Algirdas Butkevicius

En Lituania, los vientos electorales soplaron fuertemente a favor del centro-izquierda en las legislativas de octubre de 2012, con el resultado del retorno al poder, tras cuatro años en la oposición y de la mano de su líder desde 2009, del Partido Socialdemócrata Lituano (LSDP). Algirdas Butkevicius, antiguo ministro y ex candidato presidencial, ha estrenado el 13 de diciembre la jefatura de un Gobierno de coalición mayoritario y cuatripartito que incluye a los laboristas del polémico empresario prorruso Viktor Uspaskich, unos aliados naturales que sin embargo concitan la hostilidad de la presidenta de la República, Dalia Grybauskaitė. El nuevo primer ministro aboga por medidas (alza del salario mínimo, reforma tributaria progresiva) que palien el coste social del severo programa de austeridad aplicado por el anterior Gobierno conservador de Andrius Kubilius, el cual ha pagado por ello en las urnas, pero sin abandonar las metas de consolidación fiscal. Se trata de un compromiso revisado con la compresión del déficit público por debajo del 3% al que la actual coyuntura económica, de crecimiento no agónico, excepcional en la UE, podría dar un margen de maniobra. Además, Butkevicius prefiere que el ingreso de Lituania en la Eurozona se demore de 2014 a 2015, y contempla una política energética algo más equilibrada para no depender tan absolutamente de Rusia en la provisión de gas.

(Texto actualizado hasta diciembre 2012)

1. Trayectoria ascendente en la socialdemocracia lituana
2. Victoria electoral y primer ministro en 2012


1. Trayectoria ascendente en la socialdemocracia lituana

El duodécimo primer ministro de la Lituania independiente tiene una trayectoria de técnico de la construcción previa a su entrada en la política. Diplomado en 1984 por la Universidad Técnica Gediminas de Vilnius, en los años postreros de la República Socialista Soviética Lituana arrancó su andadura profesional como economista, supervisor, proyectista e inspector de obras asignadas por el Estado en el distrito sureño de Vilkaviskis, junto al óblast ruso de Kaliningrado.

Entre 1990 y 1991, coincidiendo con el proceso de emancipación nacional de la URSS, Butkevicius cursó un segundo diploma en Administración Técnica. Años después iba a sumar a su currículum académico una licenciatura en Gestión por la Universidad Tecnológica de Kaunas (1995) y un doctorado en Economía, amén de una serie de prácticas de capacitación laboral en Alemania, Dinamarca y Estados Unidos. Asimismo al comenzar la década de los noventa, el futuro gobernante dio sus primeros pasos en la política como concejal municipal y luego vicegobernador de Vilkaviskis, en las filas, desde 1992, del Partido Socialdemócrata Lituano (LSDP). El LSDP era una formación parlamentaria, aunque minoritaria, que no procedía de la reconversión de la rama democrática y soberanista del comunismo lituano, sino que representaba una línea de continuidad histórica con un viejo partido socialdemócrata de idéntico nombre fundado a finales del siglo XIX y proscrito por la dictadura de Antanas Smetona antes de la ocupación soviética y la Segunda Guerra Mundial.

En 1996, siendo responsable de marketing de una empresa privada y jefe del partido en Vilkaviskis, el futuro jefe de Gobierno ganó su primer mandato de diputado en el Seimas. Fueron los comicios que descabalgaron del Ejecutivo al principal partido de la izquierda lituana, el Democrático Laborista (LDDP), fundado por el ex líder comunista y ahora presidente de la República Algirdas Brazauskas, y auparon al mismo a una coalición conservadora encabezada por Gediminas Vagnorius, nuevo primer ministro. En 1999 Butkevicius ascendió a vicepresidente del LSDP coincidiendo con la sustitución en la presidencia orgánica de Aloyzas Sakalas por Vytenis Andriukaitis, y luego renovó su escaño parlamentario en las elecciones de octubre de 2000, que, a pesar de ser ganadas con mayoría simple por la coalición formada por el LDDP y el LSDP, alumbraron un Gabinete de centro-derecha presidido por el liberal Rolandas Paksas. Hasta 2002 Butkevicius volvió a desempeñar funciones de edil en la cámara municipal de Vilkaviskis.

