Ed Miliband

El líder laborista británico Ed Miliband consiguió zafarse de la sombra de su hermano mayor David, con el que compartió mesa en el Gabinete de Gordon Brown, donde él era el secretario de Estado de Energía y aquel el secretario de Exteriores, y al que en 2010, en un insólito duelo fraterno, derrotó en la elección interna del Partido Laborista, pero luego ha tenido problemas para afianzar su jefatura de la oposición parlamentaria al Gobierno conservador de David Cameron. Presionado por unas encuestas poco estimulantes a nivel personal (una mayoría de los británicos sigue opinando que le falta lustre) y en relación con el partido (tras estar en cabeza durante toda la legislatura, los laboristas llevan perdiendo fuelle desde hace tres años y empatan en intención de voto con los conservadores justamente ahora), Miliband se esfuerza en abrir brecha en la campaña para las elecciones de mayo de 2015 atacando con más energía que nunca tanto las políticas de austeridad del Ejecutivo de coalición de conservadores y liberaldemócratas como el euroescepticismo abierto de Cameron.

El toque a rebato de los laboristas pasa por pregonar un ideario y un programa nítidamente de izquierda, con lo que Miliband, al que se considera un discípulo de Brown, retoma el discurso vindicativo de su elección en 2010, cuando declaró caducado el New Labour, el gran movimiento al centro pilotado por Tony Blair, sin que ello significara el retorno al viejo laborismo moldeado en el socialismo clásico. Al mismo tiempo que se afana en agrandar las distancias de los conservadores con un manifiesto de equilibrios entre la responsabilidad fiscal, el aumento de los impuestos a los ricos, la ampliación de las coberturas sociales y la restricción de la inmigración, Miliband, que en 2014 hizo campaña por el no a la independencia de Escocia pero con contraoferta de amplia autonomía, se resiste a aceptar las ofertas de colaboración "progresista" que le tiende el Partido Nacional Escocés y reitera su aspiración de ser primer ministro sin las muletas que impondría el temido hung Parliament. Esta prelación de los valores unionistas del partido podría resultar útil en Inglaterra, pero amenaza con causar estragos en el electorado laborista escocés, paulatinamente succionado por el SNP.


(Texto actualizado hasta mayo 2015. Para conocer en detalle el manifiesto de Ed Miliband y el Partido Laborista para las elecciones generales de 2015, puede consultarse el documento 'Líderes en las elecciones de 2015 en el Reino Unido: perfiles y programas')

1. Joven cuadro laborista en la órbita de Gordon Brown y hermano menor de David Miliband
2. Competición entre hermanos por la jefatura del Partido Laborista con victoria para Ed
3. Líder de la oposición al Gobierno Cameron y rumbo a las elecciones generales de 2015

1. Joven cuadro laborista en la órbita de Gordon Brown y hermano menor de David Miliband

Edward Miliband es el segundo de los hijos del matrimonio formado por los inmigrantes judíos polacos Ralph Miliband, renombrado sociólogo marxista y miembro del ala izquierda del Partido Laborista, nacido en Bélgica y desplazado a Londres durante la Segunda Guerra Mundial, y Marion Kozak, historiadora, activista pro Derechos Humanos y superviviente del Holocausto, militante también del laborismo. Ralph Miliband se consideraba a sí mismo un judío ateo, la misma condición que años después iba a adjudicarse su hijo pequeño. La instrucción escolar del muchacho, llamado familiarmente Ed, transcurrió en la Featherbank Infants School de Horsforth, al noroeste de Leeds, ciudad de Yorkshire en cuya Universidad Ralph Miliband enseñaba entonces Teoría Política luego de dejar las aulas de la London School of Economics (LSE), desde 1978, al cabo de un año lectivo en Boston debido a los compromisos académicos de su padre en Estados Unidos, en la Primrose Hill Primary School del municipio londinense de Camden, y a partir de 1981 en la vecina Haverstock Comprehensive School (hoy, Haverstock School Business & Enterprise College) de Chalk Farm. Ed compartió colegios, pero no aula, con su hermano cuatro años mayor, David.

