CSM en Ziar nad Hronom por manifestar ideas “progresistas” y en 1970 fue expulsado del KSC y, por ende, de la administración en la que había forjado toda su carrera. Para ganarse la vida se empleó como trabajador autónomo en obras de fundición y acería en Dubnica nad Váhom, mientras tomaba clases de Derecho en la Universidad Comenius de Bratislava. En 1973 consiguió el título de abogado y fue contratado como asesor legal por la empresa de embotellado Skloobal, en Nemsová, en la región de Trencin, donde trabajó los 16 años siguientes.
Cuando en noviembre de 1989 el régimen comunista se desmoronaba ante el empuje del movimiento democrático, Meciar se sumergió en la efervescencia política y figuró como uno de los dirigentes del Foro Público contra la Violencia (VPN), organización ideológicamente heterogénea pero cuyos integrantes coincidían en la necesidad de reformas democráticas radicales, y que venía a ser el equivalente eslovaco del Foro Cívico (OF) de Václav Havel en los países checos. Meciar acordó el ingreso del VPN en el Gobierno eslovaco en coalición con los comunistas de Milán Cic, en cuya constitución, el 11 de enero de 1990, él mismo se hizo cargo de la cartera de Interior y Medio Ambiente. En las elecciones del 8 de junio de 1990 Meciar obtuvo el escaño de diputado en la Cámara de las Naciones de la Asamblea Federal, mientras que el VPN ganó una mayoría relativa de 48 escaños en el Consejo Nacional Eslovaco, lo que le catapultó, el 27 de junio y sin desprenderse de su cartera ministerial, a la jefatura del Gobierno de la república en sustitución de Cic.
El 6 de marzo de 1991 Meciar anunció su separación del VPN (que de hecho se desintegró un mes después) y la puesta en marcha de una Plataforma para una Eslovaquia Democrática. Poco después, el 23 de abril, fue destituido como jefe del Gobierno por el Presidium del Consejo Nacional, donde la oposición le acusó de mantener una supuesta colaboración con la policía secreta durante el régimen de Husák, una larga etapa en la que la trayectoria de Meciar se caracterizó por la opacidad y el anonimato. Sobre este punto, en febrero de 1992 dos periódicos praguenses aseguraron que cuando Meciar se convirtió en ministro del Interior en 1990 habría ordenado retirar de un inmueble del Servicio de Seguridad Checoslovaco (StB) en Trencin unos documentos comprometedores. Meciar demandó a los autores de los artículos por libelo y el tribunal dictó a su favor.
Meciar articuló su plataforma en el Movimiento por una Eslovaquia Democrática (HZDS), que celebró su congreso fundacional el 22 de junio de 1991 y que se convirtió en la principal fuerza política eslovaca. Con un ideario nacionalista y reformista impreciso, el partido de Meciar en un primer momento dijo pretender sólo una redefinición del reparto de competencias de las dos repúblicas dentro de la Federación, en un sentido más favorable a Eslovaquia. Ideológicamente, decía situarse en el centro y su concepto moderado de la transición a la economía de mercado excluía los mecanismos de choque, a diferencia de las elites conservadoras que ostentaban el poder en la República Checa.
El 24 de junio de 1992, luego de las elecciones al Consejo Nacional Eslovaco del día 5, que fueron ganadas por el HZDS con el 37,2% de los sufragios y 74 de los 150 escaños, Meciar se convirtió por segunda vez en primer ministro de la República, en sustitución del cristianodemócrata Ján Carnogursky y al frente de un gabinete monocolor. Para entonces, la perspectiva de una separación pacífica y pactada de la Federación había ganado muchos puntos entre las clases dirigentes de ambas repúblicas. El 20 de junio Meciar y su homólogo checo, Václav Klaus, llegaron a un principio de acuerdo para una rápida disolución del Estado checoslovaco nacido en 1918, y el 17 de julio el Consejo Nacional eslovaco aprobó, con los votos de 113 de los 147 diputados presentes, una declaración de soberanía. Sólo una hora más tarde Havel dimitió como presidente de la Federación, tras fracasar las repetidas votaciones en la Asamblea Federal en las que optaba a la reelección.
