Petr Pavel
Presidente de la República (2023-)
En la República Checa, la elección presidencial de enero de 2023 se ha saldado con la victoria del independiente Petr Pavel, general retirado del Ejército y ex presidente del Comité Militar de la OTAN. Receptor del 58% de los votos, Pavel se impuso en la segunda vuelta de los días 27 y 28 a Andrej Babis, primer ministro en el período 2017-2021 y magnate empresarial de tendencia liberal populista, cuyo partido es con diferencia el primero del Parlamento. Las posibilidades de Pavel de romper a su favor el empate registrado con Babis, figura polarizadora y absuelto recientemente de corrupción, en la ronda inicial del 13 y el 14 de enero se tornaron práctica certeza al cerrar filas tras él los partidos del Gobierno de centro-derecha, el primer ministro Petr Fiala y cuatro de los seis candidatos eliminados para el balotaje. Una política exterior más activa, la superación de la dependencia energética de Rusia y el suministro decidido de armas a Ucrania, cuyo futuro ingreso en la UE y en la OTAN dice respaldar, son algunos puntos destacados de su manifiesto. Pavel promete además "cercanía a las personas" y "comunicación franca y directa", desde una Presidencia de la República revestida de "integridad" y "autoridad".
El 9 de marzo Pavel, de 61 años, tomará posesión con un mandato quinquenal de la Presidencia de la República, oficina que posee atribuciones significativas, no meramente ceremoniales, dentro del sistema parlamentario checo; así, el presidente tiene la facultad del veto suspensivo de la legislación ordinaria, nombra según su criterio a los altos magistrados del Estado y, en determinados casos, puede disolver el Parlamento y forzar elecciones anticipadas con el visto bueno del primer ministro. Este soldado profesional con una brillante hoja de servicios es el primer jefe del Estado desde la independencia nacional en 1993 sin bagaje en las instituciones civiles ni experiencia en la política de partidos. Sus tres predecesores, Václav Havel, Václav Klaus y el ahora saliente Milos Zeman, llegaron al cargo cuando ya tenían a sus espadas un esclarecido recorrido en esos terrenos como presidente de la extinta Checoslovaquia, el primero, y primeros ministros de Chequia, los otros dos.
El perfil del nuevo presidente checo, quien durante la campaña cultivó el tratamiento de "general Pavel", además de atraer a electores de diferentes tendencias, se ajusta bien al momento actual de movilización diplomática y militar de Chequia, miembro del Grupo de Visegrad, y los aliados de la OTAN para el auxilio a Ucrania frente a la invasión de Rusia. Tanto el ultraliberal Klaus (2003-2013) como el socialdemócrata Zeman (2013-2023) fueron unos presidentes políticamente incorrectos en numerosas cuestiones de calado, entre ellas las credenciales euro-atlánticas del país centroeuropeo: ambos vertieron fuertes críticas a la UE —Klaus empleando un discurso abiertamente euroescéptico— y con matices cultivaron las relaciones de proximidad a Putin, aunque en el caso de Zeman esta postura dio un vuelco radical el mismo día de la agresión rusa a Ucrania. Por cierto que durante la campaña ambos expresaron su preferencia por Babis.
Ahora, con la llegada de Pavel al Castillo de Praga, la sintonía entre la Presidencia y el actual Gobierno conservador en los ámbitos de la política exterior, la seguridad y la defensa parece asegurada. En el último año, Chequia ha sido uno de los países de la OTAN más intensamente comprometidos con la entrega de material bélico a Ucrania. Las partidas incluyen tanques (varias decenas de viejos T-72 soviéticos, enviados tan pronto como en abril de 2022 y que, en virtud de un acuerdo con Alemania, serán reemplazados por modernos Leopard 2 germanos), artillería autopropulsada, lanzacohetes múltiples, misiles antiaéreos y helicópteros de ataque. El dirigente electo defiende que Occidente proporcione armas convencionales "sin ningún límite" a Ucrania y opina que ayudar a este país para que pueda "ganar" la guerra contribuye a la seguridad de la República Checa.
