Mijaíl Fradkov

El 1 de marzo de 2004, tras constituirse la Duma elegida en los comicios de diciembre de 2003 y con las elecciones presidenciales a dos semanas vista, Vladímir Putin nombró para sustituir a Mijaíl Kasyánov como primer ministro de la Federación Rusa a Mijaíl Fradkov, hasta entonces representante especial de Moscú en la Unión Europea. Servidor gubernamental con experiencia, sin orientaciones políticas definidas y con un perfil de tecnócrata leal al superior de turno, Fradkov asumió un puesto absolutamente subordinado al jefe del Kremlin en el sistema de gobierno ruso, marcadamente presidencialista, y con una agenda circunscrita a la gestión de la economía y a la aplicación de reformas fiscales, judiciales y administrativas. Entre tanto, Putin se reserva el control de las principales palancas del poder y ejecuta las políticas clave en los ámbitos doméstico e internacional.

(Nota de edición: esta biografía fue publicada originalmente en 3/2004. El ejercicio de Mijaíl Fradkov como primer ministro de la Federación Rusa concluyó el 14/9/2007. Su sucesor en la jefatura del Gobierno fue Víktor Zubkov. Posteriormente, y hasta 2016, Fradkov sirvió como director del Servicio de Inteligencia Exterior).

1. Funcionario de los gobiernos soviético y ruso
2. Primer ministro por nombramiento del presidente Putin


1. Funcionario de los gobiernos soviético y ruso

Con ancestros judíos por parte de padre, en 1972 se graduó en el Instituto de Máquina-Herramienta de Moscú (hoy, Universidad Tecnológica Estatal) con un título de ingeniero mecánico y al año siguiente se incorporó a la vida profesional como administrativo adjunto a la agregaduría de Economía en la Embajada de la URSS en India. En 1975 fue reclutado por Tyazpromexport, una empresa dedicada a la exportación de producción industrial pesada y tutelada por el Comité Estatal de Comercio Exterior de la URSS, en la que desempeñó diversas funciones hasta 1984. Ese año, después de obtener una formación adicional de la Academia de Comercio Exterior de la URSS, hizo el salto a la hipertrofiada burocracia del Estado soviético con el triple nombramiento de jefe adjunto de la Administración Central del Comité de Comercio Exterior, del Departamento de Suministros del mismo comité y de la Administración Central para Asuntos de Coordinación y Regulación en el Ministerio de Comercio Exterior.

En 1988 dejó el Comité Estatal de Comercio Exterior y en 1991, el año del fracaso del golpe de Estado contra Mijaíl Gorbachov, del contragolpe anticomunista de las fuerzas democráticas rusas lideradas por Borís Yeltsin y de la disolución final de la URSS, hizo lo propio en un ministerio que dejó de existir y pasó a formar parte de la administración de la Federación Rusa. Inicialmente, Fradkov ejerció de consejero en la misión permanente que Rusia abrió en las antiguas oficinas de la URSS en el edificio de la ONU en Ginebra y también de representante de su país ante la sede del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) en la capital helvética. En diciembre de 1992 regresó a Moscú para integrarse en el nuevo Gobierno de Víktor Chernomyrdin como viceministro de Relaciones Económicas Exteriores, rodeándose de antiguos burócratas y tecnócratas que, como él, habían hecho la carrera en los años postreros de la URSS y a los que ahora recurría Yeltsin para apaciguar a los diputados del Soviet Supremo, que exigían recortar cuotas de poder al grupo de jóvenes políticos y economistas liberales cuyo rostro señero era Yégor Gaidar.

En octubre de 1993 Fradkov ascendió a primer viceministro y el 16 de abril de 1997, después de ser objeto de una investigación de la Fiscalía General por una supuesta malversación de fondos públicos por valor de 4.900 millones de rublos), Yeltsin le nombró por decreto ministro, haciendo oficial el ejercicio del puesto que desde el 26 de marzo había sido en funciones como suplente del cesado Oleg Davydov, y teniendo aún como jefe en el Gobierno a Chernomyrdin. La gestión de Fradkov al frente del Ministerio de Relaciones Económicas Exteriores fue breve, ya que Yeltsin le abroncó por los malos resultados reflejados en la balanza comercial rusa y el 30 de abril de 1998, con la brusquedad de las constantes mudanzas que el presidente solía desatar en el Ejecutivo y en un contexto económico muy delicado por la crisis del rublo que le iba a costar el puesto en agosto al primer ministro Serguéi Kirienko, fue destituido al tiempo que el Ministerio quedó abolido.

