Pita Limjaroenrat

Las elecciones generales del 14 de mayo de 2023 en Tailandia han supuesto un vuelco que rompe más de dos décadas de dicotomía política en el país asiático por el triunfo de una tercera fuerza comprometida con las libertades constitucionales y la democracia civil. El protagonista de este cambio es Pita Limjaroenrat, líder carismático del Partido Avanzar, que con una mayoría simple de 151 escaños ha superado tanto a la formación del primer ministro y ex general golpista Prayuth Chan-ocha como al partido del movimiento thaksinista, gobernante durante nueve años desde 2001 y dos veces derrocado por los militares, en 2006 y 2014. Procedente del mundo empresarial y aupado al primer plano político en 2020, Pita se postula para suceder a Prayuth como primer ministro, aunque para ser investido por las dos cámaras de la Asamblea Nacional deberá recabar los más amplios apoyos; por de pronto, ya ha ofrecido un Gobierno de coalición al partido Pheu Thai, segundo en votos, de Paethongtarn Shinawatra, hija del ex primer ministro y magnate Thaksin Shinawatra y sobrina de la ex primera ministra Yingluck Shinawatra. Su plataforma progresista habla de "desmilitarizar, desmonopolizar y descentralizar" Tailandia, que bajo el autoritario Prayuth, autor del último golpe de Estado, ha permanecido sometida a una férula del Ejército barnizada de democracia parlamentaria, y de cambiar la legislación represiva sobre lesa majestad, que castiga con cárcel a quienes critiquen a la monarquía del rey Vajiralongkorn.

(Texto actualizado hasta 19 mayo 2023)

Con una imagen atractiva y juvenil (tiene 42 años aunque aparenta bastantes menos), Pita Limjaroenrat, apodado Tim, debutó en política en 2018 en las filas del Partido Futuro hacia Adelante (Phak Anakhot Mai, PAM), nueva agrupación opositora de centro-izquierda puesta en marcha en marzo de aquel año por el también ejecutivo de empresa privada Thanathorn Juangroongruangkit y por el profesor de Derecho Piyabutr Saengkanokkul. De la misma generación de Pita, Thanathorn y Piyabutr propugnaban reducir el desmedido poder adquirido por los militares sobre las instituciones políticas del Estado en detrimento del parlamentarismo, los partidos y la sociedad civil. Este escenario, que hacía de la tailandesa una democracia espuria, quedó consagrado en la Constitución que Prayuth y los otros generales de la junta instaurada en el golpe de 2014 impusieron al país en el polémico referéndum de 2016.

El PAM tuvo su estreno electoral en los comicios de marzo de 2019, donde, con el 17,3% de los votos, quedó tercero tras el Partido del Poder del Estado Popular (Phak Phalang Pracharat, PPRP), fundado por el establishment ultraconservador y puesto al servicio de la ambición de Prayuth de ser investido primer ministro con legitimidad constitucional y galas de civil, y el Partido Para los Thais (Phak Phuea Thai, PPT), tercera articulación orgánica del movimiento thaksinista, sucesor que era de los disueltos partidos del Poder del Pueblo (Phak Phalang Prachachon, PPP) y Los Thais que Aman a los Thais (Thai Rak Thai, TRT). Pita fue uno de los 81 diputados obtenidos por el PAM en la Cámara de Representantes, la cámara baja de la Asamblea Nacional.

El PAM no tardó en sufrir el acoso de las autoridades: su líder, Thanathorn, candidato conjunto del Frente Democrático y derrotado por Prayuth en la votación de investidura del primer ministro, quedó suspendido e inhabilitado, y más tarde sería también incriminado por el delito de lesa majestad, aunque antes de eso, el 21 de febrero de 2020, el Tribunal Constitucional declaró ilegal la agrupación que presidía por supuestamente haber recibido fondos al margen de la ley electoral.

La neutralización judicial de Thanathorn en febrero de 2020 dejó vacante el papel de estrella emergente de la oposición política tailandesa, pero justo entonces saltó al proscenio Pita, elegido el 14 de marzo al frente del Partido Avanzar (Phak Kao Klai, PKK). Avanzar era la nueva denominación tomada por un partido preexistente surgido en 2014, el Phung Luang, al principio llamado Ruam Pattana Chart Thai. Con Pita al timón, el PKK se configuró como el sucesor de facto del disuelto PAM, que le transfirió 55 diputados y cuyo ideario progresista, próximo a la socialdemocracia, asumió. El PKK hizo también suyo el color naranja del PAM, cromatismo que venía a representar una tercera vía entre el rojo, el color del thaksinismo, asociado al radicalismo populista con un fuerte componente de lucha de clases, y el amarillo, el color identificativo de las élites cerradamente promilitares y promonárquicas.

