Lazarus Chakwera

Nacido en 1955, nueve años antes de obtener Malawi, entonces llamado Nyasalandia, la independencia del Reino Unido, sus padres, agricultores de subsistencia que laboraban sus pobres cultivos en las afueras de Lilongwe, le bautizaron con el nombre bíblico de Lazarus, convencidos de que así el niño esquivaría la trágica suerte de dos hermanos mayores, muertos por enfermedades en edad infantil. La biografía oficial y la mayoría de las reseñas periodísticas no informan de cómo pudo el futuro estadista, a partir de sus humildísimos orígenes, acceder a una formación superior universitaria. Sin embargo, un perfil publicado por el periodista Damian Zane para la BBC le presenta como el hijo de un "predicador y evangelista que fundó varias iglesias" y el antiguo alumno de una "prestigiosa escuela de secundaria". Según la BBC, la carrera de Chakwera como pastor eclesiástico, trampolín que sería para la política, ya estaría "trazada" desde su infancia.

La hoja publicada de vida del joven Chakwera se reanuda en 1977, cuando recibió de la Universidad de Malawi el título de Bachelor of Arts en Filosofía. Decantado por los estudios y el ministerio religiosos, en 1981 se sacó una diplomatura en Teología por la University of the North de Sovenga (actual Universidad de Limpopo), en Sudáfrica, y comenzó a dar clases de Estudios Bíblicos en calidad de asistente de docencia. En 1983 se estableció en Malawi como instructor en la Escuela de Teología del capítulo local de las Asambleas de Dios, denominación cristiana evangélica adscrita al movimiento pentecostal internacional. En 1991 profundizó su formación teológica con la licenciatura (Master's Degree) en la Universidad de Sudáfrica en Pretoria, título al que una década después iba a seguir el doctorado en Ministerio por la Trinity International University de Deerfield, Illinois, centro afiliado a la Evangelical Free Church of America (EFCA).

Su excelente preparación académica y su personalidad carismática, expuesta en una oratoria brillante que encandilaba a alumnos y fieles, empujaron el liderazgo religioso de Chakwera, elegido presidente de las Asambleas de Dios de Malawi (MAG) en 1989 y principal de la Escuela de Teología en 1996. En los años siguientes, Chakwera destacó como promotor, director o presidente de numerosas organizaciones religiosas y educativas, entre las que se citan la International Christian Assembly (ICA), la Evangelical Association of Malawi (EAM), el Eleventh Hour Institute (EHI), la Association for Pentecostal Theological Education in Africa (APTEA), el All Nations Theological Seminary y el Pan Africa Theological Seminary (PATHS). Dentro de las Asambleas de Dios, presidió la Africa Assemblies of God Alliance (AAGA) y en 2011 fue elegido secretario general de la World Assemblies of God Fellowship (WAGF), institución que agrupaba a un centenar largo de iglesias autónomas del movimiento en todo el mundo.

El pastor evangélico empezó a prestar servicios al Estado durante el ejercicio presidencial de Bingu wa Mutharika, elegido en 2004 como el tercer presidente de Malawi y miembro del partido oficialista Frente Democrático Unido (UDF), aunque pronto se separó del mismo para crear su propia agrupación, el Partido Democrático Progresista (DPP). En esta época, Chakwera estuvo al frente de la Petroleum Control Commission (PCC) y del Malawi National Council of Sports.

En abril de 2013 Chakwera sorprendió a los prosélitos de las Asambleas de Dios con el anuncio de su salto a la política activa como aspirante a presidente ejecutivo del Partido del Congreso de Malawi (MCP), formación conservadora que, de la mano de Hastings Kamuzu Banda, había detentado el poder autocrático desde la independencia en 1966 hasta las primeras elecciones democráticas en 1994; en aquella ocasión, el anciano presidente Banda, con 96 años, había sido derrotado por Bakili Muluzi, del UDF. Desde entonces, el MCP se hallaba en la oposición, prolongada por las derrotas electorales de sus líderes Gwanda Chakuamba en 1999, frente a Muluzi, y John Tembo en 2004 y 2009, las dos veces frente a Mutharika.

