Laurent Gbagbo
Presidente de la República (2000-2011)
Originario del centro-oeste del país y perteneciente a la etnia bété, cursó los estudios primarios en su Gagnoa natal y los secundarios en el Liceo Clásico de Abidján, donde en 1965 obtuvo el título de bachiller en la rama de Filosofía. Tras asistir durante un tiempo a clases de Humanidades en la Universidad de Lyon, regresó a Côte d'Ivoire y en 1969 se licenció en Historia en la Universidad de Abidján.
Antes de acabar aquel año se desplazó de nuevo a Francia para seguir una maestría en su especialidad en la Universidad de París-Sorbona, y en 1970, luego de obtener el título, se estableció definitivamente en la capital marfileña como profesor de Geografía e Historia en el Liceo Clásico.
El 31 de marzo de 1971 fue arrestado por primera vez por su implicación en actividades políticas no contempladas en el marco del partido único vigente, el derechista Partido Democrático de Côte d'Ivoire (PDCI) de Félix Houphouët-Boigny, el presidente desde la independencia de Francia en 1960.
Gbagbo permaneció confinado durante casi dos años en instalaciones militares en Séguéla, Akouédo y Bouaké, en distintos puntos del país, hasta su liberación en enero de 1973. Olvidadas en apariencia sus tendencias opositoras, el Estado le confirió un puesto de funcionario en la dirección de Educación y desde 1974 desempeñó funciones de investigador en el Instituto de Historia, Arte y Arqueología Africanos (IHAAA) dependiente de la Universidad Abidján. En junio de 1979 viajó a la capital francesa para defender con éxito una tesis doctoral en Historia en la Universidad de París-VII y el año siguiente fue elegido director del IHAAA.
En 1982, mientras de puertas afuera desarrollaba una carrera de académico acomodado y afiliado al Sindicato Nacional de la Investigación y la Enseñanza Superior (SYNARES), Gbagbo formó en secreto con algunos condiscípulos una organización de oposición, el Frente Popular Marfileño (FPI), cuya línea socialista y decididamente democrática le situaba en oposición frontal con el régimen conservador, autoritario y paternalista de Houphouët-Boigny.
Las autoridades no tardaron en identificar y desarticular las células del FPI, muy popular en los ambientes obreros que el universitario Gbagbo conocía bien por sus vínculos sindicales. En un contexto de creciente agitación social, Gbagbo hubo que escapar aquel mismo año a Francia. Desde allí difundió una serie de opúsculos contra la autocracia del PDCI y en favor de una transición democrática en Côte d'Ivoire, y trabó importantes vínculos con el socialismo francés. Las autoridades galas le otorgaron el estatuto de refugiado político en 1985.
El 12 de septiembre de 1988 retornó a Côte d'Ivoire para asistir los días 19 y 20 de noviembre al congreso constituyente del FPI, que le eligió su secretario general. El desafío era altamente arriesgado, ya que la Constitución mantenía cerrada a cal y canto cualquier posibilidad de pluralismo político. No obstante, las autoridades optaron por no encrespar más el ambiente con una operación represiva a gran escala, y dejaron cierto cauce de desenvolvimiento a Gbagbo y sus asociados. Eso sí, el 22 de diciembre del mismo año el dirigente opositor fue convocado a palacio por el anciano presidente, quien, fiel a su estilo, le dio una reprimenda verbal por sus "actividades subversivas".
La advertencia cayó en saco roto, pues Gbagbo concentró sus esfuerzos en articular el FPI como una plataforma reivindicativa en alianza con otras organizaciones de oposición, políticas, sindicales y estudiantiles. La presión de la calle forzó a Houphouët-Boigny a anunciar el multipartidismo el 30 de abril de 1990 y al día siguiente, en la celebración del Primero de Mayo, Gbagbo encabezó una marcha triunfal del FPI en las calles de Abidján. Entonces, el FPI (que, como los demás partidos formados al calor de las protestas, fue registrado el 31 de mayo y que luego fue admitido en la Internacional Socialista) y Gbagbo aparecían como los únicos capaces de retar con verosimilitud el poder hegemónico del PDCI.
Las elecciones presidenciales del 28 de octubre de 1990 otorgaron una arrolladora victoria a Houphouët-Boigny frente a Gbagbo, con unos datos oficiales del 81,6% y el 18,3% de los votos, respectivamente. Gbagbo, ante los clamorosos episodios de fraude y las intimidaciones y detenciones masivas de militantes de su partido por el Ejército y la policía, calificó la consulta de "mascarada" y aseguró que el ganador, y por una diferencia holgada, había sido él.
Con todo, Gbagbo decidió no boicotear las elecciones legislativas del 26 de noviembre, en las que el antiguo partido único, ahora llamado Partido Democrático de Côte d'Ivoire-Agrupación Democrática Africana (PDCI-RDA), se hizo con 169 de los 175 escaños de la Asamblea Nacional y el FPI con sólo 9, siendo un solitario escaño para el Partido Marfileño de los Trabajadores (PIT) y los dos restantes para candidatos no adscritos.