En enero de 2001, culminando un proceso de convergencia iniciado tiempo atrás, el LSDP se fusionó con el LDDP para dar lugar a un único gran partido de izquierda que mantuvo la denominación LSDP. Brazauskas, tras completar su mandato en la jefatura del Estado y de vuelta a la política activa, fue elegido presidente de la nueva agrupación y Butkevicius, vicepresidente. Meses después, el prematuro colapso del Gobierno Paksas catapultó al Ejecutivo a los socialdemócratas en coalición con los social liberales de la Nueva Unión (NS), cuyo líder era el presidente del Seimas, Arturas Paulauskas. Contrariamente a lo esperado, Butkevicius no recibió una cartera ministerial en esta ocasión y por una temporada continuó desempeñando las funciones de discreto lugarteniente de Brazauskas en el partido y el Parlamento.

El debut gubernamental de Butkevicius llegó el primero de mayo de 2004, justo el día en que tuvo lugar el ingreso de Lituania en la Unión Europea, cuando Brazauskas le nombró ministro de Finanzas para sustituir a Dalia Grybauskaitė, quien marchaba a Bruselas para estrenar el puesto de comisaria europea de Educación y Cultura. Tras las elecciones de octubre de 2004, en las que fue reelegido por Vilkaviskis por segunda vez y las cuales dieron la victoria al Partido Laborista (DP) del polémico empresario de origen ruso Viktor Uspaskich, Butkevicius fue confirmado por Brazauskas en su segundo Gobierno, ahora de coalición con el DP, la NS y la Unión de Campesinos y el Nuevo Partido Demócrata (VNDPS).

En la primavera de 2005 Butkevicius entró en conflicto con el consejo político de la coalición, luego con el propio Brazauskas también, por el rechazo a su propuesta de elevar en cuatro puntos el impuesto a los beneficios empresariales y por la adopción contra su criterio de un nuevo impuesto de sociedades a fin de paliar la caída de los ingresos fiscales del Estado. El 12 de abril, viendo desoídas sus advertencias de que el llamado "impuesto de solidaridad" podría ser contrario a la legislación europea y de que los empresarios lituanos podrían impugnarlo ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo, el ministro anunció su dimisión irrevocable, efectiva el 14 de mayo. Llegado ese momento, Butkevicius cedió su puesto en el Gabinete a Zigmantas Balcytis.

Butkevicius estuvo de vuelta en el Ejecutivo al cabo de un año. Fue a raíz de la desintegración del Gabinete Brazauskas por la deserción de unionistas y laboristas, y del nombramiento por el presidente de la República, Valdas Adamkus, como nuevo primer ministro de Gediminas Kirkilas, el ministro de Defensa y vicepresidente del LSDP. El 4 de julio Kirkilas constituyó un Gobierno de coalición con la Unión de Campesinos Nacionalistas Lituanos (LVLS), la Unión Liberal de Centro (LCS) y el Partido de la Democracia Civil (PDP), y donde el antiguo titular de Finanzas recibió la cartera de Transportes y Comunicaciones.

El segundo ministerio del antiguo técnico de la construcción tocó a su fin el 9 de diciembre de 2008 con la toma de posesión del Gobierno de centro-derecha presidido por Andrius Kubilius, cabeza de la Unión de la Patria-Cristianodemócratas Lituanos (TS-LKD). El regreso de los conservadores al poder fue dictado por las votaciones generales del 12 y el 26 de octubre, que, en un contexto económico negativo por la llegada de la recesión, depararon al LSDP unos malos resultados en la elección de listas por el sistema proporcional, aunque le fue bastante mejor en la parte de la elección regida por el sistema uninominal mayoritario. Kirkilas, quien había sucedido a Brazauskas como líder partidario en 2007, presentó la dimisión y el 7 de marzo de 2009 un congreso de la formación eligió a Butkevicius al frente de la misma. Acto seguido, el diputado anunció su postulación al puesto de presidente de la República, del que se despedía Adamkus. La elección nacional tuvo lugar el 17 de mayo y el candidato socialdemócrata, con tan sólo el 11,8%, quedó en un lejanísimo segundo lugar tras la triunfadora, Dalia Grybauskaitė, quien competía con el aval de los cuatro partidos del Gobierno y que se llevó el cargo con el 69,1% de los votos.


2. Victoria electoral y primer ministro en 2012

La cuenta atrás para las elecciones legislativas del otoño de 2012, agotada por Kubilius en las fechas marcadas por la duración normal de la legislatura porque su coalición de cuatro partidos aguantó intacta hasta el final (toda una hazaña en dos décadas de democracia lituana), estuvo dominada por las vicisitudes económicas de la república báltica. Al brutal retroceso del PIB en los seis primeros meses de 2009 (un -13% en el cómputo intertrimestral y el -30% en el interanual), que dejó la recesión anual en un dramático -14,7%, le había seguido una recuperación que fue precaria al principio y más robusta después, de manera que el país cerró 2011 con un crecimiento del 5,9%, la tasa más potente de la UE aquel año. El ritmo de la producción aminoró al comenzar 2012, pero las previsiones para el conjunto del año indicaban que Lituania, a diferencia de otros socios comunitarios, esquivaría fácilmente la segunda ola de recesión.

