Salam Fayyad
Primer ministro (2007-2013)
El nombramiento en junio de 2007 por el presidente Mahmoud Abbas de Salam Fayyad como el quinto jefe de Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina puso un colofón institucional a la verdadera guerra civil, de un semestre de duración, en la que Fatah, el partido presidencial, y Hamás, el movimiento islamista del destituido primer ministro Ismail Haniya, dirimieron a sangre y fuego sus supremacías políticas en Cisjordania y Gaza, respectivamente. Economista muy bien considerado en el exterior y respetado en casa, Salam Fayyad es un tecnócrata independiente, animador del partido Tercera Vía y ex ministro de Finanzas, que aspira a restaurar las ayudas económicas occidentales y las negociaciones políticas con Israel, aunque por el momento gobierna por decreto, sin contar con un Parlamento que controla Hamás y sin la jurisdicción de facto sobre Gaza.
(Nota de actualización: esta biografía fue publicada el 24/8/2007. El ejercicio de Salam Fayyad como primer ministro de Palestina —con jurisdicción real solo en Cisjordania, al prolongarse la ruptura con Hamás, gobernante en Gaza— concluyó el 6/6/2013, luego de presentar la dimisión (10/4/2013) al presidente Mahmoud Abbas. Su sucesor en la jefatura del Gobierno fue Rami Hamdallah). |
1. Un bagaje de experto economista
2. Entrada en el Gobierno palestino desde una posición política independiente
3. Primer ministro de la ANP a raíz de la guerra civil entre Fatah y Hamás
1. Un bagaje de experto economista
Nacido en las cercanías de la ciudad cisjordana de Tulkarem en 1952, cuando sobre el territorio ejercía la soberanía el Reino de Jordania como resultado de la primera guerra árabe-israelí, recibió una formación elitista en la Universidad Americana de Beirut (AUB), casa de estudios privada libanesa, donde se diplomó en Ingeniería, y posteriormente marchó a Estados Unidos para estudiar Contabilidad y Economía en la Universidad de Texas, de la que egresó con sendas licenciaturas. Siendo alumno en el campus de Austin tuvo de profesor al reputado econometrista William A. Barnett, cuyas famosas series de agregados económicos, publicados por el Journal of Econometrics en 1980, el prometedor investigador palestino elaboró en parte. Fayyad obtuvo la nacionalidad estadounidense y desarrolló su primera actividad profesional en la plantilla de la Reserva Federal en la ciudad de San Luis antes de comenzar a dar clases de Economía en Jordania, en la Universidad Yarmouk de Irbid.
En 1987, el año en que la población civil palestina de los territorios de Cisjordania y Gaza emprendió la primera Intifada contra el ocupante israelí, Fayyad se incorporó al funcionariado del Banco Mundial y en los ocho años siguientes ocupó un despacho en la sede central de la institución financiera en Washington. En 1995 el FMI le nombró su representante residente en los territorios controlados por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), el autogobierno autonómico puesto en marcha el año anterior a raíz de los acuerdos palestino-israelíes de Washington y El Cairo, al frente del cual estaba el líder histórico de la OLP, Yasser Arafat.
Afincado en Jerusalén oriental, Fayyad, un hombre casado y con tres hijos, puso sobre el tapete los crónicos apuros financieros de la ANP, que ligó al incumplimiento parcial de los compromisos adquiridos por los países donantes y a las retenciones de fondos practicadas por el Gobierno israelí como represalia por los ataques terroristas de los radicales palestinos. En 1997 desvinculó al FMI de una investigación impulsada por la propia ANP para esclarecer las acusaciones de corrupción hechas contra funcionarios del Gobierno autonómico y oficiales de la OLP, pero no por ello dejó de reclamar a los dirigentes palestinos más transparencia en el manejo de las finanzas y reformas administrativas. Fayyad desarrolló esta labor hasta 2001, cuando pasó a hacerse cargo de la división del Banco Árabe para Cisjordania.
2. Entrada en el Gobierno palestino desde una posición política independiente
Los numerosos encuentros sostenidos por Fayyad con los responsables de la ANP y con el propio Arafat le acreditaron como un hombre de confianza y un obvio simpatizante de la causa nacional por la que hasta ahora no había militado abiertamente, aunque en su juventud, como la gran mayoría de los notables de su generación, había estado vinculado a la OLP. En la actualidad, empero, no estaba adscrito a ninguna corriente o partido palestino, siendo su condición la de independiente. En mayo de 2002 Arafat, sometido al cerco del Ejército israelí, año y medio después de producirse el estallido de la llamada Intifada de Al Aqsa, de colapsar el proceso de paz iniciado en Oslo en 1993 y de quedar los territorios ocupados y autónomos a merced de una destructiva guerra palestino-israelí perpetuada al ritmo de los atentados terroristas y las incursiones militares, se doblegó a las presiones por parte de la comunidad internacional y anunció un paquete de reformas políticas y administrativas para democratizar la ANP, despolitizar el aparato de seguridad y corregir el desbarajuste financiero en medio del desastre bélico.
