Petur Stoyanov
Presidente de la República (1997-2002)
En 1976 se licenció en Derecho civil por la Universidad San Kliment Ohridski de Sofía (1976) y dos años después comenzó a ejercer la abogacía, profesión que combinó con sus labores de directivo en la Federación Búlgara de Voleibol. En 1990 fue nombrado portavoz en Plovdiv, la segunda ciudad del país. De la Unión de Fuerzas Democráticas (SDS), alianza de once agrupaciones del centro y la derecha reformistas que entonces se hallaba en la oposición al Gobierno poscomunista de Andrey Lukanov. Su experiencia gubernamental arranca en 1992, cuando fue llamado por el primer ministro Filip Dimitrov a servir como viceministro de Justicia en el Ejecutivo formado el año anterior a raíz de la victoria electoral de la SDS, pero a comienzos de 1993 dimitió al rechazar su continuidad en el nuevo Gobierno presentado como "técnico", si bien sostenido por el Partido Socialista Búlgaro (BSP, herederos del Partido Comunista), de Lyuben Berov, que se constituyó en diciembre de 1992 tras la caída de Dimitrov.
En mayo de 1993 fue elegido presidente del Consejo Legal de la SDS, en cuyo seno representaba al Club Nacional por la Democracia, y en las elecciones legislativas del 18 de diciembre de 1994, que dieron la mayoría al BSP, obtuvo el acta de diputado en la Narodno Sabranie o Asamblea Nacional, donde accedió a las vicepresidencias del grupo parlamentario de su partido y de la Comisión parlamentaria de Juventud, Deportes y Turismo. Igualmente, en 1994 entró en el Consejo de Coordinación Nacional de la SDS y en abril de 1995 fue promovido a una de las vicepresidencias de la formación, con responsabilidad sobre la política doméstica, y por ende a miembro de su Consejo Ejecutivo Nacional.
De cara a las elecciones a la Presidencia de la República, el 1 de junio de 1996 todos los partidos contrarios al BSP y reunidos como Fuerzas Democráticas Unidas (ODS) celebraron unas primarias para designar al candidato conjunto y Stoyanov se alzó victorioso con el 65,7% de los 870.000 votos emitidos frente al presidente saliente, Zhelyu Zhelev, postulado por un partido no perteneciente a la SDS. Con el objeto de preparar su campaña y de acuerdo con la prescripción constitucional (que no impide a un presidente la militancia política, sino sólo el desempeño de un cargo partidista), Stoyanov cesó como diputado y en sus puestos directivos en la SDS. En la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el 27 de octubre, Stoyanov se adelantó con el 44% de los votos al candidato socialista, Ivan Marazov, y en la segunda vuelta del 3 de noviembre le derrotó definitivamente con el 59,9%. El 19 de enero de 1997 Stoyanov prestó juramento y tres días después comenzó su mandato de cinco años.
Stoyanov trabajó, a través de las declaraciones públicas y el activismo diplomático, codo con codo en el Gobierno con Ivan Kostov, presidente de la SDS y aupado al cargo de primer ministro el 21 de mayo de 1997 tras la victoria de las ODS en las legislativas del 19 de abril, para un rápido ingreso de Bulgaria en las estructuras euro-atlánticas. En el sistema parlamentario búlgaro la formulación de políticas corresponde al Gobierno, pero el cargo de presidente, en unos años en que el país pugnaba por hacerse un hueco en el concierto europeo, confería a su ocupante una función representativa dotada de sustancia.
En este aspecto, el perfil y la actuación de Stoyanov fueron muy similares a los de su homólogo rumano, Emil Constantinescu, con quien hasta su salida del poder en diciembre de 2000 coordinó los calendarios diplomáticos de ambos países dadas las muchas coincidencias en las aspiraciones y los puntos de partida (francamente bajos, por las múltiples insuficiencias estructurales y legales) de las negociaciones para la adhesión. Entre los primeros pasos de Stoyanov en aquella dirección merecen destacarse su encuentro con el presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, en Bruselas el 30 de enero de 1997, su asistencia al Consejo de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN en Madrid el 8 y el 9 de julio de 1997, y su viaje a Estados Unidos del 6 al 14 de febrero de 1998.
