Jean-Marc Ayrault

El 15 de mayo de 2012, nada más estrenarse en el Elíseo, François Hollande nombró primer ministro de Francia a Jean-Marc Ayrault, un dirigente socialista de confianza y discreta personalidad con una rica trayectoria en la política representativa (alcalde de Nantes desde 1989, jefe del grupo del PS en la Asamblea Nacional desde 1997), aunque sin experiencia gubernamental. Ayrault formó un Gabinete paritario, con mismo número de ministerios para hombres y mujeres, y casi monocolor, con un puñado de carteras para los radicales de izquierdas y los verdes, y el 18 de junio lo reeditó tras la mayoría absoluta sacada por la nueva Mayoría Presidencial en las elecciones legislativas. La misión de este antiguo profesor de alemán es ejecutar la batería de compromisos asumidos por Hollande y el PS para enfrentar la parálisis económica, el déficit excesivo y un paro del 10%. El llamado giro a la izquierda incluye la creación de medio millón de contratos de trabajo "generacionales", la contramarcha en la reforma de las pensiones legada por Sarkozy y un fuerte aumento de la presión fiscal a las rentas más altas, los grandes patrimonios, las compañías que más facturan y los negocios financieros.

En septiembre, Ayrault ha presentado unos "presupuestos de combate" con un ajuste de 37.000 millones de euros, el mayor en décadas, que se reparte entre ingresos tributarios extra, recaudaciones a empresas y recortes en la mayoría de las partidas ministeriales. Aunque trata de esquivar la palabra "austeridad" y reclama un modelo anticrisis específicamente "francés", alejado de la monolítica ortodoxia liberal que la UE preceptúa a sus economías nacionales zozobradas, lo cierto es que en solo cuatro meses el primer ministro galo ha tenido que revisar dos veces a la baja las previsiones de crecimiento para 2013 (el de 2012 va a ser virtualmente nulo) y reconocer que no se podrá cumplir el objetivo de déficit cero para 2017. Sin embargo, ni siquiera la meta de déficit del 3% en 2013 es segura, avisan varios observadores.

La constatación por Ayrault de que la reactivación económica va a ser más ardua de lo previsto se añade a la paulatina claudicación del presidente Hollande en su intento de persuadir a Alemania de que se reforme el Pacto Fiscal de la Eurozona para conjugar las medidas antidéficit con otras en pro del crecimiento (el PS ya se resigna a ratificarlo tal como está), acepte la emisión de eurobonos (otra pretensión abandonada) y facilite los pasos hacia una unión bancaria amén de una mayor diligencia de los mecanismos financieros de la UE a la hora de socorrer a las deudas soberanas, como la española y la italiana, acosadas por los mercados.


(Texto actualizado hasta septiembre 2012)

1. Historial de mandatos electorales con el PS
2. La opción de Hollande para encabezar el Gobierno francés


1. Historial de mandatos electorales con el PS

Perteneciente a una familia de proletarios agrícolas de Maulévrier, en la región del Loira, cerca de Nantes, y con cuatro hermanos, en su primera juventud militó en el Movimiento Rural de la Juventud Cristiana (MRJC). Recibió la instrucción escolar en un centro de primaria católico de su población natal y la secundaria en el cercano Liceo Colbert de Cholet, subprefectura departamental a la que pertenece Maulévrier. En 1968 ingresó en la Universidad de Nantes para recibir estudios superiores de alemán. En 1971, luego de cursar un semestre en la Universidad de Wurzburgo, completó la titulación y al año siguiente recibió el certificado de aptitud para ejercer el profesorado en la enseñanza de segundo grado (CAPES). Tras un período de prueba en Rezé, en 1973 se colocó como profesor de alemán en el Colegio l'Angevinière de Saint-Herblain, al oeste de Nantes.

