Milan Kucan
Presidente de la República (1990-2002)
Hijo de un profesor de religión protestante (los eslovenos, históricamente vinculados al Imperio Austrohúngaro, son abrumadoramente católicos) muerto a manos de los nazis en 1943 por pertenecer a la resistencia, inició sus estudios escolares tras el final de la guerra y la proclamación por Tito del Estado socialista yugoslavo en 1945. En 1959 se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Ljubljana y obtuvo la graduación en 1963. Desde 1958 fue miembro de la Federación de los Comunistas de Eslovenia, que a partir de 1963, con la transformación del Partido Comunista Yugoslavo en una liga de partidos federados, pasó a denominarse Liga de los Comunistas Eslovenos (ZKS). En la Liga de la Juventud Socialista de Eslovenia (ZSMS) presidió la Comisión de Problemas Educativos del Comité Central (1963-1965) y el propio Comité Central (1968-1969).
En 1971 tomó parte en la elaboración de las enmiendas a la Constitución de la República Federativa Socialista de Yugoslavia y en los años siguientes fue adquiriendo crecientes responsabilidades en la ZKS, como miembro del Comité Central (1973-1978) y, a partir de mayo de 1986, tras desempeñar diversos cometidos en los cuerpos federales de Belgrado, como secretario, esto es, máximo responsable del partido en la República Socialista de Eslovenia. Esta promoción supuso su cese como miembro de la presidencia de la Asamblea Popular de la República, puesto que ocupaba desde 1978.
En diciembre de 1989 Kucan fue sustituido por Cyril Ribicic al frente del Presidium de la ZKS coincidiendo con la apertura de los primeros cauces al multipartidismo en la república, en lo que fue la primera grieta del sistema de partido único a nivel federal. Kucan fue uno de los dirigentes locales que favorecieron la separación de la ZKS de su hermana mayor yugoslava y su conversión en un partido democrático capaz de constituirse en alternativa a la pujante oposición no comunista, que también se estaba articulando en diferentes partidos. La ruptura se escenificó en el XIV Congreso de la Liga de los Comunistas Yugoslavos (SKJ), inaugurado el 20 de enero de 1990. La delegación eslovena impulsó una moción para convertir la SKJ en una estructura confederal de partidos republicanos soberanos, con el socialismo democrático como doctrina. El día 22 la remoción del papel dirigente del partido fue aprobada, pero no así la propuesta de la SKJ, lo que llevó a sus delegados, el día 23, a abandonar el congreso, que quedó suspendido.
El 4 de febrero Kucan, Ribicic y otros dirigentes reformistas aprobaron en un congreso extraordinario la conversión de la ZKS en el , y el 8 de marzo siguiente la Asamblea retiró la condición de socialista a la República de Eslovenia. Durante unas semanas, Kucan se resistió a la celebración de elecciones libres, tal como le demandaba la oposición, y propuso un modelo socialista "ajustado a las necesidades del hombre" (fórmula ambigua que recordaba la noción del checoslovaco Alexander Dubcek durante la Primavera de Praga en 1968), pero la presión de la opinión pública le obligó a posicionarse claramente en favor de las reformas democráticas al estilo del parlamentarismo europeo occidental, y en la defensa de la soberanía de Eslovenia.
Además del SDP, el moribundo conglomerado comunista dio lugar a otros dos vástagos de orientación izquierdista: el Partido Liberal (LS), que era meramente un aditamento electoral de última hora de la ZSMS, y la Alianza Socialista (SZS-SZDL). En las primeras elecciones democráticas, el 8 y el 22 de abril de 1990, se impuso con mayoría absoluta la coalición opositora DEMOS, que agrupaba a seis partidos herederos de la tradición anticomunista y que el 16 de mayo formó un Gobierno presidido por el democristiano Lozje Peterle. El ZKS-SDP quedó segundo en las elecciones a la Cámara Sociopolítica de la Asamblea con el 17,3% de los votos y 14 escaños, seguido a escasa distancia por el ZSMS-LS.