Entonces, Fradkov se integró en el sector privado y se estrenó en la presidencia de la junta de directores de la compañía de seguros Ingosstraj. Sin embargo, algo más de un año después, el 25 de mayo de 1999, fue recuperado para el Gobierno por Yeltsin, que le encomendó el Ministerio de Comercio, reemplazando a Georgi Gabuniya y poniéndole a las órdenes del nuevo primer ministro Serguéi Stepashin. Cuando Vladímir Putin, el delfín definitivo de Yeltsin, fue catapultado a la jefatura del Gobierno el 9 de agosto, Fradkov fue retenido en reconocimiento a su gestión, que entre otros aspectos se caracterizó por la promoción de la capacidad exportadora de la industria de armamento y el empeño puesto en las complicadas negociaciones para el ingreso de Rusia en la Organización Mundial del Comercio (OMC, sucesora del GATT).

El 17 de mayo de 2000, diez días después de asumir Putin la titularidad de la Presidencia de la República y de entregar la jefatura del Gobierno a Mijaíl Kasyánov, Fradkov perdió su puesto al desaparecer el Ministerio de Comercio mediante su fusión con el Ministerio de Economía, que pasó a llamarse Ministerio de Desarrollo Económico y Comercio, bajo la dirección de German Gref. Putin le retuvo a su servicio y de paso le integró en el ámbito cimero de la toma de decisiones políticas nombrándole, el 31 de mayo, primer vicesecretario del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa (SBRF), asistiendo al entonces secretario del Consejo y hombre de confianza de Putin, Serguéi Ivanov, y responsabilizándose de la seguridad en la esfera de la economía.

El 28 de marzo de 2001 Putin despidió a Vyacheslav Soltaganov como director del Servicio Federal de la Policía Fiscal (FSNP) y colocó a Fradkov en su lugar con la misión de precisar el estatus legal de una oficina no civil encuadrada en las fuerzas de la seguridad del Estado, mejorar los niveles de cooperación con otras agencias gubernamentales y obtener mejores resultados en la persecución de los delitos económicos, principalmente el lavado de dinero y el masivo fraude tributario de las empresas. Como responsable del FSNP, Fradkov adquirió su primera relevancia pública con motivo de las aparatosas redadas que sus hombres, enmascarados como si se tratasen de agentes antiterroristas, realizaron en compañías que presuntamente delinquían. De nuevo, la entidad gubernamental que dirigía desapareció por decreto presidencial, el 11 de marzo de 2003, y entonces Putin invistió a Fradkov en una función diplomática, la representación especial de Rusia ante la Comisión Europea en Bruselas, ostentando rango de ministro federal.

En la capital belga, Fradkov trabajó en pro del desarrollo de las relaciones entre Rusia y la Unión Europea (UE), que se rigen por el Acuerdo de Asociación y Cooperación (AAC) vigente desde diciembre de 1997 y por la Estrategia Común adoptada en junio de 1999. El AAC, cuya implementación se retrasó en parte a causa de la primera guerra de Chechenia (1994-1996), brinda un marco institucional de relaciones, con dos cumbres anuales de los presidentes de Rusia, de la Comisión Europea y del Consejo de la UE en la persona del gobernante del Estado miembro que ostenta la presidencia semestral de turno, más el alto representante de la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE (PESC), y reuniones anuales del Consejo de Cooperación a nivel ministerial, en un abanico de materias muy amplio (economía, comercio, ciencia, energía, medio ambiente, transporte, asuntos de justicia e interior), junto con un diálogo político en cuestiones de democracia, Derechos Humanos y aspectos internacionales de común interés.


2. Primer ministro por nombramiento del presidente Putin

La constitución de la Duma salida de los comicios del 7 de diciembre de 2003, que otorgaron una confortable mayoría absoluta al partido creado por el Kremlin y puesto al servicio de su inquilino, Rusia Unida (ER), más su aliado, el bloque Patria-Unión Nacional Patriótica (Ródina-NPS), y la cercanía de las elecciones presidenciales del 14 de marzo, en las que Putin tenía asegurada una reelección por mayoría arrolladora pero contando en su contra la apatía del electorado, que amenazaba con producir una abstención superior al 50%, marcaron el terreno para la destitución en pleno del Gobierno Kasyánov el 24 de febrero de 2004 por decreto del presidente y el nombramiento del viceprimer ministro Víktor Jristenko como primer ministro en funciones.