Su vínculo formal al Partido Socialista (PS), tras el paso por el MRJC, se remonta a 1971, el año del famoso congreso de Épinay que unificó a las diversas corrientes socialistas bajo el liderazgo de François Mitterrand. En esta época, Ayrault se adscribía a la facción izquierdista de Jean Poperen. En 1976, con 26 años, ganó su primer mandato de representación popular, uno de consejero cantonal en el Consejo General del departamento de Loira Atlántico, del que es capital Nantes. Un año más tarde salió elegido alcalde de Saint-Herblain, la comuna englobada en la periferia de Nantes donde seguía dando clases de alemán. Entonces, causó sensación la derrota que el novato infligió al titular aspirante a la reelección, Michel Chauty, un político neogaullista 26 años mayor y que ocupaba el puesto desde 1959. Su debut en la política municipal a los 27 años de edad convirtió a Ayrault en el alcalde más joven de Francia de las comunas de más de 30.000 habitantes.

En 1979 ingresó en el Comité de Dirección del PS y en 1981, como resultado del Congreso de Valence, celebrado al poco de la elección de Mitterrand como presidente de la República y de la instalación del Gobierno socialista de Pierre Mauroy, accedió al Buró Nacional. En 1982 cesó en el Consejo General de Loira Atlántico al escindirse el antiguo cantón de Saint-Herblain; una de sus partes se fusionó con la comuna de Indra dando lugar al cantón de Saint-Herblain-Ouest-Indre, y su representante en el Consejo General departamental pasó a ser la propia esposa de Ayrault, Brigitte Terrien, militante socialista con la que llevaba 11 años casado y que era la madre de sus dos hijas.

En las elecciones legislativas de marzo de 1986, mientras que el PS y sus aliados de la Mayoría Presidencial eran derrotados por la alianza de los neogaullista del RPR de Jacques Chirac y los centristas de la UDF de Valéry Giscard d'Estaing, Ayrault se las apañó para ganar una diputación por Loira Atlántico, mandato que iba a renovar puntualmente en los seis comicios realizados en los 26 años siguientes. El nuevo compromiso en la Asamblea Nacional requirió la conclusión de su trayectoria docente en Saint-Herblain. A finales de 1988, después de ganar la primera reelección en la Asamblea Nacional, Ayrault fue escogido por el PS para pelear por la alcaldía de Nantes, la séptima ciudad de Francia en población y primera del arco atlántico. La urbe había sido perdida en 1983 a manos de Michel Chauty, el rival conservador al que Ayrault había arrebatado el bastón de edil de Saint-Herblain en 1977 y que ahora prefirió declinar la reelección, tal vez para ahorrarse una segunda humillación. El RPR presentó en su lugar a Daniel Augereau, quien de todas maneras sucumbió ante el socialista en la primera vuelta disputada el 12 de marzo de 1989.

En sus cuatro mandatos, delimitados por las reelecciones consecutivas de 1995, 2001 y 2008, Ayrault confirió un considerable impulso al municipio, que experimentó una modernización urbanística, atrajo grandes eventos culturales y vio desarrollarse la red de transportes y comunicaciones con la llegada del Tren de Gran Velocidad (TGV) y la aprobación del proyecto de construcción del aeropuerto del Gran Oeste. Ahora bien, su gestión no estuvo libre de controversias y algún contratiempo tocó su ámbito más personal. Así, en 1997, tal como la prensa gala se encargó de recordar en 2012, el alcalde fue condenado por un tribunal a seis meses de prisión y a una multa de 30.000 francos como culpable de otorgar una contrata a dedo en favor de un empresario del ramo de la publicidad próximo al PS, Daniel Nedzela, a través de una oficina municipal de comunicación, la OMNIC. Sin embargo, el juez dejó en suspenso la sentencia, que no fue ejecutada. Por otro lado, en enero de 2001 Ayrault asumió la presidencia de Nantes Métropole, nueva entidad intercomunal consistente en Nantes y los municipios que conforman su conurbación.