Aunque reacio a la aplicación de sanciones a Yugoslavia, por resultar muy onerosas a la economía búlgara, y contrario a la alteración de las fronteras (léase independencia de Kosovo), Stoyanov colaboró con la OTAN desde la retaguardia en su campaña bélica contra Serbia en la primavera de 1999 para detener la represión antialbanesa en Kosovo, persiguió la cooperación regional y llamó a diseñar un cordón de seguridad que aislara al régimen ultranacionalista de Belgrado y protegiera a los países limítrofes de su potencial desestabilizador. Dichas prioridades se trataron en el seno de al menos cinco ámbitos intergubernamentales de los que Bulgaria es miembro y en los que Stoyanov hizo escuchar su voz: la Cooperación Económica del Mar Negro (CEMN), la Iniciativa Centro Europea (ICE), la Iniciativa para la Cooperación en Europa del Sudeste (ICES), el Pacto de Estabilidad para Europa del Sudeste (PEES, más conocido como Pacto de Estabilidad de los Balcanes) y el Proceso de Cooperación de Europa del Sudeste (PCES), esta última una estructura de cooperación entre gobiernos surgida en 1996 a iniciativa precisamente de Bulgaria.
Stoyanov siempre pensó que estas iniciativas de aproximación regional debían complementarse con el estatus para Bulgaria de miembro de pleno derecho de la OTAN, considerado imprescindible para garantizar las necesidades nacionales de seguridad. Esta urgencia se desdramatizó a la caída, en octubre de 2000, del presidente autocrático de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, saludada por Stoyanov como si el candidato de la oposición democrática, Vojislav Kostunica -con el que se reunió por primera vez en Skopje el 25 de octubre de 2000 con motivo de la cumbre de ocho mandatarios balcánicos- hubiese consignado su victoria electoral en la propia Bulgaria. Sin embargo, la crisis de tintes bélicos suscitada en Macedonia entre la mayoría eslava y la minoría albanesa entre marzo y agosto de 2001 volvió a expresar la volatilidad de las tensiones étnicas en la antigua Yugoslavia, invariablemente muy negativas para Bulgaria por sus salpicaduras políticas, humanitarias y comerciales.
A semejanza de la crisis de Kosovo dos años antes, Stoyanov jugó las cartas de la moderación y la contención, instando al diálogo constitucional entre las partes, secundando los esfuerzos mediadores de la comunidad internacional y concediendo facilidades logísticas a la OTAN para su misión de requisa de armas, llegando a sugerir la eventual instalación en Bulgaria de bases militares de la Alianza con un estatus permanente como mejor aval de seguridad. Ahora bien, lejos de ubicarse en una postura neutral, defendió la integridad territorial del Estado macedonio y la respuesta militar del Gobierno del país al envite de los "extremistas" albaneses, si bien recomendó mesura a las autoridades nacionalistas para que no cayeran en la tentación de una solución "a la chechena".
Por otro lado, Stoyanov contribuyó con sus visitas exteriores a estrechar las relaciones con el mundo musulmán (Turquía en particular), pero también con Rusia (muy devaluadas en los últimos años por razones comerciales y energéticas además de por la vocación atlantista de un país que históricamente había sido rusófilo), reencuentro en el que se enmarcó su viaje a Moscú del 28 de agosto de 1998. A Stoyanov le cupo la satisfacción del inicio, el 15 de febrero de 2000, bajo su presidencia de las negociaciones formales de adhesión a la Unión Europea, al cabo de tres años de dolorosas reformas estructurales aplicadas por el Gobierno Kostov. Una de las recomendaciones formuladas con más vehemencia por la Comisión Europea a Bulgaria apuntaba a la extendida corrupción institucional, que succionaba una parte de los recursos públicos, y en ella centró Stoyanov también sus críticas.
En la política doméstica, el estadista búlgaro ejerció una función moderadora y de rechazo a todo tipo de radicalismos, siendo el principal impulsor de la ratificación de la Convención para la Protección de las Minorías Nacionales del Consejo de Europa, de gran importancia en un país que cuenta con un 9% de población turca; este marco jurídico fue aprobado por el Gobierno el 5 de octubre de 1998 y por la Sabranie el 18 de febrero de 1999. Hombre de temperamento relajado y jovial, cuando en enero de 2001 un hacker se introdujo en la web presidencial y dejó un mensaje denunciando la calamidad económica que padecían él y su familia, Stoyanov se declaró dispuesto a ofrecer un trabajo a un joven de "indudable talento" que había burlado los sistemas de seguridad sin destruir información.