Las preocupaciones que centraron el debate de la campaña para las elecciones del 14 y el 28 de octubre de 2012 se referían sobre todo al impacto social de la severa austeridad fiscal (con bajadas de las pensiones y los salarios en la función pública) aplicada por el Gobierno Kubilius para domeñar el déficit público, que en el año fatídico de 2009 había alcanzado el 9,4% del PIB y que en 2011 había podido ser rebajado hasta el 5,5%. Ahora bien, este era un valor que todavía rebasaba ampliamente el tope del 3% fijado por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE, aunque el incumplimiento lituano no era ninguna excepción en el conjunto de los 27 estados miembros, la mayoría de los cuales arrastraban el mismo problema. En cuanto al paro, seguía una tendencia decreciente y ahora mismo se situaba en el 12,4% de la población activa, tasa que sin embargo seguía superando a la media europea.

En su programa, el LSDP hizo hincapié en tres puntos clave: la elevación del salario mínimo, el aumento de la presión fiscal a las rentas más altas y el retraso de la entrada en la Eurozona a 2015, un año más tarde de lo contemplado por el Gobierno actual. Para Butkevicius, el horizonte de 2015 era un plazo razonable que daría a Lituania más margen para satisfacer los requisitos de convergencia. La propia presidenta de la República, Grybauskaitė, consideraba irreal la fecha de 2014 debido a la inflación, que andaba en el 3,2% anual.

Todas las encuestas vaticinaban una fuerte subida de las opciones orientadas al centro-izquierda, como así fue. Dibujando un equilibrio de fuerzas insólito desde de la independencia, los electores lituanos votaron en primer lugar al DP, que desde la absorción de la NS el año anterior había reforzado su elemento centrista y liberal, pero conjugándolo con el populismo social, su principal seña de identidad, y cuyo conductor, Uspaskich, hacía frente a un proceso penal como presunto evasor fiscal. Así, los laboristas reunieron el mayor número de papeletas computadas por el sistema proporcional, el 19,8%, aunque en escaños, con 29, fueron los terceros. Los socialdemócratas de Butkevicius, por primera vez en solitario desde 1992, se alzaron como la primera fuerza parlamentaria con 38 diputados, 15 de los cuales fueron elegidos con el 18,4% de los votos por el sistema proporcional. En cuanto a la TS-LKD de Kubilius, fue castigada y quedó tercera con el 15,1% de los sufragios, si bien acabó segunda en el reparto de escaños, con 33 actas.

Por otro lado, el 14 de octubre se celebró de manera simultánea un referéndum no vinculante con el que los lituanos se pronunciaron sobre la decisión del Gobierno de construir en Visaginas, al nordeste del país, una central nuclear que reemplazara a la planta de Ignalina, clausurada en 2009 dentro del paquete de condiciones para el ingreso en 2004 de Lituania en la UE, la cual consideraba peligrosa esta obsoleta instalación nuclear heredada de la época soviética, y reducir así la dependencia estratégica de los suministros de energía de Rusia. Con un nivel de participación válido del 52,6%, el no a la construcción de la central de Visaginas, que era la postura reclamada por el LSDP, se impuso rotundamente con el 64,7% de los votos.

Incluso antes de concluir el proceso electoral el 28 de octubre y de quedar definidas las respectivas cuotas en el Seimas, se esbozó un consenso básico entre el LSDP, el DP y el partido Orden y Justicia (TT, formación conservadora, con toques populistas y euroescépticos, que tenía como líder al ex primer ministro y ex presidente de la República Rolandas Paksas), cuarto en los comicios, para aliviar el programa de austeridad económica con una reforma tributaria progresiva y con la subida del salario mínimo de las 850 a las 1.000 litas (290 euros), pero sin tirar por la borda la disciplina fiscal, luego las metas de reducción de déficit acordadas con Bruselas seguirían vigentes.