El 12 de junio de 1997, recién obtenida su tercera reelección en la Asamblea Nacional, Ayrault sustituyó a Laurent Fabius, en adelante presidente de la misma, como jefe del grupo parlamentario del grupo socialista y sus aliados de la llamada Izquierda Plural, en la legislatura de la cohabitación entre Lionel Jospin y Chirac. Concluida la legislatura con el batacazo de Jospin en las elecciones presidenciales de abril de 2002 y la subsiguiente derrota del PS en las legislativas de junio, Ayrault siguió liderando la menguada bancada socialista, ahora en la oposición a la Mayoría Presidencial chiraquiana.

Hombre de temperamento sobrio y discreto, a gusto con su importante función parlamentaria y sin aparentes ambiciones de poder en el partido, Ayrault se mantuvo en un segundo plano a lo largo de la amarga travesía en el desierto del PS, una década en la que los socialistas, con François Hollande y, desde 2008, Martine Aubry de primeros secretarios, encajaron nuevas derrotas en las urnas y vivieron crudas trifulcas internas. En las primarias socialistas de 2006 el de Nantes apoyó a Ségolène Royal frente a Dominique Strauss-Khan y Fabius. Luego, en mayo de 2007, Royal sucumbió ante el candidato del partido oficialista UMP (sucesor del RPR), Nicolas Sarkozy, y en junio siguiente el PS volvió a perder en las legislativas, aunque recuperó votos. El 25 de junio Ayrault, reelegido a doble vuelta en la tercera circunscripción de Loira Atlántico con el 66,1% de los sufragios, mereció de nuevo la confianza de sus colegas de bancada al imponerse en la votación interna del liderazgo del grupo parlamentario a otros tres aspirantes al puesto, Philippe Martin, Jean Glavany y Arnaud Montebourg.


2. La opción de Hollande para encabezar el Gobierno francés

Desde hacía tiempo Ayrault mantenía unas estrechas relaciones con François Hollande, quien seguía bien presente en la actualidad política como diputado y presidente del Consejo General de Corrèze. Como era de esperar, Ayrault integró el grupo de escuderos de Hollande en la campaña de las primarias que debían proclamar al candidato presidencial para batirse con Sarkozy en 2012. La contienda interna se dirimió en octubre de 2011 en favor de Hollande, que se impuso a Aubry y Royal. Probablemente ya entonces, Ayrault era la elección de Hollande para el cargo de primer ministro en caso de ganar las presidenciales. El nombramiento del jefe del Gobierno al gusto personal era una prerrogativa del jefe del Estado que tradicionalmente se ejercía tan pronto como arrancaba un mandato presidencial, al margen del color predominante en ese momento en la Asamblea, aunque si este no era el propio las inmediatas elecciones legislativas, invariablemente, devolvían la ansiada Mayoría Presidencial; así había sucedido con Mauroy en 1981 y Michel Rocard en 1988 en la era Mitterrand, con Alain Juppé en 1995 y Jean-Pierre Raffarin en 2002 en la era Chirac, y últimamente con François Fillon en 2007 bajo Sarkozy.

El 6 de mayo de 2012, luego de ponerse en cabeza en la primera vuelta del 22 de abril, Hollande batió a Sarkozy con el 51,6% y el 15 de mayo tomó posesión del Elíseo con un mandato de cinco años. La prensa venía dando por sentado que uno de los dos, bien Aubry, la primera secretaria del partido identificada con las esencias izquierdistas, bien Ayrault, el moderado jefe del grupo parlamentario, sería el inquilino del Hôtel Matignon y el encargado de ejecutar los compromisos asumidos por Hollande para sacar al país del estancamiento económico en plena crisis vital de la Eurozona. Hollande deshizo la incógnita al instante, en la que era su primera decisión institucional, nombrando primer ministro a Ayrault. Los observadores se apresuraron a resaltar el perfil pragmático del designado y su condición de germanoparlante, lo que contendría un doble mensaje. Por un lado, se transmitía a los mercados y a los poderes europeos que el Ejecutivo socialista no adoptaría medidas izquierdistas radicales, más allá del sentido de ruptura que se quería dar al abandono de varias de las políticas de Sarkozy, sobre todo en los terrenos tributario y laboral, con una fuerte subida de impuestos a las rentas más altas y la adopción de un "contrato generacional" para la creación de medio millón de empleos para jóvenes.