El 14 de mayo Chakwera, declarándose listo para "servir a Dios" y "extender su ministerio" en un nuevo contexto que sería "toda la nación", puso fin a 24 años de jefatura de las MAG y el 10 de agosto siguiente la Convención del MCP le proclamó nuevo presidente del partido en sucesión de Tembo, así como su candidato para las elecciones presidenciales de 2014. Las mismas debían clausurar el período presidencial alterado por el fallecimiento de Mutharika en abril de 2012, tras lo cual la vicepresidenta de la República, Joyce Banda, prestó juramento como jefa del Estado hasta la conclusión del mandato electoral.

En las votaciones del 24 de mayo de 2014, Chakwera se enfrentó a la presidenta interina Banda, jefa del Partido Popular (PP, una escisión del DPP), a Atupele Muluzi, hijo del ex presidente Bakili Muluzi, por el UDF, y al favorito para ganar, Peter Mutharika, ex ministro del Gobierno del DPP y sucesor de su hermano mayor Bingu en el liderazgo del partido.

De acuerdo con los datos de la Comisión Electoral de Malawi (MEC), Mutharika resultó vencedor con el 36,4% de los votos, seguido de cerca por Chakwera con el 27,8% y a más distancia por Banda con el 20,2%. Al no existir la segunda vuelta, Mutharika fue proclamado presidente con menos de la mitad de los sufragios. A diferencia de Banda, que denunció fraude en el escrutinio y demandó la convocatoria de nuevas elecciones en un plazo de 90 días, Chakwera encajó su derrota con deportividad y no impugnó los resultados. En las legislativas, el MCP vio duplicarse sus escaños y con 48 diputados le pisó los talones al DPP. El Dr. Laz, como era llamado por sus seguidores, pidió a los militantes del MCP que no salieran a protestar y que confiaran en un resultado victorioso en la siguiente oportunidad.

Esa ocasión era la elección presidencial del 21 de mayo de 2019, en la que Mutharika optaba a la reválida por otros cinco años. El animoso predicador y teólogo opositor imprimió a su segunda campaña un colorido populista con promesas como ganar la eterna lucha pendiente contra la pobreza y el subdesarrollo, crear un millón de puestos de trabajo, aumentar el salario mínimo legal y acabar con las divisiones tribales presentes aún en la vida nacional. La competición fue más reñida que en 2014 y lo ajustado de los resultados publicados por la MEC garantizó la trifulca poselectoral. Según las autoridades, Mutharika ganó la reelección con el 38,6% de los votos, mientras que Chakwera repitió segundo puesto con el 35,4%. La diferencia entre los dos era de 159.000 papeletas. Después venían Saulos Chilima por el Movimiento de Transformación Unida (UTM) y Atupele Muluzi por el UDF. Chilima acababa de romper su colaboración gubernamental con Mutharika, a cuyo lado había servido como vicepresidente de la República desde 2014. En los comicios a la Asamblea Nacional, el MCP aumentó su representación hasta los 55 diputados, mientras que el DPP subió a 62.

Esta vez, Chakwera no asumió su derrota oficial. Junto con el también enfadado Chilima, denunció ante la Corte Constitucional que el Gobierno del DPP y la presidenta de la MEC, Jane Ansha, eran cómplices de una operación de falsificación de los datos recogidos en las tablas de recuento de votos y las actas de escrutinio que cierto número de colegios electorales habían enviado a la junta electoral central. Según los denunciantes, muchas actas aparecían manipuladas con marcas de corrector líquido, favoreciendo supuestamente la candidatura de Mutharika y concediéndole el suficiente número de votos espurios como para superar a Chakwera, quien habría sido el verdadero ganador. En las calles, los militantes del MCP y el UTM iniciaron una campaña sostenida de manifestaciones y protestas. Las bautizadas como "elecciones del Tipp-Ex" hicieron aflorar el lado más beligerante del predicador pentecostal y sumieron a la habitualmente tranquila Malawi en un estado de tensión pocas veces visto.