A diferencia del PPT de la familia Shinawatra, el sector de Pita ofrecía un enfoque menos liberal de la economía de mercado, para la que prescribía políticas redistributivas y la apertura de monopolios, si bien compartía su antimilitarismo militante. Y a diferencia del PPRP, el ganador —en votos, que no en escaños, conseguidos por el PPT en mayor número— de las elecciones de 2019, y del nuevo partido derechista montado por los partidarios de Prayuth en 2021, el de la Nación Tailandesa Unida (Ruam Thai Sang Chart, RTSC), el PKK se presentaba como el verdadero defensor de los principios de la monarquía constitucional, según él flagrantemente adulterados por un dictador castrense metido a gobernante democrático civil. En otras palabras, el PKK buscaba proyectarse como una alternativa democrática para superar la polarización antagónica, con su negro historial de violencias y fracturas constitucionales, entre el thaksinismo y el antithaksinismo.

El PKK de Pita ya gozaba de más influencia nacional que el viejo Partido Demócrata (PP), durante 18 años el máximo adversario civil de Thaksin y sus epígonos (y gobernante por última vez, con Abhisit Vejjajiva de primer ministro, en el trienio 2008-2011), antaño mayoritario pero ahora achicado en la Cámara de Representantes. Ahora bien, por el momento, el PPT, liderado por Sompong Amornwiwat y luego por Chonlanan Srikaew, era con sus 136 diputados el principal abanderado de la causa de la civilidad y la democracia en Tailandia.

Las maniobras de Prayuth, un dirigente muy susceptible a las críticas y con actitudes excéntricas, para silenciar la prensa disidente, censurar Internet y apuntalarse en el poder situaron en un mismo frente parlamentario al PKK y el PPT, que entre febrero de 2021 y julio de 2022 lanzaron sin éxito tres mociones de censura contra el primer ministro mientras este capeaba en las calles una masiva protesta ciudadana. Tampoco consiguió su propósito de descabalgar a Prayuth la denuncia opositora de que, empezando a contar desde el 22 de mayo de 2022, el ex general había excedido el límite constitucional de ocho años de su mandato ejecutivo. El 24 de agosto el Tribunal Constitucional suspendió cautelarmente a Prayuth en el cargo, pero el 30 de septiembre la corte falló a favor del primer ministro, que retomó sus funciones.


ASPIRACIÓN DE LA JEFATURA DEL GOBIERNO CON OBSTÁCULOSLas elecciones del 14 de mayo de 2023 han cambiado drásticamente la situación de fuerzas: ahora, los de Pita, con el 38% de los sufragios y 70 escaños más que en la anterior legislatura, pasan a liderar la Cámara de Representantes aunque sin avasallar, pues el thaksinismo, que de hecho ha salido reforzado, le sigue de cerca con solo 10 puestos menos. En cuanto a los dos partidos promilitares, el PPRP y el RTSC, suman 76 representantes.

La reclamación del puesto de primer ministro por Pita se presentaría plenamente factible si solo dependiera de la aritmética de la Cámara de Representantes, ya que su oferta de gobierno de coalición encuentra eco positivo en el PPT de Chonlanan Srikaew y Paethongtarn Shinawatra, la hija menor del hoy exiliado y prófugo de la justicia Thaksin Shinawatra, quien ha sido su cabeza electoral. También se muestran dispuestos a gobernar con el PKK tres formaciones más pequeñas, el Prachachart, popular entre los musulmanes de etnia malaya que viven en las provincias del extremo sur, el Thai Sang Thai y el Seri Ruam Thai o Partido Liberal; las cinco agrupaciones reúnen 308 representantes, es decir, más del 60% del hemiciclo. Fuera de este esquema se quedarían el Partido del Orgullo Thai (Bhumjaithai) de Anutin Charnvirakul, con 71 escaños, y el PP de Jurin Laksanawisit, con 25.

Ahora bien, la Constitución de 2017, seria cortapisa democrática legada por la junta de Prayuth, estipula que la investidura del primer ministro corresponde a las dos cámaras de la Asamblea Nacional reunidas en sesión conjunta. Y la cámara alta, el Senado, lo integran 250 miembros burlados al electorado y al Estado civil ya que son nombrados directamente por las Reales Fuerzas Armadas de Tailandia; el actual hemiciclo fue colocado a dedo por los militares en 2019 y tiene mandato hasta 2024. Para Pita, esto implica que debe asegurarse el apoyo de al menos 375 legisladores, la mitad de la Asamblea de 750 miembros, donde topa con un colectivo promilitar y potencialmente hostil de 326 asambleístas. La suma de los cinco partidos favorables al líder progresista se queda lejos de esos 375 votos, mientras que Prayuth, suponiendo que los 250 senadores le fueran sumisos, lo tendría en teoría menos complicado para perpetuarse en el poder. Sin embargo, Pita se muestra convencido de que algunos senadores, unos pocos en todo caso, van a votarle a él y no al primer ministro en ejercicio.