Desde su escaño en la Asamblea por la circunscripción de Ouragahio, Gbagbo se mantuvo en guardia frente a la reafirmación autoritaria del régimen. El 18 de febrero de 1992, como consecuencia de una manifestación del FPI, en protesta por los desmanes policiales, que había degenerado en disturbios, fue arrestado y procesado conforme a la ley de orden público, en lo que fue acompañado por otros 90 opositores de diversas organizaciones.
En marzo siguiente recibió una sentencia de dos años de prisión por el delito de "acciones violentas", pero el 31 de julio Houphouët-Boigny, presionado por instancias internacionales, concedió a Gbagbo y a los demás condenados el perdón presidencial. El dirigente socialista declaró entonces que su juicio había sido sólo una artimaña para apartarle de la próxima contienda electoral.
En diciembre de 1992 Gbagbo retomó su pulso con el poder exigiendo la salida del primer ministro desde noviembre de 1990, Alassane Ouattara, y la convocatoria de elecciones verdaderamente democráticas. El fallecimiento de Houphouët-Boigny y su sustitución por el presidente del Parlamento, Henri Konan Bédié, el 7 de diciembre de 1993, no alteraron la situación.
En noviembre de 1994 propuso un Frente Republicano (FR) de cara a las elecciones del año siguiente, que efectivamente se constituyó el 5 de abril de 1995 con el FPI, el Reagrupamiento de Republicanos (RDR, centrista liberal) de Djéni Kobina y la Unión de Fuerzas Democráticas (UFD), que reunía a seis formaciones pequeñas.
Bédié, que temía el carisma de Gbagbo, pergeñó una fórmula de exclusión que, como a Kobina, le impidió registrarse. Cuando el FR decidió la candidatura unitaria del ex primer ministro Ouattara, el poder echó mano del nuevo código electoral que exigía el origen marfileño de los padres de un candidato, cosa que no sucedía con Ouattara, con lo que quedó a su vez descalificado.
Gbagbo y los demás dirigentes exhortaron al boicot activo y el día de las elecciones, el 22 de octubre, Bédié sólo tuvo que hacer frente a un candidato de menor entidad, Francis Wodie, del PIT. Los choques entre los militantes del FPI y las fuerzas de seguridad dejaron varios muertos.
Gbagbo apostó por la participación en las legislativas del 26 de noviembre de 1995, en las que el conjunto de la oposición aumentó su representación en seis escaños y el FPI en dos, aunque con 11 actas se situó en tercer lugar tras el RDR. Gbagbo, por su parte, quedó apartado del proceso al suspender el Gobierno la celebración del voto en su circunscripción, aduciendo "razones de seguridad". En 1996 confirmó su liderazgo en el partido con la adquisición del cargo de presidente del mismo.
A finales de 1998, pese a las mutuas suspicacias debido a las ofertas de un reparto del poder hechas por Bédié a sus respectivos partidos, Gbagbo y Ouattara decidieron reeditar el FR. La situación tomó un inesperado vericueto el 25 de diciembre de 1999 cuando los militares derrocaron a Bédié y se hicieron con el poder.
El nuevo hombre fuerte del país, el general Robert Guéi (antiguo jefe del Estado Mayor y verdadero pretoriano del régimen del PDCI, hasta su defenestración en 1995 por negarse a reprimir el boicot activo del FR), prometió una profunda reforma política y la celebración de elecciones plenamente democráticas y sin exclusiones. Gbagbo saludó la remoción de Bédié y mandó delegados del partido a las reuniones de la junta militar, el Comité Nacional de Salvación Pública.
Ahora bien, las declaraciones iniciales del general golpista favorables a Ouattara, que sugerían una alianza táctica para llevar al ex primer ministro a la Presidencia, fueron acogidas con desconfianza por Gbagbo. El FPI, a diferencia del RDR, no participó en el Gobierno de transición encabezado por el propio Guéi y luego por un civil independiente, Seydou Elimane Diarra.
Sin embargo, en los meses siguientes se fueron revelando las verdaderas intenciones de Guéi: la postulación de él mismo como presidente y su prolongación en el poder con unas elecciones hechas, presumiblemente, a medida. Ouattara, que había ganado una gran popularidad desde su regreso triunfal al país desde Francia, fue vetado el 6 de octubre por el Tribunal Supremo de la carrera presidencial por su presunto nacimiento en Burkina Faso, pero a cambio Gbagbo, que había sido nominado por su partido el 27 de agosto, sí recibió el visto bueno, junto con Guéi y Wodie.
El 22 de octubre de 2000 tuvieron lugar las elecciones y nada más cerrarse las urnas el FPI tuvo la certeza de un fraude masivo en favor de Guéi. El 24 Guéi disolvió la Comisión Nacional Electoral (CNE) que estaba revisando el escrutinio y se declaró vencedor con el 52,7% de los votos. A su oponente le adjudicó el 41%, a pesar de que hasta la interrupción del recuento se apuntaba a la situación inversa.