(Texto actualizado hasta 2 febrero 2023)
Petr Pavel emprendió la carrera de las armas siguiendo los pasos de su padre Josef, coronel del Ejército Popular Checoslovaco (CSLA). El joven recibió su formación en la Escuela Superior Militar Jan Zizka de Opovo y en el Colegio del Ejército General Ludvík Svoboda en Vyskov, por el que se graduó en 1983, tras lo cual fue asignado a una unidad de fuerzas especiales aerotransportadas.
En 1985 obtuvo el ingreso en el Partido Comunista de Checoslovaquia (KSC), membresía que mantendría hasta la caída del régimen en la Revolución de Terciopelo de 1989 y que posteriormente iba a sacársele a colación a modo de ariete político. Durante la campaña presidencial de 2022-2023 pero también en años anteriores, mientras servía en el cuartel general de la OTAN, Pavel tuvo que salir a explicar muchas veces este punto polémico de su biografía, alegando que su solicitud de alta en el KSC no fue por una lealtad ideológica, sino por necesidad profesional, para posibilitar su ascenso en la oficialidad del CSLA. Según él, unirse al KSC, cuando "no tenía suficientes información y experiencia para evaluar la criminalidad del régimen político de entonces", se trató de un "un error" que sin embargo ya fue "convenientemente reparado". Además, recuerda, su ficha de limpieza política, fechada en 1992, certifica que nunca colaboró con la StB, la policía secreta del Estado comunista, ni tomó parte en labores de espionaje.
La Revolución democrática de 1989 sucedió cuando Pavel estudiaba en la Academia Militar Antonín Zápotocký de Brno. En 1991 el Ejército Checoslovaco le transfirió de las tropas paracaidistas de élite, donde era capitán de reconocimiento, a la Inteligencia del Estado Mayor, para la que sirvió en las agregadurías militares de las embajadas en Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. En 1992 fue despachado a la guerra civil de Bosnia-Herzegovina dentro del contingente checoslovaco de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (UNPROFOR). El primero de enero de 1993, con la disolución amistosa del Estado federal, el nuevo Ejército de la República Checa (ACR) inició su andadura; en su seno, Pavel ostentaba el grado de teniente coronel.
A los pocos días de materializarse el llamado divorcio de terciopelo, el destacamento checo-eslovaco de la UNPROFOR bajo el mando de Pavel recibió la orden de evacuar a un pelotón de 55 cascos azules franceses que permanecía atrapado en un acuartelamiento en el área de Benkovac, en Croacia, en medio del fuego cruzado entre el Ejército croata y los secesionistas serbocroatas. La operación de rescate por tierra, que requirió negociaciones en caliente con los bandos enfrentados, fue realizada con éxito en circunstancias de máximo riesgo, si bien dos soldados franceses perecieron por impactos de mortero. Por su acción, Pavel y otros tres oficiales recibieron del Ministerio de Defensa de Francia la Cruz del Valor Militar y de Chequia la Medalla al Heroísmo, que le fue entregada personalmente por el presidente Václav Havel. A estas iban a sumárseles otras condecoraciones extranjeras y nacionales, tanto castrenses como civiles (entre ellas la también gala Legión de Honor, en el grado de oficial) por servicios distinguidos.
De la ex-Yugoslavia, Pavel se trajo una vitola de soldado altamente competente y laureado por su heroísmo, destaca con indisimulado orgullo el hoy presidente electo en la narración de su hoja de vida. En los años siguientes, Pavel estuvo destacado en Bruselas, como adjunto al agregado militar de la República Checa en Bélgica y desde 1999 en Países Bajos, como representante del ACR en el cuartel del Mando de la Fuerza Conjunta Aliada en Brunssum. Este fue su primer cometido en el marco de la OTAN, organización en la que Chequia acababa de ingresar, a la vez que Hungría y Polonia. En 2002 regresó a Praga, donde estrenó las insignias de general de brigada y comandante de fuerzas especiales. Al año siguiente, estuvo adscrito al mando operativo en Tampa, Florida, de Libertad Duradera, la operación militar conducida por Estados Unidos para la guerra global contra el terrorismo de Al Qaeda y otras organizaciones yihadistas. También, durante la invasión de Irak, sirvió por unos meses como oficial de enlace en el cuartel estadounidense en Qatar.