Aunque Putin afirmó que estaba satisfecho con la labor desarrollada por Kasyánov en estos cuatro años, la caída de este aplicado tecnócrata y economista parecía cantada desde que en octubre de 2003 manifestó su preocupación por el embargo por el Estado del 44% de las acciones bursátiles de la compañía petrolera privada Yukos y por la detención e ingreso en prisión del propietario del gigante empresarial intervenido, el magnate Mijaíl Jodorkovski, considerado el hombre más rico del país, culminando un período de acoso desde el poder por la presunta comisión de delitos económicos, pero también debido a las declaradas simpatías del multimillonario por los grupos políticos de la oposición y sus insinuaciones de lanzarse él mismo al proscenio político.

Con su encarcelamiento, Jodorkovski seguía el camino de otros grandes prebostes de la industria, las finanzas y los medios de comunicación -Vladímir Gusinski y Borís Berezovski eran los casos más conocidos-, genéricamente conocidos como los oligarcas, aupados a lo más alto en los años del yeltsinismo y que luego habían osado enfrentarse a Putin, recibiendo como castigo la expropiación de sus activos, la prisión o el exilio. A diferencia de Kasyánov, Fradkov sí hizo su aportación a la defenestración de Jodorkovski al participar personalmente en las investigaciones criminales contra Yukos.

En las cábalas de los analistas sobre el posible sucesor de Kasyánov aparecieron los nombres de Dmitri Kózak, subjefe de la Administración Presidencial, y Serguéi Ivanov, ministro de Defensa. Pero el 1 de marzo Putin sorprendió a todo el mundo designando a Fradkov, quien cuatro días después obtuvo la preceptiva confirmación de la Duma sin rechistar y casi por aclamación, merced al peso del grupo de ER (306 miembros) en la Cámara: 352 diputados votaron a favor, 58 lo hicieron en contra y 24 se abstuvieron. Incluso algunos de los 50 legisladores comunistas dieron su aprobación a la investidura.

Los medios internacionales calificaron de "golpe de efecto" de Putin la elección de un servidor que ni figuraba en el círculo de colaboradores de San Petersburgo -articulado como una camarilla de confianza y a la que pertenecen muchos de los dignatarios del Kremlin-, ni procedía del antiguo KGB y las actuales instancias de la seguridad del Estado, ni mantenía, hasta lo que se sabía, nexos de ningún tipo con grupos empresariales privados o lealtades a clanes políticos particulares. Se conocían, eso sí, sus relaciones con Ivanov y la industria militar estatal. En su discurso de nominación, Putin alabó a Fradkov como un servidor público solvente y con "buena experiencia en la lucha contra la corrupción".

El 9 de marzo el presidente dispuso la continuidad en el nuevo Gobierno de los ministros de peso: Ivanov en Defensa, Rashid Nurgalíyev en Interior, Nikolai Patrúshev en la dirección del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Aléksei Kudrin en Finanzas y German Gref en Desarrollo Económico y Comercio. Igor Ivanov pasó a la Secretaría del SBRF y al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores le sustituyó el diplomático Serguéi Lavrov. 13 ministerios, dos comités estatales, una comisión federal, cuatro servicios federales y otras cuatro agencias federales fueron suprimidos por decreto presidencial al tiempo que se creaban cinco ministerios, cinco servicios federales y una agencia federal a partir de las antiguas entidades.

El nuevo gabinete quedaba conformado por 17 ministros, entre ellos un único viceprimer ministro, el diputado liberal de la Duma, miembro de ER, Aleksandr Zhúkov, en vez de los cinco titulares que había habido hasta ahora –Kudrin, Aléksei Gordéyev, Galina Karelova, Borís Alyoshin y Vladímir Yakovlev- y el primer viceprimer ministro –Jristenko-, todos los cuales fueron transferidos a otras oficinas de menor rango o mantuvieron su estatus ministerial. La remodelación gubernamental supuso de paso la remoción de los últimos responsables heredados de la época de Yeltsin, como era el caso del propio Kasyánov.