En cuanto al dominio por Ayrault del idioma alemán, se trataría de un guiño a la poderosa canciller Angela Merkel, a la que su par galo quería persuadir de la necesidad de un cambio de rumbo en la estrategia de la UE para frenar las espirales del déficit y la deuda en varios de los estados miembros, lo que según Hollande pasaba de entrada por renegociar el Pacto Fiscal de la Eurozona –pendiente de ratificar por la Asamblea Nacional- para que incorporara un "pacto por el crecimiento"

Con la celeridad característica de estas mudanzas en Francia, aunque no sin frenéticas consultas y cálculos contrarreloj para cuadrar los diversos intereses en juego, Ayrault tuvo listo su Gabinete en cuestión de horas. En la jornada siguiente, 16 de mayo, prestaron juramento Ayrault y sus 34 ministros, 18 titulares con cartera y 16 ministros delegados. El PS recibía 29 puestos y los restantes cinco se los repartían dos pequeñas formaciones socias de la Mayoría Presidencial en ciernes, el Partido Radical de Izquierda (PRG) y Europa Ecología-Los Verdes (EELV), más un representante de la izquierda independiente. Podía hablarse de un Ejecutivo básicamente monocolor. En la cuota socialista destacaban las presencias en Exteriores del veterano Fabius, repescado elefante de la vieja guardia de tiempos de Mitterrand, en Economía y Finanzas del también experimentado Pierre Moscovici, en Interior de Manuel Valls, en Recuperación Industrial de Arnaud Montebourg, como el anterior, rostro emergente del socialismo francés, y en Defensa del bretón Jean-Yves Le Drian, con un dilatado recorrido en el partido.

Con todo, el Gabinete Ayrault era en gran medida un equipo de debutantes, pues 31 de los ministros carecían de experiencia gubernamental, rasgo que compartían Ayrault y el propio Hollande. Llamaba la atención también la ausencia, para su decepción, de Aubry, descartada por Hollande por considerar excesiva su reclamación del superministerio económico finalmente adjudicado a Moscovici. Otra peculiaridad señalada del flamante Gobierno era su naturaleza paritaria, por primera vez en la historia de la República Francesa, al tocar 17 puestos para hombres y 17 para mujeres, si bien los de estas estaban entre los de menor peso. La media de edad del Gabinete, no precisamente joven a pesar de contar con varios treintañeros, alcanzaba la cincuentena.

En su primer Consejo de Ministros, el 17 de mayo, Ayrault adoptó una bajada del 30% en los salarios de los miembros del Gobierno y una "carta deontológica" por la que él y los ministros asumían unos criterios de sobriedad en el cobro de dietas y los gastos corrientes, así como una estricta separación de actividades para evitar cualquier conflicto de intereses. Ayrault presentó con orgullo el documento, que buscaba marcar un punto de inflexión entre la etapa Sarkozy y la nueva era socialista. El gobernante aseguró también que llevaría realmente las riendas del Gabinete y que no se limitaría a funcionar como un mero delegado del presidente, como, a su juicio, lo había sido Fillon de Sarkozy. El 6 de junio el Gobierno aprobó la prometida contrarreforma de las pensiones, de manera que los trabajadores con la vida laboral más larga tendrían derecho a jubilarse a los 60 años y no a los 62 años, como estipulaba la ley aprobada en 2010.