El HZDS votó contra el prestigiado dramaturgo, uniéndose al Bloque de Izquierda que encabezaban los comunistas, como protesta por la negativa de Klaus a su propuesta de una presidencia federal bicéfala en la que los dos representantes, uno checo y el otro eslovaco, se turnarían en su jefatura regularmente. El 26 de agosto volvió a reunirse con Klaus para decidir que la desaparición de Checoslovaquia, prevista inicialmente para el 20 de septiembre, sería el 1 de enero de 1993. Meciar aseguró más tarde que él habría preferido un marco federal más descentralizado o uno de tipo confederal, con defensa y economía compartidas, y que Klaus, al frente de una república económicamente más desarrollada, eludió adquirir responsabilidades con una Eslovaquia agraria cuyo sector industrial estaba escasamente diversificado y era obsoleto. Una encuesta realizada en noviembre de 1992 indicaba que los eslovacos partidarios de la independencia eran entonces el 47%.
El caso fue que el 1 de enero de 1993 la República Eslovaca inició su andadura como Estado independiente y sin intenciones de copiar el modelo checo de privatizaciones. Meciar se opuso al sistema de participación popular en acciones mediante la venta de cupones y propugnó la venta directa de las empresas deficitarias a los inversores privados, tanto nacionales como extranjeros, o a sus propios trabajadores, una política que decía explorar un camino intermedio entre el "capitalismo salvaje" y el "socialismo totalitario".
En sus diferentes etapas como primer ministro Meciar nunca alcanzó un modus vivendi con sus adversarios. El 1 de enero de 1993 comenzó con un gabinete monocolor, pero el 17 de noviembre del mismo año Meciar incluyó a ministros del Partido Nacional Eslovaco (SNS), esto es, la extrema derecha nacionalista. El 11 de marzo de 1994 disidentes del HZDS liderados por Milán Knazko y Jozef Moravcik, el primero recién cesado viceprimer ministro y el segundo ministro de Exteriores en ejercicio, sumaron sus votos a los de la oposición y derribaron a Meciar en una moción de censura parlamentaria, operación a la que no fue ajeno el presidente de la República, Michal Kovác, antiguo correligionario de Meciar y en lo sucesivo su más enconado oponente.
Moravcik formó el 16 de marzo un Gobierno de amplia coalición nucleado en torno a su Unión Democrática de Eslovaquia (DU), nuevo partido surgido de la fusión con la fracción de Knazko, y también integrado por el Partido de la Izquierda Democrática (SDL, ex comunistas) de Peter Weiss, el Movimiento Cristiano Demócrata (KDH) de Carnogursky y el Partido Democrático Nacional (DNS) de Ludovít Cernák. Pero las elecciones legislativas del 30 de septiembre volvieron a poner las cosas en su sitio: la coalición de Meciar -HZDS, SNS y la izquierdista Asociación de Trabajadores de Eslovaquia (ZRS)- alcanzó en conjunto el 47,6% de los votos y una mayoría absoluta de 83 escaños. Repitiendo paso a paso lo sucedido entre 1991 y 1992, el 13 de diciembre Meciar hizo su regreso triunfal al Ejecutivo y, a modo de escarmiento, inició una cascada de destituciones de altos funcionarios nombrados por el Gobierno de Moravcik, que fueron sustituidos por personas de su confianza.
Político carismático y populista, proclive a la contienda política y bastante menos a las exquisiteces dialécticas (el tópico pugilístico ha sido continuamente aireado por los medios), Meciar se granjeó numerosos enemigos, siempre dispuestos a apartarle de la escena política, aun conociendo su habilidad para retornar al poder con la fidelidad de una parte no desdeñable de la población. Sus detractores le acusaron de esgrimir métodos autoritarios y de acomodarse en la ambigüedad en lo tocante a política exterior. En este sentido, los analistas percibieron un intento de alcanzar un punto equidistante entre el mundo occidental y Rusia, ofreciendo a Eslovaquia como una suerte de país bisagra. El dirigente eslovaco visitó Moscú, el 28 de mayo de 1997, pero no hizo lo mismo con Washington.
El Gobierno ruso recibió con sumo agrado su actitud, a diferencia de checos, polacos o húngaros, no entusiasta ante un hipotético ingreso en la OTAN, organización que en 1997, por lo demás, descartó la candidatura eslovaca para la primera tanda de ampliaciones. Igual decisión adoptó el mismo año la Unión Europea (UE), pese a la solicitud eslovaca de ingreso del 27 de junio de 1995, que fundamentada en incumplimientos de tipo esencialmente político; en lo económico, la UE no encontraba objeciones al ingreso (cosa que sí sucedió, por ejemplo, con Rumanía), y sólo planteó recomendaciones no muy diferentes de las hechas a la República Checa.