Una vez completado el bachillerato, en el que se hizo notar por sus excelentes calificaciones y su activismo estudiantil, Miliband hizo unas prácticas en el despacho del influyente diputado y amigo de la familia Tony Benn, cabeza de la llamada hard left laborista. En 1989 pasó los exámenes de ingreso en el Corpus Christi College de la Universidad de Oxford, donde, siguiendo los pasos de su hermano, comenzó a estudiar Filosofía, Política y Economía, hasta sacarse el título de Bachelor of Arts. En 1992 Ed Miliband dio su etapa formativa por concluida y comenzó a trabajar como documentalista para el periodista político y presentador televisivo Andrew Rawnsley, uno de los rostros más conocidos del Channel 4. Al poco, el joven fue reclutado por la diputada laborista Harriet Harman, en esos momentos secretaria del Tesoro en el Shadow Cabinet, en la oposición al Gobierno conservador de John Major, que encabezaba en Westminster el líder laborista John Smith, en calidad de investigador y redactor de discursos.

Por aquel entonces, David Miliband, revelado como un politólogo precoz, ya estaba adquiriendo fama interna como uno de los más brillantes representantes de la nueva generación de intelectuales laboristas, aunque alejado de los acentos socialistas de su padre y sí muy interesado en la revisión pragmática de las viejas nociones del laborismo británico, lo que le convirtió en un protegido de Tony Blair. Ed, en cambio, si bien podía encontrar en su hermano mayor considerables dosis de estímulo e inspiración, se mostraba menos inclinado a reformular de manera profunda el laborismo tradicional y su visión socialdemócrata del papel del Estado en la sociedad. En cuanto a sus personalidades, el primogénito tenía un carácter cerebral y, según lo que les conocían, era más bien frío en las relaciones interpersonales. El benjamín, al contrario, se hacía notar por su calidez en el trato y por sus habilidades sociales.

Cuando en julio de 1994 Blair sucedió al fallecido Smith en las riendas del partido y el Shadow Cabinet laborista fue remodelado (dos meses antes había fallecido, a los 70 años, Ralph Miliband), Ed Miliband pasó al servicio de Gordon Brown, amigo y rival de Blair, convertido en el Shadow Chancellor of the Exchequer, es decir, el ministro de Hacienda de la oposición en Westminster. Brown animó a su pupilo a que reanudara los estudios superiores en la LSE, la prestigiosa casa de estudios donde su padre había sido docente. Allí, Miliband amplió su currículum con el grado de Master of Science en Economía.

La gran victoria cosechada por los laboristas en las elecciones de mayo de 1997 abrió a los hermanos Miliband de par en par las puertas de la política gubernamental, el mayor de la mano de Blair, de cuyo proyecto reformista New Labour era coautor intelectual, y el segundo a la diestra de Brown. Mientras que David fue puesto al frente de la Unidad sobre Políticas del Primer Ministro, Ed acompañó a su mentor al 11 de Downing Street como asesor especial del flamante canciller del Exchequer. Miliband ejerció esta función durante toda la legislatura, tiempo en el cual estuvo implicado también en el esfuerzo proselitista de darle la vuelta a las encuestas en Escocia, donde la sección regional del laborismo aparecía a la zaga del Partido Nacional Escocés (SNP) de Alex Salmond. Las primeras elecciones al Parlamento Escocés tuvieron lugar en mayo de 1999 y se saldaron con la victoria del Partido Laborista Escocés de Donald Dewar.

El tándem Blair-Brown condujo al Partido Laborista británico a su segunda victoria consecutiva por mayoría absoluta en junio de 2001. Al constituirse el nuevo Gobierno, Miliband permaneció en el círculo íntimo de asesores de Brown, pero en julio de 2002, siguiendo otra vez las recomendaciones de su jefe, el politólogo y economista, a sus 31 años, se tomó un año sabático en el departamento del Tesoro para impartir docencia en el Center for European Studies de la Universidad de Harvard. En el curso académico que pasó en Estados Unidos el especialista inglés trabó contacto entre otros con el senador demócrata John Kerry y, a diferencia de su hermano David, fiel lugarteniente de Blair también en esta cuestión, deslizó su opinión contraria a la invasión de Irak, campaña bélica que le parecía un "error trágico".

