Reseña de libros | Tras el velo del antiterrorismo
Reseña de libro
Jarvis, Lee y Lister, Michael (eds.). Critical Perspectives on Counter-terrorism. Routledge, 2015, 234 págs.
Este libro forma parte de una serie publicada por Routledge sobre terrorismo, antiterrorismo y terrorismo de Estado. La novedad de la serie es que parte de un enfoque que podría incluirse dentro de los llamados «estudios críticos». La filosofía de dichos estudios es mirar más allá de los conceptos aceptados por la mayoría y revelar una realidad oculta. El punto de partida es que los conceptos cotidianos (el «sentido común») no son neutros; están construidos por los sistemas de poder y reflejan lo que estos permiten. En este sentido, la propuesta de este enfoque no pretende solo explicar la realidad, como los estudios académicos más ortodoxos, sino hacer crítica e intentar cambiar la sociedad; desde este punto de vista, dicho enfoque tiende a ser normativo.
El libro aquí reseñado, Critical Perspectives on Counter-terrorism, busca incorporar voces nuevas para ofrecer una perspectiva innovadora: incluye investigadores de ONG que trabajan sobre extremismo dentro de las comunidades, así como profesionales de gobiernos locales que implementan las políticas contra el extremismo; también incorpora académicos de los ámbitos del derecho, la ciencia política, la historia y los estudios internacionales. Dicho esto –y pese a reconocer la vocación innovadora del libro–, sorprende que casi todos los capítulos se hayan centrado en la experiencia de Estados Unidos y Reino Unido; de hecho, solo un capítulo, el dedicado a Sri Lanka, no versa sobre países occidentales. Salvo esa excepción, la obra se centra en las reacciones frente al terrorismo en democracias de tipo occidental, países en que la opinión pública juega un papel importante, con sistemas legales fuertes y policía profesional. Es obvio que se puede aprender mucho de estos casos, pero, dado que la serie pretende revelar puntos de vista ocultos, nuevos o inusuales, es una pena que no se incluyan más ejemplos sobre la situación en otro tipo de países, con experiencias alternativas.
Este libro aborda varios temas clave, entre los que destacamos tres: el primero, es el marco en que se presenta y se justifica el antiterrorismo. A este respecto, Bob de Graff y Kathryn Marie Fisher exploran cómo términos como «internacional» y «global» han sido usados para justificar un antiterrorismo más extremo, aunque en realidad este terrorismo no es necesariamente tan diferente del terrorismo doméstico. Los autores argumentan que es imposible disponer de una única estrategia válida para todas las situaciones; esto conlleva el riesgo de acabar creando una estrategia tan difusa que no permite saber contra quién se lucha, ni si se ha ganado. Otra consecuencia es que se pierde la importancia de factores locales y disminuye la posibilidad de establecer vínculos a nivel local.
El segundo tema clave es el papel del Estado como principal actor del antiterrorismo. Charlotte Heath-Kelly y Ágata Serrano sostienen que el Estado usa y abusa del antiterrorismo para profundizar en su autoridad y establecer su legitimidad exclusiva. Neil DeVotta, por su parte, aplica este argumento a un Estado no democrático, Sri Lanka, en el que el uso del antiterrorismo en la guerra contra los Tamiles permitió al Estado aumentar sus poderes sobre la ciudadanía en general. Los paralelismos con el discurso político del antiterrorismo esgrimido para recortar libertades en los países occidentales son tan evidentes como inquietantes. Esto enlaza directamente con otra cuestión: las consecuencias del antiterrorismo para la sociedad; varios autores se interrogan en este libro sobre los costes políticos y sociales del antiterrorismo. Laura Zahra McDonald et al. se basan en sus experiencias en una ONG que trabaja con ciudadanos expuestos al extremismo para analizar los efectos del antiterrorismo en los grupos objetivo de esta táctica; sus observaciones sugieren que el antiterrorismo puede generar más resentimiento y alienación en estos grupos, una idea ratificada por el trabajo de Paul Thomas.
Por último, la obra plantea una mirada a las diversas formas del antiterrorismo. Laura Zahar McDonald et al. distinguen entre antiterrorismo fuerte y blando, probablemente inspirados por Joseph Nye y su clásica distinción entre «poder duro» y «poder blando» (hard power y soft power); Stuart Macdonald habla de la criminalización de acciones anteriores a crímenes cometidos, y Tim Legrand destaca las estrategias preventivas. Sobre este tema, cabe criticar que se dediquen nada menos que cuatro capítulos a la experiencia del Reino Unido.
Ciertamente hay otros elementos criticables en el libro. En primer lugar, si bien es relativamente fácil plantear las preguntas, es mucho más difícil ofrecer las repuestas. Por ejemplo, es evidente que el antiterrorismo puede provocar resentimiento en los grupos a los que afecta, pero en última instancia esta afirmación de poco sirve por sí sola, y parece difícil encontrar soluciones que no ofendan a nadie. Debe existir un equilibrio y por eso la discusión más importante es saber dónde poner los límites. En segundo lugar, los autores no son siempre rigurosos. Por ejemplo, se propone que se debe implicar a las víctimas en la resolución de un conflicto, pero implicar a las víctimas no es un acto neutro sin repercusiones políticas; al contrario, las víctimas son un actor muy potente susceptible de ser utilizado por los sistemas de poder como «escudo humano» dentro del país en cuestión, para justificar acciones políticas que serían de otro modo inaceptables; y ello sin considerar el hecho de que la determinación de quién es culpable, así como de qué víctimas son inocentes y cuáles no, suele recaer en los mismos poderes.
Es importante examinar críticamente y a fondo las justificaciones del antiterrorismo, y los artículos de este libro son en este sentido una aportación útil e interesante que nos ayuda a cambiar la perspectiva. Quizás su punto débil es que no van más allá, porque en último término los artículos son difusos en sus recomendaciones. Dicho esto, esta compilación de estudios críticos logra su objetivo de proponer puntos de vista nuevos y cambios de enfoque en el discurso sobre el terrorismo y el antiterrorismo. Hablan con una pluralidad de voces, presentan puntos de vista contradictorios y, aunque a veces solo reflejan sus propias suposiciones, logran aún así una mirada más profunda al terrorismo y el antiterrorismo, y exponen las consecuencias intencionadas y no intencionadas, yendo más allá de la verdad aceptada y bendecida por las autoridades y el Estado. Si bien estos estudios no resuelven los problemas, apuntan la existencia de dichos problemas, y ese es un primer paso imprescindible para poder avanzar hacia su resolución. Por eso, este libro será de interés no solo para académicos, sino también para actores políticos.
DOI: https://doi.org/10.24241/rcai.2016.112.1.255