Gbagbo rechazó esta versión, se declaró a su vez presidente electo con el 59,3% de los sufragios -26 puntos más que Guéi-, y amenazó con una revuelta "como en Yugoslavia". En realidad, el estallido popular se produjo espontáneamente, tan pronto como Guéi hizo su anuncio. El 25, en un ambiente de preguerra civil por los choques entre manifestantes y soldados lealistas, Guéi huyó del país al producirse la defección de miembros de la Junta, que reconocieron la victoria de Gbagbo.
Al día siguiente, luego de que la CNE confirmara su victoria con el 59,3% de los votos, Gbagbo agradeció a sus enfervorizados partidarios por alzarse contra el "golpe de Estado electoral" y prestó juramento como cuarto presidente de la República desde 1960. En escasa horas, los choques con los militares de Guéi dieron paso a sangrientos enfrentamientos entre los partidarios de Gbagbo y Ouattara, que acusaban al FPI de traicionar la democracia por no haberse unido a su boicot en las elecciones.
Estas violencias, que con las previas sumaron un centenar largo de muertos, resultaban especialmente inquietantes por tener un trasfondo tan étnico-religioso como político. En realidad, eran la consecuencia de media década de particularismos tribales y etnocentrismo xenófobo atizados desde el poder.
Los observadores destacaron que, de hecho, el FPI tenía sus bases en las regiones cristianas y animistas del oeste y el sur y que recibía el voto de los bété, mientras que el RDR tenía arraigo en el norte musulmán, donde se concentran las tribus dyula y malinké. Gbagbo, además de prometer un futuro de prosperidad, con servicios mínimos en las áreas rurales, educación primaria gratuita y seguro sanitario para todos los marfileños, apeló a la reconciliación nacional y a alejar el fantasma del tribalismo.
Ouattara, que había tenido que refugiarse en la embajada alemana después de que soldados partidarios de Gbagbo disparan contra su vivienda, se reunió el 27 con su rival para remover tensiones y para reconocerle como presidente legítimo, retirando su demanda de nuevas elecciones. El RDR, sin embargo, decidió no sumarse al Gobierno de coalición -al menos no antes de las elecciones legislativas de diciembre- que fue constituido ese mismo con el PDCI-RDA (tres de los 23 ministerios) y el PIT (dos carteras), con Affi N'Guessan, un directo colaborador de Gbagbo, de primer ministro.
Gbagbo optó por una composición multiétnica para no privilegiar a las elites baoulés, que bajo Houphouët-Boigny y Bédié habían gozado de una clara preponderancia. Las primeras decisiones de su gobierno fueron investigar y castigar a los autores de las matanzas de jóvenes musulmanes vinculados con el RDR, y crear un comité de reconciliación nacional formado por 29 altos representantes de los diversos segmentos de la sociedad civil.
Gbagbo llegó al poder con el apoyo incondicional del Gobierno francés, dirigido por los socialistas de Lionel Jospin, que, a diferencia de Estados Unidos y algunos países africanos, no juzgó necesaria una nueva elección. Con una trayectoria personal similar a la del senegalés Abdoulaye Wade, llegado a la Presidencia en su país el 1 de agosto anterior tras muchos años en la oposición, Gbagbo asumía la responsabilidad de plasmar las esperanzas de una población cansada de años de autoritarismo y últimamente inquieta por las contingencias económicas. En el caso marfileño tomaban un mal cariz ante el derrumbe del precio del cacao, del que el país es el principal productor mundial, en los mercados internacionales.
Los analistas apuntaron la tesitura de unas negociaciones con el FMI para el reescalonamiento de la deuda exterior, ya que las ineludibles medidas de austeridad iban a contradecir el programa socialmente avanzado del FPI, que establece la distribución de la riqueza nacional, la participación del Estado en los sectores considerados estratégicos y el incremento de los precios con que el Estado compra a los campesinos sus cosechas.
Todas estas perspectivas se emborronaron con motivo de las elecciones legislativas del 10 de diciembre (el 14 de enero de 2001 se celebró una segunda vuelta para terminar de cubrir los escaños). Como en las presidenciales, la candidatura de Ouattara fue vetada por el Tribunal Supremo con el argumento de la nacionalidad dudosa, lo que llevó a su partido a boicotear la consulta, que registró una participación del 33%, y permitiendo que la coalición tripartita copara la nueva Asamblea Nacional de 225 escaños. El FPI obtuvo 96 parlamentarios y el PDCI-RDA 94.
El envenenamiento definitivo del clima político cobró cuerpo con las nuevas violencias interpartidistas en Abidján y la fragua de un movimiento secesionista en los bastiones del RDR en el norte musulmán. En añadidura, en enero de 2001 Gbagbo sorteó una confusa asonada de soldados supuestamente leales a Ouattara, y al mes siguiente denunció que Guéi, el cual en noviembre ya había retornado al país para expresarle en persona su acatamiento, estaba reclutando mercenarios en Liberia con propósitos dudosos.
Entre los escritos del presidente marfileño se citan Côte d'Ivoire: pour une alternative démocratique (1983), Côte d'Ivoire: Histoire d'un etour (1989), Agir pour les libertés (1991) y le temps de l'espoir (1995).
(Cobertura informativa hasta 20/3/2001)