Pavel potenció su faceta de militar diplomático entre 2007 y 2011, años en los que fue el representante militar de la República Checa ante la UE en Bruselas y ante el Cuartel General Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa (SHAPE) en Mons. En todo este tiempo, profundizó su formación con cursos especializados en el Defense Intelligence College de Bethesda, Maryland, el Staff College de Camberley, Inglaterra, y el Royal College of Defence Studies de Londres. En 2006, además, se sacó un máster en Relaciones Internacionales por el también londinense King's College.
SUPREMO MANDO MILITAR DE LA REPÚBLICA CHECA Y DE LA OTAN En julio de 2011 Pavel fue nombrado subjefe del Estado Mayor General del ACR, desde donde ayudó a evaluar la situación de la institución armada y las necesidades de la Defensa. Finalmente, el primero de julio de 2012, previo ascenso a teniente general y por designación del presidente de la República Václav Klaus, Pavel alcanzó el vértice del Ejército checo, para que el parecía destinado desde su meritoria actuación en la ex-Yugoslavia dos décadas atrás, y sucedió al general Vlastimil Picek en la jefatura del Estado Mayor. En 2014 fue promovido al mayor grado del escalafón, el de general de Ejército. Hasta el final de su cometido en mayo de 2015, Pavel abogó por el fortalecimiento del presupuesto de Defensa y por el mantenimiento del contingente checo en la ISAF, la misión multinacional mandada por la OTAN en Afganistán.
Avalado por su prestigioso historial, Pavel fue propuesto por el Gobierno checo, entonces dirigido por los socialdemócratas, para la presidencia del Comité Militar de la OTAN, hasta la fecha nunca ocupada por un oficial de un antiguo país del Pacto de Varsovia. Se trataba de la máxima autoridad militar de la Alianza Atlántica, por encima del comandante en jefe del SHAPE (el comandante supremo aliado en Europa, siempre un general de Estados Unidos), considerada la mano derecha del secretario general (civil) de la organización, a la sazón el noruego Jens Stoltenberg. En septiembre de 2014 la OTAN aprobó la candidatura de Pavel presentada por Praga y el 26 de junio de 2015 el general checo sucedió a su colega danés Knud Bartels como presidente del Comité Militar.
En los tres años siguientes, Pavel anduvo bastante atareado en llevar a la práctica las decisiones adoptadas por los jefes de Estado y de Gobierno en su cumbre de septiembre de 2014 en Gales. Entonces, los líderes de la OTAN aprobaron el Plan de Disponibilidad a la Acción (RAP), concebido para defender a los aliados de un "amplio elenco de amenazas" en el contexto de los "desafíos" y las "agresiones" contra Ucrania por parte de Rusia (la guerra del Donbás, desatada meses atrás). El RAP incluía la creación de una Fuerza de Tarea Conjunta de Muy Alta Disponibilidad (VJTF), a modo de "punta de lanza" dentro de la Fuerza de Respuesta de la OTAN (NFR) y compuesta de 20.000 soldados. El RAP contemplaba también la activación en los países aliados del flanco oriental, es decir, Bulgaria, Eslovaquia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia y Rumania (Chequia, al sur y el oeste de Polonia y Eslovaquia, quedaba fuera de este esquema), de las llamadas Unidades de Integración de Fuerzas de la OTAN (NFIU).