A principios de 2004 Miliband retornó a Londres y se puso de nuevo a las órdenes de Brown, quien le nombró presidente del Consejo de Asesores Económicos del Tesoro, un cargo ya de considerable relieve. De cara a las elecciones generales de 2005, Miliband renunció a su puesto de jefe de consultores del Exchequer a fin de preparar su primera candidatura a los Comunes. El partido le postuló para el escaño de Doncaster North, circunscripción del condado metropolitano de South Yorkshire y con sede en Sheffield, donde ya no iba a presentarse su titular desde 1992, Kevin Hughes, al que le habían diagnosticado una grave enfermedad. En mayo de 2005 Miliband ganó el escaño con el 55,5% de los votos mientras que su partido anotaba la tercera victoria consecutiva de la era Blair, aunque con sensibles retrocesos. En la Cámara baja del Parlamento de Westminster el debutante tomó asiento entre los backbenchers, el grupo de diputados de base, situados detrás del frontbench de la bancada laborista. Allí coincidió con su hermano, diputado por South Shields desde 2001, amén de ministro del Gobierno desde 2002 y justamente ahora, en mayo de 2005, miembro pleno del Gabinete como ministro de Estado para las Comunidades y el Gobierno Local.

La remodelación del Gabinete realizada por Blair en mayo de 2006 supuso el estreno de Ed en la nómina de miembros del Ejecutivo como secretario parlamentario del Cabinet Office y en el cometido concreto de ministro del Sector Terciario, una especie de secretaría de Estado con responsabilidad sobre las organizaciones caritativas y el voluntariado social. A su vez, David asumió el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales.La hora del salto del menor de los Miliband a un asiento de miembro pleno del Gabinete sonó el 27 de junio de 2007, el día en que Brown, recién elegido líder del partido, se convirtió en primer ministro de acuerdo con el pacto sucesorio adoptado con Blair, poniendo fin a varios años de especulaciones, en septiembre de 2006. En la jornada siguiente, el treintañero juró como miembro del Consejo Privado de la Reina y recibió el nombramiento de ministro del Cabinet Office y canciller del Ducado de Lancaster. Toda vez que David, ascendido por Brown a secretario del Foreign Office -esto es, ministro de Exteriores-, ya era miembro del núcleo del Gobierno, el Reino Unido se encontró con los primeros hermanos sirviendo en el mismo Gabinete desde el registro de los conservadores Edward y Oliver Stanley en 1938.

El siguiente jalón ascendente en la carrera política de Ed Miliband no se hizo esperar, pues el 3 de octubre de 2008 Brown lo escogió para la posición de secretario de Estado al mando del nuevo Departamento de Energía y Cambio Climático. En el año y medio que siguió, Miliband, quien encabezó la delegación británica en la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático celebrada en Copenhague en diciembre de 2009, adquirió visibilidad doméstica e internacional como el responsable de anunciar las nuevas metas del Gobierno, muy exigentes, de reducción por el Reino Unido de sus emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 80% para el año 2050. Entre otros cambios drásticos, este compromiso en la lucha contra el calentamiento global requería que las centrales térmicas del país fueran capaces de reabsorber y neutralizar todas sus emisiones de anhídrido carbónico en el plazo de 16 años.


2. Competición entre hermanos por la jefatura del Partido Laborista con victoria para Ed

El recorrido de Miliband en la política gubernamental tocó a su fin el 12 de mayo de 2010, seis días después de unas elecciones generales aciagas para su colectividad, con la asunción del Gobierno de coalición forjado por el Partido Conservador de David Cameron y los Liberales Demócratas de Nick Clegg. Profundamente desgastado desde el declive del blairismo y seriamente cuestionado en la última legislatura a causa de la gestión por Brown del impacto, muy severo, en las islas de la Gran Recesión, el Partido Laborista vio esfumarse 91 escaños en los que fueron sus peores resultados en unas generales desde el histórico desastre encajado por Michael Foot, a la sazón colega de Ralph Miliband del ala más a la izquierda del partido, frente a Margaret Thatcher en 1983. Miliband, quien había sido el redactor principal del manifiesto electoral del partido, conservó su escaño por Doncaster North de manera holgada en relación con sus adversarios conservador, Sophie Brodie, y liberaldemócrata, Ed Sanderson, si bien retrocedió casi nueve puntos, siendo reelegido con el 47,3% de los sufragios.