Stoyanov y Kostov se apoyaron mutuamente de cara a sus respectivas apuestas reeleccionistas en 2001, que a la postre los dos iban a perder ante unos contrincantes a priori sin apenas posibilidades pero que en muy poco tiempo supieron capitalizar el insospechado descontento popular por las reformas estructurales. Stoyanov anunció oficialmente su candidatura el 7 de junio y esta vez en calidad de independiente, no obstante la asunción como propia por la SDS el 2 de febrero.
Luego, Stoyanov dio una bienvenida, más cortés que calurosa, a la irrupción en la lid legislativa de Simeón II, el monarca destronado por los comunistas en 1946 y que había sido invalidado por un dictamen constitucional de presentarse a las presidenciales. Stoyanov tuvo palabras positivas para Simeón desde el momento en que enriquecía la oferta de propuestas para el país, aunque también le pidió que aclarara si la restauración de la monarquía figuraba en su agenda. En su recepción del 22 de junio, Stoyanov le explicó al antiguo monarca que en el pasado él le había tratado de "Su Majestad" por respeto a su papel en la historia del país y al largo exilio de la familia real, pero que tras las elecciones que iban a revestirle de legitimidad democrática, por respeto a la República que él representaba, se le dirigiría por su nombre de ciudadano privado, Simeon Sakskoburggotski.
En los comicios del 17 de junio el Movimiento Nacional Simeón II (NDSV) barrió espectacularmente a las Fuerzas Democráticas Unidas (ODS), la coalición encabezada por la SDS. Aunque rozaba la mayoría absoluta, el partido de Simeón se declaró abierto a un Ejecutivo de amplia coalición con las ODS. Stoyanov propiciaba esa fórmula en la opinión de que el país precisaba aunar voluntades en una etapa decisiva para la concreción de sus aspiraciones internacionales, pero Kostov no quiso saber nada de la cuestión, así que el 15 de julio Stoyanov encargó a Simeón la formación de un Gobierno que finalmente sólo iba a integrar al Movimiento por los Derechos y las Libertades (DPS), partido representante de la minoría turca y nada simpatizante del presidente.
Stoyanov confiaba en ganar las elecciones presidenciales del 11 de noviembre, más cuanto que la coalición gobernante no presentó candidato propio y el 2 de octubre decidió brindarle -sin mucho entusiasmo, eso sí- su apoyo. En lo que parecía más una bendición real que un soporte partidista, el primer ministro razonó que resultaba necesaria la reelección de un jefe del Estado que había ayudado "a unir a la nación" y había "promovido la integración en las instancias euroatlánticas", y que compartía con el Gobierno el objetivo de luchar contra la corrupción y la pobreza.
Ciertamente, Stoyanov intentó pivotar su campaña sobre una defensa enfervorizada de la OTAN y en el argumento apurado de que en la hora decisiva el país no podía entregarse a mudanzas en el puesto que desempeñaba. Pero uno de los aspirantes, Bogomil Bonev, antiguo ministro del Interior destituido por Kostov por acusarle de pasividad ante casos de corrupción en el Ejecutivo (y que luego abandonó la SDS para fundar su propio partido), sacó a colación que el hermano de Stoyanov, Emil, oficial en el Servicio Nacional de Inteligencia, se había lucrado con el tráfico de influencias y la malversación de fondos reservados, e incluso que él mismo había aceptado donaciones de una misteriosa compañía de negocios. Stoyanov contraatacó negando las acusaciones y revelando un informe confidencial que implicaba gravemente a Bonev en actos de corrupción.
Apenas tres semanas antes de las elecciones, Stoyanov aparecía en las encuestas como el seguro ganador con el 50% de apoyos, superando en casi 40 puntos al más adelantado de sus cinco rivales, el presidente del BSP Georgi Purvanov. Pero éste ascendió vertiginosamente en los sondeos y el 11 de noviembre, no sólo forzó a Stoyanov a enfrentársele en una segunda vuelta, sino que, con el 36,4% de los votos, se le adelantó en punto y medio. El 18 de noviembre lo inesperado se confirmó y Purvanov conquistó la Presidencia con el 54,1% de los sufragios frente al 45,9% de Stoyanov. Nada más conocer su derrota, Stoyanov declaró asumir su "responsabilidad" y "culpa" por lo sucedido, y como consecuencia se consideraría retirado de la política en el momento de traspasar sus funciones al presidente electo el 22 de enero de 2002. Añadió que "al menos durante un año, o quizá por mucho más tiempo", no publicaría apoyo a ningún partido ni intentaría formar uno propio.
(Cobertura informativa hasta 1/2/2001)