Por si fuera poco, a mediados de 2015 el Comité Militar tenía en marcha la ejecución del Acuerdo suscrito con el Gobierno de Kabul el año anterior sobre el Estatus de las Fuerzas en Afganistán (SOFA). El mismo establecía una nueva misión de la OTAN más reducida, de unos 12.500 hombres, y centrada en el entrenamiento y asesoría de las fuerzas armadas y de seguridad afganas. El 1 de enero había arrancado dicha misión, de nombre Apoyo Decidido, en lugar de la ISAF; aunque las tropas de la OTAN ya no combatían directamente a los talibanes, Apoyo Decidido incluía un componente de lucha antiterrorista conducida sobre el terreno por el Ejército de Estados Unidos, la llamada Operación Centinela de la Libertad. Además, y desde 1999, soldados de la OTAN estaban desplegados en Kosovo, con la fuerza de pacificación KFOR.
La terminación de su mandato en Bruselas a finales de junio de 2018, cuando pasó el testigo al mariscal británico Stuart Peach y entre elogios del secretario general Stoltenberg a su labor, supuso para Pavel el final también de 35 años de servicio en el Ejército checo. Su pase al retiro se produjo el 30 de noviembre.
DUELO ELECTORAL CON EL EX PRIMER MINISTRO BABISUna vez en la vida civil, Pavel desarrolló algunas actividades académicas como conferenciante y consultor privado. En abril de 2020 anunció Más fuertes juntos, una iniciativa de voluntariado civil y recaudación de fondos para ayudar al desbordado personal médico de los hospitales durante la pandemia COVID-19. El activismo sociosanitario del antiguo general, que reclutó a varios expertos para su iniciativa y llegó a entregar un decálogo de recomendaciones sobre contingencias anticrisis al primer ministro aupado al Gobierno por los comicios de 2017, el empresario liberal-populista Andrej Babis, alimentó las especulaciones sobre una ambición presidencial de cara a las elecciones de enero de 2023. A las mismas ya no se presentaba el presidente desde 2013, Milos Zeman, septuagenario, frágil de salud y al que en todo caso la Constitución impedía encadenar un tercer mandato de cinco años. Desde 2018, Babis, jefe del partido Acción de los Ciudadanos Insatisfechos (ANO 2011) y uno de los hombres más ricos del país, gobernaba en coalición con el Partido Social Demócrata (CSSD).
A estas alturas del curso político, ya se sabía que el independiente Pavel, una personalidad bien conocida y respetada en la República Checa, era barajado como un aspirante presidencial a apoyar por varias de las formaciones en la oposición al Gobierno Babis. Estas eran los liberal-conservadores Partido Cívico Democrático (ODS) y TOP 09, el Partido Pirata, los democristianos del KDU-CSL y el partido Alcaldes e Independientes (STAN). Tras las elecciones legislativas de octubre de 2021, en las que ANO 2011 conservó la primera posición pero solo por un único escaño (y no en votos), se pusieron de acuerdo para gobernar en coalición mayoritaria las alianzas SPOLU (Juntos), integrada por el ODS, el KDU-CSL y TOP 09, y PirSTAN, formada por los Piratas y STAN. Como resultado, Fiala fue investido primer ministro el 17 de diciembre. Dos meses después, el 24 de febrero de 2022, Rusia desencadenó la invasión a gran escala de Ucrania, respondida por el Gobierno checo con una condena rotunda y una declaración de apoyo militar a Kyiv que no tardaría en sustanciarse. En marzo de 2022 Pavel participó en Brno en una manifestación de solidaridad con Ucrania.
Confirmando algunas declaraciones previas en tal sentido, Pavel hizo pública su ambición presidencial el 29 de junio de 2022. Con ello se adelantó en cuatro meses al anuncio, igualmente esperado, de Babis, en estos momentos líder de la oposición y a punto de ser juzgado por la presunta malversación de dos millones de euros de fondos europeos, así que su deseo de convertirse en presidente de la República era visto por sus detractores como una búsqueda de la inmunidad judicial inherente a la jefatura del Estado. Puesto que estaba fuera del sistema de partidos y carecía de una estructura de apoyo parlamentario, el antiguo uniformado no buscó el aval de legisladores —al menos 20 diputados o 10 senadores, estipulaba la ley—, sino que recurrió a la recogida de firmas de electores, el procedimiento habitual para el registro de los candidatos independientes por el Ministerio del Interior. Pavel necesitaba 50.000 rúbricas, pero iba a conseguir más de 81.000.