Brown dimitió como líder del partido el 11 de mayo, al tiempo que partía del 10 de Downing Street para dejar paso a Cameron, y los laboristas fueron convocados a una elección interna que tendría lugar a finales del verano. El liderazgo orgánico recayó en funciones y de manera interina en la vicelíder, Harriet Harman. En el laborismo británico se abrió entonces un escenario completamente insólito en la historia del Reino Unido y en el conjunto de las democracias occidentales: con dos días de diferencia, primero el mayor y luego el menor (en el caso del segundo con el respaldo de 63 comunes, la cuarta parte del grupo parlamentario), los hermanos Miliband anunciaron sus candidaturas rivales al liderazgo del partido. Fue el comienzo de una competición en la que los Miliband, ambos diputados, ex miembros del Gabinete y actualmente miembros de Shadow Cabinet como titulares de los mismos departamentos que habían encabezado en el Ejecutivo anterior, sostuvieron un duelo fraterno del que desterraron cualquier sospecha de acritud personal y donde se limitaron a confrontar sus respectivas plataformas con el tradicional fair play.

Aunque ninguno de los dos, para no emborronar sus perfiles individuales, quiso convertir esta elección en una suerte de epílogo de la clásica confrontación entre blairistas y brownistas, la cual daban por superada al estar ligada a unas personalidades que ya no eran dirigentes del partido, resultó evidente que coleaba mucho de aquella pugna, que en parte había discurrido en torno a las ideas. Así, Ed se presentó a las bases laboristas como un líder dinámico de nuevo cuño que, si bien no sentía nostalgia del viejo laborismo de fuerte raigambre socialista y sindical, estaba dispuesto a pasar página al polémico New Labour y su corrimiento al centro social liberal, lo que requería recuperar parte del discurso de izquierdas de sabor socialdemócrata. "Hemos perdido el contacto con los valores que nos hicieron una fuerza progresista en política (...) necesitamos reconectar con la gente de este país", manifestó en el discurso de presentación de su candidatura en la conferencia de la Sociedad Fabiana el 15 de mayo.

En cambio, David, al que ya habían tentando con arrojarle el guante a Brown cuando la sucesión de Blair en 2007, seguía fiel a los postulados moderados encuadrados en la denominada Third Way, aunque confiaba en recabar apoyos en las filas izquierdistas. En la carrera por los endorsements, Ed ganó las adhesiones de Neil Kinnock, líder del partido en 1983-1992, Margaret Beckett, secretaria de Exteriores en 2006-2007, y su viejo Tony Benn, su viejo tutor de prácticas en Westminster, entre otros nombres ilustres del laborismo. Brown y Blair se mantuvieron neutrales y no anunciaron sus preferencias, si bien pesos pesados del New Labour como Peter Mandelson fueron muy explícitos sobre su deseo de que ganara David. Los hermanos no libraron la campaña por el liderazgo solos, pues también inscribieron sus candidaturas los diputados Ed Balls, secretario de Estado en la sombra para la Educación, Andy Burnham, responsable del área de Sanidad, y Dianne Abbott, miembro del backbench.

David, percibido por los representantes parlamentarios y los militantes del partido como un político con más tablas, intelectuales, organizativas y comunicativas, además de ser más conocido por el público, comenzó encabezando los sondeos de preferencia. Pero Ed, con su defensa de un "salario digno para vivir" (o renta básica) en lugar de un "salario mínimo" y del tipo de retención fiscal del 50% para los ricos, consiguió meterse en el bolsillo a buena parte del ala izquierda del partido y a los sindicatos, y empezó a recortar distancias. La prensa sensacionalista conservadora le colgó el apodo de Red Ed. En la recta final de la campaña electoral fue inevitable que afloraran tensiones dialécticas en los mensajes de los hermanos. Al final, Ed, de manera muy ajustada, ganó la partida. De acuerdo con el procedimiento electoral, fueron celebrándose rondas de voto en las que, a falta de mayorías absolutas, los aspirantes con menos preferencias eran eliminados. En la cuarta y última votación, celebrada el 22 de septiembre, ya solo quedaron para medirse los hermanos.

Tres días después, el 25 de septiembre de 2010, se dieron a conocer los resultados en la Conferencia del partido en Manchester: David se impuso en los bloques de electores formados por los diputados de Westminster y el Parlamento Europeo, y por los militantes del partido, pero Ed ganó en el bloque de electores afiliados, entre ellos los de las organizaciones sindicales, que era el mas numeroso y por tanto el decisivo. En el cómputo global, Ed venció por la mínima, con el 50,6% de los votos, una diferencia de 1,3 puntos sobre David.