Políticos y comentaristas han lanzado valoraciones dispares sobre Fradkov. Para algunos, se trata de una figura cuyo perfil abiertamente tecnocrático, su nula, en apariencia, ambición política a pesar de su experiencia gubernamental, su "independencia" o "equidistancia" de los oligarcas y su carácter obediente al superior de turno le convierten en el cumplidor a rajatabla ideal de las órdenes del casi todopoderoso dirigente del país, Putin, quien se apresta a controlar con más celo aún las palancas del poder en su segundo mandato, que de acuerdo con la Constitución debe ser el último.

No han faltado las especulaciones sobre un primer ministro con fecha de caducidad a medio plazo, dedicado a gestionar la economía y diversos aspectos más bien administrativos del ámbito doméstico mientras Putin busca y prepara a la persona que ha de sucederle en 2008, y ejecuta con mano firme todas las cuestiones que entran en el amplísimo elenco de sus prerrogativas constitucionales y otras más arrogadas, desde la política exterior hasta el grave conflicto de seguridad en la república de Chechenia, pasando por los entresijos de la alta política parlamentaria y partidista. El dominio de ribetes omnímodos de Putin incluye el lanzamiento de periódicos embates en la guerra no declarada contra los oligarcas hostiles, cuya influencia financiera, mediática y política el Kremlin desea mantener a raya, incluso si para ello hay que falsear el régimen de libertades del Estado de derecho y lanzar decretos con una buena dosis de autoritarismo que alimenta los comentarios sobre la consolidación del neozarismo en Rusia.

Algunos medios rusos han destacado la ideología desdibujada de Fradkov, quien albergaría una visión "liberal-conservadora" de las reformas y la economía de mercado, y marcaría así un cierto contrapunto a los enfoques más liberales de responsables como Kudrin, Zhúkov y Gref. Con un tono más positivo, otros analistas han preferido destacar la experiencia internacional de Fradkov y su familiaridad con las interlocuciones de la UE y la OMC. Su llegada a la jefatura del Gobierno significaría una buena noticia para las relaciones entre Rusia y la UE, tensadas en los últimos tiempos por cuestiones como la situación en que ha quedado el enclave báltico de Kaliningrado tras la entrada en la UE el 1 de mayo de Polonia y Lituania y la progresiva implementación del espacio de Schengen -libre circulación de personas- en estos dos estados miembros; Bruselas impuso un régimen de tránsito con visado para los ciudadanos rusos de Kaliningrado que necesariamente han de pasar por territorio comunitario para viajar al resto de Rusia.

Fradkov, que según su biografía oficial se expresa fluidamente en inglés y en español, se ha trazado los objetivos de acometer sendas reformas en la administración federal, en el sistema tributario -obligando a cumplir a las petroleras con las obligaciones fiscales normales en cualquier país moderno y reduciendo el tipo unificado del impuesto social- y en la justicia. Sobre este particular, ha expresado la necesidad que tiene Rusia de una "rama judicial independiente de facto, no sólo de iure". También, pretende imponer una mayor austeridad en el gasto público, lo que parece que traerá pergeñado un drástico recorte en las prestaciones sociales, y, en, general, elevar los estándares de vida de la población y asegurar la estabilidad de la economía y la sostenibilidad de un crecimiento positivo que en 2003 ha registrado su quinto ejercicio anual consecutivo, marcando tasas que más que duplican las medias de la OCDE: en 2003 el PIB de Rusia se incrementó en un 7,2%.

Ahora que ni la inflación ni la deuda externa, podadas considerablemente en el último lustro, constituyen una preocupación para las autoridades rusas, Fradkov desea aprovechar una coyuntura francamente positiva que se beneficia del progreso general de las exportaciones, sobre todo en el sector de los hidrocarburos, con el consiguiente afianzamiento de la balanza comercial excedentaria, y el buen comportamiento del rublo en los mercados financieros, el cual permiten avizorar su convertibilidad a unos años vista. De hecho, Fradkov se verá involucrado en las perspectivas de plasmación de los ambiciosos compromisos enunciados -con acentos más bien utópicos- por Putin de duplicar el valor del PIB en 2010 y de incrementar los ingresos medios anuales del Estado en un 150% hasta 2008 al tiempo que se resuelven los todavía muy severos problemas de vivienda, sanidad y educación, y se elimina la pobreza que padecen 30 millones de ciudadanos.

(Cobertura informativa hasta 15/5/2004)