El 10 y el 17 de junio tuvieron lugar las elecciones legislativas y, sin sorpresas, el PS y sus aliados del PRG, el EELV y la Izquierda Diversa (DVG) obtuvieron una mayoría absoluta de 331 diputados con el 49,9% de los votos en la segunda vuelta. Eran unos resultados aún mejores que los sacados por la Izquierda Plural de Jospin en 1997; en el desglose partidista, el PS recibió 255 escaños entonces y 280 ahora. La Mayoría Presidencial tenía por delante una segura legislatura de cinco años. El 18 de junio, conforme a la tradición republicana, Ayrault presentó su renuncia protocolaria a Hollande, quien automáticamente volvió a nombrarle primer ministro. El Gabinete Ayrault II no difería del anterior salvo en la ampliación del número de ministros, 20 con cartera y 18 delegados, más algún cambio menor en las titularidades. Hasta el 21 de junio no expiró oficialmente el mandato de Ayrault en la alcaldía de Nantes, que asumió su segundo de a bordo en el consistorio, Patrick Rimbert. En cuanto a la presidencia del grupo socialista en la Asamblea Nacional, esta fue transferida a Bruno Le Roux.

El 3 de julio Ayrault pronunció en la Asamblea Nacional su primer discurso de política general, que mereció el apoyo, a modo de votación de confianza, de 302 de los 544 diputados presentes. El primer ministro desgranó la "hoja de ruta" de su Gobierno para remontar la crisis económica y que estaba contenida en el programa electoral del PS. En primer lugar, confirmó los objetivos de reducir el déficit público, del 5,2% al finalizar el ejercicio de 2011, al 4,5% este año, al 3% en 2013 y al 0% en 2017, fecha en que las cuentas del Estado tendrían que estar equilibradas. Aunque tras un año de crecimiento cero resultaba obligado "por prudencia y sinceridad" rebajar las perspectivas de unas tasas positivas del PIB del 0,7-0,4% al 0,3% en 2012 y del 1,7% al 1,2% en 2013, y pese también a que el peso de la deuda pública, del 90% del PIB, era "enorme", Ayrault se mostraba optimista y abogaba por hacer los ajustes necesarios, pero "sin austeridad" y sí con “transparencia, justicia social y fiscal”.

La intención del Gobierno era que el grueso del ajuste descansara no en el recorte del gasto, pues no se pretendía reducir prestaciones sociales o el número de funcionarios, sino en el aumento de los ingresos fiscales merced a una enérgica campaña contra el fraude y, sobre todo, a la subida de los impuestos a las rentas más altas y a las grandes empresas. Este era uno de los capítulos estrella del programa electoral de los socialistas y su popularidad saltaba a la vista en el veredicto de las urnas.

El esquema tributario que el Gobierno se proponía aplicar incluía: la aplicación temporal de un impuesto extraordinario del 75% en las declaraciones de renta superiores al millón de euros anuales (entre 2.000 y 3.000 en toda Francia); la elevación del 41% al 45% del tipo máximo del impuesto sobre la renta para los ingresos de más de 150.000 euros al año; el restablecimiento del impuesto sobre el patrimonio, también enfocado en las grandes fortunas; una modulación más progresiva del impuesto de sociedades, con la fijación de los tramos del 35% para las grandes empresas, el 30% para las empresas medianas y el 15% para las empresas más pequeñas; la subida al 15% del impuesto a los beneficios financieros; mayores tasaciones también de las stock options, los dividendos empresariales y las transacciones financieras; la bajada desde los 159.000 hasta los 100.000 euros del mínimo imponible por el impuesto de sucesiones en las transmisiones y herencias; y la supresión de diversas desgravaciones y exenciones fiscales.

Por otro lado, Ayrault anunció la aprobación en 2013 del matrimonio homosexual y la adopción por las parejas del mismo sexo, tal como el PS había prometido en la campaña electoral. Dicho y hecho, el 4 de julio el Consejo de Ministros aprobó el paquete de subidas de impuestos "a los que más tienen" por valor de 7.200 millones de euros en 2012 y de 6.100 millones más en 2013. Sin embargo, para que le cuadraran las cuentas ese año, el Gobierno debía sacar como mínimo 23.000 millones suplementarios, cantidad que en parte, forzosamente, tendría que provenir de las podas en las partidas presupuestarias de los ministerios. Además, se dejó sin efecto la subida del IVA decidida por el Ejecutivo anterior y que tendría que haberse aplicado el 1 de octubre.

(Cobertura informativa hasta 1/9/2012)