Tras ser proclamado líder del Partido Laborista, Miliband rindió homenaje a su hermano por "su generosidad en la derrota" (acto seguido, David anunció su abandono del primer plano de la política y el 8 de octubre causó baja en el Shadow Cabinet alineado por Ed, si bien continuó en su escaño en los Comunes) y proclamó: "Una nueva generación lidera ahora el laborismo (...) Esta nueva generación es diferente. Diferentes actitudes, diferentes ideas, diferentes maneras de hacer política (...) Vamos a recobrar la confianza del país (...) Comenzamos siendo incansables y radicales. Recordad el espíritu de 1997. Pero al final de nuestro período en el poder perdimos el rumbo (...) Esta generación está sedienta de cambios (...) Necesitamos un plan para el cambio (...) Tenemos que impugnar el viejo pensamiento (...) Somos los optimistas y juntos cambiaremos Gran Bretaña", fueron algunos de los diagnósticos y consignas del nuevo líder.

En síntesis, en su alocución a los conferenciantes de Manchester, Miliband daba carpetazo a los años del New Labour, el cual tenía en su haber numerosos aciertos y un gran sentido de la oportunidad histórica para adaptarse a las mudanzas del mundo globalizado y dar la bienvenida a la sociedad de las oportunidades, pero también fallos o insuficiencias, como el de haber "construido prosperidad" para luego quedarse corto en su "redistribución". Ahora bien, Miliband, en otros pronunciamientos, desmintió que quisiera pilotar "un giro hacia la izquierda" o que fuera a dejar manejarse por los sindicatos, a los que pidió "responsabilidad" a la hora de recurrir a las huelgas obreras para oponerse a las políticas de austeridad del Gobierno conservador. Sin embargo, el deseo de Miliband de marcar distancias con la era blairista era muy patente. Por ejemplo, reiteró que la invasión anglo-estadounidense de Irak en 2003 había sido un "error" porque, en su opinión, la guerra no era entonces el "último recurso" para solucionar la crisis de las presuntas armas de destrucción masiva irakíes.


3. Líder de la oposición al Gobierno Cameron y rumbo a las elecciones generales de 2015

Miliband, a sus 40 años el más joven jefe de la oposición parlamentaria en la historia del Partido Laborista, tuvo dificultades para consolidarse como el rostro del "cambio verdadero" que el Reino Unido precisaba, e incluso para convencer a muchos escépticos de su propia agrupación de que su elección como líder había sido un acierto. Su primera línea de ataque al Gobierno de conservadores y liberales se centró en el programa de ajustes y ahorro para recortar el desmedido déficit público, que había alcanzado el 10% del PIB. Aunque él y su partido, aseguraba Miliband, estaban plenamente comprometidos con la supresión del déficit legado por el Gobierno Brown (un capítulo ciertamente embarazoso para la nueva dirigencia laborista, que en ocasiones se sentía obligada a hacer leves comentarios críticos sobre cómo se había gestionado la gran crisis de 2008-2009), ellos no podían suscribir en modo alguno la manera "increíblemente dogmática" con que el primer ministro conducía esta lucha y los "sacrificios" que la misma imponía al tejido social.

El 5 de mayo de 2011, en plena intervención militar contra el régimen de Gaddafi en Libia, campaña de bombardeos aéreos que los laboristas no dejaron de apoyar, y dos meses antes de las revelaciones más explosivas del caso de las escuchas telefónicas ilegales realizadas durante años por periódicos propiedad del magnate de la comunicación Rupert Murdoch, escándalo que salpicó negativamente a Cameron y que Miliband denunció de manera enérgica, tuvieron lugar elecciones a las asambleas de Escocia, Gales e Irlanda del Norte, y a numerosas subdivisiones territoriales de Inglaterra, con la salvedad destacada del Gran Londres. Los resultados fueron moderadamente favorables para los laboristas en las municipales inglesas, donde superaron a los conservadores en la mayoría de los consejos locales en juego a costa de los liberaldemócratas, y más claramente en las elecciones a la Asamblea de Gales, donde se quedaron a un escaño de la mayoría absoluta, de manera que el ministro principal Carwyn Jones pudo seguir gobernando con comodidad. Pero en Escocia, el SNP de Alex Salmond, en el poder en Edimburgo desde 2007, amplió considerablemente su ventaja, mínima hasta entonces, sobre los laboristas de Iain Gray, achicados en la oposición.