Asimismo, Butkevicius, Uspaskich y Paksas coincidieron en la conveniencia de postergar la adopción del euro a 2015 y de encaminar los fondos comunitarios a proyectos generadores de empleo y a la diversificación de las compras de gas, importado de Rusia en su totalidad, política que se haría no a espaldas de la empresa suministradora, Gazprom, sino consultándolo con ella. Butkevicius aceptaba en principio el proyecto de construcción en Klaipeda, en la costa del Báltico, de una terminal de desembarco de gas natural licuado para competir con las importaciones rusas del hidrocarburo, recibidas mediante una red de gasoductos terrestres. En cuanto al proyecto de la central nuclear de Visaginas, tras el resultado del referéndum consultivo, podía darse por cancelado. Socialdemócratas y laboristas destacaban la importancia de mantener unas relaciones fluidas con Rusia, socio comercial de primer orden y un proveedor imprescindible para la pequeña Lituania.

Tras cerrarse las urnas el 28 de octubre, Butkevicius ya era el candidato oficioso de la coalición tripartita en ciernes, que sumaba una mayoría absoluta de 78 diputados. Sin embargo, la tarea de formar el próximo Gobierno encontró serios obstáculos debido a la hostilidad de la presidenta Grybauskaitė a los laboristas. Ya el 29 de octubre, dando altavoz a unas denuncias contra militantes del DP por la presunta compra de votos en algunas circunscripciones, las cuales estaban siendo investigadas por la Policía, la jefa del Estado afirmó que el partido de Uspaskich no podía formar parte del Ejecutivo debido a esas sospechas de graves violaciones electorales y porque varios de sus dirigentes, empezando por el mismo Uspaskich, tenían abiertas diversas causas penales.

Tras el veto implícito de Grybauskaitė, Butkevicius, que no deseaba abrir una confrontación con la popular presidenta, mencionó su disposición a cooperar con otros partidos además del DP y el TT, y reconoció que "aquellos políticos que hacen frente a alegaciones y sospechas no pueden estar en el Gobierno". Grybauskaitė insinuó a las claras su preferencia por un Gabinete de mayoría integrado por el LSDP y la TS-LKD, con Butkevicius de primer ministro. Sin embargo, Butkevicius se resistía a esta fórmula, una gran coalición de hecho, pues las diferencias ideológicas y programáticas entre socialdemócratas y democristianos eran considerables. Transcurridas tres semanas desde la segunda vuelta electoral, Grybauskaitė, no sin reiterar ciertas reservas, dio su brazo a torcer y comunicó a Butkevicius que tenía luz verde para presentar una lista ministerial con miembros del DP. La inclusión de un cuarto socio de coalición, la Acción Electoral de los Polacos en Lituania (LLRA), con ocho escaños, sirvió para ablandar la postura de la presidenta.

El 21 de noviembre Butkevicius fue designado candidato a primer ministro por Grybauskaitė y al día siguiente el Seimas aprobó la nominación por 90 votos contra 40, más cuatro abstenciones. El líder socialdemócrata disponía ahora de un plazo de 15 días para presentar a la jefa del Estado a los miembros propuestos del Gabinete y a continuación someter al Legislativo su programa de Gobierno.

El 7 de diciembre Grybauskaitė nombró primer ministro a Butkevicius y dio un visto bueno incompleto a su lista de 14 ministros al tachar de la misma a dos representantes laboristas, Loreta Grauzinienė y Virginija Baltraitienė, designados por Uspaskich para ocupar respectivamente los ministerios de Trabajo y Seguridad Social, y Educación y Ciencia. Días atrás, un tercer candidato del DP, Kestutis Dauksys, asignado a Cultura, también había sido rechazado por la presidenta, quien adujo los mismos motivos que ahora: falta de cualificación profesional y desconocimiento de idiomas internacionales por parte del candidato. El DP propuso como alternativas a Algimanta Pabedinskienė, Dainius Pavalkis y Sarunas Birutis, quienes ya merecieron la aprobación presidencial.

Subsanada esta última pega, el 13 de diciembre, el Seimas aprobó el programa del Gobierno Butkevicius con 83 votos a favor, 39 en contra y nueve abstenciones, tras lo cual el nuevo Ejecutivo pudo prestar juramento y asumir sus funciones el mismo día. De los 15 puestos del Gabinete, el LSDP se reservó, además del cargo de primer ministro, siete carteras, incluidas las de Exteriores, para Linas Linkevicius, Defensa, para Juozas Olekas, y Finanzas, para Rimantas Sadzius. Los laboristas se quedaron con cuatro, el TT con dos y el LLRA con una.

El nuevo primer ministro de Lituania está casado con Janina Butkevicienė y es padre de una chica.

(Cobertura informativa hasta 17/12/2012)