La OTAN y la UE recriminaron al Gobierno de Meciar ciertas violaciones de las libertades democráticas, como el empleo de los servicios secretos del Estado para el espionaje de políticos de la oposición, las trabas puestas a la libertad de prensa y el uso en público de los idiomas húngaro y ruteno propios de estas dos comunidades minoritarias, o la manipulación del referéndum de mayo de 1997 sobre el ingreso en la OTAN. Meciar rechazó estos argumentos, insinuó una suerte de complot extranjero contra su país y presentó los éxitos de la economía -vaticinada como ruinosa cuando la separación de la República Checa por muchos observadores-, que se concretaban en las mayores tasas de crecimiento de la región y en una inflación contenida.
La controversia sobre el papel del Servicio de Información Eslovaco (SIS) se agudizó en agosto de 1995 con el rocambolesco y confuso episodio del rapto y traslado a Austria del hijo de presidente Kovác, el cual retornó a Bratislava en febrero de 1996 luego de permanecer encarcelado a instancias de un juez alemán que le acusaba de un delito de fraude. El escándalo, con fuertes indicios que incriminaban al SIS, sirvió además para terminar de envenenar las relaciones entre el presidente y el primer ministro.
La alianza de Meciar con los sectores nacionalistas más intolerantes con las reclamaciones de la importante minoría húngara (entre 520.000 y 580.000 personas, mayormente instaladas en los distritos del sur a lo largo de la frontera) no fue óbice, empero, para que el 19 de marzo de 1995 suscribiera un histórico Tratado Básico en París con su homólogo húngaro, Gyula Horn, que alejó un potencial conflicto étnico y territorial en Europa Central. Este tratado estipulaba el derecho de las minorías eslovaca en Hungría y húngara en Eslovaquia a emplear sus propios idiomas en cualquier esfera pública o acto oficial, pero en casa Meciar dejó esta cuestión en la estacada. Budapest no pudo recibir sino con profundo malestar la entrada en vigor el 1 de enero de 1996 en el país vecino de la nueva Ley sobre el Idioma del Estado, que apuntalaba al eslovaco como la única lengua oficial y derogaba una legislación anterior que, al menos sobre el papel, permitía el uso institucional del húngaro y el ruteno.
A pesar de los periódicos rapapolvos, Meciar se las arregló para mantener una relación constructiva con las estructuras de defensa y de seguridad occidentales, según ilustran la firma de acceso en Bruselas a la Asociación para la Paz de la OTAN, el 9 de febrero de 1994, o la obtención del estatus de miembro asociado de la UEO, el 9 de mayo de 1994. El 30 de junio de 1993 Eslovaquia ingresó en el Consejo de Europa, organización que sólo admite a aquellos países dispuestos a someterse a su jurisdicción en los terrenos del ejercicio democrático y los Derechos Humanos. La organización que compuso el gesto más hosco a Meciar fue la UE, que hasta el final del período no cejó en la demanda de que la Ley sobre el Idioma del Estado fuera revocada y los derechos culturales de las minorías adecuadamente salvaguardados. De hecho, en 1997 el Tribunal Constitucional declaró no conforme a la Carta Magna la polémica norma, pero el primer ministro hizo caso omiso del fallo.
La inquina personal entre Meciar y Kovác, con mutuas exigencias de dimisión, mediatizó las elecciones presidenciales de 1998, que el segundo exigía se hicieran por sufragio directo. La cuestión, impulsada por la oposición y respaldada por más de medio millón de firmas, había sido añadida por decisión de Kovác como una cuarta pregunta en el referéndum organizado por Meciar en 1997 sobre el ingreso del país en la OTAN. Sin embargo, llegado los días de la votación, el 23 y el 24 de mayo, el Ministerio del Interior sólo hizo imprimir en las papeletas las tres primeras preguntas a propósito de la OTAN, ante lo que los electores optaron por abstenerse. El 26 de mayo la Comisión Central del Referéndum declaró inválida la caótica consulta, que registró una participación inferior al 10%, por los graves fallos de procedimiento.
Kovác y la oposición parlamentaria acusaron al HZDS de torpedear las elecciones presidenciales; según ellos, Meciar confiaba en que el complejo sistema electoral y la mayoría absoluta de que gozaba su coalición invalidaran las sucesivas votaciones parlamentarias y creasen una vacancia que sería aprovechada por él de cara a las legislativas. En efecto, el 2 de marzo concluyó el mandato de Kovác y en las rondas de votación efectuadas entre el 6 de febrero y el 9 de julio ningún candidato reunió la mayoría exigida, luego Meciar, en tanto que jefe del Gobierno, se convirtió también en jefe del Estado en funciones. Sus partidarios contribuyeron a la confusión proponiendo su candidatura para la titularidad de la Presidencia. El doblete de Meciar al frente del poder ejecutivo se prolongó hasta el 4 de agosto, cuando el presidente del Consejo Nacional y correligionario, Ivan Gasparovic, se encargo de suplir la vacancia en funciones de acuerdo con la enmienda constitucional que entró en vigor ese día.