La mudanza supuso el nombramiento, el 9 de junio, de un nuevo Gabinete de ministros reducido en el que la sensible cartera de Finanzas, hasta ahora portada por Muhammad Zuhdi al-Nashashibi, quedaba en manos de Fayyad. El nombramiento del economista fue muy bien recibido por los miembros del grupo de mediación internacional conocido como el Cuarteto y en especial por Estados Unidos. De Fayyad, un profesional nada sospechoso de deshonestidad o de servidumbres clientelistas, se esperaba que pusiera en orden la gestión económica de la ANP, lastrada por la corrupción y el despilfarro, y asegurara la solvencia de la maltrecha tesorería palestina, absolutamente dependiente de las ayudas foráneas.
En febrero de 2003 el presidente palestino anunció la creación del cargo de primer ministro de la Autoridad Ejecutiva del Consejo, de nuevo tras meses de intensas presiones internacionales para que efectuara una profunda reforma institucional y desconcentrara el poder en su persona. Si bien en un principio sonó el nombre de Fayyad para ocupar un puesto cuyas atribuciones estaban por delimitar, y aunque a Estados Unidos le habría encantado la promoción de tan competente tecnócrata, parece que el interesado, consciente de su nulo peso político en un contexto de peleas por el poder y el liderazgo cada vez más borrascoso, rechazó esa posibilidad. Así, el cargo de primer ministro recayó en el número dos de la OLP y responsable de facto de la diplomacia de la ANP, Mahmoud Abbas, alias Abú Mazen, quien confirmó a Fayyad en el Ministerio en el nuevo Gabinete que fue investido por el Consejo Legislativo el 29 de abril.
Fayyad hizo su labor constructiva de reforma de las estructuras económicas de la ANP en el Gobierno de Abbas, dimitido prematuramente por diferencias insolubles con Arafat, y, desde el 5 de octubre de 2003, en los gobiernos dirigidos por Ahmad Qureia, alias Abú Alá, empezando por el gabinete superreducido y calificado "de emergencia" que duró hasta el 12 de noviembre de aquel año y cuya sustitución por un gabinete ordinario se vio urgida ante su anuncio de renuncia como protesta por la prolongación de las porfías políticas. Pero el ministro, visto desde algunos sectores del partido mayoritario Fatah como un titular "impuesto" por Estados Unidos e Israel, no se limitó a combatir el marasmo financiero de la ANP; Arafat le integró, confiriéndole misiones de alto nivel, en la interlocución exterior y en los contactos, erráticos y mayormente frustrantes, con el Gobierno israelí.
Así, el 17 de febrero de 2003 Fayyad sostuvo con el primer ministro Ariel Sharon en su residencia oficial en Jerusalén una entrevista secreta en la que se analizaron las posibilidades de alcanzar un alto el fuego y de restablecer el malparado proceso político. En mayo siguiente el ministro se cercioró en Bruselas por el comisario europeo de Relaciones Exteriores, Chris Patten, del mantenimiento de las ayudas económicas de la UE y fue recibido en la Casa Blanca por el presidente George W. Bush. A principios de junio formó parte de la delegación de la ANP, encabezada por el primer ministro Abbas, que participó en las dos cumbres multilaterales con Bush, varios líderes árabes y Sharon en Sharm El Sheij, Egipto, y Áqaba, Jordania. En noviembre se reunió confidencialmente con el ministro de Defensa judío, Shaul Mofaz, para estudiar la puesta en marcha del nuevo y demorado plan de paz diseñado por el Cuarteto, la denominada Hoja de Ruta.
Fayyad conservó su puesto en el nuevo Gabinete presidido por Qureia e instalado el 24 de febrero de 2005, mes y medio después de las elecciones directas a la Presidencia de la Autoridad Ejecutiva del Consejo —convocadas tras la muerte de Arafat en noviembre del año anterior— que dieron la victoria a Abbas. El 19 de noviembre de ese año el ministro presentó la dimisión a su superior institucional alegando dilaciones en la aprobación parlamentaria de partidas presupuestarias necesarias para el buen funcionamiento de las instituciones autonómicas. La renuncia le fue aceptada y Fayyad abandonó el Ejecutivo tras tres años y cinco meses de servicio.