El 6 de septiembre Pavel lanzó de manera oficial su postulación tirando de lemas como Restablezcamos el orden y la paz en la República Checa, Elijamos la verdad y la dignidad y Paremos las mentiras y el caos. Repartiendo sus dardos entre el presidente saliente, Zeman, un mandatario caracterizado por las salidas de tono, los comentarios extravagantes y un discurso más bien tornadizo en lo tocante a las relaciones con la UE y Rusia ("me diferenciaré en todo de él", aseguraba el general sobre Zeman), y su principal adversario en las urnas, Babis, siempre potente pese a sus líos con la justicia penal, Pavel se presentaba como un hombre confiable y responsable que quería "seguir sirviendo" a su país, la persona capaz de representar a la República Checa en días de crisis superpuestas y de "moderar la política para lograr un objetivo común".
En su programa-manifiesto, Pavel tocaba multitud de cuestiones, algunas más relacionadas que otras con el limitado abanico de competencias presidenciales. Sin embargo, él se veía a sí mismo como un presidente dinámico y abierto a las relaciones sociales, viajero, diplomático políglota y opinador "franco y directo" sobre cualquier tema de interés nacional, buscando influenciar en los debates públicos y la acción política del Gobierno y el Parlamento.
Como prioridades, Pavel propugnaba una política exterior "activa y eficaz" basada en la coordinación más estrecha entre las dos oficinas del poder ejecutivo, la liberación de obstáculos para conseguir una economía innovadora con mayor valor añadido, el desarrollo de la educación y un nuevo enfoque energético para, aprovechando la urgencia de diversificar fuentes y suministros con el fin de superar la dependencia de Rusia, descarbonizar progresivamente la industria checa. En este último capítulo, el candidato apostaba por el gas natural licuado, la energía nuclear y las renovables como palancas de la seguridad energética nacional y la lucha contra el cambio climático. "En estos tiempos difíciles, necesitamos un presidente que dé una dirección clara, que no dude ni se confunda", diagnosticaba, y "seré la voz del sentido común", prometía.
En cuanto a la guerra de Ucrania, Pavel apoyaba sin reservas todos los esfuerzos para ayudar al país agredido por Rusia en los terrenos militar, humanitario, económico y diplomático. Eso incluía la aceptación del ingreso de Ucrania, en un hipotético futuro posbélico y con su independencia nacional salvaguardada, tanto en la UE como en la OTAN, siempre que cumpliera (en el caso de la UE) con las condiciones exigidas a todo aspirante a la adhesión. Igualmente, suscribía el boicot a la importación de petróleo ruso y el aumento del presupuesto de Defensa hasta el 2% del PIB. El candidato hubo de salir a desmentir como "bulos y desinformación" los mensajes de aviso, difundidos en las redes sociales y coreados por Babis, sobre que si él llegaba a la Presidencia, Chequia podría movilizar a su Ejército para implicarse directamente en una guerra contra Rusia sin mediar un ataque directo de esta. En un debate televisado, Babis manifestó que, como presidente y comandante en jefe, no autorizaría el envío de soldados checos a Polonia o a las repúblicas bálticas, aliados de la OTAN, en el caso de ser invadidos por Rusia, palabras que más tarde el líder opositor tuvo que rectificar.
Pavel aclaró su opinión sobre una amplia variedad de temas: confesaba su escepticismo sobre la vigencia en el seno de la UE del Grupo de Visegrad (V4) junto con Hungría, Polonia y Eslovaquia, simpatizaba con la idea de la entrada de Chequia en la Eurozona; reclamaba una reforma del sistema de pensiones para hacerlo "sostenible"; pedía un planteamiento de la inmigración basado en un equilibrio entre la protección de las fronteras, la "solidaridad" y la "motivación" de los foráneos en la sociedad de acogida; estaba a favor de legalizar el matrimonio igualitario y la eutanasia; lamentaba las brechas salariales de género; y rechazaba cualquier recorte en la legislación sobre el aborto.
