Pandeli Majko
Primer ministro (1998-1998, 2002)
Siendo estudiante de Ingeniería mecánica en la Universidad de Tirana, en 1990 tomó parte en las protestas populares que contribuyeron al eclipse de la dictadura del Partido del Trabajo Albanés (PPS, estalinista) y al inicio de una turbulenta transición a la democracia. En 1991 se afilió a un foro de juventudes socialistas ligado al sucesor del PPS -desde el 13 de junio de aquel año-, el Partido Socialista de Albania (PSS), que aún antes de transformarse ganó por mayoría absoluta las primeras elecciones libres celebradas el 31 de marzo y el 7 y 14 de abril, pero que luego, presionado por la oposición democrática, hubo de ceder el Gobierno a un equipo de tecnócratas y convocar nuevas elecciones.
Fue en los comicios del 22 y 29 de marzo de 1992, que dieron el vuelco a la situación y colocaron al principal partido opositor, el Democrático de Albania (PDS), al frente del Gobierno, cuando Majko estrenó el escaño de diputado, uno de los 38 que conservó el PSS. Ese mismo año, se graduó como ingeniero y prosiguió los estudios universitarios hasta completar una segunda licenciatura, la de Derecho, en 1995. No obstante su filiación política, en 1993 el presidente de la República y líder del PDS, Sali Berisha, le galardonó con el Premio Antorcha de la Democracia, en reconocimiento a su activismo estudiantil para derribar el régimen comunista. Majko fue nombrado secretario de Prensa del PSS en 1996, año de elecciones legislativas que dieron al PDS una victoria tan contundente como plagada de irregularidades, tal como el Consejo de Europa y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se encargaron de denunciar. Como protesta por lo que consideraban una mascarada electoral, el PSS y otros partidos menores se retiraron al final de la segunda vuelta y luego boicotearon la Asamblea electa.
El estallido de los motines populares en febrero de 1997 a raíz de la quiebra de un esquema de sociedades financieras creó una situación de caos que puso al país al borde de la guerra civil y obligó a Berisha a aceptar la dimisión del Gobierno y a adelantar las elecciones legislativas. Celebradas el 29 de junio y el 6 de julio, supusieron un éxito rotundo para el PSS, que ganó 101 escaños con el 52,8% de los votos. Berisha dimitió el 23 de julio y al día siguiente la Asamblea eligió presidente de la República al secretario general del PSS, Rexhep Meidani. Entonces, Meidani nombró primer ministro al presidente y máximo líder del partido, Fatos Nano (quien regresó al puesto que ya ocupara entre febrero y junio de 1991), en tanto que Majko sucedió al primero en la Secretaría General de los socialistas y también pasó a dirigir su grupo parlamentario.
Como legislador, Majko encabezó la delegación albanesa en la Asamblea Parlamentaria de la OSCE y en el hemiciclo de Tirana defendió al Gobierno de Nano de las virulentas censuras del grupo de Berisha. Debilitado por la campaña de acoso del PDS, lanzado a una subversión prácticamente golpista, y por los desacuerdos en la coalición gobernante sobre las políticas adecuadas para afrontar la crisis económica y la represión del Gobierno de Serbia contra la población albanesa en la provincia de Kosovo, Nano presentó la dimisión el 28 de septiembre de 1998. Al instante, se abrió la pugna en el PSS por la sucesión, resultando ganador Majko sobre Ilir Meta, secretario de Estado de Integración Europea en el Gobierno, y Kastriot Islami, el viceprimer ministro. El 29 de septiembre Meidani ofreció a Majko la formación del nuevo gobierno y el 2 de octubre se constituyó éste, que mantuvo la coalición con los partidos Social Demócrata de Albania (PSDS), de la Alianza Democrática de Albania (PADS), de la Unión por los Derechos Humanos (PBDN) y Agrario de Albania (PAS).
Las instancias europeas recibieron positivamente la asunción de Majko, convertido, a sus 30 años, en el más joven jefe de Gobierno de Europa. Aunque muy poco conocido, en las cancillerías se le tenía por un dirigente socialista conciliador, moderno y con mentalidad europea occidental, capaz de reconducir al maltrecho país balcánico por la senda de la estabilidad social, la recuperación económica y la superación de sus tradicionales feudos y antagonismos políticos. Ahora bien, de entrada, Berisha se encargó de recordarle que no iba a darle mejor trato que a Nano, tildándole de "marioneta" del defenestrado líder socialista y "jefe de un gobierno de terroristas".