Todo el país quedó a la espera del pronunciamiento de la Corte Constitucional, cuyos cinco magistrados encargados del caso estaban sometidos a fuertes presiones contrapuestas, llegando a circular la especie de que a los jueces ya les estaban intentado sobornar ciertos empresarios vinculados al Gobierno. Finalmente, el 3 de de febrero de 2020, el alto tribunal, en un alarde de independencia judicial nunca visto en situaciones de este tipo en el continente africano, falló en favor de la impugnación de los denunciantes, aunque no avaló todo su pliego de denuncias: efectivamente, las elecciones presidenciales de 2019 no podían considerarse válidas ante la detección de alteraciones sospechosas en cierto número de actas de escrutinio, entre otras irregularidades y malas prácticas. En consecuencia, los jueces ordenaban la celebración de nuevas elecciones en el plazo de 150 días; hasta entonces, Mutharika, quien ya el 27 de mayo había prestado juramento para el arranque de su segundo mandato, podía seguir ejerciendo la Presidencia. A la vez, Saulos Chilima recobró el puesto de vicepresidente de la República.

Inicialmente, el 24 de febrero de 2020, la Asamblea Nacional convocó la segunda elección presidencial para el 19 de mayo. Eso sería diez días después de concluir la cuarentena nacional de 21 días anunciada por el Gobierno el 14 de abril, vigente desde el 18 de abril, para contener la pandemia del COVID-19. En marzo, no obstante, la MEC retrasó la fecha hasta el 2 de julio, que era el día previo a la expiración del plazo de 150 días dado por la Corte Constitucional. El 21 de mayo, por último, la Asamblea decidió que las elecciones se celebraran el 23 de junio. Previamente, el 8 de mayo, el Tribunal Supremo de Malawi rechazó una apelación de Mutharika contra la sentencia de invalidación del Constitucional y de paso estableció un cambio en el sistema electoral: ahora, para ser elegido presidente, el candidato más votado debía superar el 50% más uno de los votos en la primera vuelta y si no acudir al balotaje.

Chakwera se presentaba de nuevo con todo el viento a su favor y para maximizar sus posibilidades de victoria estableció una alianza con Chilima, convertido en postulante a vicepresidente dentro de una candidatura conjunta del MCP y el UTM. De los otros cinco candidatos que concurrieron en 2019, solo Peter Kuwani, del Movimiento Mbakuwaku por el Desarrollo, optó por repetir. El resto, expresó su respaldo a la Alianza Tonse forjada por Chakwera y Chilima.

El resultado, previsible, de la histórica elección del 23 de junio 2020 fue la victoria del predicador metido a político con un contundente 59,3% de los votos. El perdedor, Mutharika, tachó los resultados de "inaceptables" y se quejó de que estas habían sido las "peores" elecciones en la historia del país. "Me siento como Lázaro, he regresado de entre los muertos", declaró con retórica neotestamentaria a los medios Chakwera, quien también habló de una "victoria de la democracia y la justicia", y expresó su deseo de "proporcionar un liderazgo que brinde prosperidad a todos, que enfrente decisivamente la corrupción y el saqueo de fondos públicos, un liderazgo que acate el imperio de la ley".

El 28 de junio un pletórico pero contenido Chakwera, sin faltar sus habituales alusiones a Dios, tomó posesión como sexto presidente de la República de Malawi. Durante la ceremonia en Lilongwe, el flamante mandatario se dirigió a los congregados con estas palabras: "¿De qué sirve liberarse de la opresión si eres esclavo del hambre? ¿O librarse del colonialismo si eres esclavo del tribalismo? ¿O librarse de la tiranía si eres esclavo de la pobreza? (...) Ha llegado el momento que de vayamos más allá de los sueños. Es hora de que nos despertemos del sopor y hagamos nuestros sueños realidad (...) Con vuestra ayuda, restauraremos la fe de una nueva generación en la posibilidad de tener un Gobierno que sirva, no un Gobierno que mande; un Gobierno que inspire y no uno que provoque furia; un Gobierno que escuche, no uno que grite; un Gobierno que luche por ti y no contra ti".

Lazarus Chakwera y su esposa Monica han tenido cuatro hijos.

(Cobertura informativa hasta 1/7/2020)