Sorin Grindeanu
Primer ministro (2017); viceprimer ministro (2021-2023)
Tras un paréntesis de 14 meses, los socialdemócratas rumanos han regresado al Gobierno el 4 de enero de 2017 con un primer ministro que no es su líder, Sorin Grindeanu, un político hasta ahora poco conocido, con un perfil de especialista en Comunicaciones, cuya candidatura fue aceptada por el presidente de la República, Klaus Iohannis. El PSD, al que los escándalos y las turbulencias provocadas por su anterior líder y primer ministro (2012-2015) Victor Ponta no han pasado factura, ganó con holgura las elecciones parlamentarias de diciembre de 2016 y ahora ha pactado un Ejecutivo de coalición mayoritario con el partido liberal ALDE. Grindeanu, que deberá someterse a las directrices políticas de su jefe de filas, Liviu Dragnea, hereda del Gabinete tecnocrático de Dacian Ciolos una coyuntura económica comparativamente buena. Este escenario de estabilidad anima al nuevo Gobierno de Bucarest a proseguir y reforzar las políticas expansivas y de inversión social (subidas de salarios y pensiones, construcción de nuevos hospitales, autopistas y vías férreas de alta velocidad, incentivos a la creación de empleo), lo que ya ha provocado los gestos de inquietud de la Comisión Europea, que teme que el déficit público de Rumanía sobrepase el tope europeo del 3% del PIB.
(Texto actualizado hasta enero 2017)
Natural del condado de Caras-Severin, en su mayor parte integrado en la región histórica centroeuropea del Bánato, se educó en la escuela de primaria, el Liceo Pedagógico de Caransebes, hoy Colegio Nacional C. D. Loga, donde su padre daba clases y del que luego fue director. En 1992, tres años después de la Revolución que acabó con la dictadura comunista de Nicolae Ceausescu y abrió las puertas de la democracia en Rumanía, concluyó la secundaria en el Liceo Traian Doda de su población natal, tras lo cual se matriculó en la Facultad de Matemáticas de la Universidad del Oeste de Timisoara.
En 1997 Grindeanu se licenció en Informática y su intención inicial, cuenta el político en su página web en primer persona, era hacer carrera académica en la Universidad, especializándose en el área de las bases de datos y las herramientas estadísticas aplicadas al estudio social, pero el activismo político no tardó en alterar esas inclinaciones informáticas. En noviembre de 1996 el joven se afilió al Partido de la Democracia Social de Rumanía (PDSR), formación izquierdista continuadora del Frente de Salvación Nacional (FSN) surgido de la Revolución de 1989 y que justamente entonces, al perder las elecciones generales frente a la oposición liberal-conservadora, se vio descabalgada del poder, tanto del Gobierno como de la Presidencia de la República, ocupada desde 1990 por su líder, Ion Iliescu.
Desde 1998 Grindeanu desempeñó una serie de funciones directivas en los aparatos del PSDR, renombrado Partido Social Demócrata (PSD) en 2001, en el condado occidental de Timis, del que fue además, dentro de su administración civil, director del departamento de Juventud y Deportes, y en su capital, Timisoara, de cuyo Ayuntamiento fue asimismo concejal entre 2004 y 2008. En paralelo a todo lo anterior, siguió vinculado académicamente a la Universidad del Oeste de Timisoara en calidad de asistente de docencia en la Facultad de Sociología y Psicología, y mantuvo su interés en el mundo de la informática aplicada y las nuevas tecnologías de la comunicación. En 2005 puso un pie en la empresa privada, pero a partir de 2008 se dedicó de manera exclusiva a las funciones políticas como teniente de alcalde de Timisoara.
En 2012 concluía su mandato municipal en la capital del Bánato y Grindeanu dio el paso de presentarse a las elecciones legislativas del 9 de diciembre de aquel año en las listas del PSD que desde 2010 lideraba Victor Ponta, convertido en primer ministro del país en mayo anterior. La Unión Social Liberal (USL) formada por el PSD, el Partido Nacional Liberal (PNL), el Partido Conservador (PC) y la Unión Nacional para el Progreso de Rumanía (UNPR) arrasó en los comicios y Grindeanu, concurriendo en representación de Timis, fue uno de los 273 candidatos del bloque oficialista que obtuvieron el escaño en la Cámara de Diputados.
El licenciado en Informática completó en 2013 un posgrado de capacitación profesional en Ciencias Militares, Información y Orden Público impartido por la Academia Nacional de Inteligencia (ANI), y en diciembre de 2014 debutó en las labores gubernamentales al incorporarle Ponta a su cuarto Gobierno como titular de la cartera de Comunicaciones y Sociedad de la Información. Este servicio de Estado tocó a su fin el 17 de noviembre de 2015, fecha en que tomó posesión el nuevo Gabinete tecnocrático de Dacian Ciolos. Antiguo comisario europeo, Ciolos fue nombrado por el presidente de la República, Klaus Iohannis, para cubrir la vacancia dejada por Ponta, dimitido a principios de noviembre de resultas del incendio con víctimas registrado en un club nocturno de Bucarest, desastre que puso colofón a tres años de Gobierno saturados de polémicas, escándalos y denuncias de todo tipo contra el primer ministro, acusado dentro y fuera de Rumanía de abuso de poder y de quebrantar el equilibrio de las instituciones democráticas.