Aunque estaba empeñado en concurrir como un candidato independiente "de partidos políticos, capital nacional o extranjero, grupos de interés o personas influyentes", Pavel dio la bienvenida al respaldo emitido por los tres partidos de la coalición SPOLU que se sentaban en el Gobierno, a la cual, lo reconoció, había destinado su papeleta en las elecciones legislativas de 2021. Claro que la SPOLU recomendó el voto asimismo para otros dos aspirantes independientes, el senador Pavel Fischer y la catedrática de Economía Danuse Nerudová.
En la carrera presidencial competían también los independientes Karel Divis y Tomás Zima, el senador no adscrito Marek Hilser y el anterior embajador en Ucrania y Rusia Jaroslav Basta. Este último era el candidato oficial del partido de extrema derecha Libertad y Democracia Directa (SPD) y contaba con el apoyo adicional del Movimiento Tricolor de Ciudadanos (Trikolóra), partido extraparlamentario de derecha nacionalista escindido del ODS y mandado en su momento por Václav Klaus júnior, el hijo del ex presidente.
Las encuestas eran unánimes sobre un reñido tira y afloja entre Babis y Pavel, más Nerudová pugnando por mejorar su tercera posición. Todo apuntaba a una segunda vuelta entre Pavel y Babis, en cuyo caso el ex militar tenía todas las de ganar porque su rival era una figura controversial que concitaba rechazo fuera de sus numerosos y leales seguidores. Llamativamente, el ex presidente Klaus y el presidente saliente Zeman deslizaron sus preferencias por Babis. El 9 de enero de 2023, solo cuatro días antes del primer turno electoral, Babis se apuntó un importante tanto con el veredicto de absolución en su juicio por el caso de presunto fraude en el desvío de fondos europeos para la construcción de unos inmuebles privados: el tribunal, dando la razón a la defensa del acusado, estableció que los 2 millones de euros del sumario habían sido legalmente asignados como subvenciones al conglomerado agroindustrial propiedad del magnate.
En la ronda del 13 y el 14 de enero Pavel se puso simbólicamente en cabeza con el 35,4% de los votos, seguido de Babis con apenas cuatro décimas menos. Había empate y para el desenlace de la segunda vuelta los apoyos expresos a uno u otro serían decisivos. Pavel certificó los respaldos de los tres partidos de la SPOLU, el primer ministro Fiala (ODS) y la presidenta de la Cámara de Diputados Markéta Adamová (TOP 09), y sumó los de los partidos STAN, CSSD, Verde (Zelení) y Voz (Hlas), y de cuatro de los seis candidatos eliminados: Nerudová (tercera), Fischer (cuarto), Hilser (sexto) y Divis (séptimo). Por Babis lo hicieron el Trikolóra y el Partido Comunista de Bohemia y Moravia (KSCM). Los candidatos que habían quedado quinto, Basta, y octavo, Zima, así como el SPD de Tomio Okamura, no se pronunciaron. En cuanto a los Piratas de Ivan Bartos, socios del Gobierno de coalición, no llegaron a recomendar ningún nombre concreto en ningún momento del proceso electoral, si bien tampoco ocultaron su inclinación por el anterior jefe del Estado Mayor.
El 28 y el 28 de enero, confirmando los pronósticos, Pavel se impuso con el 58,3% a Babis, quien, describiendo el balotaje como un "plebiscito" sobre su persona, aceptó su derrota y felicitó al vencedor.
Petr Pavel está casado en segundas nupcias con Eva Zelená (apellidada de casada Pavlová), quien también es una oficial en la reserva del Ejército checo; en su caso, ella colgó el uniforme con los galones de teniente coronel. Sus tres hijos, fruto de sus anteriores matrimonios, han dado a la pareja cuatro nietos.
(Cobertura informativa hasta 2/2/2023)