Majko, que en virtud de la nueva Constitución aprobada en referéndum el 22 de noviembre de 1998 estrenó la primacía del poder ejecutivo que hasta entonces había ostentado el presidente de la República, presentó como propias aquellas metas, así como la lucha contra la corrupción y el crimen organizado más la implicación en la crisis de Kosovo de la comunidad internacional, y de la OTAN en particular, ya que temía que la escalada militar serbia para aplastar a la guerrilla del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) terminara arrastrando al país a una guerra contra Yugoslavia en la que el indigente Ejército albanés sería fácilmente arrollado.
Partidario al principio de la concesión a la provincia de mayoría albanesa de un estatus de república federada en pie de igualdad con Serbia y Montenegro, Majko, a medida que las operaciones militares de Belgrado tomaron el cariz de una limpieza étnica y provocaron un drama humanitario que impactó directamente sobre Albania, endureció su actitud, demandando la inmediata intervención armada de la OTAN, alertando al Ejército albanés para que estuviera listo para repeler cualquier agresión en la frontera y llegando a sopesar la "autodefensa colectiva" de todos los albaneses de Kosovo, Albania y Macedonia si proseguía la "masacre" de los que vivían en el primer territorio.
Al mismo tiempo, y trabajando en coordinación con el moderado y prudente Meidani, Majko intentó conciliar bajo un frente unido al líder político de la UCK, Hashim Thaçi, y al presidente de la autoproclamada República kosovar y líder de la Liga Democrática de Kosovo (LDK, el partido albanés mayoritario), Ibrahim Rugova, que pugnaban por el control de la autoridad provisional clandestina en la provincia. A comienzos de marzo de 1999, el primer ministro se reunió con Thaçi en Tirana y no disimuló sus simpatías por el UCK y su vía del separatismo armado. De hecho, Majko anunció que la independencia de Kosovo ya no le parecía una salida inviable. Esta postura se mantuvo después del inicio el 24 de marzo de la operación Allied Force de la OTAN contra Serbia, los bombardeos de castigo que el dirigente albanés tanto había solicitado, pero concluida la campaña el 10 de junio con la capitulación y retirada de los efectivos serbo-yugoslavos de Kosovo, Majko se apresuró a ubicarse de nuevo en la equidistancia entre Thaçi y Rugova, al que el 13 de agosto dispensó en Prístina un trato de reconocimiento como presidente kosovar.
Por lo demás, el primer ministro albanés mereció las alabanzas de los aliados occidentales por la total colaboración prestada a los dispositivos de la OTAN en Albania: el primero, desde el 14 de abril, precedido por un operativo italo-estadounidense (Operación Arco Iris) y desarrollado a través de la Operación Allied Harbour, fue la llamada Fuerza Albanesa (AFOR), unos 8.000 soldados que se dedicaron a levantar campos de acogida para los refugiados albanokosovares, en número de 450.000 cuando terminó la guerra, destacado ejemplo de solidaridad de un país empobrecido cuyos ciudadanos ya padecían penurias de toda índole.
El segundo dispositivo militar en Albania de la Alianza Atlántica fue la retaguardia, compartida con Macedonia, de la Operación Joint Guardian, esto es, el despliegue de la fuerza de pacificación terrestre, la KFOR, que comenzó a entrar en la provincia el 12 de junio. Por lo que se refiere a la AFOR, concluyó el 1 de septiembre y fue sustituida por un contingente de 2.400 hombres con el nombre táctico de Zona de Comunicaciones Oeste (COMMZ-W), una AFOR 2 de hecho, bajo mando italiano y también con un grueso de tropas italo-estadounidense, con la doble función de brindar soporte logístico a la KFOR y contribuir a la paz social en Albania.