El sabor agridulce de este maratón electoral, aunque luego iba a quedar enjuagado por los excelentes resultados obtenidos en las elecciones municipales de 2012, vino a subrayar la paradoja de un partido que llevaba a su adversario conservador una ventaja de varios puntos en los sondeos de intención de voto pero cuyo líder, insistían las encuestas de valoración personal, convencía menos que Cameron e incluso, dependiendo de la pregunta concreta, que el viceprimer ministro Clegg. Lo más preocupante pera Miliband era que una parte considerable de los votantes laboristas no le veían madera de primer ministro.

El líder de los Liberales Demócratas, por cierto, fue humillado por el resultado negativo del referéndum, celebrado a la vez que las municipales y regionales, sobre el abandono del sistema electoral del escrutinio mayoritario uninominal, de siempre muy perjudicial para los de Clegg. Miliband venía dirigiendo duros reproches a Clegg, al que llegó a acusar de "traición" a su ideario social liberal y de "vender" los votos de su formación cuando aceptó compartir Gobierno con Cameron. Esta ojeriza, remarcada desde el momento en que Miliband puso como condición para un hipotético Gobierno de coalición de laboristas y liberaldemócratas en el futuro la marcha de Clegg como líder del partido, tuvo mucho que ver en la postura oficial de "neutralidad" adoptada por los laboristas en el referéndum de 2011 sobre el sistema electoral, por más que Miliband, a título personal, sí era partidario de que el sistema de Westminster se dotara de un modelo "más justo", concretamente el del voto alternativo o segunda vuelta instantánea.

Dicho sea de paso, el 27 de mayo de 2011 Miliband contrajo matrimonio civil con su pareja formal, Justine Thornton, una abogada de Manchester con la que ya había tenido dos hijos, Daniel, nacido en 2009, y Samuel, nacido en 2010.

El llamamiento elevado en julio de 2011 por Miliband a fragmentar el imperio de Murdoch, mediante una regulación más estricta de la propiedad de medios en el mercado británico, porque su responsabilidad en el escándalo del espionaje telefónico a ciudadanos mostraba con toda crudeza los "peligros" de una "concentración abusiva de poder", puso una antesala a la acerba trifulca que en 2013 enfrentó al líder laborista con el diario Daily Mail. En esta ocasión, Miliband salió en defensa de la honorabilidad de su fallecido padre, acusado por el tabloide conservador de "odiar a Gran Bretaña y sus instituciones", de haber querido "una revolución obrera" y de haber propagado "una de las doctrinas más venenosas del mundo" -en alusión al marxismo-, y reclamó "límites" a la prensa en sus ataques a las familias de los políticos.

A lo largo de 2012 y 2013, Miliband fue desgranando diversas propuestas laboristas de carácter económico y social, con la mirada puesta ya en las elecciones generales de 2015. Entre las mismas figuraban un "plan de cinco puntos para el crecimiento y el empleo", una mayor presión fiscal sobre las rentas más altas y los beneficios de los banqueros, la tasación de las transacciones financieras, bajadas de los tipos de IVA, un alivio de las tasas universitarias que debían pagar los estudiantes, medidas para impedir que los empresarios pagaran por debajo del salario mínimo e inversiones urgentes en el Sistema Nacional de Salud (NHS). El líder opositor puso en especial énfasis en la política de renta básica de la ciudadanía y en el concepto, sofisticado en su elaboración académica pero un tanto abstruso para el ciudadano de a pie, de la "predistribución" de los ingresos desde la economía de mercado y no desde el Estado, con el fin de atajar la "crisis creciente de los estándares de vida" de la población. También, expresó su apoyo al matrimonio de personas del mismo sexo, aprobado para Inglaterra y Gales en 2013 con los votos de casi todos los parlamentarios laboristas y liberaldemócratas, y de parte de los conservadores.

Sin embargo, Miliband discrepó radicalmente de Cameron en dos importantes posicionamientos suyos de política exterior: la propuesta, fruto de la fuerte presión del partido nacionalista UKIP de Nigel Farage y del ala euroescéptica del Partido Conservador, de someter a referéndum la pertenencia del Reino Unido a la UE hacia 2017, y la petición de soporte parlamentario ante un eventual ataque militar a Siria por el denunciado uso de armas químicas en la guerra civil en curso en el país árabe.

(Cobertura informativa hasta 1/1/2014)