Grindeanu siguió en la brecha política como diputado del Parlamento, hasta que el 29 de junio de 2016 se despidió de la Cámara nacional de Bucarest para asumir el cargo de presidente del condado de Timis, ganado en las elecciones locales del 5 de junio.
El PSD, de la mano ahora de Liviu Dragnea y, por primera vez desde 1996, acudiendo a las urnas estrictamente en solitario, sin apoyarse en alianzas de carácter oficial, obtuvo unos resultados muy positivos en las elecciones legislativas del 11 de diciembre de 2016: el 45,5% de los votos, una subida de casi 10 puntos con respecto a la edición de 2012, que en la Cámara de Diputados se tradujeron en 154 escaños, solo 11 por debajo de la mayoría absoluta. Indudablemente, el electorado había pasado página a toda la crispación y las turbulencias provocadas por el ex primer ministro Ponta.
El PSD regresaba al Gobierno, si bien Dragnea no podía pilotarlo al pesar sobre él una sentencia de dos años de prisión, recibida en abril pero dejada en suspenso, como culpable de un delito de fraude electoral cometido cuando el referéndum de ratificación de la destitución por el Parlamento del entonces presidente de la República, Traian Basescu, crudamente enfrentado con Ponta. Sin embargo, Dragnea estaba decidido a marcarle la pauta al Gobierno entrante desde su posición de presidente del PSD, una estrategia de control del primer ministro desde fuera ya practicada en tiempos del PDSR. Como socia para gobernar en mayoría, los socialdemócratas se decantaron por la Alianza de Liberales y Demócratas (ALDE), una fuerza de nuevo cuño, fundada en 2015 por el antiguo primer ministro y actual presidente del Senado Calin Popescu-Tariceanu, orientada al conservadurismo y que aportaba una veintena de diputados.
El 21 de diciembre el PSD, con la conformidad de la ALDE, nominó para el puesto de primer ministro a Sevil Shhaideh, durante unos meses ministra de Desarrollo Regional y Administración Pública en el último Gobierno Ponta (precisamente en sucesión del entonces dimitido Dragnea) y de religión musulmana. Pero seis días después, Iohannis, quien era un ex dirigente del PNL, derrotado en las legislativas, vetó esta candidatura sin dar explicaciones. Esto airó a Dragnea, que amenazó al jefe del Estado con un proceso de destitución, escenario perfectamente factible desde el momento en que el líder socialdemócrata era el nuevo presidente de la Cámara de Diputados. Si bien se arguyó que Iohannis no quería que Shhaideh fuera primera ministra debido a su fe islámica y a que estaba casada con un sirio, la Presidencia dio a entender que el estadista prefería una personalidad con más experiencia política. Así las cosas, el 28 de diciembre el PSD y la ALDE presentaron a Iohannis la propuesta alternativa de Grindeanu, quien sí mereció el visto bueno del presidente.
El penúltimo día del año Iohannis designó formalmente a Grindeanu y el 3 de enero de 2017 este anunció la composición de su Gabinete de coalición, un equipo bastante voluminoso, con 26 ministros sin contar a Grindeanu; de ellos, 18 pertenecían al PSD, como los responsables de Defensa, Gabriel-Beniamin Les, Interior, Carmen Daniela Dan, y Finanzas, Viorel Stefan; cuatro los ponía la ALDE, incluido el titular de Exteriores, Teodor Melescanu; y los cuatro restantes eran técnicos no afiliados. Sevil Shhaideh por el PSD y Daniel Constantin por la ALDE flanqueaban a Grindeanu como viceprimeros ministros, con las carteras añadidas, respectivamente, de Desarrollo Regional y Medio Ambiente. El Gobierno se sustentaba en una mayoría parlamentaria oficial de 170 diputados, a los que había que sumar, prestando apoyo externo, los 38 representantes de la Unión Democrática de Magiares de Rumanía (UDMR), vocero de la populosa minoría húngara de Transilvania, y de un ramillete de micropartidos de las demás minorías nacionales. El 4 de enero el Ejecutivo Grindeanu superó el preceptivo voto de confianza del Parlamento bicameral por 296 apoyos contra 133, tras lo cual prestó juramento y tomó posesión.
El primer ministro de Rumanía está casado con Mihaela Grindeanu y tiene dos hijos.
(Cobertura informativa hasta 10/1/2017)