Acordonada y rebajada la desestabilización en Kosovo, Majko persiguió con entusiasmo una política de buena vecindad con Grecia, Macedonia y Montenegro, suscribiendo junto con Meidani el Pacto de Estabilidad para la Europa del Sudeste (PEES, también conocido como Pacto de Estabilidad de los Balcanes), lanzado en Sarajevo el 30 de julio de 1999 a instancias de la Unión Europea (UE) y al que se sumaron casi todos los países del continente. El primer ministro informó entonces que Albania esperaba ingresar en la OTAN y la UE algún día. El patrocinio del diálogo entre los albaneses de Kosovo lo contempló Majko también como una fórmula para el apaciguamiento del frentismo partidista en la misma Albania. Ciertamente, la percepción de nación en peligro acercó al Gobierno y el PDS, pero a Majko le salieron críticas desde su propia formación. Nano, dimitido como presidente del PSS en enero de 1999, acusó ahora a su camarada de hacer la vista gorda con el contrabando de armas de las embrionarias Fuerzas Armadas de la República de Kosovo a cargo del jefe del Gobierno en la sombra de Rugova, Bujar Bukoshi, y también le reprochó haberse reunido con Berisha.
El 10 de octubre de 1999, cuando las operaciones policiales contra las omnipresentes bandas criminales empezaban a dar frutos, Majko perdió ante Nano la elección interna para la presidencia del PSS, vacante desde la renuncia del segundo en enero, y el 26 de octubre, afirmando que quería ahorrarle a las erosionadas instituciones del país otra batalla política, presentó la dimisión como primer ministro. Consciente de que no contaba con las simpatías internacionales, Nano delegó la tarea de formar gobierno al viceprimer ministro, Ilir Meta, como Majko un exponente (pero aún más joven) de la nueva generación de políticos comprometidos con las reformas. Majko cesó en sus funciones el 29 de octubre con la jura de Meta y hubo también de renunciar a la Secretaría General del partido, que tomó Gramoz Ruçi.
En las elecciones legislativas del 24 de junio y los días 8, 22 y 29 de julio de 2001, el PSS conservó una mayoría absoluta de 73 escaños con el 42% de los votos. Cuando Meta volvió a formar gobierno el 12 de septiembre, incorporó a Majko como ministro de Defensa. Las pertinaces disputas internas en el PSS, atizadas por Nano, provocaron la renuncia de Meta el 29 de enero de 2002. Pero el 6 de febrero, inesperadamente, el Comité Ejecutivo del PSS se decantó por Majko frente a los aspirantes más del gusto de Nano, Kastriot Islami y Ermelinda Meksi, para la nominación ante Meidani, quien hizo el nombramiento formal al día siguiente. El 22 de febrero, la Asamblea aprobó el gabinete presentado por Majko, todos ministros socialistas a excepción de un socialdemócrata, un agrario, un representante del PBDN y un no adscritos, con 81 votos a favor, 42 en contra y cinco abstenciones.
En su toma de posesión, el mismo día 22, Majko se refirió a la necesidad de lanzar una "operación manos limpias" (en alusión a la ofensiva anticorrupción emprendida por la judicatura italiana a comienzos de la década de los noventa) en Albania contra el contrabando de armas y mercancías y el tráfico de inmigrantes procedentes de otros puntos de los Balcanes y el Mediterráneo oriental, redes criminales que han proliferado extraordinariamente en Albania a raíz de la implosión de 1997 y las guerras de Kosovo y Macedonia. En política internacional, destacó el carácter estratégico y prioritario de las relaciones con Grecia, Italia, Turquía y Estados Unidos, y apostó por ampliar los tratos con Serbia, Montenegro y Rusia.
El caso es que su segunda jefatura del Gobierno fue aún más corta que la anterior, y de nuevo el responsable, esta vez instigándolo directamente, fue Nano. El 8 de abril las facciones socialistas que seguían a uno u otro líder firmaron un compromiso para apoyar la labor gubernamental de Majko y presentar un candidato propio a la elección de presidente de la República sin el consenso de las demás fuerzas políticas. Ahora bien, el presidente socialista se desvinculó de aquel concierto interno y se puso de acuerdo con Berisha y los demás jefes partidistas para llevar a la Presidencia al ex general y ministro de Defensa Alfred Moisiu, un personaje moderado sin enemigos conocidos.
A cambio de renunciar a su aspiración a la jefatura del Estado, Nano anunció al partido que quería la jefatura del Gobierno, de manera que el 15 de julio el Comité Ejecutivo del PSS aprobó la nominación de su jefe para el puesto. Impotente, Majko dimitió el 25 de julio y el mismo día Moisiu, recién posesionado de su oficina, nombró a Nano en su lugar. El 31 de julio la Asamblea dio el visto bueno al cuarto Gobierno en una década de Nano, que como gesto conciliador retuvo a Majko en el Ejecutivo al frente del Ministerio de Defensa.
(Cobertura informativa hasta 1/10/2002)