En las presidenciales, no obstante, Kucan, al que se le reconocían sus méritos en la construcción de una Eslovenia soberana y democrática, batió al candidato de DEMOS, Joze Pucnik, con el 44,5% de los votos en la primera ronda y con el 58,4% en la segunda, de manera que el 10 de mayo tomó posesión como presidente de la Presidencia colectiva. Para entonces, el ZKS-SDP se había perfilado como partido al separarse el sector crítico socialdemócrata que representaban Kucan y Ribicic, quienes no estaban satisfechos con el grado de transformación doctrinal alcanzado por la formación.
Kucan lideró el movimiento independentista esloveno, al principio en apariencia favorable a algún tipo de arreglo con Belgrado para mantener los nexos en el marco de una confederación, pero luego, al constatar la voluntad hegemónica de Serbia -y seguramente tras recibir gestos aleccionadores desde Europa Occidental-, se decantó por la secesión plena. Sobre esta decisión pesó también la condición de Eslovenia de república yugoslava más rica en proporción a sus habitantes, lo que la convertía en un contribuyente neto a las arcas federales.
El 23 de diciembre de 1990 se aprobó en referéndum aquella posibilidad con el 94,6% de los votos y el 25 de junio de 1991, desoyendo las advertencias de Belgrado, la Asamblea proclamó unilateralmente la independencia. Esta fue la chispa que encendió el conflicto armado con las autoridades federales, ya plenamente identificadas con los propios objetivos nacionales de Serbia, y el 27 de junio la Defensa Territorial (TO) eslovena sostuvo los primeros choques con las tropas federales por la posesión de los puestos fronterizos, en los que, inesperadamente, el Ejército Popular Yugoslavo (JNA) fue rechazado.
La intervención diplomática de la Comunidad Económica Europea (CEE) posibilitó que el 4 de julio se detuvieran los combates y que tres días después las partes firmaran una serie de acuerdos de pacificación en Brioni. Los puntos más importantes comprometían al Estado yugoslavo a evacuar al JNA de inmediato y Eslovenia a congelar su declaración de la independencia durante tres meses. La llamada Guerra de la Independencia de los Diez Días se cobró unos 40 muertos, la mayoría soldados federales. Ésta fue, de hecho, una completa victoria de Ljubljana, que obtuvo vía libre para culminar su proyecto nacional. Si Eslovenia no siguió el destino de la vecina Croacia, invadida y amputada en una crudelísima guerra, fue en parte por la determinación y profesionalidad mostradas por la TO, pero sobre todo porque la república no albergaba minorías serbias susceptibles de ser asimiladas al proyecto nacional de Slobodan Milosevic, el caudillo socialista de Belgrado: Eslovenia era la más homogénea de las repúblicas yugoslavas, con más del 90% de su población constituida por eslovenos étnicos de religión católica.
El 7 de octubre de 1991 venció la moratoria independentista. El 2 de diciembre la (CEE) levantó las sanciones y el día 23 Alemania fue el primer país en reconocer al Estado de facto. El 15 de enero de 1992, arrastrados por el Gobierno de Bonn, los gobiernos de la CEE aprobaron el reconocimiento en bloque. A partir de ese momento, la independencia eslovena fue un hecho jurídico con el ingreso del país en la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE, 24 de marzo de 1992) y en la ONU (18 de mayo), y el reconocimiento prestado por Estados Unidos (7 de abril de 1992).
Elevado a la condición de padre de la nación, Kucan fue reelegido el 6 de diciembre de 1992 con el 63,9% de los sufragios, esta vez como candidato independiente postulado por una Lista de Ciudadanos y con el apoyo del principal partido del país, el Liberal Demócrata (LDS, nueva denominación del ZSMS-LS), que lideraba el primer ministro desde mayo de 1992, Janez Drnovsek, antiguo dirigente de la ZKS y ex presidente de la Presidencia colectiva yugoslava. Kucan se impuso a seis contrincantes y al más votado de ellos, el cristianodemócrata Ivan Bizjak, le sacó 40 puntos de ventaja.