El programa electoral de Pita Limjaroenrat y el PKK tiene como pilar la tríada "desmilitarizar, desmonopolizar y descentralizar", las llamadas "3D" para la modernización y democratización de la segunda economía más grande del sudeste asiático, inseparables de un cambio en el Código Penal para impedir que el delito de lesa majestad (artículo 112) sea invocado abusiva o arbitrariamente por las autoridades judiciales para criminalizar y castigar con hasta 15 años de cárcel a personas que meramente exponen ideas políticas al amparo de la —teórica— libertad de expresión. El caso paradigmático es el de Thanathorn Juangroongruangkit, el líder opositor al que Pita tomó el relevo, incriminado por criticar el papel de una empresa controlada por el rey Vajiralongkorn, entronizado en 2016, en la estrategia de vacunación durante la crisis pandémica.

Más en particular, Pita, hábil en conectar con las ansias renovadoras de una juventud muy comprometida en el activismo de calle, propugna abolir el servicio militar obligatorio, reducir el hipertrofiado generalato, y economizar y transparentar el presupuesto de Defensa. Otra apuesta destacada es la legalización del matrimonio de personas del mismo sexo —en toda Asia únicamente regulado en Taiwán—, yendo así más allá del marco de las uniones civiles e implementando un paquete legislativo que ya ha sido impulsado en la Asamblea por el PKK desde la oposición pero que por el momento se halla bloqueado.

Un rasgo que medios tailandeses e internacionales han destacado del perfil del empresario y opositor es su selecta formación académica, en buena medida adquirida en paralelo a su ascenso en el mundo de los negocios. Pita estudió la primaria en el Christian College de Bangkok, uno de los centros educativos con más solera del país, con un alumnado formado por los hijos de las élites, y la secundaria en una escuela de Nueva Zelanda. Luego, cursó la especialidad de Finanzas y Banca en la Universidad Thammasat de la capital tailandesa, por la que se graduó con honores en 2002, al año de llegar Thaksin Shinawatra al Gobierno. En el penúltimo curso de la carrera realizó una práctica como investigador para la compañía de servicios financieros Merrill Lynch.

Sus excelentes calificaciones le hicieron merecedor de una beca para estudiar dos años de posgrado en la Universidad de Texas en Austin. De ahí pasó, becado también, a la John F. Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard. Paralelamente, empezó a trabajar para el Boston Consulting Group, que le dio una serie de destinos profesionales en sus oficinas del Sudeste Asiático. A continuación, entre 2004 y 2006, hasta que Thaksin fue derrocado por los militares en el golpe de Estado que precedió en ocho años el cuartelazo de Prayuth contra el Gobierno (2011-2014) de su hermana Yingluck, Pita desempeñó cometidos relacionados con el desarrollo económico en la Oficina del Primer Ministro en Bangkok.

Fue en 2006 también cuando el futuro líder opositor, mediada la veintena de edad, heredó de su padre fallecido las riendas de la compañía Agrifood, especializada en la producción de aceite de arroz. Según reportes de prensa, la firma estaba al borde de la quiebra, pero Pita consiguió liberarla de las deudas y que volviera a dar beneficios, hasta convertirla en una de las más boyantes de Asia en su ramo agroalimentario. Pita fue el CEO de Agrifood a lo largo de una década, antes de una breve dirección ejecutiva en la plantilla de la compañía de comercio electrónico Grab, y de salir elegido diputado.

En 2011 el entonces ejecutivo empresarial terminó por fin en Harvard su interrumpido máster en Políticas Públicas (MPP), al que sumó otro en Administración de Empresas (MBA) impartido por la Sloan School of Management del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Su currículum académico incluye además sendas participaciones en programas ejecutivos de la Universidad de Columbia (sobre desarrollo sostenible), la Universidad de Cornell (sobre innovación agrícola y alimentaria) y el International Institute for Management Development de Lausana (sobre gestión de empresas familiares).

Pita Limjaroenrat está divorciado de la actriz televisiva Chutima Teepanart, con la que tuvo una hija.

(Cobertura informativa hasta 19/5/2023)