Libre de responsabilidades gubernamentales, Fayyad se animó a debutar en la política representativa con soporte partidista y con la mirada puesta en las elecciones legislativas del 25 de enero de 2006. El 16 de diciembre de 2005, conjuntamente con la archiconocida Hanan Ashrawi, prestigiosa activista que había trabajado con la OLP y Arafat antes de denunciar la corrupción y las violaciones de los Derechos Humanos imperantes en la ANP, el también ex ministro Yasser Abed Rabbo —quien no por ello dejó de ser miembro del Comité Ejecutivo de la OLP— y otros políticos, intelectuales y abogados conocidos por sus posiciones moderadas o independientes, puso en marcha la Tercera Vía, grupo de corte centrista, aconfesional y liberal, que como su nombre indicaba aspiraba a abrir una alternativa entre el nacionalismo burocratizado y autoritario de Fatah, el cual arrastraba un descrédito popular sin precedentes, y el islamismo proterrorista e intensamente antiisraelí, pero al mismo tiempo con un fuerte mensaje social, del movimiento Hamás, claro favorito electoral.
Pese a la respetabilidad general de que gozaban sus fundadores, Tercera Vía no pasaba de ser una lista electoral de notables carente de base popular. Además, entró en competencia directa con la Iniciativa Nacional Palestina, partido lanzado en 2002 por Mustafá Barghouti y Haider Abdel Shafi que reclamaba para sí esa misma opción tercerista y renovadora. Tercera Vía fundó su modesta campaña electoral en la defensa de la estatalidad palestina por la vía negociada, la despolitización de los diversos cuerpos de seguridad de la ANP, la mejora de la calidad democrática de la autonomía y la elevación de los estándares socioeconómicos de los territorios palestinos, que sólo podían calificarse de catastróficos tras años de destrucciones sistemáticas y bloqueos practicados por las tropas israelíes, y de luchas esporádicas entre las propias facciones palestinas.
En consecuencia, Tercera Vía hubo de conformarse con el 2,4% de los votos y dos de los 132 escaños en juego, que fueron para Fayyad y Ashrawi como cabezas de lista computados y premiados por el sistema de listas de ámbito nacional y escrutinio proporcional. Por lo demás, los comicios fueron ganados con mayoría absoluta por Hamás, haciendo añicos el virtual monopolio político del que hasta ahora habían gozado Fatah y la OLP, y abriendo un escenario extraordinariamente turbador para la comunidad internacional amén de problemático para los propios palestinos, ya que Israel se apresuró a anunciar el cierre de todo canal de comunicación con el Gobierno palestino y la congelación de las transferencias de los fondos aduaneros y fiscales, mientras que Estados Unidos y la UE suspendieron sus ayudas directas a la ANP a menos que Hamás renunciara expresamente a la violencia y reconociera al Estado israelí.
3. Primer ministro de la ANP a raíz de la guerra civil entre Fatah y Hamás
Hamás reclamó su derecho a formar gobierno con su cabeza de lista, Ismail Haniya, considerado un islamista abierto al diálogo, de primer ministro. Haniya, consciente de las dificultades extremas que acarrearía gobernar sin el concurso de Fatah, instó a Abbas a forjar un ejecutivo de unidad nacional, pero el presidente autonómico y líder de la OLP hizo suyas las exigencias internacionales, forzando el Gobierno monocolor de Hamás. El 27 de enero, dos días después de las elecciones y horas después de presentar la dimisión en pleno Qureia y su Gabinete, saltó la noticia de que Hamás había ofrecido a Fayyad el puesto de primer ministro, pero que éste había respondido con tres condiciones, el desmantelamiento de la resistencia armada, la absorción de las milicias por las fuerzas de seguridad de la ANP y el reconocimiento de Israel, que el movimiento islamista se negó a aceptar. El mismo día, un portavoz de Hamás se apresuró a descalificar esa información como "carente de base".
Las peores perspectivas tras el "terremoto" político en Palestina no tardaron en plasmarse: el bloqueo económico de Occidente, el hostigamiento militar de Israel, que fue especialmente letal en la franja de Gaza (desocupada y descolonizada unilateralmente en el verano de 2005), y, peor aún, el estallido de una cruda violencia sectaria entre milicianos de Hamás y Fatah (partido que seguía controlando el grueso del aparato de seguridad autonómico y que empezó a ser armado por Estados Unidos), en una lisa y pura lucha por el poder, colocaron a la ANP y a su torturada población en una situación límite.