Poco antes, su antiguo partido, el SDP, se había aliado a otras tres formaciones de la izquierda en una Lista Unida (ZL), que en mayo de 1993 iba a constituirse en partido con el nombre de Lista Unida de Social Demócratas (ZLSD). El 22 de diciembre de 1992 Kucan prestó juramento como presidente de la República. Igualmente con el parabién del LDS y superando a siete aspirantes esta vez, el 23 de noviembre de 1997 fue reelegido para un segundo y último mandato quinquenal con el 55,6% de los sufragios, 37 puntos más que el segundo mejor situado, Janez Podobnik, del Partido Popular Esloveno (SLS).
Hombre de talante moderado y conciliador, radicalmente ajeno a las actitudes demagógicas y caudillistas que caracterizaron los liderazgos de otros países surgidos de la extinta Yugoslavia (en este sentido, el contraste con el vecino croata, Franjo Tudjman, no pudo ser más notable), Kucan supo mantener a su pequeño y próspero país al margen de las guerras que entre 1991 y 1999 devastaron las antiguas repúblicas hermanas de Croacia y Bosnia-Herzegovina, así como la provincia serbia de Kosovo, cuya ocupación por la OTAN, al igual que la previa campaña de bombardeos contra objetivos en Kosovo y en la misma Serbia, defendió sin reservas.
Su mirada siempre estuvo puesta en Europa Occidental o, si se prefiere, en esa Europa rica, desarrollada y democrática de la que los eslovenos se sienten miembros de pleno derecho no obstante los avatares históricos del siglo XX. Así, Los progresos hechos en los terrenos económico y político permitieron a Eslovenia, país que en cuanto a estabilidad política no va a la zaga de democracias consagradas de la región como Italia o Austria (y aún las llega a superar en este aspecto), ser incluida en la primera ola de preadhesiones de la Unión Europea y en la segunda de la OTAN: ambos ingresos tendrán lugar en 2004.
Como otros presidentes de repúblicas sujetas al sistema parlamentario (Austria, Hungría, República Checa, Bulgaria), las atribuciones de Kucan se concentraron en la armonización del juego interno de los partidos y en la representación del Estado en los actos oficiales, lo que en el terreno diplomático se traduce en una innegable capacidad política. Como el checo Václav Havel o el húngaro Árpád Göncz, Kucan jugó un papel instrumental relevante en el progreso del diálogo y la cooperación con los gobiernos y las instituciones de la UE y la OTAN. Por otro lado, considerando la fluidez continuista de la política nacional, con el LDS y Drnovsek erigidos en los pivotes del poder, más un cierto concepto del fair play que ha anidado en la mentalidad de los políticos no obstante sus diferencias ideológicas, Kucan tampoco pudo extraer de su facultad para nombrar el primer ministro otro valor que el meramente protocolario y formal.
A comienzos de 2001, luego de los mutis, en diferentes circunstancias, del montenegrino Momir Bulatovic (1998), el macedonio Kiro Gligorov (1999), el croata Tudjman (1999), el serbio Milosevic (2000) y el bosnio Alija Izetbegovic (2000), Kucan quedaba como el último presidente salido de la desintegración de la Yugoslavia socialista que continuaba en su puesto. En añadidura, era también el estadista político, ya fuera presidente de república o jefe de Gobierno, más longevo de todo el continente.
Con un balance ampliamente satisfactorio, renococido por doquier, de sus más de 12 años al frente del Estado, Kucan terminó su mandato el 22 de diciembre de 2002. El sucesor fue Drnovsek, vencedor en las elecciones presidenciales del 10 de noviembre y 1 de diciembre y que a su vez traspasó el testigo al frente del Gobierno a su ministro de Finanzas, Anton Rop.
El ex presidente esloveno pertenece al Directorio Internacional del Centro Shimon Peres por la Paz y al Club de Madrid.
(Cobertura informativa hasta 15/3/2003)