Con una parte importante de la opinión pública movilizada ante lo que consideraba el crecimiento de las tendencias autoritarias de Meciar, el electorado castigó al HZDS y a sus aliados en los comicios del 25 y 26 de septiembre de 1998 con la pérdida de una treintena de escaños y, por ende, de la mayoría absoluta. El 30 de septiembre Meciar anunció su intención de dimitir y el 30 de octubre la oposición en pleno (Coalición Democrática Eslovaca, Partido de la Izquierda Democrática, Partido del Entendimiento Civil y Partido de la Coalición Húngara) constituyó un gobierno de coalición que presidió Mikulás Dzurinda.
El 29 de octubre Meciar renunció a su escaño parlamentario (que fue otorgado al hasta la víspera responsable del SIS, Ivan Lexa, quien al gozar ahora de inmunidad no podría ser procesado por sus actuaciones ilegales, puestas, según la oposición, al servicio del ex primer ministro) y más tarde anunció su retiro completo de la vida pública. No dimitió, sin embargo, de la jefatura del HZDS y al cabo de medio año, confirmando la creencia del Gobierno de que su espantada de 1998 se trataba sólo de un alto para recuperarse de su derrota electoral, Meciar retornó al primer plano con ácidas críticas a la gestión de Dzurinda y llamamientos a la desobediencia civil con el objetivo declarado de conseguir elecciones anticipadas en 2000.
Durante la guerra de Kosovo en 1999, Meciar rechazó la autorización del Gobierno a la OTAN para el uso del espacio aéreo eslovaco en sus operaciones de bombardeo contra Serbia y expresó su solidaridad con el régimen de Slobodan Milosevic, a quien envió el 17 de noviembre una delegación de visita. Reelegido presidente del HZDS el 19 de abril de 1999, Meciar “aceptó” ser su candidato en las presidenciales del 15 de mayo. Consiguió pasar a la segunda ronda del 29 de mayo, pero resultó derrotado por el candidato del Gobierno, Rudolf Schuster, con el 57,2% de los votos frente al 48’2% obtenido por él. Aun y todo, meses después las encuestas situaban a su partido a la cabeza en las intenciones de voto.
A lo largo de 2000 Meciar adoptó una estrategia preelectoral cuyos principales episodios fueron una campaña nacional para la celebración de un referéndum sobre la convocatoria de comicios anticipados, un pacto de coalición con el SNS (2 de marzo) y la transformación del HZDS en un “partido político regular” con una doctrina que fue definida como de “centroderecha” y para cuya presidencia él fue reelegido por unanimidad (18 de marzo). En una sorprendente declaración, el HZDS atribuía las recientes críticas a la actuación de la OTAN en Yugoslavia a “errores de comunicación” que serían “corregidos pronto”, y se disculpó de los “errores” cometidos durante la etapa en el Gobierno. El plebiscito sobre el adelanto electoral se celebró el 11 de noviembre sin ninguna cobertura gubernamental y resultó un fiasco para Meciar al registrar una participación del 20%, muy lejos de la requerida (el 50%) para resultar válido.
El 20 de abril, en una actuación del Gobierno de Dzurinda que fue valorada como torpe por muchos observadores, un comando especial de la Policía irrumpió en la residencia de Meciar en Trencianske Teplice y le arrestó en relación con el secuestro del hijo de Kovác. Las autoridades justificaron la aparatosa actuación por la negativa de Meciar a acudir a declarar ante la Policía, a pesar de las numerosas citaciones. Antes de acabar el día, Meciar fue puesto en libertad tras imputársele unos cargos por abuso de poder y fraude en su etapa de gobernante, y de recibir una multa de 10.000 coronas (225 dólares) por resistirse a testificar. Para su partido, que el 24 de junio le nombró “primer ministro en la sombra”, el episodio ilustraba la decisión del Gobierno de Dzurinda de apartar sin reparar en medios a su molesto adversario de la carrera electoral.
Meciar recibió sendos doctorados honoríficos por la Universidad Lomonosov de Moscú en 1995 y por la Universidad Braca Karic de Belgrado en 1996. En 1995 fue galardonado también con la Gran Cruz de la Orden de Malta y el premio del Poeuntinger Collegium de Munich.
(Cobertura informativa hasta 1/4/2001)