Tuvieron que transcurrir dos meses de intensos combates que se cobraron cerca de un centenar de muertos para que el 8 de febrero de 2007 Abbas y Haniya, cuyos llamamientos a la calma y anuncios de alto el fuego habían caído en saco roto hasta el momento, acordaran en La Meca, en una conferencia interpalestina auspiciada por la monarquía saudí, la formación de un gobierno de unidad presidido por el dirigente islamista. El 14 de marzo quedó sellada la composición del primer Gobierno de coalición de la ANP, que incluyó a Tercera Vía y que supuso el retorno de su líder al Ministerio de Finanzas. Tres días después, el Gabinete fue aprobado por el Consejo Legislativo y entró en funciones.
De inmediato, Fayyad, siguiendo las instrucciones de Abbas, se dirigió a los representantes diplomáticos de Estados Unidos y la UE para convencerles de que desbloquearan sus ayudas directas, a las que sólo en parte compensaba una ayuda de tipo humanitario incrementada y canalizada de manera que sobre ella no tuvieran control los ministerios de Hamás. El 17 de abril Fayyad solicitó en Washington el fin de este boicot a la secretaria de Estado Condoleezza Rice, quien le devolvió palabras de simpatía personal pero ningún compromiso sobre la reanudación de las transferencias.
Los acuerdos de La Meca resultaron ser un espejismo. Para mediados de mayo las milicias enemigas, actuando teóricamente por su cuenta y desobedeciendo las órdenes de sus mandos políticos, ya estaban enzarzadas de nuevo en sangrientas batallas callejeras en Gaza. A engordar la interminable lista de bajas, de hombres armados y de civiles, contribuyó el Ejército israelí con sus bombardeos aéreos y terrestres contra objetivos de Hamás calificados de terroristas, toda vez que los islamistas seguían lanzando cohetes contra la ciudad de Sderot, próxima a la franja.
La tercera ola de violencia interpalestina comenzó el 10 de junio y tomó el viso de una guerra civil en la que iba a decidirse nada menos que la posesión de Gaza. Las fuerzas de Hamás se lanzaron al asalto de los cuarteles de los organismos de seguridad de la ANP y las sedes de Fatah en todo el territorio, y a la conquista de las ciudades de Beit Lahiya, Jabaliya, Jan Younis y Rafah. El 14 de junio, con la ofensiva de los islamistas prácticamente coronada con victoria total y un balance provisional de 116 personas muertas sólo en estos cuatro días de lucha, Abbas decretó el estado de emergencia, la disolución del Gobierno de unidad, la destitución de Haniya y la creación de un "Gabinete de salvación" para cuya presidencia nombró, al día siguiente, a Fayyad. El 17 de junio, mientras Abbas ilegalizaba por decreto a todas las facciones armadas de Hamás y las fuerzas de Fatah, numéricamente superiores aquí, anulaban a los milicianos islamistas en el conjunto de Cisjordania, el economista y sus 11 ministros, todos independientes salvo el responsable del Interior, Abdel Razak al-Yehiya, de Fatah, prestaron juramento y tomaron posesión de sus puestos en Ramallah, la capital oficiosa de la ANP.
Sobre este gobierno de emergencia, en el que Fayyad se reservó las carteras de Asuntos Exteriores y Finanzas, gravitaban serias dudas de constitucionalidad, ya que su instalación había requerido la suspensión por Abbas de varios artículos de la Ley Básica con el fin de que pudiera funcionar sin la preceptiva investidura y sin el control legislativo de un Parlamento donde Hamás tenía la llave. Por de pronto, el movimiento islamista declaró ilegítimo al Gabinete de Fayyad y Haniya siguió considerándose el primer ministro legal de la ANP. En otras palabras, la autonomía palestina quedó partida en dos ejecutivos rivales: el de Haniya, que gobernaba en Gaza de hecho pero que la OLP consideraba en rebeldía, y el de Fayyad, que Gobernaba de hecho en Cisjordania y de arrogado derecho en toda la ANP, gozando de paso del reconocimiento internacional. En su discurso inaugural, Fayyad se comprometió a "poner término a la anomalía que han supuesto estos acontecimientos deshonrosos" y fijó como prioridades de su Gobierno recobrar la seguridad interior y atender las galopantes necesidades sociales.
(Cobertura informativa hasta 24/8/2007)